„la ciudad es la boca/ el espacio“ empieza uno de sus poemas más famosos el poeta Thomas Kling, muerto demasiado pronto. La ciudad es el cuerpo, su boca: el laboratorio del idioma.
Con manhattan mundraum -área bucal de manhattan- encontré en 1996 el hocico capaz de meterse todo en la boca. Ahí nadie se arranca los dientes de oro del área dental y va a bailar, ahí alguno se mantuvo en la amalgama -“lleno mi boca/ espacio, estacas podridas, tu“ – el gobierno del azogue con el que recién se puede extraer el oro y la plata: „texto fundido/ y re-/fundido“.
Ahí uno escarbó los residuos, medio digeridos, hacia afuera de la mal iluminada área bucal: „artículos de opinión que de/ en los labs, el surco que separ, como/ palimpsesto. Como papel comestible.“
Cuando el arte muestra lo que pocos han visto todavía -como lo formulara Robert Musil– Thomas Kling mostró ese „lado sucio“, „la flema del uso“ del cazador de palabras y del versero, él sabía como liar y preparar el lenguaje de los cuerpos.
Hablamos del vino, que tiene cuerpo, uno conoce la física de los cuerpos sólidos, el cuerpo de las empresas constructoras, el esqueleto de acero.
La poderosamente cansada aglomeración de cuerpos, la mafia del concreto, concrete poetry, aliento ardiente, circulaciónn pulsante, cuerpos de resonancia, el afilador de tijeras con su tono de pito inconfundible, el camión de gas con su corta melodía, la ciudad habla, ronca, chasquea, gime, uno espera en cualquier momento que se libere de sus anclajes y se mueva hacia adelante. Me asiento sobre un gigante ahogado y tiemblo. Cada vez que toma aire termino en una situación difícil. Expira y caigo por las calles empinadas. La avenida paulista, la tira de botones de su camisa extendida.
Traducción: Rery Maldonado
En algún momento de tu texto dices “la mafia del betón”. “Betón” no es una palabra española, la entendí pero me quedó resonando en la cabeza. La volví a leer y supe que la entendí porque es una palabra que se usa en hebreo, quiere decir “concreto”, es decir, ese material que se utiliza en las construcciones de grandes edificios y casas. Me pregunto si en alemán “betón” quiere decir lo mismo? Tal vez de allí la tomó el hebreo. En la traducción esa palabra no es traducida por alguna razón en especial?
Cuerpo y ciudad, buena mezcla!
Un saludo!
Liliana
Hola, creo que esa la tengo que responder yo, por ahí se me pasó un alemanismo. voy a pensar otra 😉
La ciudad borbotea palabras… Están por todas partes. Hace falta atajarlas en el aire y no dejarlas ir. No darles la espalda, incluso cuando parezca que ellas nos dan la espalda a nosotros…