Cuba – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Itinerario http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/reisefahrplan/ Wed, 08 Dec 2010 19:07:15 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=3371

Desde la cama se ve la humedad que acaricia el cristal de la ventana del cuarto en el despertar del día. La nieve quiere entrar a saludar, solo la frena el calor de la calefacción. No he dormido más de cuatro horas. Muchas ganas de levantarme no tengo, pero sin visa en el pasaporte sería todo mas complicado. Los diez pasos hasta el baño, la pasta y el cepillo de dientes, una cepillada rápida, la sensación de limpieza me llevan a ducharme, prolongando así el éxtasis y quitándome los olores del ayer, un ayer hostil. Todo esto con una buena canción para empezar el día y tomarme el primer vaso de agua. Los pensamientos se van convirtiendo en acción. Salir de la cama, los pasos, Bugge Wesseltoft con It’s snowing on my piano, la ducha, la toalla, el agua: la tranquilidad de las pequeñas cosas que apaciguan el alma. El reloj en cambio, no parece muy tranquilo y anuncia que ha pasado media hora. Has necesitado quince minutos más, para algo que deberías haber hecho en diez. No hay café. ¡Apúrate! ponte el pantalón más lindo con la camisa más linda, bufanda y abrigo. Hay que causar una buena impresión. No dejes de coger los papeles que dejaste preparados ayer y rectifica que estén todos nuevamente. Baja las escaleras corriendo, pero no te caigas, que no es momento para accidentes. Aire frío. Los pasos se van hundiendo en la nieve, ojala no olviden regar las piedrecitas que evitan que caigamos al suelo constantemente. ¿Tendré todos los papeles? La estación está a no más de cinco minutos. Caminar por Neukölln tiene su encanto. Por sus calles se pasea un  surrealismo derrotado que a mi me invita a rebelarme y es que Neukölln ostenta un barroquismo hiriente.

Andares.

Ya a las ocho de la mañana la panadería turca en la esquina de Selchower Straße, tiene unos cuantos inquilinos. Luego del acostumbrado hola con sonrisa tomo mi café y salgo rápido dirección Hermannstraße. Cien metros más allá, después de doblar a la izquierda ya estoy en el metro que llega en dos minutos. Cuando viajas en el metro ves la ciudad distinta, se ve en la mirada de su gente, en el vaivén de sus cuerpos, unos contra otros. La ves en el controlador de la BVG, el que no tiene Ticket, la muchacha que se va a la universidad, el tipo elegante y el montón de almas que ya no se amontonan frente a las puertas del purgatorio, sino frente al la puerta automática del Metro. En la Osloer Straße cambio de Metro al U-9 hasta la Amrumer Straße, dos estaciones más y ya casi llego. Un cartel anuncia la proximidad de mi destino: Ausländerbehörde nach rechts.

El edificio no invita a entrar, pero hay que hacerlo. A pesar de todo llegue trece minutos antes, así que puedo buscar la oficina con calma. Me oriento en los pequeños mapas que indican adonde debo dirigirme. Segundo piso a la derecha. Me siento en el primer salón de espera a mi izquierda y espero que en la pantalla salga mi número, por suerte tengo una cita que demoraron dos meses en darme. Saco el libro de turno, esta vez le toca  a la mil veces releídas Antología poética de Benedetti. Lo abro al azar y Benedetti me saca una sonrisa: me está pidiendo que no me salve. Como si fuera tan fácil… Se me acerca un hombre que debe tener entre 30 y 35 anos. Me pregunta si allí es para la B, le digo que si y se sienta a  mi lado. ¿Y tu de dónde eres? – me pregunta. De Cuba – respondo. ¡Oh, Cuba! Che Guevara… ensaya una sonrisa. ¡Bonito país! – agrega. Aunque yo no me pensaba nervioso, mi rostro parecía decir lo contrario, pues mi nuevo amigo continuo diciendo: No te preocupes, a los cubanos seguro les dan visa. Yo en cambio vengo del Líbano, a mi me hacen sudar más.

Un sonido me indica que un nuevo número será llamado. Es el mío. Me despido con una sonrisa y camino a la puerta 264. Benedetti me sigue diciendo que no me salve, que no me reserve del mundo un rincón feliz. Controlo mi rabia. Toco a la puerta y entro.

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¿La máquina de la felicidad? http://superdemokraticos.com/es/themen/globalisierung/die-glucksmaschine/ http://superdemokraticos.com/es/themen/globalisierung/die-glucksmaschine/#comments Tue, 12 Oct 2010 15:00:55 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2471
raro (lo cual no es malo)
Image by ectopic via Flickr

Toca despedirse de Los Superdemokraticos y una trata de hacer el recuento. ¿Qué quedó de la experiencia? ¿Alcancé a disfrutarlo? ¿Llegó a ser este blog colectivo lo que esperaba?

Empecemos diciendo –yo y mis otras yos- que ninguna experiencia es nunca lo que una espera. Uno de mis yos piensa que hubo algo que se cumplió: la expectativa de encontrar gente afín, por ejemplo. O la expectativa de leer artículos interesantes y conocer más acerca de los países de quienes participaron. ¿Y qué no se cumplió? No sabría responder. Sólo puedo decir que me quedé con ganas de un mayor diálogo, de una mayor compenetración entre nosotros, los autores del blog. Puede ser que pensara el proyecto como una suerte de experimento de democracia virtual, un espacio para poner a prueba nuestros respectivos locus de participación política. Que nadie se levante para decir que me pasé de lista, quizá de soñadora, lo reconozco. Pero hice más, me pasé de soñadora despierta. En una especie de limbo creado por mis expectativas he vivido este período de tiempo empleado en Los Superdemokraticos construyendo ensayos de viabilidad política a partir de ideas de mis coterráneos (si, para mí este territorio virtual, no geográficamente delimitado, ha constituido este meses una suerte de patria compartida). Una patria virtual, una patria que no lleva la inscripción de los nacionalismos o las historias o mitos fundacionales y aglutinadores de un pathos común. Una patria que reconfigure la patria delimitada por lugares de nacimiento o anclajes territoriales de especificidades físicas geopolíticamente codificadas.
He vivido una patria colectiva y desterritorializada, con configuraciones azarosas que se pone en práctica entre signos de interrogación y que son discutidas con timidez para luego desvanecerse en el desgano de una falta de fe en la coincidencia colectiva. ¿Es esto negativo? No me interesa verlo de esa forma. Es lo que es. Me interesa más bien contemplar la capacidad productiva, políticamente activa que esto conlleva. Las maneras de aires desideologizados de nuestra interacción tienen que ver con una sensibilidad siglo XXI, muy a tono con un registro que aún no se encuentra en las épicas relatadas por la disciplina histórica, más allá de sus esfuerzos de revitalización. Nuestro interés no va enfocado hacia el derrumbe o sustitución de gobiernos o hacia la predica de nuevos sistemas de sociabilidad global. Nuestro entusiasmo se concentra en prácticas de pequeña escala, microestructuras o creación de nodos en el medio de la estructura local. La manera de comprobar lo que digo es leyendo los posts que componen este maravilloso blog. Para mí al menos, es claro que hay una pequeña diferencia de retórica: no queremos cambiar el mundo, queremos contribuir con algunos pedacitos, y dejar que cada cual tome su parte en un (des)orden global que no tiene por qué arribar a ningún a ningún estatus asociado con un telos de perfección. Sin abundar más, digamos que es posible hacer mucho más cuando se abarca menos. No es cuestión de edades, sino de posturas, y en el caso de nuestro recién comenzado siglo XXI, de tendencias. Es ese sentido, me enorgullece formar parte de esta generación. Ya el poeta Fernando Pessoa había expresado lúcidamente al respecto lo que sigue, y con lo cual me despido de mis compatrioras del blog, deseándoles lo mejor hasta que el azar nos reúna, que lo hará, en próximas complicidades:

Hablas de la civilización, y de que no debe ser,
o de que no debe ser así.
Dices que todos sufren, o la mayoría de todos,
Con las cosas humanas por estar tal como están.
Dices que si fueran diferentes sufrirían menos,
Dices que si fueran como tú quieres sería mejor.
Te escucho sin oír.
Si las cosas fuesen diferentes, serían diferentes: esto es todo.
Si las cosas fuesen como tú quieres, serían sólo como tú quieres.
¡Ay de ti y de todos los que pasan la vida
queriendo inventar la máquina de la felicidad!

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La libertad no es de izquierda ni de derecha http://superdemokraticos.com/es/laender/kuba/die-freiheit-kennt-kein-links-oder-rechts/ Fri, 08 Oct 2010 17:22:44 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2771

En la conferencia de prensa del club P.E.N. el autor y periodista cubano Ricardo González Alfonso, que fue condenado a 20 años de cárcel en su país, que fue expatriado y acogido por el gobierno en España a principios de junio, contó a cerca de los tres momentos más lindos desde que está en libertad, sobre su trabajo y el amor por su mujer.

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Globalización: ¿Cuba aplica? http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/globalisierung-fur-kuba-zutreffend/ Wed, 22 Sep 2010 15:14:12 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2057 La palabra globalización se vive en Cuba en un doble estándar. Para nada tenemos esa economía híbrida que sobresale en muchos países y que es uno de los signos indiscutibles de la globalización. En realidad, para nada tenemos una economía. En Cuba esta ha sido una palabra prohibida por mucho tiempo. En primer lugar, debido a que la forma de Estado que promovió la Revolución Cubana decidió cargar con la responsabilidad económica del país. Se trataba de construir un modelo de país futuro, o más bien, un modelo de mundo futuro. En dicho modelo, como en todo modelo, la economía era fundamental.

¿Consecuencias? Hoy tenemos un expresidente, mito histórico y dinosaurio de la izquierda semi radical –Fidel Castro, sí- que reconoce en una entrevista la poca funcionalidad del modelo socialista cubano. Aunque luego se retractara, la declaración tiene vínculos demasiado evidentes con las nuevas medidas económicas del presidente, su hermano Raúl, donde por primera vez en 50 años no sólo se le da valor a la propiedad privada sino que se la incentiva por medio de despidos masivos. ¿Y cómo se refleja esto en mi vida cotidiana? Digamos que la globalización en materia económica es una leyenda de la que he escuchado tanto -y con un nivel similar de influencia sobre la realidad- que la historia de Papá Noel …

Otro signo de la globalización: migraciones en aumento. En el caso de Cuba otra vez el Estado nacionalista-comunista-socialista (esas han sido las distintas nominaciones del periodo revolucionario) ha impulsado olas de migración masiva, en contextos específicos y bajo términos y condiciones sumamente polémicas, mientras que por otro prohibió al ciudadano común viajar al extranjero, emitiendo un permiso de salida –y permiso de entrada para el cubano emigrado- que convierte a la isla en una gigantesca cárcel donde el mar hace las veces de frontera. Entonces… esto de las migraciones es un tema delicado para cualquier cubano, y está lejos de parecerse siquiera al modus vivendi de un privilegiado ciudadano del primer mundo.

Por último, cada uno de nosotros es un mosaico de elementos, reza la propaganda de la nueva ideología consentida del norte –la globalización, ¿cuál otra podría ser? Bueno, en Latinoamérica otro gallo cantaría o canta… Las independencias de nuestros países del régimen colonial se llevaron adelante excluyendo varias piezas del mosaico continental. Los habitantes originarios, más los negros y los chinos, junto a otros, fueron expulsados dentro de cada país hacia zonas periféricas de una sociedad criolla que se erigió como blanca y occidental.

Hacia finales de este proceso, muchos “etnólogos” –en Cuba tenemos a Fernando Ortiz- comenzaron a hablar de sincretismo, de transculturación, y en fin, de mezclas a diestra y siniestra. Sin embargo, ese empeño de concebir en una misma sopa a todas los ingredientes del mosaico es un movimiento reflexivo que tiene bastante de falaz y mucho del, como decimos por acá, “pasarse de listo”. Es una forma de incluir sin incluir: ¿qué vamos a incluir si todo está ya presente? La línea evolutiva de este pensamiento -que tuvo de positivista- llegó hasta nuestro siglo XX y tomó su lugar en la Revolución Cubana, cuando esta asumió la postura de eliminar todas las organizaciones de minorías en el país, y decidió declarar sin vigencia la discriminación racial de una manera suigéneris: ejerciendo la discriminación positiva, por un lado, y declarando que ningún revolucionario podía ser racista, por el otro. El análisis de cómo la Revolución Cubana ha manejado ideológicamente la diferencia entre “lo que debe ser” y “lo que es” llevaría a una buena lección de política. Desgraciadamente una lección de política que serviría para hablar de “multiculturalismo”, esa etiqueta globalizada.

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Ciudadano de hoy: ¿extranjero de mañana? http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/heute-burger-morgen-fremder/ Thu, 09 Sep 2010 07:48:29 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1785

Tapa de Sherry Yorke "Multicultural Literature" Foto: Linworth Books

Mi país es Cuba, pero me encuentro hoy de visita en los Estados Unidos, para ser más precisos, en Miami. Una ciudad asombrosa, llena de latinos –personas emigradas de Latinoamérica-, y con un clima parecido al de La Habana. El término latino sólo parece tener sentido acá, o en el resto de Estados Unidos y Canadá. Latino es una etiqueta que encuentro políticamente muy activa que da cuenta de diferencias y de cercanías culturales; a saber, las diferencias con el norteamericano o “gringo” y las semejanzas frente a este entre las distintas culturas latinoamericanas.

No es que todos los latinos tengan el mismo comportamiento en América del Norte, puesto que no es así. Los grupos de cubanos, puertorriqueños, mexicanos –estos pueden encontrarse en mayor número en Texas-, colombianos, dominicanos, entre otros muchos, se adaptan de manera diferente al american dream. En Miami, por ejemplo, los cubanos parecen obtener un económico american dream como tendencia. Sé de puertorriqueños en algún punto de esta ciudad que permanecen en un barrio identificado como pobre y negro. Lo primero es palpable allí, lo segundo tiene que ver con la manera en que se acomodan ciertas identidades culturales en el imaginario norteño donde predomina ese “white people” que hace referencia a una superioridad étnica y político/económica al mismo tiempo. Cuando se dice white people se piensa en anglosajones o en descendientes de estos. Significativamente, todo lo que caiga fuera no es “blanco”, lo que recuerda el hecho de que la idea de raza nació en tiempos de la colonización de América.

En una reunión informal de estudiantes y trabajadores de la biblioteca de la Universidad de Miami encontré a jóvenes emigrados de Puerto Rico, México, Colombia, Haití, Cuba… Todos llevaban años de vivir en Estados Unidos, y mi impresión es que hablaban de su país de origen como si hablaran de un pasado lejano, o de un sitio del que había que salir porque Estados Unidos es un mejor lugar. Me preguntaron si no quería quedarme a vivir acá en vez de regresarme a Cuba. Cuando respondí que no, me preguntaron por qué. ¿Por qué querría alguien regresar a un país donde la situación económica y sociopolítica es inestable y hasta pesadillezca –en el sentido de que parece recorrer un círculo vicioso sin salida aparente?. Mi respuesta no es una razón, sino una intuición. Quiero regresar porque si me parece importante la identidad latina como una manera de expandir las fronteras de ideologías nocivas y hasta cierto punto caducas de la identidad nacional. Me parece también importante el trabajo con la sociedad civil de los países que  dejan atrás cuando emigran. Más que una emigración para el caso de Cuba, y de cualquier país latinoamericano tan acostumbrado a despedidas y familias separadas por océanos, creo importante un estar aquí mientras se está allá y viceversa. No mirar hacia el norte o hacia Europa como modelo, sino como ejemplo de lo que no somos ni seremos nunca. Propongo pues el viaje como aprendizaje, no la emigración y el adquirir una nueva identidad nacional o una doble identidad nacional, sino el llegar desde una identidad nacional caduca o en vías de transformación -¿cuándo no ha pasado eso en América?- hacia una forma de identidad que cruce el conocimiento empírico –o sea, la experiencia de un conocimiento que no puede ser adquirido de otra forma…– en torno a las prácticas culturales de otros con las propias.

Propongo una manera de practicar la extranjería como acción cívica. Mi patria, mi ciudad, se encuentran sobre todo en las intersecciones. Y creo que no soy la única…

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La transición cubana http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/kubanische-transition/ http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/kubanische-transition/#comments Wed, 25 Aug 2010 07:04:26 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1099
Raúl Castro

Image via Wikipedia

Cuba se encuentra en transición. Transformaciones radicales en el modus operandis de la política de la Revolución Cubana. Raúl Castro, Presidente del Consejo de Estado y de Ministros, expuso el 1 de agosto de 2010, en discurso de clausura a las sesiones legislativas de la Asamblea Nacional del Poder Popular, algunos de sus planes de cambio. Para marcar el tono de su visión de una Cuba distinta, al finalizar el discurso, el habitual Patria o muerte: Venceremos fue sustituido por su escueto agradecimiento a la escucha.”

Este fue el primer párrafo del borrador desechado para mi conferencia frente a un público fundamentalmente norteamericano, en el Avant Writing Simposio de la Ohio State University, de agosto de 2010. ¿Cómo explicar Cuba en 30 minutos? Mientras escribía procuraba echar a un lado la respuesta evidente, la primera que llega: imposible.

Mi conferencia es sobre literatura. ¿Pero es qué puede hablarse de Cuba en cualquier plano sin hablar de política? Volví a mi borrador una vez más. Tenía que ser posible, lo intentaría de nuevo. He aquí el nuevo borrador:

“Desde los años setenta puede seguirse claramente el litigio entre la cultura oficial cubana -aquella que llega a los medios y puede ocupar el espacio público- y movimientos culturales que se niegan a ser oficializados o que pretendiendo serlo, son rechazados por la política cultural revolucionaria. A propósito pueden mencionarse algunas iniciativas alternativas como la Cátedra de Arte conducta, de Tania Brugueras, el proyecto Contexto de Desiderio Navarro, la galería independiente Aglutinador Laboratorio de Sandra Ceballos y su contraparte más reciente Xoho, del joven Rubén Cruces, así como el colectivo OMNI Zona Franca, que en tránsito a establecerse como un espacio cultural público, fue intervenido por las autoridades, son algunos de los casos que abordaré.”

Detengo los dedos sobre el teclado. Una duda me asalta: ¿la frase “intervenido por las autoridades” comunica que se trata de un operativo policial, al estilo circuito cerrado con cordón oficial y uniformes y armas largas en los techos? No lo creo… Habría que entrar en detalles, o tal vez, enseñar las imágenes. Y después de todo, ¿de qué serviría? Las fotos, aunque impresionantes, no dicen nada de las causas. Hay una larga, muy larga historia que contar a un extranjero para que “el caso Cuba” adquiera sentido, o para ser más precisos, llegue al menos a visualizarse de manera superficial. Eso pasa, pero pasa en muy pocas ocasiones. La mayoría de los extranjeros cuando se les pregunta, puede una darse cuenta que no entienden ni j.

Me resigno. Bebo un sorbo de té. Un sorbo de té siempre puede hacer el milagro de cambiar el mundo, al menos en el estómago, que después de todo, son una de las zonas capitales de cualquier aprendizaje cultural. Sigo tecleando, y me dispongo ya para dejar salir las ansiadas conclusiones:

“Las tensiones han proliferado hoy en día en la isla. Encontramos en el paisaje cubano desde estudios caseros de grabación, hasta productoras independientes, las cuales ofrecen de manera ilegal sus servicios a artistas jóvenes o emergentes.”

Eso salió bien, al menos constituye una esperanza. ¿Debo decir que soy una de esas personas jóvenes que trabajan y articulan su vida en Cuba desde la esperanza? No, dejémoslo… Sería peor tener que explicar en qué consiste esa esperanza. Vayamos a la conclusión.

Ya está, mi último sorbo. El té se puso frío. Debo hacer más. Releo antes de despegar mi espalda de la silla. Vaya discursito. Transición, conflicto política vs. gesto cultural alternativo, esperanza… Vaya porquería. Borro todo y cierro la máquina. Dormiré un rato. Son las 2 de la mañana . aunque la fecha de exponer se acerque, postergo un día más la redacción de mi conferencia.

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La Cuba que no cabe en los libros de historia http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/das-kuba-das-nicht-in-die-geschichtsbucher-passt/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/das-kuba-das-nicht-in-die-geschichtsbucher-passt/#comments Thu, 24 Jun 2010 12:14:16 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=326

Para Zaida, profesora de Historia

Foto: Lizabel Mónica

Cuando aflora la palabra Cuba se piensa en el embargo económico de los Estados Unidos a la isla, en la batalla de la Bahía de Cochinos o Playa Girón -“primera derrota del imperialismo en América”, reza la propaganda oficial-, en los hermanos Castro y en los organopónicos. Para algunos Cuba representa aún ese icono de izquierdas donde muchos turistas, llevados por el entusiasmo excesivo, experimentan un excitante acercamiento a eso que las camisetas con la imagen del Che Guevara parecen anunciar. En otros sin embargo persiste la convicción de que se trata de una pesadilla roja y populista que necesita inyecciones urgentes de capital. Lo cierto es que para mí, nacida al punto de observar el progresivo entibiamiento de la Guerra Fría, crecida en una adolescencia en que desilusión y desesperación parecían ser las dos nuevas reglas de convivencia cívica -en sustitución del habitual discurso triunfalista de la utopía proletaria-, y alcanzando finalmente mi mayoría de edad en el siglo XXI, tienen muy poco sentido ya las creencias entusiastas de mis padres o la visión épica y edulcorada de una historia cada vez menos creíble.

Decir que la historia nacional que promueve un Estado no es del todo verdadera, es como convenir en que los seres humanos hemos provocado cambios en el ecosistema del planeta: ambas son verdades irrefutables, y como tales, han de permanecer medio ocultas, medio visibles. En cualquier caso no es cuestión de certezas, sino de qué políticas se aplican al respecto. La mirada severa de los cancerberos del Estado me enseñó sobre todo a negociar la versión propia de los hechos. He aquí un resumen. Cuba fue la última de las colonias españolas en independizarse, a finales del siglo XIX, llegando a tiempo para convertirse en neocolonia de los Estados Unidos. Luego de Gerardo Machado, quien hubo de abandonar la presidencia en 1933 tras una movilización popular, se anularon los lazos legales de la sujeción a Estados Unidos, y el país transitó por distintos gobiernos hasta arribar a la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista. Sobre este último triunfó la guerra de guerrilla enclavada en Sierra Maestra, al mando de Fidel Castro. La coalición de varios grupos opositores que dio lugar al triunfo de la Revolución Cubana en 1959, hasta entonces un movimiento nacional que ostentaba el apoyo de la burguesía, fue paulatinamente fragmentada, depurada y finalmente convertida en una unidad monolítica que tomó su derrotero político el 16 de abril de 1961, cuando Fidel Castro proclamó “el carácter socialista de la Revolución”, minutos después de que bombarderos ejecutaran su preludio a Playa Girón. A partir de entonces, todo hubo de plegarse a este programa de gobierno.

Yo he aprendido que la historia suena diferente dicha por un español, a su vez distinta en voz de un norteamericano y definitivamente picante, en la expresión desenfadada del cubano de a pie. Por no hablar de los matices insospechados que toma en el nativo emigrado hacia esa otra capital cubana que queda geográficamente más allá de nuestras orillas: Little Havana. La historia siempre depende de quién la cuente. Suelen ser los sobrevivientes, los vencedores, los que tienen en sus manos el poder, los que se encargan de decirnos cómo ocurrió todo. Esta vez detrás de la pluma hay una mujer cubana (quién diga que el sexo tiene poco que ver con asuntos de geopolítica que busque la isla caribeña en Internet; obtendrá una respuesta más contundente que mis argumentos), blanca (recomiendo en este caso agregar a la búsqueda la categoría cultural e imaginaria de raza), hija de profesionales y yo misma una profesional (habrá notado usted que los blogueros cubanos son en su mayoría, tanto los impulsados por el régimen como los independientes, muchachos y muchachas bien educados), y no habitante de las zonas más marginales de La Habana, pero tampoco ubicada en el centro privilegiado de la misma (aunque vivir en La Habana es ya reconocerse en el centro, pruébese a agregar a la búsqueda Cuba+sexo+raza la simple, y de apariencia inocente, palabra “ciudad”: casi todos los blogs, páginas especializadas e institucionales son generadas desde la capital, mientras que sobre el resto del país cae un rotundo y contundente manto de silencio, que nos cierra el paso en código de bits); pero no habrá una historia formalizada en estas líneas.

La primera lección de historia que recuerdo con afecto fue aquella en que una profesora me dijo: “relájate y deja los libros, haremos un viaje en el tiempo”. Cabe citar aquí un curioso pasaje que hallé en una guía alternativa: “Cuba es un país único con muchas características distintivas. Viajar aquí no sólo requiere un pasaporte, dinero y una buena y resistente mochila; requiere además flexibilidad, creatividad, buen humor, paciencia y un saludable sentido de la aventura…”. Lo curioso de la historia es que no sólo se encarga del pasado, puesto que ella es capaz de transformar drásticamente nuestra experiencia del presente. ¿Quiere usted conocer Cuba? Bienvenido a bordo, traiga su equipaje, deje en casa los libros… Y si tiene dudas, no dude en preguntar al capitán, pero pregunte también al fogonero.

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