Fahrrad – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Pobreza y belleza http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/armut-und-anmut/ Wed, 28 Sep 2011 06:00:17 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=5127 En otoño de 1998 hice un recorrido por la RDA* en bicicleta con un amigo. Llegamos en tren desde Múnich, que era algo así como la cara opuesta de la moneda de todo el asunto RDA. Mi cumpleaños número 20 lo celebré en Rostock, y en aquel entonces, Rostock era más exótica que Nueva Delhi. Hoy en día, cuando hablo con gente joven y le cuento que uno en la antigua Berlín occidental simplemente no se daba cuenta de la Torre de Televisión situada en Berlín oriental, a pesar de que de hecho es visible literalmente desde todos los ángulo posibles: no me lo creen. Este hecho logró alterarme por mucho tiempo, pero era a la final sólo una pérdida de tiempo, pues la Guerra Fría ya es historia y lo puedo decir desde en el mismo Berlín: Y está bien que sea así.

Le he hecho un duelo de veinte años a la RDA. No la pasé mal, mi juventud al fin y al cabo, pero eso sí, marcada por la depresión sí estuvo. Es sólo cuestión de mal timing, cuando el tiempo no transcurre de forma paralela con la edad de uno. Pero más o menos como dijo el poeta Ronald M. Schernikau: ¿Qué hace el artista cuando no hay una revolución pendiente? ¡Pues arte!

¿Es posible pensar que el despotismo haya ganado adeptos por patrocinar las Bellas Artes? No es fácil determinar cómo la era de Luis XIV de Francia multiplicó el número de personas que así piensan. Parece que para ellos la razón última de una sociedad es que haya bellas tragedias y comedias. Estos indultan toda la maldad provocada por los sacerdotes, pues sin sacerdotes no habría tartufos. “Así es in nuce la RDA como la ven muchos de mis amigos (muchos de mis mejores): Un Estado de la cultura (y un Estado de panecillos buenos y baratos, un Estado del derecho al trabajo, etc…). ¡Una nación capaz de producir un poeta como Peter Hacks! El aforismo de más arriba lo encontré en una edición de “Französischen Moralisten”(Moralistas francéses), y fue escrito por Chamfort. Dicha edición me la encontré en un baratillero en Neukölln, mi barrio. Algún ciudadano de la antigua RDA había muerto, y toda su hermosa biblioteca en tela, ahora metida en cajas de bananos, se asoleaba a la intemperie. Antes de que se abotagara en la lluvia, me compré veinte libros por 10 euros (hay que hacer algo productivo con el euro mientras exista).

Entre tanto he escrito para mi periódico que la RDA fue un Estado de mierda, hecho que muchos de mis amigos tomaron lógicamente a mal (bueno, sobre todo mis no amigos), mas ninguno de estos tiene argumentos en contra. Hasta que vino mi vecina (nacida en 1982 en Berlín oriental en el medio parroquial de la oposición) y me dijo que mi viaje por la RDA quizás no fue tan importante para mí por el hecho de habérmela pedaleado, sino porque viajé por un Mecklemburgo en el que uno no se topaba con nadie (con ningún automóvil) por horas. Donde sólo existía el cielo. Teníamos a Rügen* y a las mentiras, dijo el poeta Tom Schulz.

Bueno, ahora me detengo y tengo que pensar en el diputado del Parlamento alemán del partido político Los Verdes con el que conversé hace poco. Le hablé de la renta básica y también de que todos mis contemporáneos que se han realizado como propietarios inmobiliarios ya sea en grupos de construcción, yendo a un mercado de materiales de construcción o con un tráiler de construcción para el fin de semana, por lo general no lo han hecho con su propio dinero, sino con la opulenta pensión de sus padres. Pero nosotros, dije yo, no heredaremos nada. El diputado de Los Verdes, analista de la pobreza desde la cuna dijo: La mitad de la población en Alemania ya no tiene ninguna herencia que dejar. No tiene posesiones, a parte tal vez de un automóvil (que le pertenece al banco) y una que otra chatarra electrónica.

La solución a la pobreza no puede ser el despotismo. Sin embargo quisiera sostener que la mujer policía amable y bastante endurecida con laca de pelo de la Policía popular Alemana que comprobó nuestros documentos de viaje sonrió cuando por último dijo: Les deseo una muy buena estancia en nuestra República.

*RDA: República Democrática Alemana.

Traducción: Adriana Redondo

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El intento de no quejarse más … http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/der-versuch-sich-nicht-mehr-zu-beschweren/ Mon, 12 Sep 2011 07:44:49 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4906 o un paso más hacia la integración.

Para empezar, aquí llueve todo el tiempo, todo el verano hace frío y me la paso siempre extrañando el sol. Quejarse del mal tiempo es algo muy común en esta tierra, y así me uno a la mayoría- sólo con el fin de la integración absoluta.

Hay también otras cosas de las que podría quejarme, por ejemplo sobre la manía por lo saludable, de ser jóvenes, de ser productivos, el delirio del trabajo, del anti placer, de tener remordimiento de conciencia crónico, el delirio del ahorro, el de ser padres cool, a la moda y al mismo tiempo súper postizos y tensos, el delirio de la integración, el de lo  exótico, el delirio de encontrar problemas en donde no los hay y… se me podrían ocurrir otros delirios más sobre los cuales quejarme, pero a lo mejor no serían sólo específicos de Alemania, sino que haría con esto un resumen de los delirios occidentales que nos rodean, de los cuales nos quejamos y a los que todos a la final nos entregamos a la fuerza.

Pero para decir la verdad quería escribir sólo cosas buenas. ¿Estaré ya tan bien integrada que lo primero que se me ocurre son cosas malas? Por ejemplo: Yo estaba aparcando mi bicicleta cargada de las bolsas de la compra, y mientras trataba de alguna manera de mantener el equilibrio, se me cayó la bici y la dejé ahí tirada en el suelo. Una mujer que pasaba en ese momento me gritó: “¿Le llama integración a echar bicicletas ajenas al suelo y no recogerlas?” (Lo que me dejó más atónita de todo, fue cómo pudo adivinar mi origen cultural, geográfico o el que sea. Bueno, no soy exactamente una rubia de ojos azules, pero el cómo pudo determinar mi grado de integración por mi apariencia, es para mí un misterio.)

O de las lecturas en que los asistentes siempre quieren saber dónde aprendí alemán. (A este tipo de lecturas voy como escritora de la lengua alemana.) De las oficinas administrativas donde se me aconseja casarme con un alemán para no tener más problemas con la visa. De funcionarios de aduana que ordenan mi detención porque no me quiero dejar ofender por ellos en la ventanilla del aeropuerto. De arrendadores que no me quieren dar un apartamento, porque no conocen el país de donde vengo, que igualan ser un artista con tener un estilo de vida asocial y que no pueden pronunciar bien mi nombre. Bueno, pero sería injusto. Sería asimismo injusto, porque yo, en esa situación, cometería el mismo error que nosotros los extranjeros con voluntad de integrarnos les sacamos en cara a los alemanes. El gran error de seleccionar, pues a nosotros los humanos nos encanta seleccionar todas las cosas. Nosotros decimos: Los alemanes no entienden esto, los alemanes dicen: ustedes no quieren entender y así sucesivamente, y aun así nosotros seguimos viendo talkshows, seguimos escribiendo informes y leyendo libros sobre nuestros problemas de globalización y de integración, sobre nuestro choque cultural, sobre la imposibilidad de una unificación de lo distinto en un todo armónico.

Llega un momento en el que uno convirtió sus características orientales en características occidentales, (o al revés, o uno ya no puede diferenciar las unas de las otras, o…)  llega un momento en el que uno le deja de prestar atención a las preguntas de sobre cómo uno aprendió alemán y uno ignora las preguntas sobre el plato típico del país de origen, llega un momento en el que uno por su apellido ya no dice disculpándose: sí, mejor se lo deletreo. Pues sucede que uno conoció en algún momento personas a las que uno ha aprendido a querer con sus maneras orientales, occidentales o tal vez sólo con sus maneras humanas. Pero con toda la globalización y choque cultural que se quiera- ¿No tenemos todos a la final nuestros continentes, planetas, países y ciudades? ¿No tenemos todos nosotros nuestras tradiciones, rituales y nuestras recetas para la vida? ¿Es en realidad tan deseable ese intento de reunir todo aquello que represente así haya una pequeña posibilidad de conflicto? ¿Tengo que darle realmente explicaciones a alguien de por qué no tenía ganas de levantar mi bicicleta del suelo?

Tal vez sí. Tal vez debí haber dicho: “Sabe usted, hoy tuve una mañana de mierda. Tal vez usted tuvo un día aún más de mierda que el mío, lo cual la motiva a hacer ese tipo comentarios. Tal vez no se siente usted muy bien a pesar de hacer una terapia y yoga. Tal vez se siente usted infeliz, solitaria, sin perspectivas, tal vez debería usted entrar un momento y le hago un café o un té y tal vez hasta nos sentimos ambas después un poquito mejor…”

Tal vez debí haberlo dicho… y tal vez nos habríamos tomado un té o un café y no nos habríamos ofendido la una a la otra. Tal vez ella me hubiera recomendado un buen instructor de yoga que me hubiera ayudado con mis problemas de espalda o me habría recomendado un sicólogo con el que podría hablar sobre mis intentos de integración. Tal vez. No lo sé, sólo puedo esperar que así hubiese sido. Y hacerme el propósito de quejarme menos sobre el clima…

Traductora: Adriana Redondo

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A contrapelo http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/gegen-den-strich/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/gegen-den-strich/#comments Fri, 02 Jul 2010 08:00:12 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=408 Son las 9 de la mañana, es un día de sol increíble. Me preparo unos mates y enciendo la compu para empezar a trabajar. El sol entra por la ventana y me encandila… no puedo resistirme tengo que salir. Salgo.

Es una mañana ideal para andar en bici. A veces caminar o pedalear me ayudan a crear un ritmo en el pensamiento… empiezo a imaginar posibles recorridos mentales de la ciudad que me ayuden en mi propio relato sobre la historia.

Yo no creo que haya una verdad histórica, porque la verdad nunca es una, y como sabemos La Historia la escribe el poder. Lo que hay son distintos relatos de la historia. Y porque la historia está viva, en permanente movimiento, nos permite intervenirla y modificarla.

Por ejemplo, mirá esta plaza, toda enrejada ¡todas las plazas de la ciudad están encarceladas! Es curioso, pero pienso que la historia puede leerse en estos gestos, estos gestos son los que tejen el relato de una ciudad y nos cuentan una historia.

Y mirá, acá está el Congreso, el Congreso de la Nación y a apenas unos metros está la Plaza de Mayo, donde las Madres hacen su famosa vuelta con sus pañuelos en la cabeza, el Cabildo donde se declaró nuestra Libertad y se sostuvo la igualdad de todos, y ahí, a unos pocos metros el monumento a Roca. Entre tantos símbolos democráticos la ciudad honra al genocida, racista que estableció la esclavitud en 1879, esclavitud que nuestra progresista Asamblea del Año XIII había eliminado. Y ahí está el General Roca, que además tiene un Museo con su nombre lleno de fotos de los pueblos originarios que masacró. Esa es la historia propia que talla los cuerpos y las ciudades, y nuestros cuerpos y nuestra ciudad fueron tallados por el repetido terror de los gobiernos militares que fueron, desde el 30, casi tantos como los gobiernos civiles.

Si entonces, hoy tuviera que hacer un mapeo de la ciudad lo haría a partir de estos símbolos, cada avenida un prócer, cada plaza una reja, sitios que se utilizaron como centros clandestinos de detención y tortura en la última dictadura militar, para culminar, en línea directa, con los desalojos que el gobierno porteño de Macri viene realizando salvaje y sistemáticamente (para satisfacer su negocio inmobiliario-millonario) sobre centros comunitarios que habían sido recuperados por organizaciones sociales y grupos de vecinos que tienen como objetivo promover la cultura, la memoria y la reflexión política y social.

Mirá, acá estaba la Asamblea de Almagro, ahí cerca, la Huerta Orgázmika, ahí el centro cultural de los Trivenchi, en Chacarita en ese edificio funcionaban más de once agrupaciones y más allá en Villa Urquiza estaban la Casa Zitarrosa y el Centro Cultural 25 de Mayo y tantos otros…

Esta es la historia, la semántica natural de una ciudad que me increpa.

Pero también incluiría en este mapeo la otra cara, todos los espacios de resistencia, los colectivos, organizaciones y distintas agrupaciones y proyectos que desde sus lugares ponen en duda al sistema hegemónico.

Poner en duda es empezar a pensar a contrapelo la historia, es generar espacios de reflexión y posibles representaciones del mundo, esenciales para definir una posición crítica.

Yo pongo en duda los manuales escolares, los mapas mentirosos, la intoxicación de la información monopolizada por los grupos económicos, el país parcelado, los relatos de la historia que nos contaron siempre los que dominaban, los relatos institucionalizados, las instituciones, esos relatos que dejan fuera del mapa a los pueblos originarios, a los débiles, a los diferentes y a los pobres, a todos los que literalmente se caen del mapa.

Y en esa otra cara, el símbolo más poderoso son esas mujeres, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, indisciplinadas, disruptivas que recuperaron para el país un imaginario colectivo de resistencia al sistema opresivo, de lucha y de confianza en la unidad y solidaridad de las personas y de los pueblos, y que son para mi el ejemplo concreto de que el cambio es posible y de que, como dice Osvaldo Bayer, “en la Historia triunfa siempre la ética”.

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Una tierna convicencia http://superdemokraticos.com/es/poetologie/zartliches-miteinander/ http://superdemokraticos.com/es/poetologie/zartliches-miteinander/#comments Sat, 12 Jun 2010 11:00:52 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=192

Mi nombre es María Medrano, nací y vivo en Buenos Aires, Argentina. Soy poeta y editora de un pequeño sello editorial llamado Voy a Salir y si me hiere un Rayo, dedicado a la difusión de la poesía contemporánea latinoamericana. Con el mismo nombre funciona una distribuidora de editoriales independientes que llevamos adelante con una amiga hace muchos años. Nuestros libros llegan a más de sesenta librerías de Buenos Aires y del interior del país. ¡Las Voy a Salir… somos las delears de la poesía argentina!

También soy peluquera autodidacta, muchos poetas pasaron por mis tijeras y estoy pensando en abrir un localcito…. “María Medrano: poeta y peluquera”, no está mal. Me imagino los cortes más poéticos, más punkis, más malditos, cortes románticos, surrealistas, objetivistas… colgaría un cartel gigante de neón, en fucsia o bermellón, y sonarían boleros y cumbias de fondo, también algo más darki para los más extremos, haríamos lecturas con corte en vivo y convites… Estilo Rimbaud, estilo Beckett, estilo Moore, estilo Pizarnik… yo creo que sería un buen negocio, ¡si acá todo el mundo escribe poesía y quiere parecerse a otro!

A los 20 años entré a trabajar en Tribunales (nada menos glamoroso). Ahí conocí a una chica rusa, llamémosla E.
E. cayó detenida y yo, como escribiente del juzgado, debía tomarle declaración indagatoria. Nunca me sentí tan fuera de lugar, tan desubicada, tan sin mi lugar en el mundo.

El fin de semana siguiente a la indagatoria fui a visitarla al penal, y de ahí en más, durante tres años y seis meses la visité cada fin de semana, no falté ni uno. Ahora ella, es una gran amiga y es parte de mi vida, de mis afectos, y es de alguna manera la “culpable” de haberme hecho conocer una parte del mundo (el mismo que habitaba y desconocía) y plantó una semillita a partir de la cual nació un proyecto increíble, que hoy comparto con un grupo de mujeres fantásticas. El proyecto, que empezó en el año 2002 con un taller de poesía que coordino hasta el día de hoy, se transformó en una organización que se llama Yonofui (www.yonofui.org.ar)

Con E. aprendí muchas cosas, escribí un libro a partir de nuestro encuentro: Unidad 3 y además me pasó unos tips de peluquería impresionantes que aprendió en un taller en la cárcel.

Hoy Yonofui, es un modelo de empresa social cuya base se asienta en una búsqueda estética y de transformación social a través de la capacitación en artes y oficios y del trabajo autogestivo. Enfoca su trabajo en las mujeres privadas de libertad y en aquellas que ya la recuperaron.

Los talleres funcionan en las cárceles, y afuera, en un espacio en la ciudad, en un predio municipal que fue recuperado por los vecinos en la famosa crisis del 2001 y que bautizaron Asamblea de Palermo, en pleno auge del surgimiento asambleario. En el fondo hay un árbol de palta hermoso, ahí tenemos nuestros talleres de serigrafía, encuadernación, fotografía, poesía y diseño textil donde vienen las mujeres que están con el régimen de pre libertad, es decir que vienen desde el penal a pasar el día al taller, y después vuelven a la cárcel.

Yonofui es un espacio donde más allá de todo, lo que nos proponemos es un cambio en la manera de relacionarnos entre las personas, de relacionarnos con el trabajo y con el dinero… y revalorizar el cooperativismo, sí, aunque nos digan que ya fue, que eso es demodé, que somos unas hippies… creemos que es posible una construcción más amorosa entre las personas.

Y así, mis días son una mezcla de actividades que tienen que ver con Yonofui y con Voy a Salir…Desde ir a las cárceles dos o tres veces por semana, a las librerías, a los juzgados, a los talleres, a organizar eventos, lecturas de poesía y ferias, reuniones serias con gente seria, reuniones con artistas mucho más divertidas.

A veces agarro la bici y pedaleo y pedaleo, esquivo bondis, taxis, millones de autos que llenan el aire de negrura y pienso que voy a levantar vuelo… como E.T. y que me voy a ir bien lejos de todo esto. Pero después bajo, y me doy cuenta que estoy metida hasta la médula en cada una de las cosas que hago… y me agarro a la tierra… y estoy bien, contenta de sentir el viento en mi cara.

Otras veces la gente te pregunta sobre lo que hacés y uno se da cuenta de que te miran con una cara como diciendo “y estos todavía piensan que pueden cambiar algo…”

Creo que hoy la militancia, y como reescritura misma de ese concepto, al menos para la gente de mi generación, pasa por ahí: por la reunión con personas que comparten ciertos intereses, por una visión y acción verdaderamente pluralista, por proyectos con alto compromiso cooperativista que proponen algún cambio en las relaciones entre las personas.

Si, es verdad que el ser humano es peor que el gas lacrimógeno, pero podemos ser un poquito mejor…

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