Cuando todo es posible, ya nada lo es

La globalización no existe, lo que existe es una masificación de la dominación de las culturas fuertes sobre las débiles. No lo digo yo, lo dicen muchos teóricos y estudiosos más serios que lo que yo puedo llegar a ser, justamente uno que leía el otro día. Pero parece revestirle algunos gramos de razón. MASIFICACIÓN DE LA DOMINACIÓN DE LAS CULTURAS FUERTES SOBRE LAS DÉBILES. Toma para vos y tu tía Gregoria! Después de una frase así uno como que se rinde y se convierte a la teoría. Me interesa lo que dice esta frase rimbombante y me hace recordar a una anécdota.

Hace unos meses discutía con un teatro de Londres –al cual le tengo gran admiración– sobre un pedido de escritura que me habían hecho. Yo tenía que escribir una obra sobre la realidad de mi país, otorgándole por supuesto mi punto de vista y mi voz literaria, por decirlo de alguna manera. Decidí entonces escribir una obra que utilizara el tema de la dictadura, o mejor dicho, las resonancias de la dictadura en la vida de las personas. Pero le di muchas vueltas, ya que quería hacerlo desde una mirada personal. Decidí hablar sobre una familia con una hija desaparecida en la época de la dictadura, esa familia se habría construido desde entonces, en torno a la ausencia de su hija. Un día- esto sucede ya en la obra- descubren que su hija fue secuestrada durante la época de la dictadura, pero no por los militares, sino por los extraterrestres. La dictadura existió, hubo desaparecidos, solo que su hija no fue una de ellos. Cómo reaccionaría esta familia al descubrir de la noche a la mañana que todas las ideas sobre las cuales han construido valores y pilares morales, han sido erróneamente construidos? Los extraterrestres vuelven entonces a invadir el planeta y la obra sigue y sería muy largo de contar. El asunto radica que en el diálogo con el teatro londinense, ellos me valoraron muy positivamente la obra pero me sugirieron que repensara el asunto de los extraterrestres, pues parece ser un recurso ajeno a la dinámica y tema de la obra, que atentaba contra el verdadero valor que, para ellos, era hablar sobre la dictadura.

Aquí se suscita un diálogo que trataré de reproducir fielmente, con las disculpas de la memoria, ya que primero no recuerdo exactamente las palabras y segundo que fue a través de un intercambio de varios mails. Al principio contesté que si yo sacara los extraterrestres, la obra se tornaría una obra más sobre la dictadura uruguaya y a mi ya no me interesaría escribirla ya que sería abundar en la cantidad de obras sobre la dictadura que ya existen. Ellos me contestaron que les parecía curiosa e interesante mi respuesta ya que les parecía extraño que habiendo tantas obras uruguayas sobre la dictadura, ellos nunca hubiesen leído ninguna. A lo que contesto que sería interesante para mí saber si quiera cuántas obras uruguayas habían leído, y les adjuntaba en el mail, una lista de 15 obras uruguayas sobre la dictadura. La respuesta era evidente, no habían leído ninguna obra uruguaya por lo que los extraterrestres se quedaron y mi obra acaba de estrenarse hace un mes, claro no en Londres sino en Montevideo,

Moraleja, la globalización no es global, no ha llegado a la dramaturgia uruguaya como no ha llegado a cientos de lugares, ya que puedo leer y conseguir rápidamente obras alemanas, francesas, americanas, incluso brasileras y argentinas… pero como hago para acceder fácilmente y de manera rápida a la dramaturgias marroquíes, o costa rícenses, iraníes, finlandesas, o por poner un ejemplo más excepcional, asiáticas.

Es que no es simplemente un asunto de culturas fuertes y débiles – ya que nadie puede negar la fortaleza de las culturas anteriormente mencionadas- sino que uno tiene que continuamente ponerla en comparación con sus vecinos y a ellos sumarle las barreras naturales que pone una cultura en función de la otra, y no me refiero sólo al lenguaje.

Tenemos esta sensación de que la globalización y la Internet van de la mano, haciendo llegar todo a todos lados, pero realmente sabemos que aunque el mundo este cada vez más conectado, esto no alcanza para globalizar la riqueza, ni el poder, si quiera la información. Ahora hay que saber llegar a ellos, hay que saber buscar, uno se pierde en el mundo de datos como uno se pierde en el mundo. Es increíble pensar que la dramaturgia uruguaya, al menos gran parte de ella se encuentra disponible en la web en la siguiente página www.dramaturgiauruguaya.gub.uy pero esto no la hace global, no la pone al alcance del mundo, ni siquiera la hace acceder a circuitos en donde seguramente están ávidos de su lectura. El desafío sigue pendiente, porque en un mundo globalizado, los límites siguen siendo tan fuertes como cuando no lo era. De cierta manera, pesimista sin duda, pero con la esperanza optimista de que este no es el fin, sino una simple etapa, yo siento a la globalización como esa frase de Baudrillard “cuando todo es posible, ya nada lo es”.

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