History repeating (Propellerheads feat. Shirley Bassey

El mundial de fútbol es un pretexto ideal para revisitar la historia de un país. Un buen mundial es una excelente excusa para revisar tu vida amorosa y preguntarte a ti mismo qué mujer te acompañaba en ese tramo de la historia. El mejor de los mundiales es el escenario perfecto para indagar en la historia de Latinoamérica.

Un tipo duro, conocido como José Martí, aseguraba que Latinoamérica comenzaba en Tijuana. Así de septentrional es mi vida, así de septentrional es mi corazón. Cuando era niño viajaba cada año con mi madre a Ciudad Juárez. Mama cruzaba al Paso, Texas, a comprar fayuca, oficio heredado de mi padre, mientras yo permanecía de este lado de la frontera.

En el viaje de regreso, el tren venía siempre cargado de morrillos, hijos de fayuqueros, que presumían juguetes gringos. Mi madre me surtía la alacena machín de figuras de Star Wars, era el más prendido de mi colonia, nadie en Coahuila ostentaba la colección de personajes que yo llegué a atesorar. Pero 1986 fue un año traumático para mí. Volví a Coahuila con un solo obsequio. Un Pique, la mascota del Mundial México 86. Hice el berrinche más memorable en la historia de Latinoamérica. Me castigaron, me mandaron a la banca, mientras otros morritos jugaban en la cancha con sus juguetes americanos.

Veinte años después lo supe: a mamá la atrapó la migra. La border patrol pretendía abandonarla, junto al grupo de mojados que habían capturado, en el desierto, para que murieran. Se salvaron gracias a que por la radio se trasmitía el partido México contra Bulgaría en el Estadio Azteca. El gol de “tijera” de Manolo Negrete emocionó cabrón al oficial, un pocho, que les perdonaron la vida y sólo los arrestaron. A mamá la mantuvieron presa más de cuarenta y ocho horas, le quitaron todos los dólares que llevaba, despreciaron los pesos mexicanos, y la aventaron de retache al lado mexicano. En el cruce, en el Río bravo, me compró un Pique de plástico.

En el mundial Sudáfrica 2010, la historia se repite. Mi primo Pedro, un mariachi, se fue a jalar al Chuco. El 17 de junio intentó cruzar la frontera pero la migra lo detuvo. Justo después del gol de Cuahutémoc Blanco contra Francia me mandó un mensaje desde su celular: “Viva México”. Al día siguiente me llamó por teléfono desde Nuevo Laredo. Me dijo: “Primo, me deportaron. Te llevo un Zakumi de peluche, la mascota oficial del mundial. El pollero que contratamos no conocía ruta alguna para llegar a alguna city, nos íbamos a morir en el desierto. Después del gol de Cuauhtémoc decidimos entregarnos a los güeros. Pero qué güeros ni qué la madre, pinches pochos. Hasta nos invitaron unas cervezas para celebrar el triunfo de la Selección.” Y mis mesitas, le pregunté. Yo quería que me trajera unas mesitas para comer frente al televisor. “No primo, ya te chingaste, ai te las compras en City club.”

3 comentarios sobre 'History repeating (Propellerheads feat. Shirley Bassey'

  1. Geschichte wiederholt sich. Ja. Sie ist stinkgefährlich, weil sie uns Bilder zeigt, aus denen wir nicht mehr herausfinden. Geschichte ist suggestiv und in gewisser Hinsicht lehrreich. Aber sie schränkt auch unsere Wahrnehmung ein – wie heißt es doch: Du erkennst, was du weißt.
    Bau dir einen Beistelltisch!

    Spandeutsch (Anne):
    La historia se repite. Sí. Es apestosamente peligrosa porque nos crea imagenes de las cuales ya no sabemos salir. La historia es sugestiva y hasta cierto punto aprendemos de ella. Sin embargo también limita nuestra percepción – ¿cómo es que se decía?: Reconoces lo que conoces.
    ¡Fabrícate tu mísmo las mesitas!

  2. Carlos, Carlos, Carlos… !qué delicia de artículo! !GRACIAS! No puedo comentar mucho más sobre tus palabras, me fascinaron. “Al tiro” he pensado en la canción del Bracero Fracasado de Lila Downs (disco Border o La Línea). Algún día tengo que conocer México, Coyoacán, la casa azul de (mi) Frida, en fin… el México que en mi historia particular como boliviana me ha hecho crecer con el Chavo del Ocho, el Chapulín Colorado y todos los otros personajes de Chespirito que empiezan con “ch”, que me ha hecho reír con Cantinflas y que todavía me regala amigos y amigas “bien padres” aquí, en la latitud del individual.

    Spandeutsch
    (Anne):
    “Carlos, Carlos, Carlos…! Was für ein Vergnügen, dein Text. DANKE! Ich kann kaum noch etwas sagen zu deinen Worten, sie faszinieren mich. Ich muss sofort an das Lied Bracero Fracasado von Lila Downs (disco Border o La Línea) denken. Irgendwann muss ich auch mal Mexiko kennen lernen, Coyoacán, das Blaue Haus von (meiner) Frida, ach ja …das Mexiko meiner speziellen Geschichte als Bolivianerin, die ich mit dem Chavo del Ocho, dem Chapulín Colorado und andere Figuren von Chespirito (mexikanische Populärkultur/Fernsehprogramme) aufgewachsen bin, die alle mit “ch” beginnen und die mit Cantiflas gelacht hat und das mir immer noch sehr coole ( “bien padres”, mexikanischer Ausdruck) Freunde und Freundinnen beschert, hier, auf der individuellen Ebene.”

  3. Coincido con Ana Rosa, una delicia… Es un artículo cautivador. Y a propósito del mundial en Sudáfrica me recordó una escena de la película en que Morgan Freeman interpreta a Mandela, y que gira alrededor del fútbol rugby, y el esfuerzo del líder por conciliar al país utilizando a este deporte como medio. Hay una escena donde se acercan personajes secundarios cotidianamente antagónicos (dos policías y un niño sudafricado) precisamente mientras escuchan el partido por radio… No hay dudas de que el deporte nos pone ante la evidencia de un fenómeno cuyo análisis pudiera servirnos a quienes intentamos poner a dialogar voces contrarias.

    Spandeutsch (Anne):
    “Ich stimme Ana Rosa zu, ein Vergnügen…Das ist ein bestechender Artikel. Und apropros der WM in Südafrika hat er mich an eine Szene aus einem Film denken lassen, in dem Morgan Freeman Mandela spielt, und der über Rugby geht, und den Bemühungen von Mandela, das Land anhand des Sports mit sich zu versöhnen. Es gibt eine Szene, in der sich drei Nebendarsteller beim Verfolgen des Spiels im Radio näher kommen, die sich sonst im Alltag antagonistisch gegenüber stehen (zwei Polizisten und ein südafrikanisches Kind)…Es gibt keinen Zweifel daran, dass der Sport uns ein Phänomen vor Augen führt, dessen Analyse uns, die wir versuchen konträre Stimmen miteinander in den Dialog zu bringen, helfen würde.”