“Entonces, a través de la fina malla de tus pestañas,
verás todavía alargarse en mis pupilas ávidas un
desperezamiento de panteras…”
Rubén Martínez Villena
Aprender a convivir con el miedo es uno de los grandes retos de mi vida. Yo he tenido muchos, algunos se han ido, otros se disfrazan y gatean escondidos, mas hay uno persistente, siempre en vela, que me despierta del sueño de la razón. El miedo a no ver trasciende la intimidad que me he trazado, es también a que los demás no me vean, que no nos veamos. Si no logramos percibirnos parecería que somos intercambiables. Entonces nos perderíamos en la generalidad del los términos, por ejemplo mujer u hombre. Tú serias solo una mujer, yo solo un hombre; seriamos cualquier mujer, cualquier hombre, no tendríamos rostro, y la sexualidad continuaría siendo el escudo del uno frente al otro. Las clasificaciones de género resultan insuficientes para atrapar la sutil expresión de lo que somos. Tu sexo, el mío, son casuales y quiero ver en ti y que veas en mí más que esta trivialidad que tendemos a naturalizar. Y esto aunque intuyo querer no basta.
Al principio fue lo opuesto. Es por eso que en mis íntimos andares por las calles, bares y camas de Berlín me invadía la mayor de las veces una sensación rara. Los encuentros parecían desencuentros. En esas caminatas era asumido por muchos y muchas como un hombre latino. Este tipo de animal es aprehendido como bestia feroz. No es tan malo ser clasificado como semejante espécimen, sobre todo porque estaba de moda y parecía ser no más que una locura pasajera. Ciertas demencias duran demasiado. Todo lo que hacía solo servía para corroborar mi condición de fiera. Las gafas que suelo usar para ver el mundo no eran entendidas por algunos como producto de un problema visual, sino como el intento de parecer intelectual. No los culpo, mi abuelo también pensaba que los intelectuales lo tenían todo más fácil, tanto así, que insistió en que sus hijos estudiaran una carrera universitaria. Siguiendo los pasos familiares comencé a estudiar filosofía y ciertamente no he notado que mi vida sea más fácil por ello. Para mí la situación empezó a ser sofocante. Un día invite a bailar a una chica que lo hacía bien y la respuesta fue rápida y precisa: – ¡Yo ya estoy casada! La sangre jacobina y cimarrona que me corre por las venas llego a estado de ebullición. Me leí el ensayo de Camus y desde entonces era Le latino révolté. Desde el grito ideé una estrategia para luchar contra el sentido común. Mi táctica no era quizás tan buena como la puesta en práctica en Afganistán y en Irak, pero creía funcionaria, al fin y al cabo yo no quería adueñarme de nada, solo ser visto más allá de estereotipos. La idea era sencilla, solo debía evitar los bailes donde las pelvis se juntaran. Desde entonces comenzó a comentarse que no sabía bailar. – Yo creo que no es Latino- comentaban agregando -, nació en el viejo continente. ¡Le falta sabor! Estas habladurías me tocaron el ego, así que decidí simplemente no bailar. La explicación no se hizo esperar. – ¡No baila porque es homosexual! Con esto se me empezó a cotizar bien alto en el mercado sexual. En esos días me enteré que para muchas mujeres era un bello desafío, llevarse a un gay a la cama. Emborrachando la frustración frente a una cerveza una amiga me conto que a ella le pasaba lo mismo. Entre ciegos los desencuentros son más comunes que los encuentros. Esa noche los mandamos a todos y todas al carajo. Si no nos ven que se jodan. Ellos se lo pierden.
Hay miedos que no son saludables, el miedo al otro es uno de ellos. En cambio el temor a la ceguera me ayuda a no perder la capacidad de sorprenderme, a verme, a verte, en la búsqueda de lo que puedo, de lo que puedes y quiero, y quieres: ser. Andando así, con Goya a mí lado por esta vida nuestra, pretendo evitar los monstruos que produce la razón. No siempre me está dado, mas lo intento.
Joaquín Sabina, Pie de Guerra.
Hola Pedro, me gusta el texto que has escrito. Quizás porque me identifico pero desde otra arista. A veces el mismo miedo surge por la hostilidad del otro, el prejuicio constante. Y llegado un momento prefieres pasar desapercibido y no buscar sorprenderte, si sucede, mantenerlo a raya para que no te hieran.
SpanDeutsch (Barbara):
Hallo Pedro, mir gefällt der Text, den du geschrieben hast. Vielleicht weil ich mich damit identifizieren kann, wenn auch von einer anderen Schnittkante aus. Manchmal entsteht die Angst an sich durch die Feindseligkeit des Anderen, des permanenten Vorurteils. Und wenn sie einen Moment lang auftritt, zeiht man es vor unauffällig vorbeizugehen und sich nicht überraschen zu lassen, wenn es passiert, halte sie im Zaum, damit sie dich nicht verletzt.
Pedro!!
Sera por que vivimos en un país, que aun que no sea nuestro, se volvió nuestra casa sin querer; que nos sentimos todos igual, con los mismos miedos, las mismas inseguridades, los mismos orgullos y las mismas rabias.
Si todo esto ayuda a inspirarte y lograr escribir algo así, valió la pena, me gusto muchísimo.
Besos,
Camila
SpanDeutsch (Barbara):
Pedro!!
Möglicherweise liegt es daran, dass wir in einem Land wohnen, das, obwohl es nicht unser Land ist, unser zuhause geworden ist, dass wir uns alle gleich fühlen: mit den gleichen Ängsten, den gleichen Unsicherheiten, dem gleichen Stolz und der gleichen Wut.
Wenn all das dich dazu inspiriert hat und es erreicht hat, dass du so etwas schreibst, dann war es das wert. Es hat mir sehr gut gefallen!
Küsse
Camila
mi hermano , yo siempre supe que eras bueno , pero me equivoque eres el mejor , me sacaste las lagrimas , yo que he crecido contigo paso a paso que he compartido un pedazo de pan , un plato de espaguetti , un vaso de agua con azucar preita , me doy cuenta de todo lo que nos han quitado, pero lo estamos recuperando .En este articulo has descrito todo lo que siempre queriamos conocer y vencer y lo hemos afrontado cada cual solo y a su manera . los miedos no son mas que las metas que nos proponemos y los desencuentros nuestras aventuras locas . te quiero mi herma , que estemos lejos no quiere decir que estamos olvidados , cuidate
SpanDeutsch (Barbara):
Mein Bruder, ich wusste immer schon, dass du gut bist, aber ich habe mich getäuscht: du bist der Beste. Du hast mich zu Tränen gerührt. Ich, der ich Schritt für Schritt mit dir aufgewachsen bin, der mit dir ein Stück Brot, ein Teller Spaghetti, ein Glas Wasser mit braunem Zucker geteilt habe, mir wird klar, was sie uns alles genommen haben, aber wir holen es uns zurück. In diesem Artikel hast du all das beschrieben, was wir immer kennen lernen und besiegen wollten und alle Dingen, denen wir uns alleine und jeder auf seine Art gestellt haben. Die Ängste sind größer als die Ziele, die wir uns stecken und die Nicht-Treffen sind unsere verrückten Abenteuer. Ich hab dich lieb, Bruder – das wir weit weg von einander sind, heißt nicht, dass wir uns vergessen. Pass auf dich auf!
Hola Pedro, me han gustado mucho tus reflexiones, sin embargo, no me siento nada alejada de tu realidad en Alemania. Yo tambien a veces no entiendo como nos etiquetan, sabes es como sin abrir la boca solo por saber la edad, el color y la nacionalidad, incluso el barrio, la vivienda, hablara todo de ti, entonces lo que digas con tus palabras no importa, ya otros te vistieron, te arroparon y cualquier idea o reflexion que vaya en contra de los ropas esteriotipadas que te coloron es quasi contracultura.
En verdad me gusta. No tengo personalidad de fanatica ni seguidora pero me sere frecuente a esto.
SpanDeutsch (Barbara):
Hallo Pedro, mir haben deine Überlegungen zu diesem Thema wirklich gut gefallen, weil ich deine Realität in Deutschland sehr gut nachvollziehen kann. Ich begreife auch nicht in welche Schubladen wir manchmal gesteckt werden. Weißt du, es ist, als ob man ohne ein Wort zu sagen, nur weil jemand das Alter, die Hautfarbe und die Nationalität kennt, dazu noch das Viertel und die Wohnung, als ob all das schon alles über dich aussagt. Und das, was du mit deinen Worten versuchst zu sagen, nicht zählt. Die Anderen haben dich schon angezogen, dich bedeckt und jegliche Idee oder Reflexion, die nicht mit dieser stereotypischen Kleidung übereinstimmt, die dich in Farben hüllt, ist wie eine Gegenkultur.
Dein Text gefällt mir wirklich gut. Es entspricht nicht meiner Persönlichkeit Fan oder Anhängerin von etwas zu sein, aber ich werde jetzt öfter hier sein.