Georges Bataille – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Figuras de yeso http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/gipsfiguren/ http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/gipsfiguren/#comments Tue, 28 Jun 2011 14:13:16 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4283

A veces, la verdad no es suficientemente buena. A veces, la gente merece más. A veces la gente merece ser premiada por su fe. Batman en el “Caballero Oscuro”

Mentir en español es también un verbo intransitivo. Eso quiere decir, que tiene significado por sí mismo y no necesita de otro complemento gramatical. Miento, ese es un buen ejemplo y creo que la primera vez que mentí tenía 8 años. Fue a conciencia. Vengo de una familia muy católica y de una abuela que dormía con una virgen de tamaño natural en el dormitorio. Entiendo a Buñuel y a Bateille y a los surrealistas europeos. Los entiendo íntimamente, porque mi niñez está plagada de imágenes de horror. ¡Qué protección a la infancia ni que ocho cuartos! Bolivia en la provincia de los años ochenta. Los curas de mi país explicaban al detalle todas las heridas del cuerpo de Jesús. Mi abuela entendía las lágrimas, los lagrimones de las vírgenes de luto. Me convertí al ateísmo a una edad tempranísima, gracias a la Enciclopedia Lo Sé Todo, porque nunca pude soportar las réplicas de santos troceados, que concervan como trofeos algunas iglesias.

Mentí por primera vez a los ocho años, después de que mis padres decidieran romper de un día para el otro, con su divorcio, mi educación de señorita tan cercana al Opus Dei. En la casa de mi abuela, en esa época, dios era todo poderoso y omnisciente y si yo no obedecía iba derechito al infierno. Lo más pérfido era que mi abuelo muerto, era su espía. Me acompañaba hasta en mis más íntimos pensamientos y cualquier cosa que fuera más allá de lo normal, era inmediatamente denunciada a mi abuela, con la que mi abuelo y dios hablaban de vez en cuando. Mi abuela tenía la necesidad de control. Necesitaba controlar lo que leíamos y hacíamos y pensábamos y vestíamos. Durante aquellos años su intento de domesticar el animal que todos llevamos dentro, desde el dolor de las imágenes de yeso, desde el sacrificio y desde las apariencias, porque en mi casa y mi abuela mentían a diestra y siniestra con las mejores intenciones todo el tiempo, fue brutal.

El lavado de cerebro que nos hizo fue muy efectivo. La complejidad de la historia de terror con la que nos indujo a la creencia de estar siendo permanentemente observados, hizo que durante años ni a mi primo ni a mí se nos ocurriera poner en tela de juicio su autoridad.

Sabía que los otros niños mentían, me constaban que lo hacían, pero no me parecía factible que todo aquel discurso del infierno y de mi abuelo fuera una farsa. Por todos lados colgaban cruces en las paredes de nuestro colegio católico. Habíamos llegado al punto en el que los niños de uniforme teníamos que ir acostumbrándonos a confesarnos, porque en los meses siguientes haríamos la primera comunión.

Pecado, penitencia y arrepentimiento eran las palabras más recurrentes a mi alrededor, ahora que el mundo se movía por el vestido que llevaría el día de la ceremonia. En casa la foto en blanco y negro de los abuelos sonrientes, a los primos nos resultaba inquietante. Parecía que mi abuelo te mirara directamente a los ojos, no importaba donde una estuviera dentro de esa habitación. Cuando nos portábamos mal no podíamos mirarla. Es con seguridad lo más cerca que he estado del miedo al Gran Hermano de Orwell y debo admitir que frente a la presión, no supe resistirme.

Un día a los 8 años pensé que quería asumir la responsabilidad sobre mis actos, conté en mi casa que no tenía tareas y me pasé la tarde jugando en la huerta. Por la noche aprendí lo que era insomnio, descubrí las posibilidades que tienen las pesadillas y a la mañana siguiente, comprobé en el desayuno que todo estaba bajo control. No sentía ningún arrepentimiento. Luego creí que mi abuelo era un gran tipo, después empecé a poner en tela de juicio su existencia, más allá de los cuentos de mi abuela. Yo no lo recuerdo con vida, las fotos que han quedado de él no hacen suponer que hubiera sido un hombre particularmente devoto. Además había encontrado la palabra ateísmo en la enciclopedia y opte por dejar de asistir regularmente a las clases de catequesis. Aunque nunca me lo dijeron, a nadie le molestó que no fuera. Mis padres se habían divorciado.

Así fue como comencé a jugar básquet en las horas muertas. Hice la Primera Comunión porque el Hermano Manuel tenía influencias y quería que entrara al equipo de la escuela. Le aprecio, nos saludamos en la calle y nos vamos a tomar algo, siempre que nos vemos. Ya no es cura, nunca fue un gran teólogo y su interpretación de la cuestión, pasaba por una simple frase: el hombre, se refería al ser humano, vive por sus actos, no por su fe. Así pues, mientras uno sea consciente de sus actos y sepa por qué hace las cosas, todo bien. El ateísmo es una más de las opciones que nos da la fe.

Mi Primera Comunión fue una pantomima. Me río en Berlín de la cara de terror que tengo justo antes de comulgar, por estarle mintiendo a todo el mundo. Nunca he sabido estar a la altura de las grandes ceremonias, eso sí con 8 años descubrí el poder de las palabras y la necesidad de inventar historias consistentes, a prueba de preguntas sagaces. En eso consiste tener poder en primera instancia, en ser capaz de inducir al otro a error o a cualquier acción y renunciar voluntariamente a ejercer ese poder, es tal vez, el único acto verdaderamente revolucionario que podamos exigirnos a nosotros mismos. La doble moral destinada a salvar las apariencias es parasitaria y a menudo sólo la sostiene el miedo a ser con el que nos educan.

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EL HUMUS RESPLANCEDIENTE http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/saftig-glanzender-humus/ http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/saftig-glanzender-humus/#comments Wed, 01 Jun 2011 16:55:23 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=3880 España vive tiempo de movilizaciones sociales, cambios y agitaciones culturales que obligan a pensar en un futuro inmediato marcado por nuevas obras culturales y un diálogo más estrecho con nuevas culturas.

Foto tomada en una de las sesiones de la Junta del 15-M Zaragoza. La considero emblemática porque los de la junta se subieron en una estructura situada al frente del ayuntamiento y colgaron este cartel.

Antonio Gamoneda, poeta fundamental para entender la evolución intelectual de España, cuya obra se une a la más selecta poesía escrita en Europa en los últimos 50 años, tiene unos versos que pueden reflejar perfectamente, si aplicamos con sutil elegancia el recurso retórico de la hipérbole, lo que experimenta actualmente la sociedad española:

Va a hacer diecinueve años/ que trabajo para un amo /Hace diecinueve años que me da la comida/ y todavía no he visto su rostro. /(…) / Va a hacer diecinueve años/ que salgo de mi casa y hace frío/y luego entro en la suya y me pone una luz/ amarilla encima de la cabeza.

Los versos pertenecen al poema “Blues del amo” y como se puede entender sin problema alguno, el “amo” es una economía que tiene al país con 5 millones de desempleados (de los cuales el 40% son jóvenes que han terminado su primera carrera universitaria), con un sistema bancario colapsado al cual el Estado español tuvo que destinar el 4% del PIB en 2010 para “ir al rescate” de las entidades económicas y finalmente con un descontento generalizado hacia la energía nuclear (en Marzo pasado se pidió en una gran manifestación el cierre de 6 de las 10 centrales nucleares que actualmente funcionan en el país).

El desastre de Fukushima en Japón puso en alerta a movimientos sociales de todo el mundo. En el caso español, las protestas hacia el nefasto uso de la energía nuclear como fuente energética no fueron tan masivas como lo fueron en Alemania o en otros países europeos, pero serán en parte el inicio de una serie de manifestaciones populares y callejeras que terminarán cuestionando todo el actuar político del país. El domingo 22 de Mayo, se han celebrado elecciones municipales y de alcaldía. Con una abstención del 33% de personas en edad para votar, se ha impuesto el Partido Popular, (PP) en 14 de las 17 provincias que constituyen la geografía política española. Esta victoria rotunda de la derecha representa solo el 22% del electorado: casi 8 millones de personas. España tiene 46 millones de habitantes,  la cifra de electorado que dio la victoria al PP sumada a la cifra de desempleados no supere al número de personas que se abstuvieron de votar este domingo me conduce nuevamente a pensar en los versos de Gamoneda. Algo ha pasado esta vez. Esa abstención decidió manifestarse políticamente de otra forma: se tomó las plazas públicas de la mayoría de las ciudades españolas para “acampar” y decir de una forma rotunda que hay que acabar con el bipartidismo tradicional que rige la vida política del país y cambiar drásticamente el manejo de la economía que ha recordado a muchos las penurias más rotundas que se vivieron bajo el franquismo. El 15-M es el nombre de las acciones convocadas por diversos movimientos sociales, vitaminados desde las redes sociales, que el domingo 15 de mayo decidió hacer uso de sus libertades civiles para sacudir al sistema. Ese día, miles de jóvenes españoles arman sus tiendas de campaña en los alrededores de la Estación del metro Sol, en el corazón de Madrid, repitiéndose este hecho en las ciudades más importantes de España.

El movimiento que lidera las protestas es Democracia Real Ya, el cual tiene 3 meses de vida y surge en redes sociales como Facebook. Se consideran apartidistas, pacíficos y ecológicos y están totalmente disconformes con el sistema político y económico español. Se financian gracias a la autogestión y donaciones, pretenden que el movimiento no sea algo que se extinga rápidamente, como ocurrió con los movimientos universitarios que estaban en contra del Plan Bolonia de estudios, quienes se encerraron en las Universidades de España a finales de 2008 y principios de 2009. Desean un cambio drástico y para este verano planean asambleas masivas y mantienen una muy visitada página web: El primer síntoma que observo en estos cambios es la derrota radical de la izquierda, ya que esta se alimentaba en gran parte de un electorado que ahora pertenece a Democracia Real Ya y otros movimientos sociales. Esta primera víctima ha sido el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ya que ha sufrido una rotunda derrota histórica (solo gobernará una provincia en todo el país: Asturias) y ha obligado al actual presidente y miembro de esta coalición José Luis Rodríguez Zapatero ha reconocer la difícil situación de “Jaque Mate” que vive la centro-izquierda penínsular.

Hay un debate sociológico al respecto, en el cuál los intelectuales no se ponen de acuerdo si estamos frente a un “Mayo 68 a la española” o es sólo un descontento fugaz. El consenso solo se da cuando se expone lo singular y extraordinario que es el hecho, que, como residente extranjero, nunca había visto en los largos años que llevo viviendo en este país tan contradictorio y tan fascinante a la vez. La idiosincrasia española, dada con sensualidad al fervor de la vida mediterránea y la fiesta, no suele protagonizar descontentos civiles ni protestar demasiado, a diferencia de los países latinoamericanos, con larga tradición en manifestaciones organizadas y en algunos casos dramáticos, con amplia experiencia en enfrentar con violencia a las fuerzas policiales. Conformismo que, para muchos proviene de años de bonanza económica durante los años noventa, que forjó una fuerte clase media muy preparada académicamente, ha minado en parte la actitud contestataria.

Georges Bataille se interrogaba de una forma magistral en su recolección de ensayos “La Literatura y el Mal” que si los tiempos revolucionarios habrían de dar esplendor a las artes y las letras. Los periódicos forman un rostro en el destino del hombre y parecen reflejar sus intereses o la pugna de estos con los intereses de los grupos económicos que están detrás de estos medios de comunicación. Los movimientos sociales y la prensa estarán siempre en conflicto; lo que afectará a la creación artística en última instancia. En el libro, Bataille señala que La Revolución Francesa no tuvo una inmediata camada de escritores destacada. Ve en el marqués de Sade el gran autor de la revolución pese a que este no comparte en absoluto los valores jacobinos de la flamante nación francesa. Le interesa subrayar el carácter rebelde de la literatura de tal forma, que las nociones de bien y mal queden tan confusas, mezcladas en incluso híbridas que parezca difícil establecer categorías de moralidad e inmoralidad. Como sucedió en esa época y como podemos ver, en otro sentido, pero ver sin problemas en la actualidad,  el conflicto del bien y el mal se resume en el conflicto del poder, de la forma de transferencia de energía de la que habló Michel Foucault más adelante. El poder está en todas partes y fluctúa, pasa de la información de la prensa, las páginas Web, Facebook, los poemas y crónicas que se escriben sobre la agitación social traspasan algo de apetito de poder o simplemente las ganas de combatirlo, estas ganas se canalizan en movilizaciones y estas pretender enfrentar al gran poder regentado en las instituciones.  Bataille habla de experiencias límites de creación al amparo de los cambios sociales, sobre todo cuando habla de Sade, Blake, Baudelaire o Kafka, otros escritores a los cuales el polifacético autor francés dedica ensayos. El humus que se genera de estas experiencias límite es humus de cambio social y de radicalización estética. Lo que sucede ahora en España, en mi opinión, se nutre  o se nutrirá de esto.

En tiempos de crisis, también nos preguntamos por las identidades. Pienso en escritores e intelectuales tan distintos en aporte pero todos unidos por la vanguardia cosmopolita y el ímpetu subversivo e interrogador. Pienso en autores tan sugerentes como Paul Celan, Edward Said, David Foster Wallace o Roberto Bolaño. Con obras tan diversas entre si y roles tan demarcados en el imaginario colectivo occidental, consiguieron que muchos de nosotros pensemos que la identidad es un perpetuo tránsito entre la memoria, los sueños, las lecturas y la realidad cercana. Me gustaría ver en estas protestas el humus resplandeciente para que broten personalidades como estas, capaces de cuestionar la realidad e insistir en la idea de lo nuevo, las velocidades estéticas que pueden regir nuestras vidas y hacernos ciudadanos impecables.

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