Cuando tenía 8 años en una clase historia el profesor nos habló de la Guerra del Pacífico. En casa ya me habían contado lo básico: en 1879 Bolivia había perdido su acceso al mar. El profesor tenía la cara compungida ya antes de hablar. Empezó dibujando un mapa en la pizarra, como para ir creando suspenso. Ya no recuerdo el prólogo (son brumosas ciertas zonas de la memoria infantil) pero el relato comenzaba con Chile declarándonos la guerra por las riquezas (guano y salitre) que se encontraban en un espacio (y que nos pertenecían desde siempre, enfatizaba el profesor) cuyos límites estaban en conflicto por años.
Como era carnaval, la declaración de guerra había sido tomada a la ligera para continuar la fiesta en paz. Cuando las tropas chilenas iban a ocupar la ciudad de Calama, un boliviano habitante de la zona del conflicto, comandando un ejército improvisado y en desventaja frente al del enemigo, les salió al frente. El héroe, de abundante bigote, se llamaba Eduardo Abaroa. Abaroa y su gente brindó una fiera resistencia pese a la desventaja, decía el profesor. Pero cuando ya quedaba solo él (los demás estaban muertos o habían sido tomados prisioneros) Abaroa continuó disparando hasta ser cercado por los soldados chilenos que, admirados por su osada perseverancia, le apuntaban exigiéndole su rendición. Ante el imperativo “ríndase” del comandante chileno Abaroa habría contestado “¿Rendirme yo?, ¡que se rinda su abuela, carajo!”. Luego de una defensa boliviana pusilánime la guerra se había desarrollado y, con celeridad y ya sin héroes decididos a inmolarse, sucedió la derrota boliviana. Y desde entonces no teníamos salida al mar y por eso éramos pobres. Todo esto decía aquel casi olvidado profesor de historia, que ya nos había transferido su tristeza, repitiendo seguro lo que había aprendido como alumno.
Años después (también en aulas, pero esta vez elegidas por propia voluntad) aprendería que todo era más complicado. Que no sólo había sido una guerra más (en la que luego también participó Perú) que una guerra entre dos países la Guerra del Pacífico habría sido una “querella por el excedente” impulsada por intereses exclusivamente comerciales, otra batalla sangrienta declarada por el desalmado espíritu del capitalismo. Que la clase dominante, que por generaciones había heredado el estado (y que lo seguiría ocupando luego por casi más de cien años), poseía un sentido patrimonial del aún amorfo país y que despreciaba lugares lejanos de su centro de operaciones, construido sobre la base del hecho de discriminar e ignorar a los indígenas, había dejado abandonado aquel territorio y no dimensionaban las consecuencias de su amputación. Que con la pérdida de la costa se había roto una exitosa lógica de ocupación espacial previa a la Conquista, el control transversal de varios pisos ecológicos, y que eso era tan grave como no poder comerciar con el mundo o entrar con mucho retraso a la modernidad. Que el resentimiento hacía Chile era otra ficción del Nacionalismo Revolucionario de 1952. Que la Guerra del Pacífico era el mito de origen de la desgracia nacional, el inicio de nuestra tradición como fracasados, el estigma de la desdicha. Que toda Historia es manipulación del pasado con fines políticos, para bien o para mal. Que mirarnos tanto tiempo para adentro nos había vuelto tristes y solipsistas. Que a veces conocer la historia no nos libra de cometer los errores del pasado sino que además nos impide la liberación en el presente.
Pero el tiempo es también buen maestro. Ahora sabemos que no se debe recurrir exclusivamente a la reconstrucción del pasado para construir la conciencia nacional o sentirnos menos, pero tampoco para construir utopías. Por lo tanto no hay que dejar de construir barcos.
No sólo una polémica
La enseñanza de historia en las escuelas forma la conciencia
Este es el mejor momento para estar. Mirando, actuando
Este espacio no puede ser posible sin otro espacio
No quiero más utopías con base en el pasado
Construir barcos
Dices que la enseñanza de historia en las escuelas forma la conciencia, pero se trata siempre de una conciencia manipulada de acuerdo a requerimientos del estado. Estás de acuerdo con la conciencia histórica que se está formando en las escuelas bolivianas hoy en día?
La metáfora de construir barcos en un país sin mar me encanta.
Saludos!
Spandeutsch (Anne)
“Du sagst, dass der Geschichtsunterricht in der Schule das Bewusstsein formt, aber es handelt sich immer um ein manipuliertes Bewusstsein, das auf die Bedürfnisse des Staates ausgerichtet ist. Bist du mit dem historischen Bewusstsein einverstanden, das heutzutage in den bolivianischen Schulen geformt wird?
Die Metapher des Schiffe-Bauens in einem Land ohne Meer gefällt mir sehr.
Grüße!”
:
Liliana,
exactamente: la escuela forma una conciencia histórica manipulada, y casi siempre con un sesgo que, como decía cierta catedrática, en vez de promover la “liberación” consolida cierta visión (y por lo tanto los cursos de acción) que es conformista. en mi país el tema del mar ha sido machacado en las escuelas formando una conciencia triste y derrotista. y en estos tiempos de cambio muchos ya no queremos ni melancolía ni pesimismo.
saludos
Spandeutsch (Anne):
“Liliana,
exakt: die Schule formt ein manipuliertes historisches Bewusstsein, und fast immer mit der Wendung, dass, so wie eine Professorin immer sagte, anstatt die “Befreieung” zu fördern, eine konformistische Sicht (und folglich entsprechende Handlungsmuster) gefestigt werden. In meinem Land ist das Thema des Meerzugangs in der Schule so breit getreten worden und hat in uns ein trauriges und Verlierer-Bewusstsein herausgebildet. Und in den heutigen Zeiten des Wandels wollen wir weder Melancholie noch Pessimismus mehr.
Grüße”
Yo haría, más que lecciones de olvido, lecciones de recreación, de reinvención de la historia. Además de la versión manipulada -que no es más que el acentuar o relatar lo que se quiere sea recordado mientras se elimina y silencia toda voz que se prefiera ininteligible- hay otra estrategia que viene bien a los poderes hegemónicos luego de meter la pata de manera visible: la del borrón y cuenta nueva. La historia, se quiera o no, es una larga cadena de ejemplos de meteduras de pata. Entre sus líneas de épica y gloria puede leerse cuán mal lo hemos hecho hasta ahora, y en sus silencios puede verse también lo que no hemos probado. Hay muchas voces que estamos acostumbrados a silenciar siguiendo la inercia de discursos ajenos que nos enseñan a cultivar como propios. Incluso el cuerpo que somos, el animal que somos, está silenciado en nuestras páginas más veneradas de relatos históricos a contracorriente… Sólo la literatura se ocupa de narrar no la invención de un ethos nacional o ciudadano -esa que es la misión constructiva de la Historia-, sino los acontecimientos minúsculos y sin nombre de la cotidianidad de un individuo agazapado tras la megaficción de las ciudades y el consumo como sino irrebatible. Por eso la reinvención es mi propuesta; una mezcla de literatura e historia. Literatura e historias menores. Relatos construidos a partir de las tachaduras y borrones del historiador y el periodista exitosos.
Spandeutsch (Anne):
“Ich würde eher Lektionen der Rekonstruktion, der Wiedererfindung denn Lektionen des Vergessens vorschlagen. Neben der manipulierten Version – die ja nichts weiter ist, als das zu erzählen oder zu betonen, was erinnert werden soll und das zu verschweigen oder auszulöschen, was lieber nicht vernommen werden soll – gibt es eine weitere Strategie, die den hegemonialen Kräften zugute kommt, nachdem sie sichtbar ins Fettnäpfchen getreten sind: die vom Schlussstrich und Neuanfang. Die Geschichte, will man es oder nicht, ist eine lange Anreihung von Tritten ins Fettnäpfchen. Zwischen den Zeilen der Herrlichkeit und Epik können wir herauslesen, wie schlecht wir es bis jetzt angestellt haben und in den Auslassungen können wir erkennen, was wir alles bisher nicht versucht haben. Es gibt viele Stimmen, die wir gewöhnt sind zu unterdrücken, aus der Bequemlichkeit heraus, uns fremden Diskursen zu unterwerfen, die wir gelernt haben als unsere eigenen zu kultivieren. Sogar der Körper, der wir sind, das Tier, was wir sind, wird in auf den Seiten unserer gepriesensten gegenhegemonialen Geschichtserzählungen tot geschwiegen. Nur die Literatur beschäftigt sich nicht mit der Erfindung eines nationalen oder staatsbürgerlichen Ethos – was die Konstruktionsarbeit der Geschichte ist – sondern mit den kleinen, namenlosen Geschehnissen des Alltags eines Individuums, das sich vor der Megafiktion der Städte und dem unbestreitbaren Konsum duckt. Aus diesem Grund schlage ich die Wiedererfindung vor: eine Mischung aus Literatur und Geschichte. Literatur und minoritäre, kleine Geschichten. Geschichten gestrickt aus dem aussortierten Material des Historikers und des erfolgreichen Journalisten.”
Fernando !pues ya tienes a un aliado para construir barcos!
Spandeutsch (Anne):
Fernando! Hier hast du schon einen Allierten für das Boote bauen!
¿no habrá lugar en algún barco para Abaroa? – muy interesante. saludos cordiales
Spandeutsch (Anne):
Gäbe es nicht vielleicht in irgendeinem Schiff einen Platz für Abaroa? – Sehr interessant. Herzliche Grüße
:
eso, Lizabel, yo también apuesto por la historia de lo invisible, la “historia menor”. y creo que como propones serían muy fructíferas unas lecciones de recreación histórica. creo que no atiné, pero quería hablar de “olvido creativo” (de olvidar ciertos pasaje y resaltar otros, de cambiar la perspectiva de los hechos, etc) en pos de la liberación. justamente ese cliche de que si conoces la historia no la repites: y si la desconoces y vas liviano y esperanzado para adelante? (o para atrás, depende de la cultura)
construyamos una super arca para todos!!!
saludos!
Spandeutsch (Anne):
“Genau so, Lizabel. Ich setze auch auf die Geschichte des Unsichtbaren, auf die “kleine Geschichte”, die “minoritäre Geschichte”. Und ich glaube, wie du vorschlägst, dass ein paar Lektionen in historischer Rekonstruktion (recreación) sehr fruchtbar sein würden. Ich wollte, aber ich glaube ich habe es nicht ganz getroffen, von dem “kreativen Vergessen” sprechen (davon einige Passagen zu vergessen und andere hervorzuheben, die Perspektive auf das Geschehen zu verändern etc.) mit Blick auf die Befreiung. Genau dieses Klischee des Wenn du die Geschichte kennst, wiederholst du sie nicht. Und wenn du die Geschichte nicht kennst, verkennst und leichtlebig und hoffnungsvoll nach vorne gehst? (oder zurück, das kommt auf die Kultur drauf an)
Lasst uns eine Super-Arche für alle bauen!
Grüße”
manos a la obra!
solo falta que llueva durante 40 dias y noches
Lo que dice Fernando en cuanto al olvido y la re-interpretación es importante, pues por más que nos quieran hacer creer en los colegios sola versión blanquinegra de la histora, fácil y lógica de decifrar, no permiten que nosotros construyamos la relación entre la historia y nuestras vidas. El “olvido creativo”, las clases de historia participativas: ¿Cómo sería eso? Sería, en vez de “la historia” pues ¡básicamente “las historias”! Las historias que cuentan nuestros abuelos son tan “historia” como los hechos históricos en los libros, pero ellas son más verdaderas para nosotros como hijos de familia y ciudadanos del “ahora”. Tenemos que interpretar cada vez de nuevo el pasado de acuerdo a lo que estmos viviendo ahora. La historia es un proceso y el presente es parte de ello, tal como lo será el futuro. Construir barcos significa seguir soñando y estar bien atentos a lo que está ocurriendo en este momento. En las escuelas esto implicaría crear cada uno su punto de vista, ya no culpar o lamentar a los muertos sino cuestionar los procesos sociales: ¿Qué ha pasado con los sueños de nuestros abuelos y cuáles son los nuestros? Y después, camino de la escuela a sus casas, recrear su mundo, y construir, conscientes, miles de barcos de papel. Tal vez: barcos voladores. Tal vez.
Spandeutsch (Anne):
“Das, was Fernando über das Vergessen und die Re-Interpretation der Geschichte sagt, ist wichtig. So sehr sie uns in der Schule auch die schwarz/weiß-malerische Version der Geschichte, logisch und einfach zu entziffern, beibringen wollen, so wenig erlauben sie uns, die Verbindung zwischen der Geschichte und unserem Leben herzustellen. Das “kreative Vergessen”, der partizipative Geschichtsunterricht: Was wäre das? Es würde vor allem bedeuten, statt “der Geschichte”, “die Geschichten”! Die Geschichten, die unsere Großeltern erzählen, sind so sehr Geschichte, wie die historischen Tatsachen in den Geschichtsbüchern, aber als Familienangehörige und Bürger des Heute sind die Geschichten für uns wahrhaftiger. Wir müssen jedes Mal wieder die Vergangenheit neu interpretieren mit Bezug auf das, was wir im Heute erleben. Die Geschichte ist ein Prozess, von dem die Gegenwart ein Teil ist und die Zukunft einer sein wird. Schiffe zu bauen, bedeutet, weiter Träume zu verfolgen und sehr aufmerksam zu sein dafür, was um uns herum passiert. In der Schule würde das beinhalten, dass jeder seinen eigenen Standpunkt entwickeln kann und dass man nicht mehr die Toten beklagt und sich ihrer gegenseitig beschuldigt, sondern soziale Prozesse in Frage zu stellt: Was ist mit den Träumen unserer Großeltern passiert und welches sind die unsrigen? Und danach, nach dem Weg von der Schule nach Hause, erschaffen sie ihre Welt neu, bauen, bewusst, Tausende von Schiffen aus Papier. Vielleicht: Fliegende Schiffe. Vielleicht.”
Sueño con un viaje en barco a Perú, desembarcar y dejar anclado ahí el Huascar, sueño con compartir el mar con Bolivia y por su puesto, soy el primero en embarcarme en un BARCO boliviano hasta Talcahuano.
Francisco
chileno