Raumzeit Null – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Voyerismo en pantuflas http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/voyeuristen-in-hausschuhen/ Mon, 02 Apr 2012 18:16:18 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=6330

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Hola a todos. Estamos a día primero de abril, corre el año de 2012, hoy empezamos a retransmitir desde el cronotopo cero para la gente que todavía pueda leernos alrededor del mundo. Muchas cosas se han dicho de este año. Todos los indicadores lo anuncian difícil y lleno de cambios bruscos. En muchos sentidos nadie sabe que es lo que va ha suceder ni qué es responsable de lo que vendrá.

Ahora sabemos que desde los años ochenta y a medida que se acercaba el cambio de milenio en el sol lluvias de fuego se sucedían cada vez con más frecuencia. Hacia 2007 los diarios empezaron a hablar sobre ellas, como una nota curiosa en las páginas de entretenimiento. Lo único que sabemos es que a medida que entramos en la nueva era la furia de las tormentas en el astro rey convierten las noches de algunos lugares de la tierra en un espectáculo natural inexplicable. El cielo se enciende, el ocaso arde literalmente y luego una humareda naranja llega a envolver ciudades enteras o amplias regiones en el desierto y en la selva en una penumbra brillante. También las ondas electromagnéticas de la tierra se alteran después de estos espectáculos y forman nudos en el subsuelo. Bultos que con el tiempo crecen, alimentándose de la contaminación eléctrica y las ondas en el aire, de las microondas. Las manchas se expanden lentamente. Algunos doctores han empezado a hablar de geopatias agravadas por la sobresaturación de microondas, pero la opinión pública apenas conoce estos estudios. Todavía no se ha reconocido oficialmente  la existencia de estos gigantescos cruces Hartman, solo en la red pueden encontrarse documentos que los aluden. Oficialmente la salud pública ha atribuido el cáncer y el alza de las enfermedades mentales al sedentarismo solitario del nuevo sistema de producción, una mala alimentación y la sociedad moderna. No reconoce que haya una relación entre estos desajustes y la contaminación tanto del suelo como del aire a través de las microondas que transmiten las antenas gigantes que se han construido en las ciudades.

La nueva tecnología afecta el medio ambiente, algunas especies mueren aceleradamente, otras mutan y el Internet, desde donde nosotros transmitimos, es el único lugar al que recurren los conspiranoicos para intercambiar información. Algunos gobiernos consideran a estos sujetos altamente peligrosos, ya que gracias a ellos y sus aportes intelectuales a la red, las personas tienen acceso a poder mirar detrás de bambalinas. De ahí que los expertos crean ahora que la gente no estaba preparada para enfrentar emocionalmente la quinta dimensión abierta por la revolución tecnológica de finales del siglo XX. Ya empiezan a implementar leyes para controlar la realidad virtual. Leyes cada vez más duras para regular “la ficción” en la vida del ciudadano medio.

El orden establecido siente pánico ante la idea de que se descubran las verdaderas razones de las epidemias y su directa relación con las nuevas tecnologías. Eso pondría en tela de juicio todo nuestro sistema productivo. Temen que la opinión pública pierda el interés sobre los objetos y se concentre en las consecuencias, las ganancias o las perdidas que involucran la adquisición de los aparatos. Peor aún, temen que se ponga en tela de juicio la verdad que divulgan los medios masivos de comunicación a través de esos aparatos.

Aunque nadie menciona la palabra información, el discurso oficial gira en torno a la “ficción”, los conspiranoicos piensan que la verdad detrás de las leyes de derechos de autor y de protección al consumidor se esconde la intención de controlar el acceso a la información de la mayoría de los usuarios y de las personas. Acabamos de salir del marzo negro, en occidente los ataques ciberterroristas están a la orden del día y las filas de los conspiranoicos crecen aceleradamente. Es la reacción natural al estado de shock al que nos han llevado los cambios sociales, medioambientales, morales que ha traído consigo la nueva era.

Mientras tanto nosotros, voyeristas en pantuflas, seguimos transmitiendo, colocados y dubitativos,  desde nuestra sala de máquinas en el cronotopo cero. Esta vez sin un duro, pero con la misma idea. Hacer un catálogo bipolar sostenible de mirones repartidos estratégicamente en el globo terráqueo.

Buscamos crónicas literarias de los acontecimientos. Relatos subjetivos de testigos, que nos permitan acceder al hardwer de esta inmensa Matrix, mientras nos lo permitan la SOPA, ACTA, SINDE, PIPA, etc., etc. y en el tiempo que queda hasta que se cumpla la profecía de los mayas.
Bienvenidos…..

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En un café de Berlín están mis palabras alemanas http://superdemokraticos.com/es/themen/globalisierung/meine-deutschen-worte-in-einem-cafe-in-berlin/ Thu, 07 Oct 2010 06:00:37 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2339 Me imagino que en un café de Berlín alguien deja olvidado un periódico (¿o es una revista?, me perdonarán, pero soy despistada!) sobre una mesa. La mesonera, antes de botarlo a la basura, lo mira displicentemente. Está cansada: tantas tazas por recoger, ceniceros por vaciar. Aún así le llama la atención un título que habla de muñecas negras o de amargos de Angostura. Ve mi nombre allí, le suena gracioso. ¿Lara no es acaso un nombre ruso? – piensa antes de leer mi artículo. Lo lee rápidamente, una lectura vertiginosa para que nadie vea que está leyendo en lugar de limpiar mesas. Se ríe un poquito. Finalmente bota la revista (¿o es un periódico?) y allí quedan mis palabras traducidas a la lengua de Goethe, llenándose de colillas, restos de pan, gotas de café en el fondo de un gran recolector de basura. Bueno, probablemente clasifiquen los residuos, y entonces mis letras estarán entre servilletas usadas, otros periódicos, postales rotas. Mientras tanto yo, del otro lado del mundo, soy inmensamente feliz porque la fortuna ha permitido que haya sido escogida para participar en un proyecto multicultural, global, transnacional, internético, que ha hecho posible que mis palabras sean leídas mucho más allá de mi propia lengua. Cuando tenía 15 años, tal vez 16, leí Retrato de grupo con señora de Heinrich Böll y decidí que era mi escritor favorito a pesar de haber leído sólo ese libro (A los 15 años toda opinión es categórica y no necesita que se le den muchas vueltas). Desde entonces las calles alemanas se instalaron en mi imaginación y ciertos nombres, algunas flores y una sintaxis germana traducida. Leerme, o creer que me leía en la lengua de Böll ha sido una experiencia alucinante.

Este proyecto internético, global y plural ha hecho posible también que mis escritos, aún en mi propia lengua, puedan ser leídos mucho más allá de lo inmediato y por personas muy diferentes y distantes. Del mismo modo que ha hecho posible que yo pueda leer a magníficos autores latinoamericanos desconocidos por mí. La jovial Tilsa, la ultra poética Lena, la intelectual Lizabel., la apasionada María. Los chicos, !ni hablar! Mi compatriota Leo Felipe Campos es una “joyita”, soy su fan declarada. Muchos pensadores que estudian migraciones, exilios, movimientos, errancias, identidades y demás yerbas han afirmado que la lengua es la patria y este espacio ha demostrado como 15 personas tan disímiles no necesitan traducciones entre sí porque vienen de esa misma lengua que se ramifica y se llena de colores, pero que en el fondo es una. Nunca me ha gustado hablar de Latinoamérica como una unidad, pero hay ciertas cosas que cuando estamos lejos percibimos como unificadoras. Leo a estos autores latinoamericanos y los entiendo con una comprensión que va mucho más allá de las palabras. Porque esa lengua cósmica que nos articula va más allá de sus propios vocablos. A mí, que vivo el exilio lingüístico día a día, no me queda ninguna duda.

Otra de las maravillas que se han dado en este espacio ha sido la posibilidad de leer a alemanes de mi misma generación. Böll está muy bien, pero leer la lengua bellamente descolocada de René Hamann o la elegancia de Emma Braslavsky ha sido un gran placer. Leerlos a todos ha sido como caminar por las calles (¿empedradas?) de alguna ciudad alemana en este mismo instante. Leer los textos de los cinco autores alemanes que participan en este espacio ha sido leer literatura alemana contemporánea, cosa tan difícil para mí que no hablo la lengua y no dispongo de medios para acceder a las traducciones ( en caso de que existan). Hay un pulso debajo de tan disímiles autores que se siente también como una fina trama y que de algún modo me ha permitido a mí como lectora entender a una generación de alemanes de la que no sabía nada. Los hilos de esa trama encuentran similitudes en los hilos de mi propia trama. Estamos tejidos con hilos invisibles y sólo este espacio ha hecho posible percibirlos. Estamos “enredados” por la red, la globalización, la generación o como quiera llamársele a eso que me hace entenderlos, traductores mediante, pero mucho más allá del referente inmediato al que aluden las palabras.

Agradezco a Rery Maldonado y a Nikola Richter por haber tenido la idea de juntarnos a todos con ese hilo ovillado por sus sueños. En un café de Berlín están mis palabras alemanas gracias a ellas. En un lugar del éter ciberespacial está mi voz. En un lugar de ese cronotopo cero nos hemos encontrado.

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