Panóptico punto cero

Miro las fotos de mis amigos y de los amigos de mis amigos en las redes sociales, en los blogs, fotologs, etc. Conozco sus casas, sus gustos, sus mascotas. De los más osados, he visto incluso sus sexos depilados, sus estragos, sus miserias. Soy una voyeurista digital que disfruta de la intimidad de los otros. Miro desde mi ventana-pantalla sus vidas ajenas y lejanas. Sus estados, sus amigos, los primeros pasitos de sus hijos.

A veces soy testigo presencial de disputas y malentendidos o me entero de los chismes familiares antes que mi propia madre. Otras veces tengo la suerte de que mis amigos y sus amigos suban fotos antiguas: así conozco sus historias, sus pañales, sus uniformes de escuela, el acne de sus adolescencias. Soy un vigilante en medio de una cárcel panóptica, esa que fue ideada por Jeremy Bentham hace miles y miles de años y luego fue retomada por Foucault en el siglo pasado para explicar las formas de la vigilancia que asume el estado hegemónico, la “sociedad disciplinaria” a la que no le interesa la indagación de la realidad, sino el control. En esa estructura arquitectónica de la observación todo lo que el individuo hacía estaba expuesto a la mirada de un vigilante que podía ver sin ser visto. Sólo que yo también soy vista. Vigilante y vigilada a un mismo tiempo, expongo mi intimidad y miro la intimidad ajena. La noción de panóptico de Foucault ha sido desempolvada últimamente para explicar uno de los fenómenos más alucinantes de la web 2.0: la exhibición / observación de la intimidad.

Sin embargo, yo creo que este concepto se queda corto, o que en todo caso se debe hablar de un panóptico dentro de otro, como las muñecas rusas. Vigilamos la intimidad de los otros, nos vigilan otros que a su vez son también vigilados. Al final de esta cadena de voyeuristas-vigilantes puede que esté esa sociedad disciplinaria e invasiva que nos quiere mantener a raya, o al menos eso es lo que piensan los detractores de las redes sociales o la web semántica. Sea como fuere, en esta nueva situación en la que nuestra intimidad es expuesta y vigilada a un mismo tiempo, no hay que perder de vista que se trata de una exposición adrede. Muestro lo que quiero que el otro vea. No se trata de una intimidad agarrada in fraganti, una puerta abierta en el medio de la noche o las páginas de un diario encontradas por azar, sino la intimidad de un exhibicionista, un megalómano, un egocéntrico. Una persona que se sabe vista y, más aún, que quiere ser mirada. El exhibicionista digital construye su avatar como quien construye una ficción. Una autoficción, término tomado de la literatura o viceversa. El gusto generalizado por invadir la intimidad del otro ha alcanzado a la literatura: no en vano los libros más vendidos son las autobiografías y el género “autoficcional”. En los ùltimos años han proliferado esas novelas narradas en primera persona, en las que el narrador tiene el mismo nombre que el autor, o sus iniciales o un nombre fonéticamente parecido, y las peripecias de las novelas tienen muchísimos puntos de contacto con datos reales de la vida del autor.

La intimidad digital es construida: escogemos las fotos y las frases que queremos mostrar. Nos desnudamos ante la cámara, pero mostramos nuestro mejor ángulo. Sabemos que nos miran. Queremos ser vistos. También queremos mirar el simulacro de intimidad que nos presentan los otros. Lacan ha dicho que el deseo del hombre es el deseo del otro, que existe un apetito del ojo que sólo se calma con el dar-a-ver. Ese dar-a-ver no es ingenuo. A la necesidad generalizada de observar la intimidad ajena se suma la necesidad de construirse una identidad digital para mostrarla. Los blogs, más que actualizaciones de los antiguos diarios íntimos, me parecen versiones multimedia de los reality shows que abundan en la televisión. Claro, se trata de reality shows mucho más interesantes y para todos los gustos: la adolescente rosa que cuenta los pormenores de sus primeras desdichas amorosas; el gran intelectual que comenta libros y se esconde; las madres teóricas y prácticas del post-porno español; el escritor que se vende a como de lugar y desde todos los medios que ofrece la web 2.0.Todos se exponen a mis ojos, y mis ojos están ávidos de ellos. Los sigo, los etiqueto, los pongo en mis favoritos, en el google reader, en los feeds. Los conozco más que a mis vecinos.

7 comentarios sobre 'Panóptico punto cero'

  1. Esteban dice:

    Donde está el botón de me gusta??? Simplemente genial!!

    Spandeutsch (Anne):
    Wo ist der Gefällt-mir-Knopf??? Einfach genial!!!

  2. Adriana dice:

    Me gusta, es verdadero lo que escribes, siempre deseamos que alguien nos mire y nos tire un piedrita.

    Spandeutsch (Anne):
    Gefällt mir gut, es ist wahr, was du schreibst, immer wünschen wir uns, dass jemand uns anguckt und uns mit einem kleinen Steinchen beschmeißt.

  3. reyna dice:

    Gracias por aclarar mis dudas plantedas de esta manera: Esto que leo, ¿es una novela autobiográfica o una autobiografía novelada? Ahora se qué existe el género “Autoficcional”.

    Spandeutsch (Anne):
    Danke, dass du auf diese Weise meine Zweifel zerstreust: Ist das, was ich hier lese, ein autobiographischer Roman oder eine noveleske Autobiographie? Jetzt weiß ich, dass es das Genre “Autofiktion” gibt.

  4. Hola Liliana,

    Tienes razón, los blogs no son ni fueron nunca una sustitución del diario íntimo. Peter Sloderdijk dice que los libros son como cartas enviadas a ciegas a un amigo. Los blogs no hacen sino eso, enviar cartas a ciegas, a ver si los amigos se encuentran. Sin embargo, estoy de acuerdo contigo en que la comunicación ha cambiado, y la manera de relacionarnos es mediante ese exhibicionismo que mencionas, presente cada vez más en Internet. Esto lleva a que nos mintamos diciendo que no hay dobleces, puesto que debemos esforzarnos a diario por mostrar(nos), incluso en nuestras dimensiones privadas. Sin embargo, y paradógicamente establecer contacto, establecer relaciones ya no es tan necesario. De ahí que es cierto que vivimos en la ficción del panóptico más que en el panóptico mismo. Pero aquí hay un punto interesante: el panóptico existe, y se perfecciona cada día más. Cada minuto que pasa es más fácil acceder a la información privada, que se desarrolla a través de aparatos electrónicos en red. Es decir, que vivimos y nos creemos que vivimos en la manera en que ficcionamos nuestras vidas y vemos las ficciones de vida de los otros, pero al mismo tiempo olvidamos -quizá porque es preferible olvidarlo y porque otros prefieren que olvidemos y hacen incapie en nuestro “control” de la información- que nuestra vida está cada vez más en manos de aquel que es capaz de vernos cuando nosotros no somos capaces de verlo a él. El problema de este panóptico contemporáneo es que se ha perfeccionado muchísmo y continúa perfeccionándose en manos de ciertos poderes aquellos que controlan y disciplinan, mientras nos hacen creer que nosotros somos los que estamos detrás del ojo de vidrio.

    Spandeutsch (Anne):
    Hallo Liliana,

    du hast recht damit, dass die Blogs niemals die alten, intimen Tagebücher ersetzt haben oder ersetzen. Peter Sloterdijk sagt, dass Bücher wie blind verschickte Briefe an einen Freund sind. Die Blogs sind genau dass, blind veschickte Briefe, ob sich Freunde finden, wird sich erst zeigen. Aber ich stimme mit dir überein, dass die Art der Kommunikation sich verändert hat, und dass dieser von dir beschriebene Exhibitionismus, der im Internet immer präsent wird, unsere zunehmend Beziehungen bedingt. Das führt dazu, dass wir uns anlügen, wenn wir sagen, dass da keine Falten sind, da wir uns gezwungen fühlen, uns tagtäglich zu zeigen, sogar in unserer Privatsphäre. Dennoch und paradoxerweise wird es immer weniger notwendig, Kontakt aufzunehmen, Beziehungen einzugehen. Hierbei gibt es einen interessanten Aspekt: Das Panoptikum existiert und es wird jeden Tag perfekter. Jede Minute ist es einfacher, Zugang zu privaten Informationen zu bekommen, die über die elektronischen Geräte ins Netz gelangen. Das heißt, wir leben und glauben, entsprechend unseres ausgedachten Leben zu leben, und wir sehen die fiktiven Leben der anderen, aber zugleich vergessen wir auch – und vielleicht weil es vorteilhaft ist zu vergessen oder weil andere wollen, dass wir vergessen und darauf bestehen, dass wir die “Kontrolle” über die Information haben – dass unser Leben immer mehr in der Hand desjenigen liegt, der in der Lage ist, uns zu sehen, während wir nicht in der Lage sind, ihn zu sehen. Das Problem mit diesem zeitgenössischen Panoptikum ist, dass es sich sehr perfektioniert hat und sich jeden Tag in den Händen gewisser Mächte weiter perfektioniert, denen der Kontrolle und Disziplinierung, während uns glauben gemacht wird, dass wir es sind, die durch die Linse gucken.

  5. Liliana Lara dice:

    Lizabel! Hermoso tu comentario! Me encanta eso de que vivimos en la ficción del panóptico más que en el panóptico mismo. Así es! Nos hacen creer que somos los que vemos!
    Reyna! Me alegra aclararte esa duda, aunque las diferencias entre todos esos géneros que mencionas son sumamente ténues.
    Gracias a todos por leerme y comentar!!!!

    Spandeutsch (Anne):
    Lizabel! Wunderschön, dein Kommentar! Mir gefällt diese Idee sehr, dass wir in der Fiktion des Panoptikums leben mehr denn im Panoptikum selbst. So ist es! Sie machen uns glauben, dass wir es sind, die sehen!
    Reyna! Es freut mich, diesen Zweifel von dir zu zerstreuen, obgleich die Unterschiede zwischen all den Genres, die du nennst, extrem fein sind.
    Danke an alle fürs Lesen und Kommentieren!!!

  6. Mario Singer dice:

    Articulo de caracter moderno aplicable al mundo de la tecnologia actual. Comentarios cultos, de profundo contenido intelectual.
    !!!Que viejo y distante me siento!!!

    Spandeutsch (Anne):
    Ein moderner Artikel, der auf die aktuelle Welt der Technologie anwendbar ist. Belesene Kommentare von tiefem intellektuellen Gehalt. Wie alt und weit weg ich mich fühle!!!!