Rostock – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Carta a la encargada cultural de la ciudad de Hanse Rostock http://superdemokraticos.com/es/themen/intellektuelle/brief-an-die-kultursenatorin-der-hansestadt-rostock/ Sun, 23 Oct 2011 07:00:41 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=5365 Ciudad de Hanse Rostock
Consejo de cultura
Señora Dr. Liane Melzer

Revista Spielzeitheft 11/12 del teatro popular de Rostock
Respecto a su prólogo

Estimada señora Dr. Melzer:

En la anteriormente nombrada revista del teatro popular de Rostock usted afirma que “el teatro proporciona educación y promueve la creatividad”. Al respecto quisiera aducir ciertos aspectos complementarios, pero primero quisiera agradecerle de antemano su amable interés:

Su consideración idealizada de asumir al teatro como una institución educativa,  no se puede implementar debido a la naturaleza misma del teatro. El teatro no es escuela y tampoco una oferta educativa complementaria, sino un lugar de la subjetividad. El programa de un teatro no es un programa educativo, sino sensibilidad pura y apreciación. Al contrario de los textos escolares y las obras de consulta, los temas del texto dramático no están dispuestos para facilitar la recepción, se hallan ocultos bajo la superficie del texto, que debe ser atravesada, primero por los colegas del teatro y finalmente por el público, para poder ser atrapados. Más que educar, el teatro se dedica a hacer visible la diferencia entre formación e invención. En ello el teatro no responde en ningún momento ante cualquier tipo de orden o administración, sino exclusivamente ante sus personajes. Los medios del teatro no son ni la agitación, ni la influencia didáctica, ni las manifestaciones de lo demócratas, sino los medios de la literatura, especialmente la hipérbole, la alegoría y la abstracción. Es precisamente en el manejo de estos medios que resulta una plusvalía de la información, otra mirada de las cosas, por la que los espectadores van al teatro. No es la educación la que lleva al espectador allí, sino sus dudas respecto a ella

Por lo tanto no es el teatro un lugar de formación, sino un lugar de duda. La empresa del teatro ya no es un lujo para una minoría privilegiada, sino un signo de la confianza de la administración en las capacidades del propio pueblo y la población. La funcionalidad del teatro no se puede medir por el número de entradas vendidas y por otros factores de la economía empresarial, sino por la fuerza de su discurso que se difunde por la ciudad. No es el éxito económico, sino el suministro de inquietud, desorden e inseguridad, el aporte real del teatro.

El teatro, hasta ahora espejo de la ciudad, se convierte en su reflejo. Trabaja, naturalmente conciente del pasado de la ciudad y de cómo se formó ese pasado, hacia delante, es decir dirigido hacia futuro, o dicho de otro modo: una ciudad, que se las arregla sin un teatro, en donde es irrelevante si el teatro se convierte en una escuela o en un centro de deportes o de congresos, o si es completamente arrasado y se olvida de inmediato, es una ciudad del pasado, en la que la población de esta ciudad en vez de crecer y poder crecer, cada año se reduce más, hasta que finalmente todos desparecen.

Antes de terminar mi intervención, quisiera brevemente abordar el concepto de “creatividad”. Este concepto que alguna vez fue sinónimo de una tentativa abierta a resultados inesperados, se ha convertido a través de un uso inflacionario y no acorde con su significado real, en un concepto carente de sentido y tonto. Creatividad hoy en día significa nada menos que basura, sueldos miserables y trabajo apático bajo las condiciones más desagradables. Ser creativo en Berlín significa ser basura en Berlín. Trabajo creativo significa trabajar para otros sin recibir una paga. El llamado trabajo creativo es hoy en día solamente una ocupación. La sola denominación “industria creativa”, utilizada por el sector comercial, revela lo inoficioso que se ha convertido el uso del concepto de creatividad para el arte y el trabajo artístico. Así como la cultura, la creatividad se ha vuelto evaluable y acorde con quienes llevan a cabo esta estimación, es también influenciable. El arte no se deja reducir a estas estimaciones, es independiente, y allí descansa su valor real.

Saludos cordiales desde Berlín.
Oliver Kluck

Traducción: Natalia Guzmán Díaz

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Pobreza y belleza http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/armut-und-anmut/ Wed, 28 Sep 2011 06:00:17 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=5127 En otoño de 1998 hice un recorrido por la RDA* en bicicleta con un amigo. Llegamos en tren desde Múnich, que era algo así como la cara opuesta de la moneda de todo el asunto RDA. Mi cumpleaños número 20 lo celebré en Rostock, y en aquel entonces, Rostock era más exótica que Nueva Delhi. Hoy en día, cuando hablo con gente joven y le cuento que uno en la antigua Berlín occidental simplemente no se daba cuenta de la Torre de Televisión situada en Berlín oriental, a pesar de que de hecho es visible literalmente desde todos los ángulo posibles: no me lo creen. Este hecho logró alterarme por mucho tiempo, pero era a la final sólo una pérdida de tiempo, pues la Guerra Fría ya es historia y lo puedo decir desde en el mismo Berlín: Y está bien que sea así.

Le he hecho un duelo de veinte años a la RDA. No la pasé mal, mi juventud al fin y al cabo, pero eso sí, marcada por la depresión sí estuvo. Es sólo cuestión de mal timing, cuando el tiempo no transcurre de forma paralela con la edad de uno. Pero más o menos como dijo el poeta Ronald M. Schernikau: ¿Qué hace el artista cuando no hay una revolución pendiente? ¡Pues arte!

¿Es posible pensar que el despotismo haya ganado adeptos por patrocinar las Bellas Artes? No es fácil determinar cómo la era de Luis XIV de Francia multiplicó el número de personas que así piensan. Parece que para ellos la razón última de una sociedad es que haya bellas tragedias y comedias. Estos indultan toda la maldad provocada por los sacerdotes, pues sin sacerdotes no habría tartufos. “Así es in nuce la RDA como la ven muchos de mis amigos (muchos de mis mejores): Un Estado de la cultura (y un Estado de panecillos buenos y baratos, un Estado del derecho al trabajo, etc…). ¡Una nación capaz de producir un poeta como Peter Hacks! El aforismo de más arriba lo encontré en una edición de “Französischen Moralisten”(Moralistas francéses), y fue escrito por Chamfort. Dicha edición me la encontré en un baratillero en Neukölln, mi barrio. Algún ciudadano de la antigua RDA había muerto, y toda su hermosa biblioteca en tela, ahora metida en cajas de bananos, se asoleaba a la intemperie. Antes de que se abotagara en la lluvia, me compré veinte libros por 10 euros (hay que hacer algo productivo con el euro mientras exista).

Entre tanto he escrito para mi periódico que la RDA fue un Estado de mierda, hecho que muchos de mis amigos tomaron lógicamente a mal (bueno, sobre todo mis no amigos), mas ninguno de estos tiene argumentos en contra. Hasta que vino mi vecina (nacida en 1982 en Berlín oriental en el medio parroquial de la oposición) y me dijo que mi viaje por la RDA quizás no fue tan importante para mí por el hecho de habérmela pedaleado, sino porque viajé por un Mecklemburgo en el que uno no se topaba con nadie (con ningún automóvil) por horas. Donde sólo existía el cielo. Teníamos a Rügen* y a las mentiras, dijo el poeta Tom Schulz.

Bueno, ahora me detengo y tengo que pensar en el diputado del Parlamento alemán del partido político Los Verdes con el que conversé hace poco. Le hablé de la renta básica y también de que todos mis contemporáneos que se han realizado como propietarios inmobiliarios ya sea en grupos de construcción, yendo a un mercado de materiales de construcción o con un tráiler de construcción para el fin de semana, por lo general no lo han hecho con su propio dinero, sino con la opulenta pensión de sus padres. Pero nosotros, dije yo, no heredaremos nada. El diputado de Los Verdes, analista de la pobreza desde la cuna dijo: La mitad de la población en Alemania ya no tiene ninguna herencia que dejar. No tiene posesiones, a parte tal vez de un automóvil (que le pertenece al banco) y una que otra chatarra electrónica.

La solución a la pobreza no puede ser el despotismo. Sin embargo quisiera sostener que la mujer policía amable y bastante endurecida con laca de pelo de la Policía popular Alemana que comprobó nuestros documentos de viaje sonrió cuando por último dijo: Les deseo una muy buena estancia en nuestra República.

*RDA: República Democrática Alemana.

Traducción: Adriana Redondo

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