Historia – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Estoy sin depilar http://superdemokraticos.com/es/laender/argentinien/ich-habe-mir-die-haare-nicht-entfernt/ Mon, 11 Oct 2010 21:25:43 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2887

Pedro Mairal nació en Buenos Aires en 1970, sus libros  han sido traducidos y editados en Francia, Italia, España, Portugal, Polonia y Alemania. En 2007 fue incluido, por el jurado de Bogotá39, entre los mejores escritores jóvenes latinoamericanos.

„Cómo decía Borges: uno es fatalmente argentino. Uno no puede evitar ser argentino, no puede evitar ser latinoamericano. No puede evitar ser para los europeos exótico. No hay que intentar serlo, tampoco hay que evitar serlo. De la política y la historia me interesa mucho como repercuten en la intimidad. Cómo repercuten en la conciencia, sobre el cuerpo.

Me interesa la política, cuando las decisiones terminan teniendo una consecuencia en el cuerpo de alguien. Por ejemplo, hay un relato sobre una mujer a la que torturaron. La bajaron a un sótano, la metieron en un calabozo y le dijeron: desnúdate. Ella sabía que la iban a torturar, pero en lo primero en lo que pensó cuando le dijeron que se desnude fue: Estoy sin depilar. Ese pequeño pliegue del pensamiento, ese momento de intimidad en el que el pudor es más fuerte que cualquier cosa, es donde me parece que entra la narrativa. No tanto en lo macro político, como en lo micro. En esa pequeña intimidad, cómo las decisiones políticas terminan repercutiendo en la conciencia , en el cuerpo y ocasionan una desesperación personal. Yo siempre me estoy escapando de tener que definirme políticamente. Eso es lo mas coherente con mi forma de ser. No tengo clara una postura política. Depende mucho del estado de humor con el que me levanté en la mañana y ademas no me siento representado políticamente por ningún partido en este momento en la Argentina. Siento mucha desilusión en ese sentido.
Yo me crié en la libertad personal de la democracia, esa es la cultura que me formó y el peligro de mi generación es que la demos por sentada. Cuando tenemos que recordar que es algo que se logro, que se logró obtener y ahí yo creo que sí, que yo personalmente tengo una deuda que consiste en concienciar sobre el tema.
De la feria sólo vi dos pabellones, parecen muchas ferias juntas, es monstruosa, enorme, inabarcable. Jamás había estado en una Feria del Libro tan grande. Voy a tratar de ver todo lo posible, pero sé que es imposible verla completamente“.

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Globalización: ¿Cuba aplica? http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/globalisierung-fur-kuba-zutreffend/ Wed, 22 Sep 2010 15:14:12 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2057 La palabra globalización se vive en Cuba en un doble estándar. Para nada tenemos esa economía híbrida que sobresale en muchos países y que es uno de los signos indiscutibles de la globalización. En realidad, para nada tenemos una economía. En Cuba esta ha sido una palabra prohibida por mucho tiempo. En primer lugar, debido a que la forma de Estado que promovió la Revolución Cubana decidió cargar con la responsabilidad económica del país. Se trataba de construir un modelo de país futuro, o más bien, un modelo de mundo futuro. En dicho modelo, como en todo modelo, la economía era fundamental.

¿Consecuencias? Hoy tenemos un expresidente, mito histórico y dinosaurio de la izquierda semi radical –Fidel Castro, sí- que reconoce en una entrevista la poca funcionalidad del modelo socialista cubano. Aunque luego se retractara, la declaración tiene vínculos demasiado evidentes con las nuevas medidas económicas del presidente, su hermano Raúl, donde por primera vez en 50 años no sólo se le da valor a la propiedad privada sino que se la incentiva por medio de despidos masivos. ¿Y cómo se refleja esto en mi vida cotidiana? Digamos que la globalización en materia económica es una leyenda de la que he escuchado tanto -y con un nivel similar de influencia sobre la realidad- que la historia de Papá Noel …

Otro signo de la globalización: migraciones en aumento. En el caso de Cuba otra vez el Estado nacionalista-comunista-socialista (esas han sido las distintas nominaciones del periodo revolucionario) ha impulsado olas de migración masiva, en contextos específicos y bajo términos y condiciones sumamente polémicas, mientras que por otro prohibió al ciudadano común viajar al extranjero, emitiendo un permiso de salida –y permiso de entrada para el cubano emigrado- que convierte a la isla en una gigantesca cárcel donde el mar hace las veces de frontera. Entonces… esto de las migraciones es un tema delicado para cualquier cubano, y está lejos de parecerse siquiera al modus vivendi de un privilegiado ciudadano del primer mundo.

Por último, cada uno de nosotros es un mosaico de elementos, reza la propaganda de la nueva ideología consentida del norte –la globalización, ¿cuál otra podría ser? Bueno, en Latinoamérica otro gallo cantaría o canta… Las independencias de nuestros países del régimen colonial se llevaron adelante excluyendo varias piezas del mosaico continental. Los habitantes originarios, más los negros y los chinos, junto a otros, fueron expulsados dentro de cada país hacia zonas periféricas de una sociedad criolla que se erigió como blanca y occidental.

Hacia finales de este proceso, muchos “etnólogos” –en Cuba tenemos a Fernando Ortiz- comenzaron a hablar de sincretismo, de transculturación, y en fin, de mezclas a diestra y siniestra. Sin embargo, ese empeño de concebir en una misma sopa a todas los ingredientes del mosaico es un movimiento reflexivo que tiene bastante de falaz y mucho del, como decimos por acá, “pasarse de listo”. Es una forma de incluir sin incluir: ¿qué vamos a incluir si todo está ya presente? La línea evolutiva de este pensamiento -que tuvo de positivista- llegó hasta nuestro siglo XX y tomó su lugar en la Revolución Cubana, cuando esta asumió la postura de eliminar todas las organizaciones de minorías en el país, y decidió declarar sin vigencia la discriminación racial de una manera suigéneris: ejerciendo la discriminación positiva, por un lado, y declarando que ningún revolucionario podía ser racista, por el otro. El análisis de cómo la Revolución Cubana ha manejado ideológicamente la diferencia entre “lo que debe ser” y “lo que es” llevaría a una buena lección de política. Desgraciadamente una lección de política que serviría para hablar de “multiculturalismo”, esa etiqueta globalizada.

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Tensiones iluminadas http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/erleuchtende-spannungen/ http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/erleuchtende-spannungen/#comments Sat, 21 Aug 2010 09:50:55 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1028

Ventana. Foto: Agustín Calcagno

El principal cambio que ha experimentado América Latina en los últimos años es el de haber echado luz sobre tensiones sociales que antes permanecían en la penumbra. Las múltiples y coloridas caras que pueblan nuestros horizontes, de mares de montañas de selvas de bares rojos al borde del abismo y cerca del cielo; esas caras infinitas de nuestro continente, estuvieron hasta este punto de la historia apresadas por un monocorde discurso pensado para que lo diverso fuese vergonzante, indigno, poco civilizado.

Las mayorías, y las cosas que piensa, siente y necesita la mayor parte de la gente, permanecieron relegadas a la oscuridad de la mendicidad. El pobre era indigno de soñar con tener exactamente las mismas cosas que el rico. El pobre debía sentirse orgulloso de ser pobre, alegrarse de tener lo suficiente como para subsistir…Y agradecer… Como si la vida fuese un regalo de la nobleza criolla, el pobre además de ser pobre debía ser indio, y en consecuencia atender doblemente la gracia, por haber recibido a Dios… al verdadero… Un Dios que necesita que todos seamos agradecidos y que lo alabemos en silencio. Nos pedían silencio justamente a nosotros que somos la bulliciosa materia de la diversidad, de los paisajes heterogéneos, de las músicas eternas flotando en cada rincón. Nos pedían silencio a nosotros que supimos tomar la cultura española y plagarla de talentos, de acentos seductores inscriptos en las más diversas facciones. Silencio, aceptación, monotonía y vergüenza.

Pero la fuerza de la sangre y de la tierra es más poderosa que la dominación; y la evidente tensión entre el monocorde discurso eurocéntrico y nuestra diversidad, fue saliendo a la luz. A veces en miles de voces, y otras en murmullos. Otras tantas en lágrimas triunfantes de revolución, y muchas otras en sollozos muertos, en ojos polvorientos de cuerpos jóvenes. El sistema dominante, que habita en esa diminuta porción del mapa donde se concentran los beneficios de todos los que respiramos oxígeno, se relajó. Habían insistido tanto tratando de convencernos a todos de que la desigualdad era inevitable, que hasta ellos empezaron a tragar su propio discurso. Llegaron a creer que la historia iba a detenerse justamente en el momento que les resultara más beneficioso. Fueron narcisos cegando su vida con mojada vanidad, y tal vez ahora se les dificulte sacar sus cabezas del agua.

Desde la victoria de los nuevos gobiernos populares, las tensiones reales de nuestras sociedades empezaron a aparecer en las discusiones, en las disputas políticas, en la vida cotidiana. Estos nuevos poderes apuntaron sus luces hacia las zonas borradas del mapa social: tanto hacia esas habitadas por los pobres, por los excluidos, por los que están al servicio de las cortes; como hacia las perennes zonas que el poder colonial ha ocultado a nuestros ojos. Los nuevos gobiernos latinoamericanos han tenido la virtud de revelar, en todas las acepciones de la palabra. De un lado, desnudar a los poderes fácticos que nos han dominado por siglos; y en paralelo, señalar que otras formas más inclusivas y variadas son factibles de convertirse en sentido común, en poder.

Así como los dulces cuerpos morenos al sol conviven con el duro paso de los que más al sur rastreamos el fuego en palabras secas; así, nuestros gobiernos conviven aunque tengan diversos objetivos y estrategias, conviven y se enriquecen porque han advertido que los colores de nuestra paleta son vastos. El divertido griterío sudamericano, el del pueblo, el que se habla en la calle, busca palabras, términos, ideas que contengan sus expectativas y su visión del pasado; de su propio pasado multicolor; no del que reproducen algunos de los libros mentados por intelectuales que sólo miran hacia el norte; esos libros que son películas, estrofas de himnos, canciones tetonas, o estúpidos malabares discursivos labrados en la piedra por economistas.

De mi parte, gano la calle solo o acompañado por otros tantos que sienten la obligación de defenderse, de revelarse, de revelar zonas oscuras. Nos mueven las más variadas razones, demandas que parecen no tener un centro. Es que en verdad, lo que nos une es la conciencia de que no debe existir un centro único… nuestra virtud es justamente la de saber que las tensiones siempre estarán, pero que por ahora debemos iluminarlas para que cristalicen en demandas y la sociedad pueda ser más justa.

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Perdido en la academia http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/verloren-in-der-universitat/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/verloren-in-der-universitat/#comments Sun, 18 Jul 2010 08:00:54 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=466

Cuba, 17-29 de noviembre 2007.

Mi inicio en las aulas fue por demás conflictivo. Ya en la primaria comencé a desconfiar de los grandes que intentaban instruirnos. Nos llamaban niños, que quiere decir algo así como que tienen el derecho de hacer con uno lo que quieran. Ellos no solo nos dieron una paliza psicológica que ha dejado secuelas profundas, sino que nos enseñaron a propinárnosla nosotros mismos. En mi primaria tuvimos un héroe. Un día se le ocurrió dudar de la necesidad de aprender matemáticas e historia y lo grito. Lo dejaron toda una tarde sin poder jugar con los demás, como no se doblegaba paso casi todo un mes aislado. Ahora es económico y aunque sonríe, ya no duda.

Yo seguí el camino marcado. Hice todos los niveles escolares hasta la universidad. Tenía una fe ciega en ella, pensaba que allí al fin aprendería a equivocarme. Mas las universidades están para crear certezas y la Humboldt Universität no es la excepción. En sus cursos aprendí que historia antigua es la historia de Grecia y Roma; que filosofía es explicar algo con lógica y todo lo demás es ideología; me enseñaron la importancia de seguir al pie de la letra lo formal, que la ciencia es un conocimiento impersonal en el que no hay cabida para lo que algunos llaman sentimientos. Resumiendo que aprendí el inmenso placer de perderme discutiendo nada. Un día, haciendo uso del reino de la libertad, se me ocurrió decir que todo aquello me parecía un poco sin sentido. Valiéndome de la palabra que reinaba, intente fundamentar mi respuesta como me habían enseñado. Cite a un par de alemanes viejos, a franceses críticos de alemanes viejos y a latinoamericanos inconformes con todo aquello; mas mi crítica no fue acogida, se me tildo de querer dar un giro ideológico con pensadores que ya habían sido rebasados. ¡Ups! Me respondieron lo mismo que se decía desde hace muchos años en la habana: – Si no estás de acuerdo ¿qué haces aquí? Desde entonces las recriminaciones de mi madre, que se empeña en decir que filosofía e historia son una pérdida de tiempo, tomaron un nuevo matiz.

Aixa

15 – Rockasón – Alejandro Gutiérrez – H.Abierta – Habana Abierta

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Tira y afloja familiar http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/espanol-la-historia-no-es-un-sueno-eterno/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/espanol-la-historia-no-es-un-sueno-eterno/#comments Fri, 16 Jul 2010 08:00:37 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=460

Cada domingo, desde los cinco años, iba a ver a mi abuela paterna. Mi abuela estaba postrada en una silla de ruedas. Varias enfermedades le habían consumido la juventud. Este estado de invalidez parecía haberla dotado de una paz que se expresaba en un lúcido sentido histórico. Una mujer prematuramente envejecida como depositaria de la memoria colectiva. Todos los domingos, entonces, luego del almuerzo, me relataba un capítulo puntual de la historia boliviana. Intentaba así contrarrestar la influencia que recibía en la casa de ni abuela materna, donde vivía de lunes a sábado. Allí eran fervientes emenerristas. Mi abuela paterna me contaba sobre los Barrientos y la historia nacional. Su relato parecía una película de espionaje donde me costaba entender quiénes eran los malos y quiénes los buenos. Las historias estaban llenas de microhistorias. Me contaba sobre las imposturas de la Revolución del 52, sobre la vida de su padre en las minas, sobre la vida secreta decadente de Víctor Paz Estenssoro, el “Mono”, sobre el exilio interior de mi abuelo falangista, sobre mi tío muerto en un accidente aéreo justo frente a la casa, sobre el otro tío (más famoso) que había derrocado a Paz Estenssoro, etc.

Volvía a la casa materna, suspicaz y confundido, y allí contrarrestaban el relato con otras pruebas: los logros evidentes de la Revolución del 52 (nacionalización de las minas y la Reforma Agraria, por ejemplo), el desempeño manipulador de Barrientos cuando fue presidente, la larga duración en la política nacional del MNR como prueba de su éxito.

Ambos relatos contrapuestos iban componiendo mi identidad. Con el tiempo yo mismo rearmé el relato con la asistencia de libros y profesores. Me quedo con la noción de que la Historia resulta un proceso y no una sucesión de hitos y quiebres bruscos. La revolución del 52 puede ser ahora criticada y vista como insuficiente, un periodo lleno de contradicciones, pero a la vez sin ese proceso no habría sido posible nada de lo que estamos viviendo, mucho menos la misma Revolución que se fue gestando desde las rebeliones indígenas y que se sucedieron desde las postrimerías del siglo XIX hasta la cuarta década del siglo XX, y que se estaban preparando desde los levantamientos de lo Tupacs a finales del siglo XVIII. No hay año cero ni fin de la Historia. También aprendí que la historia no está rigurosamente descrita sólo en los libros de historia o de texto, sino en canciones o en la voz de los seres queridos.

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¿Desea guardar los cambios? http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/mochten-sie-die-anderungen-speichern/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/mochten-sie-die-anderungen-speichern/#comments Wed, 14 Jul 2010 07:39:50 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=451

Alguien escribió que Dios creó al hombre para que inventara historias. Y lógicamente un dios fue la primera historia que el hombre concibió: la creación del mundo. Como dijo Ortega y Gasset: la historia no se trata de explicar sino de entender. Ha de ser contada y compartida para existir, sin ello es sólo la vida transcurriendo como el paisaje lento árido vertiginoso lluvioso agotador encantador e intrascendente de un viaje en autobús interprovincial; y no tendríamos más motivo qué celebrar que el presente mismo. No habría feriados ni cumpleaños, canciones que nos hacen llorar porque recordar es volver a vivir, ni un señor comería doscientos hot dogs en diez minutos para engalanar el libro de los record Guiness. Por tanto puede decirse que es tan importante la historia del mundo como su narración. Todos los que tenemos el don de la memoria somos sus portadores desde que, con vocación rigurosa o resistencia punk, formamos parte de una nación, sueño y narración, y se recomienda transmitirla siendo responsables, precisos y entretenidos. Esa es justamente una de las misiones de los Superdemokráticos.

No olvide que podemos influir en ella, el documento universal está abierto, altérelo (para mejor) y guarde los cambios.

Así puede afirmarse que la Historia se compone de millones de millones de historias en constante desarrollo, y sería fabulosamente democrático que cada ciudadano escriba su diario o evangelio para contribuir con el relato de la sociedad así como colaboran con los impuestos.

Por otro lado los escritores de ficción, los contadores de chistes y los poetas tenemos derecho a adueñarnos de la historia y reinterpretarla, tomar a la Realidad como una canción popular increíble y hacer un cover que la supere. Otros no, y ellos saben quiénes son.

Es importante para mí porque fui del más común tipo de niña, de aquel latos@ que pregunta todo el tiempo ¿cómo? ¿dónde? ¿por qué? ¿cuándo? y ¿por qué no? Y ahora igual pero principalmente en mi mente.

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Mi abuela, los periódicos, … http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/meine-grosmutter-die-zeitungen/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/meine-grosmutter-die-zeitungen/#comments Tue, 13 Jul 2010 08:00:35 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=447 Foto de Álbum de familia
Foto del Albúm de familia.

La Historia no es otra que esa vida cotidiana que protagonizamos. Incluso si nuestra existencia pública se circunscribe a recoger el periódico en el kiosco más cercano para luego envolver en él pescado fresco. Abuela puede habernos recomendado esa envoltura, “nada conserva mejor el pescado en su recorrido del mercado a la casa”. Puede que nuestro nombre sea Liz, y que la tarea indicada ese día consista en llevar el pescado. Cuando el periódico húmedo y crujiente sea arrojado a la basura, y abuela vea mis ojos curiosos sobre una media página estrujada que sobresale del bote, entonces hablará de historia. No de la historia descrita por las letras fulgurantes y entintadas de la prensa, sino de aquella otra que abuela recuerda haber vivido. Una narración que confunde sus pausas con los espasmos culinarios y las exclamaciones coloquiales femeninas.

Haciendo que los ojos sollozaran un llanto ignorado, bajo la sustancia invisible que desprende la cebolla al ser cortada, abuela me contaba de niña su historia. El ardor en su aliento era provocado acaso por el ajo que masticaba o por el sabor del pasado arrastrando sus pasos huraños hacia el presente. Cuando faltaba un adjetivo abuela no buscaba entre el vocabulario abstracto de políticos o maestros de literatura, sino desde su propia experiencia cotidiana con alimentos y enseres. Abuela no decía frases tales como “presidente abyecto” y “defender nuestra nación”. Decía “aquel fue un cocinero, pasando por chef” y “estos siempre buscando qué pastel meter al horno”.

Un día murió sin ganas ya de convocar al pasado, porque sintió que el futuro se cegaba y el presente se anudaba en su garganta haciendo guiños dolorosos con el tiempo. Cuando pasó yo no estaba preparada para dejarla ir. Pero sus historias menores, matización pertinaz de la historia hegemónica, permanecen conmigo.

Pienso entonces que la historia es esa persistencia. El estado emocional causado por un recuerdo, la memoria capaz de penetrar el presente.

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La memoria de los sinnombres http://superdemokraticos.com/es/editorial/das-gedachtnis-der-namenlosen/ Mon, 12 Jul 2010 14:54:59 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=453 …me acordé de este foto y de un viaje que hice leyendo y traduciendo sus textos….

Memorial

Foto: Memorial „Passagen“ para Walter Benjamin del artista Dani Karavan en Portbou, Cataluña/España

En el vidrió está escrito:

Es más difícil honrar la memoria de los sin nombres que la de los célebres. A los sin nombres está dedicada la construcción histórica. Walter Benjamin, G.S. I, 1241 (traducción libre)

Cita tomada del Sobre el concepto de historia, uno de sus últimos textos (ca. 1939). Walter Benjamin, ensayista, filósofo y crítico alemán, murió en septiembre de 1940 en Portbou (España) después de que el grupo de refugiados judíos que integraba fuera interceptado por la policía franquista. Aparentemente ante el temor de una expulsión de España hacia el territorio francés controlado por los nazis, decidió suicidarse ingiriendo morfina.

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17 de Octubre de 1945 http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/17-oktober-1945/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/17-oktober-1945/#comments Mon, 12 Jul 2010 07:05:13 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=440

Todos los recuerdos son de algún modo fingidos, encubridores. Hasta esa memoria común, a la que llamamos historia, nos resguarda de lo inalcanzable: de la verdad, que como dice el poeta, ha de ser seguramente implacable. En contrapartida, confiar en la veracidad de nuestras propias experiencias personales es lo que nos salva de la locura.

Los obreros esperan a Perón con sus pies en la fuente - 17 de Octubre de 1945. http://commons.wikimedia.org/wiki/File:17deoctubre-enlafuente.jpg

En éste bar, como en cualquier otro, de ahora o del futuro, aquí o en donde tengan ganas de suponer, reina el anonimato de la noche y todos somos sólidos poetas en busca de palabras que consigan conmover y arrancarle una porción de verdad a la prolija realidad. Mi codo se acomoda sobre esta barra y las yemas de mis dedos ya suponen la frescura del vidrio, la calma del alcohol borrando la angustia de estar siempre por fuera de los acontecimientos que me rodean. Todos los pensamientos que voy apuntando en papeles o en mi cabeza se truncan constantemente y parece que sólo puedo decir lo que el tiempo en su gravidez decidirá que sea mío. Todo ha cambiado en este día 17 de Octubre de 1945 de un modo contundente e irreversible.

La ciudad se ha transformado para siempre. Miles de personas han brotado desde la nada, personas invisibles que repentinamente han renovado nuestra fisonomía. Quisiera poder decir todo con una sola palabra, hablar en poesía, ser certero e invencible como una bala, pero me resulta imposible encontrar un término que se acerque a lo que sentí al ver a tanta gente unida en esa plaza nocturna, virgen de sus olores y de sus acentos, mirando a un milico que promete que el futuro será de los pobres, que dice que los que nunca fueron escuchados a partir de hoy serán el eco de su propia voz. Quisiera dar un nombre a ese sueño ingenuo de los sonrientes desdentados que formaron parte de esta invasión plebeya. Quisiera condensar en una frase el sentido de la lucha que se avecina y de la que fue. Pero no existe una palabra que de cuenta del pasado y del futuro, de la historia y del costo de la igualdad, de la alegría y del martirio de las generaciones que perecerán. No existe una palabra que sea a la vez vida y muerte.

La clientela del cabaret parece confundida y temerosa, mientras que los que aquí trabajan, murmuran con alegría cosas tan distantes como las clases. Me acerco al cálido personaje de la noche que resguarda la barra; tomo un trago, respiro, lo miro a sus brillantes y risueños ojos, y en ese momento toda mi exploración cesa y las ideas confusas se apilan al momento en que abro mi boca por primera vez:

-¡Viva Perón! – le lanzo

-¡Viva! – contesta con alegría

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El equipo internacional http://superdemokraticos.com/es/editorial/die-internationalmannschaft/ http://superdemokraticos.com/es/editorial/die-internationalmannschaft/#comments Sun, 11 Jul 2010 22:31:22 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=449 Lo siento chicos, lo siento chicas, mientras se pueda escribir un poquito sobre fútbol. Desde el Mundial de Fútbol de 2006, que tuvo lugar en Alemania y que hizo propaganda con el slogan “como invitado con los amigos”, uno ya no se asombra de que la bandera alemana sea puesta en exposición pública. Lo que en 2006 todavía sorprendía sea convertido en 2010 en normalidad. La decoración nacional por todas partes sirve para que yo piense todos los días en Alemania en mi rol como alemana (pasaporte). Tengo que pensar en eso y siempre me resulta un poco incómodo. Cuán alemana era cuando me mudé a mi primer departamento cuando trabajaba como Aupair en Francia, cuando vi mi primer eclipse total de sol en Londres, cuando viví en Hungría mi primera anestesia total o cuando por primera vez me bañe en Bolivia en un río transparente?

Cuando fui a la escuela y mientras era estudiante en los 80s y 90s podía contar las banderas que había visto con los dedos de una mano. No habían. En el diccionario había una entrada “Bandera”, junto a todas las banderas del mundo, pero a ella nadie la sacaba de su caja. Ella era un símbolo abstracto. Algunas veces colgada de edificios públicos, a media asta por luto con rango internacional o en el mástil de los contextos europeos. Cuando mi familia hacía vacaciones en Dinamarca, la bandera danesa ondeaba delante de todas las casas de madera. Yo pensaba: Nuestra bandera es fea, la danesa es mucho más bonita. ¿Soy danesa?

Y ahora: Autos, ventanas, balcones, jardines, vuvuzelas, incluso partes del cuerpo (brazos, piernas, mejillas) llevan la bandera. Hace poco vi como una mujer gorda, enfundada en un vestido de tigre, le tatuaba una bandera en la calva de solarium a su marido. Una calva en negro-rojo-dorado… Estoy confundida: ¿De dónde viene este nuevo amor por la bandera de los alemanes? ¿Cuándo ha desaparecido el peso (“No puedo sentirme orgullosa de mi país, después de todo lo sucedido”, los seis millones de argumentos, sobre los que habla Jo Schneider en su ensayo. La responsabilidad histórica que algunos, como alemanes, llevan a cuestas)? Porqué incluso yo me pinto una bandera en el brazo? ¿Nos hemos vuelto todos olvidadizos con la historia?

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La nueva cultura hincha alemana tiene quizá que ver con esta alegría colectiva, porque es verano, porque estamos en la calle gritando juntos, porque es divertido identificarse con algo, no tanto con un sentimiento nacional como con un Sportmanschip y hombres guapos (Yes, Ladies!) Por que la selección nacional se ha convertido en una selección internacional, con jugadores como Mensut Özil, Boateng y Piotr Trochowski que son hijos de migrantes, que son jóvenes, que juegan con otras reglas, que no son jerárquicos, que de alguna manera no parecen alemanes (si beber cerveza, el pesimismo y el autoritarismo son lo “alemán”). Porque ahora juegan como los daneses -escriben al menos los diarios.

De todas maneras nunca podré dejar de catalogar la marea de banderas como algo peligroso. Los símbolos nacionales llevan esa ambivalencia consigo, esa amenaza, de la que también habla Gabriel Calderón: “La historia/Siempre pronta a reaparecer en cualquier momento/A caer con toda su furia en el presente.” Lastimosamente se mezclan Neonazis en la masa de fans de futbol.

Más ambivalente es todavía el himno nacional alemán, que últimamente también es cantado claramente en público. La melodía proviene de la pluma del compositor austriaco Joseph Haydn. Lo compuso en Viena como base para el himno al emperador de los habsburger, basado a su vez en una canción popular croata. El texto lo escribió el escritor alemán Dichter Heinrich von Fallersleben en 1841 como “Canción alemana” en la entonces isla británica de Helgoland. Trata entre otras cosas sobre las fronteras del imperio alemán muy desunido en el siglo XIX, es el intento de representar ese desgarramiento interno. Esa isla en el mar del norte, que Alemania cambió después de la Primera Guerra Mundial por la colonia de Zanzíbar, sirvió después de la Segunda Guerra Mundial como puerto para los submarinos por los nacionalsocialistas en el norte. Los militares ahuecaron la isla como un queso suizo, con pasadizos subterráneos entre los búnkeres, que fueron volados por los aires después de la guerra. Una de las mitades de la isla se partió y hundió en el mar. Hoy es Helgoland la meca de los observadores de pájaros (Urias). Sólo se canta la tercera estrofa –en la que no se enumeran las fronteras.

Si se trata de detalles cuando hablamos de la historia, no pueden haber símbolos reconocidos por todos (banderas, monumentos). Creo cada vez más en que del pasado de determinadas existencias, somos transeúntes de la historia, transeúntes en la historia, pequeña microscópica (como dice Lena Zúñiga), pero cada uno importante en su lugar. Donde estaremos mañana, en qué historia, depende de nosotros. No de una bandera.

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