Despedida en cinco actos

I

Tu presencia es fugaz

te quedas poco

desapareces en medio de la tarde

en plena ducha

con una bolsa de tela

y la prisa dibujada en el arco de tus piernas

Esa última llamada telefónica

suele resultar tan triste

tan vacía y pesada

tan real

que produce espanto

me produce espanto

y me espanto

Saber que algo termina

que hemos sido pasajeros de

una historia que se quiebra

corazón de piedra fría y con grietas

mirada hueca y boca negra

tus huesos

que me acarician

anticipando el fin

conocen lo que dice este silencio

todas las preguntas que quiero hacerte

y no me atrevo

II

Quiero hacerte creer.

Eso es el amor, después de todo

a pesar de tus muecas

de tu grotesca cursilería

de tus interiores con huecos

esta aventura triste reparó

en una conexión sin esfuerzos.

Quítame las manos de encima

y vuela como un Cadillac

como un Pontiac

como un carro demoníaco y remoto

disfrazado de Pegaso

deja de pensar

de desvanecerte

toma de mí la presunción y el rencor

sé una rata maloliente

y corre

corre lejos

como un Ferrari

como un prófugo sin gracia ni suerte

corre lejos

conmigo

hasta que no te vean más nunca

ni la sombra de la luz de tus deseos


III

Eres la última posibilidad de mis pasiones dignas

lo que quiere decir que existes

pero apenas como una fuga cobarde que dibuja sombras en el agua 

sabemos lo que ocurre:

un objeto a velocidad lumínica

choca contra una piedra gigante y estalla

eso es la fuerza según la física

nosotros haciendo el amor

la piscina está vacía

tu reflejo también

la piscina está vacía pero no importa

porque adentro arde una fiesta

somos dos fantasmas y lo sabemos

tú eres el rasgo genuino de mi mal carcater

y yo

apenas

una venganza evidente

IV

Eléctricamente

el viento se pega a tu pelo

y tu memoria te obliga a parir

como si fueras mujer

a parirme a mí

en otra ciudad

en el desayuno

de una casa para tres

que no habitaremos nunca

V

También busqué el aliento extraviado entre las cajas

la movilidad y el perdón tenían un número

el último

el deseo y mis adicciones iban en todas

esparcidas en cada pedazo de cartón

libros

papeles

revistas

la misma ropa pasada de moda

media botella de ron amarillo

mi único contrabando

promesas reconstruidas en clave de la poética-ranchera

Creo que nunca volví a recuperarlo

pero actualmente sería capaz de

balancearme en el vacío

sin necesidad de maldecirte

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