¡Eso somos inevitablemente nosotros!


Marvin Kleinmeier dirige el Blog Wide Leser con datos y lecturas referentes al autor chileno Roberto Bolaño, y también con un enfoque en Argentina. Junto con el autor argentino Pedro Maral se pasea por los pabellones de la feria.
¡Eso somos inevitablemente nosotros!

Al entrar a la exposición de invitados de honor, los ojos tienen que acoustumbrarse a la oscuridad relativa. El área extensa parece muy grande y pequeña a la vez. Es jueves al mediodía, los pasillos estan vacíos, los latinoamericanos invitados parecen por un instante estar como en familia, y discuten en pequeños grupos ante las obras expuestas. La primera cara que llama mi atención es una conocida. Entre dos carteles blancos con anuncios que cuelgan inmóviles del techo alto, veo a Pedro Mairal. Éste parece modesto, su delgada barba se ve más puntiaguda que en las fotos de la editorial. Se sostiene con ambas manos a las correas de una mochila pequeña, como si temiera caerse del setting. Se acuerda de mi nombre de inmediato. Unas semanas antes habíamos tenido una larga entrevista.

Nos abrimos camino entre los carteles de Damocles para empezar una pequeña caminata por la exposición, y le pregunto si se siente representado apropiadamente. “Esto TAMBIÉN somos nosotros. Inevitablemente somos nosotros”, expresa con resignación sin mirarme. Tiene su mirada fija en la propaganda sobredimensional de la presidente de la Argentina. Unos pasos más adelante se embelesa entonces con las caricaturas de Rep, dibujante de cómics argentino para el periódico “Página/12”, y recorre con su dedo la delgada línea que forma el dibujo. Mientras lo observo, mi mirada se torna hacia la vitrina en la que están expuestos los diarios de Ernesto Guevara, y recuerdo aquel año de mi vida en el que los leí todos. A Pedro no le digo nada de esto.

Tras unos pasos más sobre el piso de madera colocado sin precisión, llegamos a un monumento a los desaparecidos en la época de la dictadura. Nos detenemos frente a una placa conmemorativa, en la que se enumenran los escritores que desaparecieron durante la dictadura. Es una placa enorme. Con quizás 60 nombres. Ya le había escuchado a otros escritores utilizar el desgastado término “generación perdida”. Para Mairal ésta no abarca lo suficiente. “Hay un hueco, un precipicio entre dos generaciones. Se extinguió una voz entera de nuestra historia”. Después de decir esto, busca de nuevo sostén en las correas de la mochila y mira meditabundo el mapa enorme de la Argentina iluminado con llamativas fotos turísticas ubicado en el área contigua.

Traducción:
Adriana Redondo

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