Nada mejor que ser colita de las Catrina. Estela de palabras que superan a las guardianas de las embajadas, a los perros del hotelano, a los ejecutores de la ley que les otorga la autoridad. Con ellas libertad… de sufrir o esconderse, de reirse, de encontrar el sentido del humor necesario para bancarse a algunas guerit@s. Que gusto hablar alemán para poder entenderlas sin intermediarios.
En la delegación con la que llegamos a la FIL, habían mujeres muy, muy lindas que con toda la razón prefirieron no ir a la recepción preparada para la delegación alemana, pensada practicamente sólo para los alemanes alemanes de la delagación, porque al resto vienieron a cobrarnos los vinos.
Lunes, 5. diciembre 2011