Wie Mutter, wie Vater!

Nuestro Blog de la feria estuvo por unos días vacío, entre otras, porque se vació el Internet. Entre tanto ocurrieron muchas cosas, pero un par de frases, conclusiones y encuentros quedaron. Un informe de cierre.

Se habló mucho, hasta que se llegó el punto: quería escribir sobre la presentación de la joven periodista Ana Lilia Pérez en la 25° feria del libro de Guadalajara, quien presentó su libro “El Cartel Negro” que destapa las relaciones entre el narcotráfico y la petrolera PEMEX. Pero otra vez vino la aquí típica presentación de un libro, que comienza con la lectura de ensayos tipo recensión sobre el libro en cuestión. Lo que suele ser interesante, pero demorado… y dejé la sala repleta después de 45 minutos sin haber si quiera escuchado la voz de la autora. Algo parecido me sucedió en la discusión con el director de “El País”, Javier Moreno, Philip Bennett del “Washington Post”, Suzana Singer, “defensora del lector”, la encargada de los derechos del lector del diario brasilero más importante “Folho”, con una tirada de 400.000 al día y Alejandro Santos Rubino de la revista “Semana” de Colombia. Ellos debían contarnos los cambios que ha sufrido el periodismo después de los Wikileaks, pero primero resumió Bennet la historia de los Wikileaks, a petición de la moderadora, como si ninguno de nosotros hubiera escuchado nada antes al respecto. Javier Moreno logró estrechar su encuentro clandestino con Julian Assange en Zúrich por 15 minutos. Solo Suzana Singer llegó al punto: “Folho” abrió, después de los Wikileaks, un canal propio por el que los lectores y las lectoras pueden denunciar anónimamente y de modo seguro. Esto ha sido usado hasta ahora 320 veces y gracias al cual se han originado tres notas periodísticas, por ejemplo sobre malversación de fondos públicos. Otra conclusión: Wikileaks no contiene hasta ahora mucho material relevante sobre Latinoamérica, todo estaba concentrado en Estados Unidos y Europa. Y: La plataforma requiere de periodistas que filtren toda esa cantidad de información.

Fue entonces una verdadera fiesta de muchas muchas palabras, o como lo escribió la Feria del Libro de Frankfurt en su comunicado de prensa de cierre, un Fest de la palabra. Dio todas las cifras y datos que corresponden a un comunicado de prensa: 2.500 personas escucharon la conversación inicial entre Herta Müller y Vargas Llosa, en los 50 eventos literarios y de profesionales se contaron con alrededor de 8.500 participantes, en el pabellón alemán se presentaron 42 expositores individuales, 20 representantes de las editoriales alemanas viajaron a la Feria. La FIL en sí presentó más de 500 títulos, entre ellos de 25 escritores jóvenes, los “25 secretos”.

¿Pero no son las cifras solo signos vacíos para powerpoints del marketing, derechos de autor y managers de venta, que nada dicen sobre los caminos incomprensibles de la literatura? Por eso, y de modo no tan incomprensible se dieron muchas conversaciones en los podios, los salones, pero también en las fiestas, sobre el “poder del lenguaje” en sí, como se titulaba un poema slam de Bas Böttcher, que también él presentó en vivo.

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Se trataba de entender-se, de escuchar en un nuevo lenguaje, sobre español o inglés, sobre lecturas comunes, sobre Slang, sobre groserías, entendimiento cotidiano: En mexicano significa “madre” tanto “madre” como “super, lo mejor”, “padre” significa tanto “padre”, como …“super”. Por el contrario “poco madre”, solo existe en combinación con la madre, y significa “menos super”… ¿el poder de la madre o del padre? Y cómo sonaría eso en alemán: “Wie Mutter”?

La ministra Cornlia Pieper llamó al alemán, directamente en la apertura, como un “idioma de ideas”, una de las dos coordinadoras de la FIL, Consuelo Sáizar, habló de una “hermandad de la palabra” a la que todos pertenecemos y por la cual fue fundada la Feria en 1987 – en contra de la centralización española del mercado de libros en castellano, pues México es el país con mayor número de habitantes hispanoparlantes.

En varios podios sobre literatura en alemán, como el podio con Wladimir Kaminer, Dragica Rajcić, Adam Soboczynski y Saša Stanišić fueron venerados no solo un idioma, sino la multilingualidad de los autores multiculturales, quienes, y así lo reconoció la moderadora Sara Lovera López, crean un “moderno alemán propio”. Para el escritor proveniente de Bosnia Saša Stanišić, el lenguaje es como el “spaghetti” y “los autores hacen la salsa”, según él, el origen no es una categoría literaria, y tampoco el cabello castaño, lo importante es que uno pueda construir un puente entre su doble personalidad, y no percibirlas como separadas. Rajcić deja saber que todas sus metáforas en alemán vienen del eslavo, y que ella utiliza el “pasado indefinido” del eslavo, pues en alemán al igual que en la política, solamente hay un “pasado definido”.

Para cerrar me voy a permitir nombrar otra cifra: el alemán es, informó el director de la Feria del Libro de Frankfurt, Jürgen Boos, un idioma “gateway”, pues 40-50 por ciento de las novedades son traducciones, el alemán es el “mercado de idiomas” más grande en Europa. Si la traducción al alemán de un libro tiene éxito, se venden con frecuencia los derechos para otros idiomas. Y eso es de hecho una buena noticia para las lenguas pequeñas, cuya desaparición es temida por Dragica Rajcić, pues con ellas se perderían visiones del mundo propias. Esperemos entonces que el mercado de libros en español se encargue cada vez más y más del alemán, una lengua no tan grande.

Adiós y gracias a quienes nos apoyaron en el blog de la Feria: Natalia Guzmán, Barbara Buxbaum, Adriana Redondo de In-Kult, a Dieter Schmidt de la Feria del Libro de Frankfurt, a los super acompañantes de Guadalajara Paty, Vero, Erik, Sasa, Abbas, Holger, Peter Stamm, a los agentes de Facebook: Amaranta y Dennis, y a los “Tocinos” del Sexto Piso!

Traducción: Natalia Guzmán Díaz

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