Descartables

Sobre la última muestra del artista argentino Diego Bianchi

En la muestra “Ejercicios espirituales” Bianchi desparrama por la sala pedazos de cuerpos, torsos, extremidades, cuerpos desarticulados y chamuscados, salpicados de cemento, cabezas, marañas de pelos por el piso, el techo y por distintos lugares de la sala, que más que sala de arte parece una sala de torturas.

En muestras anteriores Bianchi (a quien considero uno de los artistas contemporáneos argentinos más interesantes) trabajó con objetos, recolectaba material descartable o descartado, básicamente basura, para crear instalaciones.

“Junté durante varios días objetos de la calle: cajas, bolsas, plásticos, papel, muebles, sillas rotas, tubos de luz, etcétera. Revisé cajones con antiguas pertenencias, conseguí telas, tuberías, vidrios rotos, maderas, mangueras, cables, hilos. Llevé telgopor, ramas, plantas, flyers, documentos, facturas vencidas, fotos, casetes, disquetes, revistas, sábanas, remeras. Utilicé todos los almohadones de la sala, sillas de jardín, dos cuadros de Fernanda Laguna, puertas, sillas de plásticos, el teléfono, la mesa, la escalera y los bancos… Una vez que todo estaba allí empecé a girar con todo esto alrededor de la columna, comencé a mezclar las cosas, retorcí, até y enrosqué…” (Diego Bianchi, sobre la instalación “Daño” en la galería Belleza y Felicidad).

Lo que tortura y retuerce en esta muestra, no son objetos, son cuerpos o cuerpos-objetos. Esto me resultó sumamente poderoso… cómo esos objetos, torturados, llamados cuerpos, son manipulados, forzados y cómo sobre ellos el poder de otros cuerpos se impone. En este pasaje de las cosas al cuerpo y de la instalación a la escultura, los objetos ahora son esculpidos, formados y esos objetos son cuerpos… también desechables.

Porque estos cuerpos, como decía Fabre en su artículo, están bajo una dictadura de la moda y bajo una dictadura de las comunicaciones que nos hacen creer que somos libres, que elegimos… cuando todo está manipulado. Entonces, está bien seguir hablando de la “docilidad” de los cuerpos.

Y esa docilidad del material, que para Bianchi puede ser sometida, utilizada, transformada y perfeccionada, como los cuerpos, hablan de una coerción constante que vela sobre los procesos de la actividad más que sobre su resultado.

Aquel poder disciplinario y de control, del que hablaba Foucault, en estos tiempos globalizados profundiza un castigo silencioso que opera con la finalidad de producir cuerpos domesticados, utilizables y descartables.

hasta ahora 1 comentario sobre 'Descartables'

  1. Cuerpos-objetos… Sí, Bianchi tiene un trabajo interesante. Lo que me recuerda esta y otras obras de el artista es la deshumanización, la pregunta no acerca de cuánto de humano hay en nuestros objetos, sino acerca de cuánto de objeto cargamos nosotros y cuánto los objetos han recondigurado la noción de lo humano.

    Cierto es que revelan sobre los procesos de actividad, pero además, hablan de nosotros o más bien por nosotros.

    He ahí otros de los núcleos del trabajo de Bianchi.

    Al final, claro, son cuerpos descargables, puesto que no son más que cuerpos-entes productivos.

    Spandeutsch (Marcela):

    „Körper-Objekte… Ja, Bianchi hat eine sehr interessante Arbeit. Diese und andere seiner Werke erinnern mich an die Entmenschlichung, nicht an die Frage, wie viel Menschliches es in unseren Objekten gibt, sondern wie viel vom Objekt wir in uns tragen und wie sehr die Objekte die Vorstellung vom Menschlichen rekonfiguriert haben.
    Tatsache ist, dass sie Prozesse der Aktivität offenbaren, aber außerdem sprechen sie von uns oder besser: für uns.
    Das sind andere zentrale Fragen der Arbeit von Bianchi.
    Schlussendlich sind es natürlich Wegwerfkörper, da es nicht mehr als produktive Körper-Wesen sind.“