Lluvia y cuerpo

* El cuerpo es la única relación que es para siempre. El divorcio  es imposible y el camino se hace largo. Me parece que el aprecio por el cuerpo propio es algo que se gana a golpes. Se necesita tener un melanoma, hincharse un huevo, quebrarse una pata. Hace dos años estaba en esta misma latitud pensando en mi tumor, cuando por fin se validaba mi hipcondría de larga data. Años de estar acostumbrada a miedos más que dolores, y ahora por fin, una pelota redonda  y enorme donde fijar todas mis expectativas.

* Me sorprende este texto durmiendo en el bosque, en una pequeña casa de la familia en la selva tropical cerca de la costa. Es la época lluviosa y las tormentas llenan los ríos e inundan los campos. En la mañana tomo café y salgo descalza a tocar la tierra. Hay caracoles diminutos, pequeñísimas ranas, lagartijas que corren sobre el agua, gusanos que se arrastran entre los dedos. Todos están saliendo espantados del barro, bombardeados por las gotas y los pasos, alertados por la cafeína que ahora sudo. Ellos y yo, aquí todos somos cuerpo.

* Mis pies están llenos de cicatrices de todas las veces que me he parado en un vidrio, mis piernas han sido golpeadas por mesas, tablas de surf, salientes en el asfalto, depilaciones apresuradas, la vida corriendo por otros países y quizás huyendo de este. Examino las marcas mientras estamos sentados en la arena de la playa quemándonos la piel y los deseos. Todas estas cicatrices menores son mucho más evidentes que la cicatriz de cuando me sacaron el tumor, que está debajo del traje de baño como si nada hubiera pasado.

* Cuando flotamos en el mar sabemos exactamente el peso que tenemos, el hígado dolorosamente hinchado por el alcohol de ayer . Nosotros intoxicándonos y el cuerpo perdonándonos constantemente. Abrimos la boca y nos llenamos los pulmones de aire, eso que nos levanta a la superficie y nos salva de la muerte. De repente empieza a llover y a nadie le importa. La lluvia tropical es como una sábana blanca que cae sobre las personas y las cosas. A veces me parece que respiramos debajo del agua, sin pensarlo mucho, y que es a los primates marinos a quienes debemos esta fisiología improbable.

* Cuando yo nací no tenía una cuna, sino una hamaca como esta en la que me acuesto en las noches, y me balanceaba entre mis padres y las estrellas bajo el halo de un mosquitero. Era la forma en que nos íbamos a dormir todos con menos miedo, oyendo las gotas golpear el techo. A veces extraño ese calor de sus cuerpos, sus manos salvadoras, el vaivén de la hamaca en una parábola predecible. Entre entonces y ahora han venido los males, cicatrices y arrugas, dudas sobre la mortalidad propia y ajena, la salud y la enfermedad que se intercambian como las olas. La hamaca todavía sostiene mi cuerpo, este misterio regulado por sus propias mareas, una masa concreta que se deteriora lentamente de formas alarmantes y se regenera sin avisar,  que de alguna forma todavía me contiene.

4 comentarios sobre 'Lluvia y cuerpo'

  1. valia dice:

    Todo tu texto me hizo recordar el pueblo donde naci, donde esta la casa de mis abuelos, donde siempre habian hamacas; una de las cosas que mas extranho son las lluvias tropicales, la fuerza con la que cae el agua, lo verde que se ven las plantas, el piso de mosaico resbalozo, el barrial en la calle, la cortina de agua que cae por las canaletas de los corredores, la humedad que lo invade todo.

    Spandeutsch (Marcela):

    „Dein Text erinnerte mich an das Dorf, in dem ich geboren wurde, in dem das Haus meiner Großeltern ist und wo es immer Hängematten gab; was ich am meisten vermisse ist der tropische Regen, die Wucht, mit der das Wasser zur Erde fällt, das Grün der Pflanzen, die Wohnung mit rutschigem Mosaikboden, der Schlamm auf der Straße, der Vorhang aus Wasser, der von den Dachrinnen der Gänge fällt, die Feuchtigkeit, die überall eindringt.“

  2. Liliana Lara dice:

    Querida Lena!
    Me impresiona la manera tan poética, sensible e íntima en la que escribes éste y todos tus otros post. En este particularmente se siente la lluvia, las cicatrices, el vaivén de las hamacas. Y también me recuerdas cosas de mi propia realidad: la lluvia en medio de lo verde, mi abuela que dormía en una hamaca (una un poco más grande y profunda que llamamos “chinchorros”) a pesar de tener una cama enorme en su cuarto. Ese misterio que es el cuerpo “regulado por sus propias mareas” me recordó el momento del parto, cosa de la que he debido escribir ….
    Un abrazo!!

    Spandeutsch (Marcela):

    „Liebe Lena,
    ich bin beeindruckt von der poetischen, sensiblen und intimen Art und Weise, in der du diesen und alle deine anderen Posts schreibst. Besonders in diesem hier fühlt man den Regen, die Narben, das Hin und Her der Hängematten. Und du erinnerst mich auch an Dinge aus meiner eigenen Realität: der Regen inmitten des Grüns, meine Großmutter, die in einer Hängematte schlief (eine etwas größere und tiefere, die wir ‚chinchorros‘ nannten), obwohl sie ein riesiges Bett in ihrem Zimmer stehen hatte. Dieses Geheimnis, das der Körper ist und ‚das durch die ihm eigenen Gezeiten reguliert wird‘ erinnerte mich an den Moment der Geburt, etwas, von dem ich schreiben musste…
    Eine Umarmung!!“

  3. Leí este, y después me pregunté quién eras. Fui a buscar y conseguí al Itzpapalotl. Regresé y volví a leer. Busqué más. Fui y vine unas tres veces. Mala mujer, tu perfil, etcétera. Tus otros textos publicados acá. Estoy orgulloso de poder compartir espacio en este invento con una mujer como tú. Por lo que escribes y por cómo lo escribes. Hasta creo que me gustas. También creo que Rery y Nikola y no sé cuántos más entre traductores y entusiastas merecen un aplauso por haberte encontrado y sacado un poco más a la luz, al menos en esta pantalla, donde aparecerás a partir de ahora para ayudarme a leer. Abrazo y –literalmente– muchísimo gusto.

    Spandeutsch (Marcela):

    „Ich habe das hier gelesen und fragte mich, wer du bist. Ich begann zu suchen und landete bei Itzpapalotl. Ich kehrte hierher zurück und las den Post erneut. Ich suchte weiter. Ich ging und kam drei Mal zurück. Mala mujer (Schlechte Frau; ein weiterer Blog, Anm.d.Ü.), dein Profil, usw. Deine anderen Texte, die hier veröffentlicht wurden. Ich bin stolz darauf, diesen Raum in dieser Erfindung mit einer Frau wie dir zu teilen. Aufgrund dessen, was du schreibst und wie du es schreibst. Ich glaube sogar, dass du mir gefällst. Ich denke auch, dass Rery und Nikola und viele mehr wie Übersetzer und Enthusiasten einen Applaus dafür verdient haben, dass sie dich gefunden und dich ein wenig mehr ins Licht geholt haben, zumindest auf dieser Seite, wo du von jetzt an erscheinen wirst, um mir lesen zu helfen. Eine Umarmung und – buchstäblich – ein riesiges Vergnügen.“

  4. lena dice:

    Gracias, muchos abrazos. Mi admiración para sus textos y sus experiencias increíbles. Este espacio cada vez me gusta más.