Vergessen – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Baldosas quebradas http://superdemokraticos.com/es/laender/israel/zerbrochene-fliesen/ http://superdemokraticos.com/es/laender/israel/zerbrochene-fliesen/#comments Thu, 08 Jul 2010 07:21:32 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=336 Vivo en el centro de la historia y aunque en el sur de Israel  los campos brillan con el resplandor de los cultivos recién retoñados, la tierra guarda secretos muy antiguos. Hace unas semanas salimos a pasear con los niños, queríamos ver patos en un estanque salvaje en medio de campos para cultivos, y encontramos baldosas rotas. Eran viejas, pero no tanto. Pensé que era un hallazgo arqueológico, pero mi esposo me devolvió a la realidad: no podían ser tan antiguas pues estaban sobre la tierra como pisos fracturados o pedazos de granito. Una historia quebrada a orillas de un lago espeso. Hace más de 60 años hubo en esta zona una aldea árabe. El señor más viejo del kibbutz en el que vivimos cuenta que los habitantes de esa aldea se asustaron y se fueron solos luego de la instauración del Estado de Israel. Las baldosas quebradas, sin embargo, parecen gritar que el éxodo no fue tan apacible.

Aquí ya nadie escucha las voces de Burayr, esa aldea devastada. Algunos viejos repiten la historia oficial con el convencimiento que otorga el poder sustentarlo con citas bibliográficas. Uno o dos relatan con vergüenza una nebulosa excursión de 5 hombres con fusiles, más bien muchachos muertos de miedo. Los nuevos historiadores israelíes afirman sin lugar a dudas que los habitantes de esa aldea fueron expulsados violentamente. Tal pareciera que los mosaicos quebrados que encontramos en nuestro paseo al campo lo corroboran. Pero también está el cuento de los muchachos muertos de miedo.

Leo en Wikipedia que aquel pueblo era israelita y se llamaba Beror Hayil. Luego cambió de nombres y de manos: Burayr, Buriron y una vez más Beror Hayil. Cada uno de estos cambios supuso un conflicto, con sus respectivas baldosas quebradas. Yo le creo a Wikipedia de la misma manera que le creo a la Historia: sabiendo que los hechos son movedizos, construidos, alterados. La historia es una plastilina que cada quien acomoda a su gusto. Una Wikipedia milenaria que es rescrita siempre por los vencedores. Los vencedores que antes habían sido vencidos. Los vencidos que luego serán vencedores.

Si algo se puede aprender de la manoseada historia es que todo lo que hoy es una certeza, mañana será un estanque profundo lleno de dudas y rodeado por los rastros de la violencia. Me pregunto llena de escalofrío si este kibbutz seguirá cambiando de nombres. ¿Acaso las baldosas de estas casas serán encontradas por una familia dentro de muchos años en algún paseo dominical?

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Lecciones de olvido http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/lektionen-des-vergessens/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/lektionen-des-vergessens/#comments Thu, 01 Jul 2010 09:30:47 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=409

cuadro del pintor Arturo Borda

Cuando tenía 8 años en una clase historia el profesor nos habló de la Guerra del Pacífico. En casa ya me habían contado lo básico: en 1879 Bolivia había perdido su acceso al mar. El profesor tenía la cara compungida ya antes de hablar. Empezó dibujando un mapa en la pizarra, como para ir creando suspenso. Ya no recuerdo el prólogo (son brumosas ciertas zonas de la memoria infantil) pero el relato comenzaba con Chile declarándonos la guerra por las riquezas (guano y salitre) que se encontraban en un espacio (y que nos pertenecían desde siempre, enfatizaba el profesor) cuyos límites estaban en conflicto por años.

Como era carnaval, la declaración de guerra había sido tomada a la ligera para continuar la fiesta en paz. Cuando las tropas chilenas iban a ocupar la ciudad de Calama, un boliviano habitante de la zona del conflicto, comandando un ejército improvisado y en desventaja frente al del enemigo, les salió al frente. El héroe, de abundante bigote, se llamaba Eduardo Abaroa. Abaroa y su gente brindó una fiera resistencia pese a la desventaja, decía el profesor. Pero cuando ya quedaba solo él (los demás estaban muertos o habían sido tomados prisioneros) Abaroa continuó disparando hasta ser cercado por los soldados chilenos que, admirados por su osada perseverancia, le apuntaban exigiéndole su rendición. Ante el imperativo “ríndase” del comandante chileno Abaroa habría contestado “¿Rendirme yo?, ¡que se rinda su abuela, carajo!”. Luego de una defensa boliviana pusilánime la guerra se había desarrollado y, con celeridad y ya sin héroes decididos a inmolarse, sucedió la derrota boliviana. Y desde entonces no teníamos salida al mar y por eso éramos pobres. Todo esto decía aquel casi olvidado profesor de historia, que ya nos había transferido su tristeza, repitiendo seguro lo que había aprendido como alumno.

Años después (también en aulas, pero esta vez elegidas por propia voluntad) aprendería que todo era más complicado. Que no sólo había sido una guerra más (en la que luego también participó Perú) que una guerra entre dos países la Guerra del Pacífico habría sido una “querella por el excedente” impulsada por intereses exclusivamente comerciales, otra batalla sangrienta declarada por el desalmado espíritu del capitalismo. Que la clase dominante, que por generaciones había heredado el estado (y que lo seguiría ocupando luego por casi más de cien años), poseía un sentido patrimonial del aún amorfo país y que despreciaba lugares lejanos de su centro de operaciones, construido sobre la base del hecho de discriminar e ignorar a los indígenas, había dejado abandonado aquel territorio y no dimensionaban las consecuencias de su amputación. Que con la pérdida de la costa se había roto una exitosa lógica de ocupación espacial previa a la Conquista, el control transversal de varios pisos ecológicos, y que eso era tan grave como no poder comerciar con el mundo o entrar con mucho retraso a la modernidad. Que el resentimiento hacía Chile era otra ficción del Nacionalismo Revolucionario de 1952. Que la Guerra del Pacífico era el mito de origen de la desgracia nacional, el inicio de nuestra tradición como fracasados, el estigma de la desdicha. Que toda Historia es manipulación del pasado con fines políticos, para bien o para mal. Que mirarnos tanto tiempo para adentro nos había vuelto tristes y solipsistas. Que a veces conocer la historia no nos libra de cometer los errores del pasado sino que además nos impide la liberación en el presente.

Pero el tiempo es también buen maestro. Ahora sabemos que no se debe recurrir exclusivamente a la reconstrucción del pasado para construir la conciencia nacional o sentirnos menos, pero tampoco para construir utopías. Por lo tanto no hay que dejar de construir barcos.

No sólo una polémica

La enseñanza de historia en las escuelas forma la conciencia

Este es el mejor momento para estar. Mirando, actuando

Este espacio no puede ser posible sin otro espacio

No quiero más utopías con base en el pasado

Construir barcos

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Dioses invisibles http://superdemokraticos.com/es/laender/peru/unsichtbare-gotter/ http://superdemokraticos.com/es/laender/peru/unsichtbare-gotter/#comments Tue, 29 Jun 2010 07:22:24 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=331 (Historia, al igual que Pasado, es un concepto impreciso; la historia persigue al presente y a veces lo alcanza y se enlazan en un beso apasionado o una pelea Vale todo)

La Historia Universal y del Perú se presentó a mí por primera vez durante la primaria escolar. No recuerdo la fecha de ninguna batalla pero sí los recorridos por el Museo de la Nación observando huacos, vasos ceremoniales, telares de la cultura paracas, el tumi de oro. Estudiando el estilo de vida de las civilizaciones prehispánicas, sin tocar ni apoyarte.

Recuerdo con especial afecto el piso desocupado, las salas de exposiciones desérticas donde mi novio del colegio y yo nos dimos tantos besos, interrumpidos por eventuales pasos de restauradores y funcionarios.

Recientemente se definió la creación del Museo de la memoria (tras la difusión del informe elaborado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación) en honor a los miles de desaparecidos en la época de violencia entre senderistas y militares, con el pueblo de por medio. Sin embargo muchos se oponen asegurando que es mejor dejarlo atrás simplemente.

No pongo en duda los hechos, sino las palabras, las intensiones, los intereses, algunos mensajes a la nación. Aunque si cuestiono a los medios que informan los hechos, puedo concluir que no estoy segura de casi nada.Ahora siento que la historia es lo que estamos haciendo en este momento. No dudo de las incomparables crónicas del indio Guamán Poma de Ayala, con ilustraciones que hasta hoy influyen en los artistas plásticos peruanos, elaboradas mediante la recopilación de testimonios que narran el esplendor y sangrienta caída del imperio inca. La dramática escena donde un fraile empuñando la biblia compele al emperador Atahualpa a rendirse en nombre de Dios, tras lo cual el inca examina aquel objeto y considerándolo inútil, lo arroja al suelo, desatando la ira de los españoles, arreando los caballos y avivando el fuego enemigo. Atahualpa es tomado prisionero y colma una habitación de oro para pagar por su libertad, los invasores españoles se reparten las riquezas y lo ejecutan de todas formas.

Visité el Cuarto de rescate en Cajamarca, que resplandece de vacío, es una habitación vacía como ninguna otra. Los dioses del Perú eran visibles: la madre tierra, el sol, las montañas, las lluvias; y su cultura era oral. Aún hoy en las zonas rurales se rinde culto a la naturaleza, que nos alimenta y que será magnánima y fértil con nosotros, si la respetamos. Mientras el “mundo moderno” repara lentamente en la conveniencia de este sencillo acuerdo, cuando la situación es irreparable, estas poblaciones son amenazadas e irrespetadas sistemáticamente al no ser consultadas ni atendidas por el gobierno antes de privatizar sus tierras y venderlas a compañías petroleras o madereras.

Se percibe amargura por el historial de derrotas bélicas (y futbolísticas), siempre fuimos muy inocentes o torpes según reprochan aquellos ancianos que afirman conocer la verdadera historia, la que no se escribió en los textos escolares. Por otro lado el glorioso imperio de los Incas es motivo de orgullo, al igual que las prodigiosas construcciones prehispánicas, algunas de una sofisticación tal que un grupo alucinado de estudiosos atribuye su autoría a los extraterrestres.

Pero es en lo vivido que he aprendido más: los 90s y 00s, cuando las luchas pasaron por mi calle y mi televisor, y asumí la decisión de atenderlas o no. Aprendí del engaño y la corrupción en la clase política, sobre el tedio y la indiferencia que esto ocasiona en la población. Que los medios, los empresarios, congresistas y etcéteras se venden al mejor postor en reuniones que, durante todo el gobierno de Alberto Fujimori, fueron registradas en una súper colección de videos caseros llamados Vladivideos, que aún circula entre los interesados en el más negro de los mercados. Que el pueblo re-reeligió como gobernante a un dictador que respaldó un grupo paramilitar disfrazado de servicio de inteligencia y robó descaradamente el patrimonio del país, porque “era firme y hacía obras”. Pongo en duda el sistema moral que rige a la mayoría de electores y la postura de evasión que los jóvenes adoptamos por defecto hasta que con suerte, un día estamos dispuestos a asumir causas más grandes, más importantes.

Maxi es una mujer que trabajó en mi casa cerca de quince años. Me enseñó a cantar en quechua, tocaba la guitarra y sufría un terrible insomnio, peor que el mío. Cuando la conocí ella tendría 16 años y yo alrededor de 6, ella afirma que yo me ponía el pantalón al revés, pero cuestiono eso también. Maxi adolescente había llegado a Lima huyendo del terrorismo. Era natural de Ayacucho, cuna de Sendero luminoso y sin lugar a dudas la zona más azotada por las violentas acciones de ésta agrupación, y de los militares que acusaban, detenían y asesinaban a los pobladores sin mayores pruebas. Maxi presenció de niña cosas terribles y tenía pesadillas dolorosas y recurrentes. Por las noches estudiaba periodismo y después de graduarse dejó de trabajar en casa. De vez en cuando regresaba a Ayacucho a cuidar a su madre, asustada porque el asesino de su padre rondaba y la amenazaba. Maxi conoce sus derechos y es valiente así que lo identificó y denunció, pero el proceso no ha prosperado. Ahora trabaja en la selva en un programa de radio producido por una entidad que busca orientar a un segmento de los campesinos dedicados al cultivo de coca hacia otras áreas, esta vez el hostigamiento provine del narcotráfico.

La última vez que la vi fue en un concierto. Deleitó al público con cuatro temas en un recital de mujeres intérpretes de música andina, acompañada por un legendario violinista. Su interpretación es muy intensa, transmite tanta emoción con su voz, cierra los ojos y se mece suavemente marcando el ritmo. Es la única cantante que me conmueve hasta las lágrimas, cuando me ve llorar se ríe y me abraza.

En este video podemos ver a Parwa del Perú (nombre artístico de Maxi) durante una presentación en el concierto Voz y fuerza de Warmi, en abril de este año. La acompaña el mítico violinista Máximo Damián.

http://www.youtube.com/watch?v=QxK0jR1IcKM

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