Hablar contra las bombas. Algo así como un templo en medio del campo de batalla. Un lugar seguro, al que sólo llega el ruido de la ebullición humana. Afuera la fiebre colectiva, la euforia. Lo más cerca que puede estarse de la tribu al rededor del fuego y el tambor o de la felicidad total, inducida por el sol y otras substancias. Junto a la música electrónica, que se te mete al cuerpo a pesar de los tapones en los oídos, no podía faltar nuestro LSD casero, para bailar bajo las esferas de discoteca que compiten con la luna.
Las curiosas nos quedamos fascinadas con los agujeros negros que se abren en la masa, para convertirse en remolinos de partículas , que se estrellan con violencia, unas con otras, al ritmo de la música de The Street. Lo más cerca que estaremos de pasar un fin de semana en un cuadro del Bosco. Ferrópolis un lugar impresionante, el Intro- Kneipe una nave industrial oscura y fresca frente al escenario principal del festival de música y sus trecientos mil parlantes. Sobre el escenario, los bajos sobrecogen el alma.
Queremos darle las gracias a Wolfgang Frömberg, por invitarnos a leer al Intro- Kneipe, en el Festival Melt. A Evelyn Rahm, la responsable de prensa de nuestra
editorial, al Verbrecher Verlag, a nuestro Dj Wolfgang Bloo, a Barbara Fiedrich por las fotos, a nuestro valiente público. Tambien a nuestros autores, por su
apoyo y sus textos, y por supuesto a todo nuestro equipo.
Muchas Gracias!