traducción – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 En español falso http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/in-falsches-deutsch/ http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/in-falsches-deutsch/#comments Tue, 09 Nov 2010 13:44:44 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=3189 Ayier el Froschkönig, un bar en el barrio de Berlin Nueva Colonia, estuve repleto de poetas, una atmosfera bellissimo, el publico contento. Esta noche fue la más linda de todos las noches superdemokraticas, con una onda superdemokratica, un ejemplo de lo que Nikola y yo queriamos hacer cuando empezamos con el partido de Los Superdemokraticos. Acercarnos y decir gracias a todos los poetas que leyeron ayier. Indirectamente estaban presentes muchos proyectos, sin ellos habria sido possible de tener todos las traducciones. Muchissmimas gracias a Literaturwerkstatt, Lettrétage, lauter niemand, Metropolis, Latinale, a todos! Y un extra-gracias a nuestras traductoras Anne Becker y Barbara Buxbaum por la moderation sympatica.

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Si un poema viaja, viaja con la ayuda de esta fabrica immaterial. Nuestro partido lucha por condiciones justos de trabajo.  Hoy hablamos sobre movimientos culturales en el red, a las 19 horas en el Ibero-Amerikanisches Institut, Berlin, Potsdamer Str. 37. Sobre sus blogs, sus vidas poeticas nos cuentan René Hamann, Lina Meruane, Alan Mills y Ezequiel Zaidenwerg. Seria lindo ver ustedes a nuevo!

Traduccion espanol falso: Nikola.

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Ceder la voz http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/auf-die-eigene-stimme-verzichten/ http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/auf-die-eigene-stimme-verzichten/#comments Wed, 03 Nov 2010 15:15:57 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=3110 Durante cuatro meses he sido un arquitecto de las palabras. No lo pensé desde el primer momento, claro: una reunión a finales de mayo en una cafetería de Berlín, un proyecto en ciernes, la reunión fundacional de Los Superdemokráticos, distribuyendo trabajo y autores con personas hasta entonces desconocidas, cerveza de trigo y tabaco ocasional. Cronogramas, apellidos, los temas de cada mes, direcciones de correo, protocolos, fechas límite.

Y un inmenso solar baldío sobre el que edificar.

(No sería el único de ese verano. Pero eso lo supe después.)

Desde aquel día, empecé sin saberlo a reconvertir mi profesión. Porque desde hace 10 años soy mercenario de las palabras. Redactor, lo llaman. Redactor en televisión, redactor en publicidad -por aquello de enmascarar la verdad, lo llaman creativo-, redactor de márketing online, redactor de contenidos. Como todos los redactores, disfrazamos nuestra condición con la aspiración de ser escritores. Publicar esa novela que duerme muerta de asco en un cajón, junto a infinitas cartas de rechazo de editoriales que ni se han molestado en abrirla. Cartas llenas de palabras vacías. Siempre las palabras.

Desde junio, me convertí en arquitecto. Involuntariamente. Antes había traducido nimiedades y novelas, artículos y frases deslavazadas: el pedazo de universo que me correspondía; y por encima de mi cabeza, las palabras de un hombre muerto. Stefan Zweig, quien aprendió cinco lenguas además de la suya propia, defendía la traducción como un paso necesario para el escritor. Servir a una obra, decía:Si hoy tuviera que aconsejar a un joven escritor todavía inseguro sobre el camino que emprender, trataría de convencerlo de que primero sirviera a una obra mayor como actor o traductor“.

Y yo, que tengo por costumbre no contradecir a los muertos, me hice arquitecto porque mi trabajo era construir puentes entre idiomas.

Aprendí muchas cosas. De los autores que traduje. De sus pensamientos. De las inmensas diferencias de percibir el mundo según en el idioma en el que se formateó su cerebro. Pero sobre todo, aprendí de mí mismo. De la humildad de ceder la voz. De desvanecerse en el acto de transmitir las palabras de otra persona. Una sensible parte de mi trabajo la hice este verano, dando vueltas por España. Varios miles de kilómetros en unas semanas. Viendo pasar desde el tren las palabras, los postes de telégrafos y los incendios. Desapareciendo de los lugares. Llevándome siempre a cuestas las palabras de otros. Tanto, que cuando me encontraba con mis amigos, o hablaba con las palabras de Claudia Rusch, o con las de Nacho Vegas. Entiende que yo a este lugar no pretendía llegar, decía, en vez de pedir una copa o el siguiente billete a otra ciudad.

Y sin embargo, los autores me acompañaban, y no eran una mala compañía. Ahora nos despedimos, y me quedo nuevamente con mis silencios y mis palabras. Tardaré en acostumbrarme otra vez a mi voz. Pero al fin y al cabo, en la vida todo o casi todo sale de otra manera.

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La no-colonización del vacío http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/die-nichtbesiedelung-der-weisen-flecken/ Mon, 01 Nov 2010 14:59:49 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=3126

Mantenga el contacto con la amiga por correspondencia de París! Utilice la traducción automática de mails y chats de Google Mail. (Texto proveniente de la página de Google Translate)

Al director de StarWars, George Lucas, le preguntaron una vez en un programa de televisión por la frase más importante en su trilogía. Cuando él respondió „May the Force be with you“, el traductor entendió „May, the Forth, we with you“ y dijo „el 4 de mayo estaremos con ustedes“. Esta anécdota, recordada por el blog Übelsetzt, no solamente es divertida, sino que ilumina cualquier teoría de la traducción. Con una traducción, no importa si es buena o mala, se crea una nueva realidad, de un momento a otro nos encontramos en un discurso sobre mayo o el poder.

En alemán el verbo „übersetzen“ -traducir- conlleva movimiento: La traducción -Übersetzung- de un barco de un puerto a otro. El que maneja el bote es el que decide en qué lugar del puerto quedará anclado, se decide por una dirección. Los traductores son pilotos de barco, skippers, marinos, que tienen que sortear los bajios, las turbias e imprecisas vaguedades. Ellos creen menos en los mapas que en la intuición, porque nombran simplemente los espacios vacíos.

Los Superdemokraticos no habrían podido circular entre tres continentes (América, Europa y Asia), si no hubieran contado con su equipo de skippers: Anne Becker, Barbara Bauxbaum, Marcela Knapp, Ralph del Valle y Rery Maldonado, que incansablemente observaron las mareas, definieron las rutas, mantuvieron el control sobre la entrada y la salida del puerto, llamado también bandeja de entrada de mails o lista de artículos en el blog. Les hemos pedido que nos cuenten cuales han sido sus experiencias. En los próximos días publicaremos sus textos, ya que ellos no son solamente los espíritus invisibles que le prestan su voz a los ensayos, sino que son el alma de nuestro blog: Traducir es una fuerza y la fuerza ha estado con nosotras. Sólo necesitamos a Google para hacer búsquedas, no para vivir trips textuales.

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En un café de Berlín están mis palabras alemanas http://superdemokraticos.com/es/themen/globalisierung/meine-deutschen-worte-in-einem-cafe-in-berlin/ Thu, 07 Oct 2010 06:00:37 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2339 Me imagino que en un café de Berlín alguien deja olvidado un periódico (¿o es una revista?, me perdonarán, pero soy despistada!) sobre una mesa. La mesonera, antes de botarlo a la basura, lo mira displicentemente. Está cansada: tantas tazas por recoger, ceniceros por vaciar. Aún así le llama la atención un título que habla de muñecas negras o de amargos de Angostura. Ve mi nombre allí, le suena gracioso. ¿Lara no es acaso un nombre ruso? – piensa antes de leer mi artículo. Lo lee rápidamente, una lectura vertiginosa para que nadie vea que está leyendo en lugar de limpiar mesas. Se ríe un poquito. Finalmente bota la revista (¿o es un periódico?) y allí quedan mis palabras traducidas a la lengua de Goethe, llenándose de colillas, restos de pan, gotas de café en el fondo de un gran recolector de basura. Bueno, probablemente clasifiquen los residuos, y entonces mis letras estarán entre servilletas usadas, otros periódicos, postales rotas. Mientras tanto yo, del otro lado del mundo, soy inmensamente feliz porque la fortuna ha permitido que haya sido escogida para participar en un proyecto multicultural, global, transnacional, internético, que ha hecho posible que mis palabras sean leídas mucho más allá de mi propia lengua. Cuando tenía 15 años, tal vez 16, leí Retrato de grupo con señora de Heinrich Böll y decidí que era mi escritor favorito a pesar de haber leído sólo ese libro (A los 15 años toda opinión es categórica y no necesita que se le den muchas vueltas). Desde entonces las calles alemanas se instalaron en mi imaginación y ciertos nombres, algunas flores y una sintaxis germana traducida. Leerme, o creer que me leía en la lengua de Böll ha sido una experiencia alucinante.

Este proyecto internético, global y plural ha hecho posible también que mis escritos, aún en mi propia lengua, puedan ser leídos mucho más allá de lo inmediato y por personas muy diferentes y distantes. Del mismo modo que ha hecho posible que yo pueda leer a magníficos autores latinoamericanos desconocidos por mí. La jovial Tilsa, la ultra poética Lena, la intelectual Lizabel., la apasionada María. Los chicos, !ni hablar! Mi compatriota Leo Felipe Campos es una “joyita”, soy su fan declarada. Muchos pensadores que estudian migraciones, exilios, movimientos, errancias, identidades y demás yerbas han afirmado que la lengua es la patria y este espacio ha demostrado como 15 personas tan disímiles no necesitan traducciones entre sí porque vienen de esa misma lengua que se ramifica y se llena de colores, pero que en el fondo es una. Nunca me ha gustado hablar de Latinoamérica como una unidad, pero hay ciertas cosas que cuando estamos lejos percibimos como unificadoras. Leo a estos autores latinoamericanos y los entiendo con una comprensión que va mucho más allá de las palabras. Porque esa lengua cósmica que nos articula va más allá de sus propios vocablos. A mí, que vivo el exilio lingüístico día a día, no me queda ninguna duda.

Otra de las maravillas que se han dado en este espacio ha sido la posibilidad de leer a alemanes de mi misma generación. Böll está muy bien, pero leer la lengua bellamente descolocada de René Hamann o la elegancia de Emma Braslavsky ha sido un gran placer. Leerlos a todos ha sido como caminar por las calles (¿empedradas?) de alguna ciudad alemana en este mismo instante. Leer los textos de los cinco autores alemanes que participan en este espacio ha sido leer literatura alemana contemporánea, cosa tan difícil para mí que no hablo la lengua y no dispongo de medios para acceder a las traducciones ( en caso de que existan). Hay un pulso debajo de tan disímiles autores que se siente también como una fina trama y que de algún modo me ha permitido a mí como lectora entender a una generación de alemanes de la que no sabía nada. Los hilos de esa trama encuentran similitudes en los hilos de mi propia trama. Estamos tejidos con hilos invisibles y sólo este espacio ha hecho posible percibirlos. Estamos “enredados” por la red, la globalización, la generación o como quiera llamársele a eso que me hace entenderlos, traductores mediante, pero mucho más allá del referente inmediato al que aluden las palabras.

Agradezco a Rery Maldonado y a Nikola Richter por haber tenido la idea de juntarnos a todos con ese hilo ovillado por sus sueños. En un café de Berlín están mis palabras alemanas gracias a ellas. En un lugar del éter ciberespacial está mi voz. En un lugar de ese cronotopo cero nos hemos encontrado.

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