Japon – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Un futuro falto de páginas http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/die-zukunft-der-fehlenden-seiten/ Sun, 30 Oct 2011 13:09:13 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=5498 Yo en verdad quería escribir este texto sentada en el avión. Por las nubes. En el Boeing de Turkish Airlines que me llevó de Berlín a Estambul, al Cuerno de Oro. Allí donde se encuentran oriente y occidente. Yo pensaba que estando en la aeronave se me iban a ocurrir ideas geniales que lograran describir mi vida en la capital alemana junto con las experiencias como turista en la metrópoli turca. Que adquiriría nuevos conocimientos de la Europa del siglo XXI, pero también de la globalidad (así, mirando el mundo desde arriba), y tal vez, teniendo también al hado como maestro, me tocaría sentarme junto a un pasajero inteligente, un intelectual de lo cotidiano. Pero todo resultó diferente. Me quedé dormida. Bajo mi asiento susurran las turbinas del avión. La mujer a mi lado se quedó dormida. La chica a su lado también se quedó dormida. Cansado viejo continente…

Tuve un sueño.

En mi sueño no existían los Talkshows, ni las mesas redondas en las que se discuten temas de supuesta actualidad, una y otra vez, por los mismos expertos y tampoco existían los intelectuales del jetset, ya que volar se había vuelto impagable. Pensadores de la región daban conferencias a las que se invitaba a la gente corriendo la voz. Se había abolido la televisión, porque ya nadie la veía. La Internet estaba controlada, ahora sólo el que pagaba, podía poner información en la red. Sólo se podía navegar una hora sin pagar, después se pagaba por minuto. En Facebook costaba la publicación, me gusta y mensaje- La suma mensual de 20 euros no asustó a nadie, lo que llevó a Zuckerberg a recurrir a otras modalidades de pago. Como hace mucho se le había dejado de invertir a las bibliotecas, se acabaron en 2011 la totalidad de los fondos. Estas se digitalizaron después en Ebooks, con el fin de ahorrar costes y espacio. Aquí en el año 2033 son escasos los dispositivos de lectura con los que se hubiera podido leer viejos archivos. Y en Amazon y Google sólo se encontraban a un precio asequible los clásicos de la literatura norteamericana. Muchos autores escriben ahora en inglés o en chino, ya que el mercado sólo demandaba esas lenguas – los idiomas más pequeños se mantuvieron en niveles mínimos de uso diario, su vocabulario se truncó. Al que poseía un diccionario se le veía como leyenda local.

El que tenía algo que decir y no lo quería transmitir sólo de forma oral, tenía que buscarse una de las pocas tipografías existentes, y allí reproducir su escrito a mano o bien buscarse un copista, a un escribiente. El papel se había vuelto caro, así como todas las materias primas, pero quien tenía conexiones, podía tener acceso a las antiguas reservas de las editoriales. La mayoría había quebrado por no haber desarrollado programas autónomos y relevantes, y por haberse sometido más y más a los departamentos de marketing. Los honorarios para las cubiertas de los libros eran superiores a la de los anticipos pagados a los autores. De ahí que estos últimos hayan pasado en cantidades a editar sus propios libros para no tener que contar con el riesgo de que sólo después de seis meses de publicación, sus obras se hayan convertido en maculatura. Quien no lograba reunir el dinero suficiente para un libro entero, se sentía conformaba con volantes o pequeñas ediciones que por lo general pasaban por muchas manos. Debido a su escasez, cada idea por separado era valiosa. Como el desempleo había llegado casi a un 100 por ciento, el Estado le apostó a los programas de educación regionales organizados la ciudadanía, así como a la cosmética natural y al deporte. En fin, algo que ayudara a evitar el aislamiento. Esto hacía recordar a algunos a los años 30 en Alemania, y añoraban con volver al individualismo de finales del siglo XX. No obstante, ya este se había perdido irremediablemente. Ahora imperaba un nuevo colectivismo de la responsabilidad…

Desperté sobresaltada cuando se me sirvió un menú de tres platos. What would you like to drink, M’am? Tomato Juice, please.

Y agarré un periódico de papel, el Herald Tribune, donde aparecía un retrato del escritor japonés Haruki Murakami, quien afirmaba sobre sí mismo ser 99 por ciento autor y uno por ciento ciudadano. Si tenía una opinión política que dar, la daría sin titubear. Y él fue así una de las voces más fuertes que se pronunció en contra del uso continuado de la energía nuclear. Por lo demás, escribe el periodista, éste vive como un monje con 10.000 discos LP de los tiempos en que tenía un bar de jazz en Tokio. Un intelectual oculto. Él también se habría merecido el premio nobel.

Please fasten seatbelts. Ready for landing.

Traducción: Adriana Redondo

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Por favor ten cuidado http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/bitte-seid-achtsam/ http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/bitte-seid-achtsam/#comments Sun, 01 May 2011 11:54:11 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=3650

Foto: Rery Maldonado

El mundo se quedó alelado ante las imágenes de la destrucción. Viendo una y otra vez al mar furioso arremetiendo contra las costas de Japón. A la tierra en el Japón vibrando, a los edificios agrietados, al humo de la central nuclear, al miedo en el rostro de la gente. Todos sabíamos que esto podría pasar. Es el miedo más grande que tenemos los habitantes que vivimos cerca de uno de los 486 reactores nucleares que están repartidos por la tierra y los medios de comunicación desde entonces, no han hecho otra cosa que bombardearnos con diapositivas a tiempo real de una de nuestras peores pesadillas.

Un creyente habría dicho en otro tiempo, que los designios de dios son inescrutables. En el desastre de Fukushima, más allá de las deficiencias humanas, las personas no tuvimos realmente injerencia alguna. ¿Qué hacer ante la naturaleza embravecida? Frente a ella nada nos salva, nunca nos ha salvado nada. Frente al rugido de los elementos, volvemos a nuestra condición de simios más desarrollados, aunque nosotros le damos a la inteligencia más valor que al tener alas o colmillos o caparazones, que eventualmente quizá nos protegerían mucho mejor que nuestra piel delicada de los designios adversos.

La soberbia se ha convertido en la insignia del progreso. La modernidad es una e indivisible según los bancos, que son los que especulan con nuestro futuro y eso a pesar de las fábulas que hemos inventamos los humanos, a pesar de los himnos y las banderas. A los peces contaminados por las más de 11.600 toneladas de agua podrida que se han vertido en el Atlantico, nadie les pregunta si son japoneses y cuando hablamos de globalización, pensamos en primera linea en economía. Parte de ser un ciudadano en el mundo es poder tomar una Coca Cola hasta en el último pueblo de los Andes.

En Europa, Italia es el único país industrializado libre de energía nuclear. La energía que le falta se la compra entre otros a Francia, según el Foro de Industria Nuclear Español, el país que más apoya este tipo de energía. En Alemania el rechazo entre la población es prácticamente general, aunque la verdad es que las empresas que la producen son las que más clientes tienen, porque la ofrecen más barata. En España la dimensión que ha adquirido la crisis económica, hace que a poca gente se le ocurra cuestionar seriamente los beneficios para la industria de la energía atómica. En Chile pasa lo mismo. Entre las imágenes de Fukushima pasó prácticamente inadvertida la noticia en Alemania, de que Obama había visitado ese país para firmar un acuerdo de cooperación nuclear.

A diferencia de Europa, la mayoría de los países latinoamericanos no cuentan con plantas nucleares. Comparativamente hablando los países menos desarrollados, son los que tienen los territorios más extensos de naturaleza salvaje y son además los que más bio diversidad atestiguan.

También bio diversidad humana. Solamente en Bolivia conviven 36 naciones con sus respectivos idiomas y su escala de valores. La industrialización de lo que queda del mundo, pavimentar las calles, construir edificios, „civilizarnos“ con el mismo instinto ignorante, o la misma visión de progreso unidimensional de nuestros mayores, no puede ser la alternativa. El simple hecho de que la CDU apoye la idea de bajarse de la energía atómica hasta 2020, a mi me da que pensar. No los considero capaces de un cambio tan súbito y rotundo, me parece simplemente sospechoso.

Hace unas semanas fui a una lectura donde Dominic Johnson, el redactor para África del taz  -el diario más importante de la izquierda alemana- , presentaba su libro „Afrika vor dem großen Sprung“ (Africa ante el gran salto). El único negro del público, le pregunto porqué se refería a los blancos africanos, aunque estuvieran mezcladitos, como si pertenecieran a una raza ajena a la suya. „Die weiße“, como si esas élites fueran distintas, porque no lo son. En la pregunta me pareció entender esa afirmación y en la respuesta confundida del autor, un alemán buen tipo que va sin zapatos, que a veces es muy difícil mirarse en colectivo al espejo. Ponerse en el lugar del primo y asumir el parentesco en las estructura sociales.

¿Y si la solución para una vida decente estuviera en hacer sostenible lo que tenemos? En humanizar nuestro entorno y colaborar a que no se rompa ni se destruya más. Dejar de invertir en nosotros mismos solamente y en cambio, asumir la responsabilidad de haber estado expoliando a otros pueblos, de haber estado imponiendo una noción de progreso basada en un crecimiento económico que no es sostenible y en el egoísmo con el que administramos nuestra ciencia .

Al parecer, uno de los aportes indigenistas más importantes a la nueva Constitución Política de la República Plurinacional de Bolivia, en nuestras cuatro lenguas oficiales, es el concepto del „Vivir Bien“.

El artículo 8 de la CPE establece que: „El Estado asume y promueve como principios ético–morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble).“

Es difícil de entender, ya que aunque aparentemente los 25 postulados para el Vivir Bien sean muy simples, para los occidentales o los occidentalizados o los blancoides implicaría asumir algo así como una postura budista. Se trataría en resumidas cuentas de aprender a ser felices con lo que somos, con lo que tenemos y con lo que han hecho nuestros mayores. De bueno y de malo.
Quizá a estas alturas de la capa de ozono, en este momento de calentamiento global, posiblemente no tenga sentido pensar en el país de uno solamente. En el espacio todos formamos parte del mismo e insignificante punto azul.

Les damos la bienvenida a todos a un nuevo año de Los Superdemokraticos. Este mes nuestro tema será: la energía atómica y gracias a nuestro escritores invitados les traeremos visiones completamente distintas al rededor de los usos y los abusos de la energía.

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