en sus marcas, listas: Fuego!

Hacemos las maletas y llevamos con nosotras:
cepillos de dientes, bigotes y un sombrero baquero, 125 libros, aire berlines, lapiz de labios a la moda para el ejercicio del feminismo sexy transatlántico, Jägermeister, tarjetas personales, antifaces para dormir, riñoneras y un par de número de teléfono.
La aventura empieza mañana, IB6673, llegamos a Caracas a las 16:50. Hasta pronto!
Hemos olvidado ago?

El carnet del partido para todos

La fuerza naranja!

El LSD reader está a la venta en alemán a partir del fin de semana en el Vebrecher Verlag y lo presentamos en una lectura en la feria de Leipzig, recinto ferial 5, “Isla de los editoriales jovenes”, el 17 marzo a las 11 con textos de l@s autor@s superdemokratic@s, y poemas de Rery, Nikola, editoras superdemokraticas,  Tom Bresemann, el moderador y canciones de Andrés Calamaro y Charly García a cargo de Nicolás Britos. Si están cerc@, vengan!

Los ingredientes de nuestro libro son: una selección de ensayos de este blog, además de algunos comentarios escogidos, todo esto sazonado con textos de los miembros más nuevos de nuestro partido Abbas Khider, Ambros Waibel, Fernando Molina, Mayra Santos- Febres, Nora Bossong y Rocío Cerón. También hemos filtrado de nuestros textos superdemokraticos el vocabulario político más nuevo y les hemos pedido a nuestros autores y autoras que los expliquen más detalladamente. El resultado es un Glosario de más de veinte páginas, que explica mucho major la teoría político literaria de Los Superdemokraticos. Una red que crea algo nuevo desde muchas perspectivas. Improvisación en lugar de planificación. La red en lugar de jerarquías.

La biblioteca de Babel

La Feria del libro de Frankfurt podría ser algo muy parecido a La biblioteca de Babel de Borges, sólo que en este caso hablamos de pabellones interminables y no de hexágonos y que aquí todos los ejemplares, tangibles e intangibles, están a la venta. Buscar un libro determinado es equivalente a buscar una aguja en un pajar y la paradoja es que la muestra más grande del mundo de novedades editoriales, se lleva acabo en un idioma que entienden apenas unos cuantos millones de personas.

Bild von Paul Mollig

La Feria del libro de Frankfurt podría ser algo muy parecido a La biblioteca de Babel de Borges, sólo que en este caso hablamos de pabellones interminables y no de hexágonos y que aquí todos los ejemplares, tangibles e intangibles, están a la venta. Buscar un libro determinado es equivalente a buscar una aguja en un pajar y la paradoja es que la muestra más grande del mundo de novedades editoriales, se lleva acabo en un idioma que entienden apenas unos cuantos millones de personas. Creo que pocas veces me he sentido tan feliz de poder leer en alemán, los años de aprendizaje, de trabajo, han hecho posible que también mi curiosidad sea infinita. Como en el cuento de Jorge Luis, aquí tampoco hay problema personal o mundial cuya elocuente solución no exista. Desde novelas rancias para miembros del Opus, hasta mangas japoneses para los niños grandes que pasean por los corredores sus vistosos disfraces, personajes que en mi ignorancia he bautizado con el nombre de Pockemons, pasando por verdaderas obras de arte provenientes de los más recónditos lugares del mundo.

Para un lector normal el primer día en el laberinto es de una felicidad incalculable. La avaricia lo empuja a una carrera loca por los pasillos, a horas de horas de mirar páginas impresas, lomos, títulos, palabras, a tratar de contemplar todas las posibilidades de combinación que ofrece el alfabeto. El primer día todos están al acecho, a la espera de encontrarse con su Vindicación, con ese libro que encierre el mensaje apropiado y determine el futuro individual. Los recintos están llenos de inquisidores o buscadores oficiales armando sus catálogos, cerrando negocios, mientras mastican salchichas grasientas que valen su peso en oro.

El segundo día empiezan a cambiar las cosas, la desenfrenada esperanza del hombre común se ve substituida por la opresión, por la conciencia de que hay muchos libros fundamentales ocultos en las estanterías. Que probablemente nunca será capaz de leer los lomos y las solapas de todos los libros que parecen importantes y pasan inadvertidos. Los Pokemons invitan a partir del tercer día a abandonar la búsqueda y a sumarse a su movimiento naif, en el que las palabras son básicamente substituidas por imágenes, por dibujos y el sentido pierde toda su importancia.

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De cuando Juan Gelman leyó a los místicos

El poeta Juan Gelman nació en 1930 siendo hijo de emigrantes ruso-judíos en Buenos Aires. El perteneció al grupo de poetas Pan Duro y trabajó paralelamente como periodista. En 1975 tuvo que exiliarse debido a la dictadura militar en Argentina, su hijo fue secuestrado y asesinado, así como su nuera quien estaba embarazada. A través de un padre jesuita en Roma se enteró de “The child was born”. Gelman vive hoy en México. En el 2007 recibió el premio Cervantes. Le preguntamos por su opinión con respecto al papel de los intelectuales hoy en día, pero él se negó a darla. El porqué lo aclara uno de sus lectores a continuación. La grabación de la conversación en el podium desafortunadamente suena muy pacito, aún así queremos compartirla con ustedes.

„Gelman es un hombre de izquierda, es un hombre que ha militado en la izquierda y que ha mantenido una linea coherente. Nunca ha apoyado la violencia, por ejemplo. Yo creo que no quiere dar su opinión abiertamente sobre algunos temas, porque tiene miedo de que lo sigan, entiende que gente joven – con diecisiete, veinte años- puede hacer tal o tal cosa porque lo ha dicho él. Eso puede ser un gran peligro y él, desde ese punto de vista, es responsable de lo que dice. No quiere ir por esa dirección. Sólo cómo lector puede uno saber lo que piensa“.

Pablo Alfonzo, lector de Argentina en la Feria del Libro de Frankfurt.

Estoy sin depilar

Pedro Mairal nació en Buenos Aires en 1970, sus libros  han sido traducidos y editados en Francia, Italia, España, Portugal, Polonia y Alemania. En 2007 fue incluido, por el jurado de Bogotá39, entre los mejores escritores jóvenes latinoamericanos.

„Cómo decía Borges: uno es fatalmente argentino. Uno no puede evitar ser argentino, no puede evitar ser latinoamericano. No puede evitar ser para los europeos exótico. No hay que intentar serlo, tampoco hay que evitar serlo. De la política y la historia me interesa mucho como repercuten en la intimidad. Cómo repercuten en la conciencia, sobre el cuerpo. >>>

“Ni soy una estrella, ni vos sos sólo el público”: Entrevistas con Fabián Casas

Fabián Casas nació en Buenos Aires en 1965, se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones de escritores en su país y en el resto de América Latina. En 2007 recibió el premio Anna Seghers en Alemania. En la Feria del Libro de Frankfurt, Casas presentó la traducción de sus poemas al alemán, editada por Luxbooks. Dos entrevistas.

„Un intelectual es cualquier persona que esté trabajando con ideas. A mi lo que me gusta es que siempre haya un cruce entre las cosas. Que la gente que trabaja con las ideas esté conectada a la vida, en ese sentido a mi los intelectuales que me interesan son los que están trabajando con la vida. Schopenhauer decía que no se puede confiar en una filosofía en la que no se escuche en el fondo el chirrido de dientesy creo que tiene razón. Hegel en cambio, por seguir con los alemanes, me parece más cerebral y menos vital. Cuando daban clases juntos, el aula de Hegel estaba llena y el aula de Schopenhauer estaba vacía, yo creo que era así porque Schopenhauer decía lo que nadie quería escuchar. Pienso que una persona en Latinoamérica que quiera transmitir una idea o escribir, mostrar su sensibilidad, lo que tiene que hacer es hacer las cosas rápidamente. Tiene que tener amor a su destino, no pensar que la vida le debe algo, sino tomar el toro por las astas y producir, producir el soporte técnico a partir del cual va ha poder ser escuchado, darse cuenta que la literatura no es algo individual sino algo colectivo, que hay que unirse con otras personas para que tu mensaje llegue, que precisamente la unión con otras personas hace que te alejes de tu propio mensaje, que te alejes de tu ego y eso lo vuelve mucho más interesante, porque vuelve como una voz extraña.

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Ratoncitos en la columna

Este texto esta dedicado a la familia de ratones que vive en una columna en la central de policía en Frankfurt, con catorce niños ratoncitos. Inquietos y graciosos trabajadores nocturnos en colectivo. Este texto es por lo tanto dedicado al diminutivo, los trucos de magia contra los superlativos.

Este texto también esta dedicado al lenguaje con el que me comuniqué en los últimos días, el que me trae una extrañeza incómoda, cuando estoy con amigos de habla hispana, porque lo aprendí en la vida por casualidad, y no en una escuela. Yo llamo a esta lengua “español falso”. Esta es la moneda seudo-migratoria que traigo debajo de la lengua.

Manzanas frescas de mis campesinos de Brandeburgo, cuaderno, cámara, de resto una maleta vacía. Esta no fue mi primera feria de Frankfurt, sino mi quinta. Yo me sentía preparada. Pero viendo el sin fin de los estantes me invadió un nuevo miedo, un miedo que nunca había sentido y que de pronto tenía que ver con mi papel como superdemocrática: ¿Quién se va a leer todo eso? Yo no, jamás. E incluso, si logro escoger una selección bien pensada, ¿cuándo voy a poder escribir, por no hablar de actuar? El círculo vicioso del lector-escritor-ciudadano, me paralizó un momento.

Pero por fortuna me encontré con muchos otros lectores-escritores-ciudadanos en pasillos, standes y fiestas, personas que aman y roban libros y difunden siempre sus propios, mejores libros, estas pequeñas bombas mentales; o los autodiseñan, como la infatigable Eloisa Cartonera. La metáfora de la bomba es robada, la editorial independiente argentina Clase Turista ya había diseñado un libro con cable de encendido.

Ich, als Säulenmensch. Foto: Viktor Nübel

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Capitanas

Rike Bolte, graduada en estudios latinoamericano y organizadora del festival móvil de poesía Latinale, fue a divisar a las autoras del pais invitado de honor de la feria del libro.

En los años ochenta Luisa Valenzuela pregunta en el título de uno de sus críticos nano-textos -“Pregunta: ¿quién capitanea…”, reemplumándolo para un simple “P&R” en este milenio sería – quién dirige un navío de tres mástiles que se desliza dominante sobre el aire reflejado. Ah! Es Morgan! y a su lado la señora la Fata Morgana. Valenzuela también se apasiona en otras Minis por la piratería imaginaria. Frankfurt 2010: ¿Quién timonea el navío de diez mástiles, 578.000 metros cuadrados de superficie en el mar argentino de las ilusiones literarias? Allí será embarcada la novela de Valenzuela “El Mañana” (Edition Milo). Va corriendo río arriba, dieciocho mujeres consagradas al terrorismo textual están a bordo. El mañana se toma como botín, las escritoras son arrestadas, su voz borrada del mapa. Queda un laptop como isla comunicativa y reporta en lo sucesivo sobre la odisea residual. Aunque los esbirros biblio-clásticos aquí también siguen haciendo su trabajo, los hackers y otros agentes se intrometen con eficaces contra-acciones.

¿Quién escolta a Valenzuela en su embarco hasta Frankfurt 2010? ¿Se hacen a la mar otras Fatas y Morganas? Una mirada reflectiva bastaría para constatar que Morgans hay varios, pero piratas debería haber más. A pesar de todo, estas jóvenes cambian su plumaje. Una mirada a través el telescopio: “Pájaros en la boca” (Suhrkamp; título alemán: „ Die Wahrheit über die Zukunft “) de Samanta Schweblins se come a los pájaros vivos, en “La casa de los conejos” (Suhrkamp; título alemán: „ Das Kanichenhaus”) de Laura Alcobas, una imprenta de volantes se proclama como criadero de conejos.
A los reportajes de Maria Sonia Cristoff “Falsa calma” (Berenberg, título alemán:„ Patagonische Gespenster “): ¡así se le da una mano a Chatwin! En “La maldición de Jacinta Pichimahuida” (Wagenbach; título alemán: „ Der Fluch der Jacinta Pichimahuida”) de Lucía Puenzos una Twiggy argentina traquetea delirante contra los fantasmas de un pasado virtual. En “El colectivo” de Eugenia Almeidas (Stockmann; título alemán:„ Der Bus”) nadie se detiene, mientras que en “El amor es un francotirador” (Blumenbar, título alemán: „Liebe ist ein Heckenschütze”) de Lola Arias, amazonas motorizadas se enardecen el corazón. Finalmente en “Cómo desaparecer completamente” (Hans Schiler; título alemán : „Verschwinden”) de Mariana Enríquez hay alguien al borde del remolino. Nota de bitácora: se les recomienda a los peces gordos la embarcación de estas Morganas (¡co-escritoras de Valenzuela!), que ya desde hace tiempo impusieron su voz con fuerza en la Argentina. Los peces listos distinguen su presa aún sin recomendación. Felicitaciones!

Traducción:
Natalia Guzmán Díaz

¡Eso somos inevitablemente nosotros!


Marvin Kleinmeier dirige el Blog Wide Leser con datos y lecturas referentes al autor chileno Roberto Bolaño, y también con un enfoque en Argentina. Junto con el autor argentino Pedro Maral se pasea por los pabellones de la feria.
¡Eso somos inevitablemente nosotros!

Al entrar a la exposición de invitados de honor, los ojos tienen que acoustumbrarse a la oscuridad relativa. El área extensa parece muy grande y pequeña a la vez. Es jueves al mediodía, los pasillos estan vacíos, los latinoamericanos invitados parecen por un instante estar como en familia, y discuten en pequeños grupos ante las obras expuestas. La primera cara que llama mi atención es una conocida. Entre dos carteles blancos con anuncios que cuelgan inmóviles del techo alto, veo a Pedro Mairal. Éste parece modesto, su delgada barba se ve más puntiaguda que en las fotos de la editorial. Se sostiene con ambas manos a las correas de una mochila pequeña, como si temiera caerse del setting. Se acuerda de mi nombre de inmediato. Unas semanas antes habíamos tenido una larga entrevista.

Nos abrimos camino entre los carteles de Damocles para empezar una pequeña caminata por la exposición, y le pregunto si se siente representado apropiadamente. “Esto TAMBIÉN somos nosotros. Inevitablemente somos nosotros”, expresa con resignación sin mirarme. Tiene su mirada fija en la propaganda sobredimensional de la presidente de la Argentina. Unos pasos más adelante se embelesa entonces con las caricaturas de Rep, dibujante de cómics argentino para el periódico “Página/12”, y recorre con su dedo la delgada línea que forma el dibujo. Mientras lo observo, mi mirada se torna hacia la vitrina en la que están expuestos los diarios de Ernesto Guevara, y recuerdo aquel año de mi vida en el que los leí todos. A Pedro no le digo nada de esto.

Tras unos pasos más sobre el piso de madera colocado sin precisión, llegamos a un monumento a los desaparecidos en la época de la dictadura. Nos detenemos frente a una placa conmemorativa, en la que se enumenran los escritores que desaparecieron durante la dictadura. Es una placa enorme. Con quizás 60 nombres. Ya le había escuchado a otros escritores utilizar el desgastado término “generación perdida”. Para Mairal ésta no abarca lo suficiente. “Hay un hueco, un precipicio entre dos generaciones. Se extinguió una voz entera de nuestra historia”. Después de decir esto, busca de nuevo sostén en las correas de la mochila y mira meditabundo el mapa enorme de la Argentina iluminado con llamativas fotos turísticas ubicado en el área contigua.

Traducción:
Adriana Redondo

Ser escritor residente

Durante la feria del libro en Francfort, autores alemanes y argentinos invitados por Los Superdemokraticos escribirán artículos para el intercambio cultural y literario argentino-alemán. Ron Winkler, lírico y editor, acabó de estar cuatro semanas en Córdoba participando en el proyecto Rayuela de escritores residentes del instituto Goethe y escribió al respecto: 27 ensayos del Blog.

Ser escritor residente. Muchos días enteros y sus noches siendo, a la final, el único en su especie en un lugar, que es así mismo único en su especie.

Lujo de un viaje fuera de lo acostumbrado. La belleza de un experimentar diferente. La posibilidad de probar la movilidad, así como así. Maravilloso. Eso hago. Gracias.

Pagan por hacer algo, que en el mejor de los casos uno haría de todos modos. Extractar, espiar, falsificar. Formas fundamentales del narrar. Darle una forma tal al caos de sucesos, absurdo por naturaleza, que se pueda entender, que se pueda exponer. Ese es el trabajo de la minoría que son los escritores: Acceder a aquella minoría de sucesos, que en medio del “todo” parece ser suficientemente valiosa como para ser expuesta.

Me gusta el concepto de parásitos urbanos. Con esto en mente, se vive el ser escritor en residencia, como un cargo en la oficina del placer. No hay que llevar una crónica, no hay que ser amable con el lugar, ni se hace necesario odiarlo. Uno solo hace malabares con lo accidental, generaliza improvisando, es comparatista de fenómenos y singer-thinker (Tony Hoagland) y realsurrealista. Esta permitido, ya que uno esta invitado a la extemporación de su Yo usual, extemporar su Yo usual. En un Blog. Un medio que permite mostrar juntos al ingenuo ser básico y al estilizado ser poético, quien es usualmente el que uno ejercita.

Entre la reverencia y la desilusión ante esta nueva patria a ensayar, se coordina el amor (compenetración con lo ajeno) con la psique (matriz de asociaciones) – por lo general animado, pues no se es ni fetichista, ni proteccionista de la cotidianidad en la que uno normalmente vive.

Y se encuentra en un aparente centelleo más permanente que el usual. Tras la búsqueda de nudos de individualidad y distinción entre ese gran Todo puesto a disposición. Epicéntrico que uno quiere ser.

Traducción:

Natalia Guzmán Díaz