A eso de las 3 de la tarde me llamó por teléfono un cuerpo y no pude hablar con comodidad porque había gente en la sala y era un cuerpo que hace mucho tiempo no veía.
Lo conocí un día de verano suspendida de cabeza. Tras un torpe intento de pirueta en un pasamanos quedé enredada entre las barras de metal sin saber cómo bajar sin comprometer mi integridad. En eso, aparece un cuerpo bronceado y atlético sonriendo de mi situación “¿Qué pasa pequeña? ¿ te ayudo?”. Jeje- pensé- es un gusto, sálvame la vida rápido. Me bajó de aquella trampa mortal implementada por la municipalidad y de pronto estábamos ambos sobre la tierra mirándonos. Que yo vivo por aquí y paseaba interactuando estúpidamente con mi entorno. Que él venía a hacer barras mirando el mar porque este es un excelente lugar. Y fue así que nos dimos cita otro día abrasador en el malecón: él llega con su cuerpo y yo, venciendo ciertas dudas, llevo el mío. Conversamos en una banca y me besa, se activan los irrigadores del parque y se nos antoja refrescarnos. Él se acerca y mete la cabeza como un cachorro embistiendo una almohada de plumas. Yo me interno más tímida y recibo unas chispas en la cara. El cuerpo me abraza y me empuja al chorro de agua, nos mojamos entre risas. ¡Qué es esto por dios! La gente nos mira, es soft pornografía, un video de Chris Isaak o Britney en la playa ¡sólo falta la música! Él también lo nota. Sí, en mi casa hay música, qué casualidad. Llegamos y es el Caribe mi habitación, el cuerpo es pura fibra transpirando. Nuestro dios es la respiración. El vicio de uno mismo es respirar, nadie puede parar, se siente tan bien vivir. Es un ejercicio permanente. Respira. Sientes el aire supervisando todos los órganos, llevándole rosas al cerebro y lisonjas al corazón. Tomas conciencia de tu mano derecha, las yemas de tus dedos rozan el ratón, afortunado de ser rozado por tus magníficos dedos. Tu espalda podría estar más derecha, es tu centro y tu cetro. Respira de nuevo. Ahora sigue por tu cuenta, tengo que irme.
“Tema: Cuerpo-Perú”, me gusta mucho eso. También las etiquetas, son como la lista de útiles escolares que conseguiste para escribir tu increíble texto.
muchas gracias rita, qué hermosa analogía!