Tensiones iluminadas

Ventana. Foto: Agustín Calcagno

El principal cambio que ha experimentado América Latina en los últimos años es el de haber echado luz sobre tensiones sociales que antes permanecían en la penumbra. Las múltiples y coloridas caras que pueblan nuestros horizontes, de mares de montañas de selvas de bares rojos al borde del abismo y cerca del cielo; esas caras infinitas de nuestro continente, estuvieron hasta este punto de la historia apresadas por un monocorde discurso pensado para que lo diverso fuese vergonzante, indigno, poco civilizado.

Las mayorías, y las cosas que piensa, siente y necesita la mayor parte de la gente, permanecieron relegadas a la oscuridad de la mendicidad. El pobre era indigno de soñar con tener exactamente las mismas cosas que el rico. El pobre debía sentirse orgulloso de ser pobre, alegrarse de tener lo suficiente como para subsistir…Y agradecer… Como si la vida fuese un regalo de la nobleza criolla, el pobre además de ser pobre debía ser indio, y en consecuencia atender doblemente la gracia, por haber recibido a Dios… al verdadero… Un Dios que necesita que todos seamos agradecidos y que lo alabemos en silencio. Nos pedían silencio justamente a nosotros que somos la bulliciosa materia de la diversidad, de los paisajes heterogéneos, de las músicas eternas flotando en cada rincón. Nos pedían silencio a nosotros que supimos tomar la cultura española y plagarla de talentos, de acentos seductores inscriptos en las más diversas facciones. Silencio, aceptación, monotonía y vergüenza.

Pero la fuerza de la sangre y de la tierra es más poderosa que la dominación; y la evidente tensión entre el monocorde discurso eurocéntrico y nuestra diversidad, fue saliendo a la luz. A veces en miles de voces, y otras en murmullos. Otras tantas en lágrimas triunfantes de revolución, y muchas otras en sollozos muertos, en ojos polvorientos de cuerpos jóvenes. El sistema dominante, que habita en esa diminuta porción del mapa donde se concentran los beneficios de todos los que respiramos oxígeno, se relajó. Habían insistido tanto tratando de convencernos a todos de que la desigualdad era inevitable, que hasta ellos empezaron a tragar su propio discurso. Llegaron a creer que la historia iba a detenerse justamente en el momento que les resultara más beneficioso. Fueron narcisos cegando su vida con mojada vanidad, y tal vez ahora se les dificulte sacar sus cabezas del agua.

Desde la victoria de los nuevos gobiernos populares, las tensiones reales de nuestras sociedades empezaron a aparecer en las discusiones, en las disputas políticas, en la vida cotidiana. Estos nuevos poderes apuntaron sus luces hacia las zonas borradas del mapa social: tanto hacia esas habitadas por los pobres, por los excluidos, por los que están al servicio de las cortes; como hacia las perennes zonas que el poder colonial ha ocultado a nuestros ojos. Los nuevos gobiernos latinoamericanos han tenido la virtud de revelar, en todas las acepciones de la palabra. De un lado, desnudar a los poderes fácticos que nos han dominado por siglos; y en paralelo, señalar que otras formas más inclusivas y variadas son factibles de convertirse en sentido común, en poder.

Así como los dulces cuerpos morenos al sol conviven con el duro paso de los que más al sur rastreamos el fuego en palabras secas; así, nuestros gobiernos conviven aunque tengan diversos objetivos y estrategias, conviven y se enriquecen porque han advertido que los colores de nuestra paleta son vastos. El divertido griterío sudamericano, el del pueblo, el que se habla en la calle, busca palabras, términos, ideas que contengan sus expectativas y su visión del pasado; de su propio pasado multicolor; no del que reproducen algunos de los libros mentados por intelectuales que sólo miran hacia el norte; esos libros que son películas, estrofas de himnos, canciones tetonas, o estúpidos malabares discursivos labrados en la piedra por economistas.

De mi parte, gano la calle solo o acompañado por otros tantos que sienten la obligación de defenderse, de revelarse, de revelar zonas oscuras. Nos mueven las más variadas razones, demandas que parecen no tener un centro. Es que en verdad, lo que nos une es la conciencia de que no debe existir un centro único… nuestra virtud es justamente la de saber que las tensiones siempre estarán, pero que por ahora debemos iluminarlas para que cristalicen en demandas y la sociedad pueda ser más justa.

2 comentarios sobre 'Tensiones iluminadas'

  1. Hay que dibujar la piedra con otras cosas, los muros de la ciudad, pintadas, eso. Lo que me recuerda un graffiti uruguayo de los años 90: “Erecciones generales, ya”, je je. Bueno, sí, hay que tomar las calles, pero hay que tomarlas con humor.

    El sentido de humor es una excelente arma.

    Spandeutsch (Marcela):

    „Man muss den Stein mit anderen Dingen zeichnen, die Mauern der Stadt, gemalt, sowas. Was mich an ein uruguayisches Graffiti aus den 90er-Jahren erinnert: ‚Allgemeine Erektionen, jetzt“, hehe. Ja, man muss die Straßen einnehmen, aber mit Humor.
    Der Humor ist eine ausgezeichnete Waffe.“

  2. humor. si, muchísimo humor!! yo soy casi un artista de Stand-up. Pero si debo contestar sobre mi compromiso político, a veces lo que veo no me causa mucha gracia y prefiero contestar rudamente, sin la suavidad del humor. Porque escribir es relativamente fácil, decir y decir y decir palabras, hablar de la hora en la que uno se levanta, que platillos son nuestros favoritos, etc. Pero en este caso en particular, esperaba respuestas acordes al compromiso que cada uno de nosotros tenga…Amiga Mónica, yo escribo con el corazón, y si me piden que hable de mi compromiso político no me gusta hacerme el desentendido…esto es lo que siento, lo que veo, y más que nada…lo que creo! Cariños.

    Spandeutsch (Marcela):

    „Humor, ja, eine Menge Humor! Ich bin beinahe ein Stand-up-Comedian. Aber ich muss dennoch in Bezug auf meine politische Überzeugung antworten, mit der ich manchmal das, was ich sehe, gar nicht lustig finde und es bevorzuge, rüde zu antworten, ohne die Sanftheit des Humors. Denn es ist relativ einfach, zu schreiben, Worte zu sagen und zu sagen und zu sagen, über die Zeit zu sprechen, zu der man aufsteht, welches unsere liebsten Untertassen sind usw. Aber in diesem besonderen Fall habe ich Antworten erwartet, die mit der Überzeugung in Verbindung stehen, die jeder von uns vertritt… Freundin Mónica, ich schreibe mit dem Herzen und wenn sie mich bitten, über meine politische Überzeugung zu schreiben, mag ich es nicht, missverstanden zu werden… das ist, was ich fühle, was ich sehe und nicht mehr und nicht weniger als… das, was ich glaube! Alles Liebe.“