derecho – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 10 artículos para una nueva ley de derechos de autor http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/10-punkte-fur-ein-neues-urheberrecht/ Mon, 21 May 2012 09:32:07 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=6358 Por razones de actualidad, me senté a escribir algunos artículos para la nueva ley de derecho de propiedad intelectual, pues el que se encuentra en vigencia no parece estar funcionando muy bien. Es complicado y seguro que se me han escapado algunas cosas, por eso agradezco sugerencias.

1. ¿El artista, periodista o músico no es un „filtro“(Julia Schramm, integrante de la dirección nacional del Partido Pirata, en el minuto 2:29:31 en el Podcast de “Wir müssen reden”/ “Tenemos que hablar”)? Sino un medio comunicador. A él/ella le pertenece su producto como propiedad intelectual. Este es el primero en poder venderla o divulgarla. Mas en tanto este la haya vendido o divulgado, ya esa deja de pertenecerle en el sentido clásico. Su nombre y la fuente original deben sin embargo nombrarse en cada difusión.

2. Quien goce del producto de un artista de manera gratuita y privada, tiene derecho a hacerlo. Este acto no es ilegal.

3. Quien gane o intente ganar dinero con la divulgación del producto de un artista, debe remunerar a este proporcionalmente ante la primera divulgación. Ante un uso reiterado (clics en Youtube), se le pagará una parte proporcional al número de clics.

4. ¡Es necesario establecer un salario mínimo para el aprovechamiento del arte! Los contratos de uso que aporten menos del salario mínimo actual (nada) solo podrán cerrarse si incluyen los derechos de uso básicos, o sea, un periodista ya no vende su artículo a una editorial con todos los derechos incluidos, sino que lo vende para un uso único, y este puede vender de nuevo su artículo y publicarlo, por ejemplo en su propio blog. (A propósito, así funcionaba en LSD cuando todavía teníamos dinero)

5. Los contratos de uso sobre la totalidad de los derechos de uso deben ser remunerados de manera justa.

6. Los medios de comunicación públicos deben permitir el acceso en la red de contenidos adquiridos por medio de la compra, y esto de manera permanente y pública. O sea, estos deben producir de tal forma en que detengan los derechos por más de siete o catorce días, por ejemplo de utilizar música libre de derechos de autor para dar a conocer una banda, o mandar a componer piezas musicales para la creación de nuevos empleos, evitar el uso de fotografías costosas y en vez de eso mandar a hacer los dibujos, es decir: una creación creativa de los contenidos que puedan ser utilizados perdurablemente, en el mejor de los casos con la ayuda de “autores” a quienes se les pagaría de manera única y justa.

7. El artista mismo debe decidir la manera como estará permitido modificar, distribuir, utilizar, y copiar su obra, y no los contratos sobre la propiedad intelectual o abogados especialistas en el área. (Según mi experiencia, actualmente es simplemente imposible modificar contratos estándar. Solo es posible poner en venta el derecho del goce sobre la obra, para no perder el derecho sobre los textos, que igual son eliminados de inmediato si no son un éxito total)

8. El creación de enlaces hacia las obras no es una violación a la ley de derechos de autor.

9. La ley de derechos de autor nacional y la internacional son la misma. La red es un mercado internacional.

10. Las copias idénticas no serán consideradas como obras artísticas.

Traducción: Adriana Redondo, In-Kult

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El muro y la lengua http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/die-mauer-und-die-sprache/ http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/die-mauer-und-die-sprache/#comments Mon, 05 Sep 2011 07:04:51 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=5018 Un muro separa mi hemisferio derecho del izquierdo. Me acuerdo cuando lo construyeron. Yo dormía sobre un sofá, aparentemente de regreso de una nebulosa. Anestesiaron mi cuerpo e ingresaron a mi mente. Eran pequeños trabajadores blancos. Cada uno tenía un número grabado en el delantal. Provenían de sociedades comunistas negadores del espíritu y sociedades capitalistas empeñosas en convertir el mismo sol en dinero. Dieron con su oficio: Constructores de muros que separen el lenguaje de las ideas, cuerpos de los genitales, cielos de los infiernos. Nos ofrecen modelos o credos o cultos. Les pagan por construir el muro que nos separa de nosotros mismos.

Este muro está ahora en mi cabeza. El fanático me viene a buscar a ofrecerme un puesto en una nueva secta.

El pesimista me quiere convencer de ingerir algunas pastillas venenosas para terminar con el sufrimiento. Me dice: “Acabarás por destruir el muro en tu interior y pondrán tres en su lugar.” Luego viene el científico: “ Observa la delicada estructura de tu muro y acabarás por entender su razón y su ser. Podrás unirte a estos arquitectos sublimes.” ¿De donde viene todo este terror psicológico? ¿Cómo es posible que yo haya abierto mi mente para que estos constructores puedan ejercer su ciencia impunemente? La rabia se acumulaba en mi interior, luego el frío y el desconcierto. Me habían entregado al enemigo, al fantasma que cambia su cabeza cada media hora. Y ese fantasma: ¿Qué tecnología usa, cómo me conoce de tal manera para obligarme a retroceder a dónde yo no tenía la intención de regresar?

Me encontraba en una habitación de una altura de unos cinco metros y medio. Y aprendí un alfabeto, una lengua, y ví un agujero, y miré:

El terror psicológico se apoderaba de las nubes y de las ventanas y de las escuelas. Grandes muros atravesaban los ojos de los dormidos y los depresivos los describían y se angustiaban.

(El alma andaba por una calle llamada: “El doble sentido de la evolución.”) A mi regreso de la nebulosa contaba con algunos antecedentes adicionales acerca del espíritu, es decir contaba “ con ojos nuevos.” Leon Felipe y Arthur Rimbaud los custodiaban.

“El terror surgía de repente a través de un pasillo de un castillo que yo habitaba solitariamente de niño. Cercanos familiares me empujaban a las aventuras dentro del castillo.”

¿Qué hago ahora con este muro?

¿Lo dinamito en un grito que salpica de sangre a las flores y los hombres?

Temo que debo visitar al constructor en persona. El anida en un castillo cercano al gran mar de lo ambiguo. (Yo separaba las olas de si mismas, las doblaba como esquinas de papel.) No se encontraba el arquitecto. Estaba de caza en un bosque denso y deprimido.

“El arquitecto está cansado de sí mismo “ resonaba en la punta de la vanguardia de la historia.

Ahora yo tenía cara de topo. Y empecé a dibujar agua en los ladrillos del muro. Vi hombres acostados, algunos con los signos de la peste en el cuerpo.

Maestros y esclavos ví en peregrinaciones a lo largo del muro. Había una multitud apedreando a un ladrón, mas al fondo, en una silla, un sabio leyendo un libro sagrado.

El sol lanzaba sombras paralelas sobre el mundo, y supe de los asentamientos a lo largo del muro y de otros libros a lo largo del muro.

En las pequeñas pausas de la sed mi amor crecía en mis costillas y comprendí que el muro que me separaba de mi mismo era una lengua que no había aprendido.

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Vivir afuera http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/espanol-vivir-afuera/ Mon, 13 Sep 2010 07:04:33 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1867 Últimamente, yo también considero irme y sumarme a los casi tres millones de bolivianos en el exterior (aunque tal cantidad no se puede oficializar). En otros países el dato no sería significativo, pero para Bolivia, que tiene aproximadamente 10 millones de habitantes viviendo en su territorio, tal cifra de compatriotas migrantes es centro de reflexiones académicas, intervención de la Cooperación Internacional y objeto de políticas públicas. Los motivos, los sufrimientos, los itinerarios de los que se han ido porque tienen una deuda que por las moras y los intereses se han tornado impagable, los que se marchan porque acá el trabajo es cada vez más difícil de conseguir o con sueldos que tienen una ridícula capacidad adquisitiva, los que están obligados a irse porque la tierra está agotada o por el cambio climático, los que se van porque sienten que ya no pueden más. Destinos diversos como Buenos Aires, Madrid, Washington, Sao Paulo son los preferidos por la diáspora boliviana. No sé muy bien lo que me esperaría afuera, aunque, como muchos de los que se han ido, igual prefiero esa lejana incertidumbre del forastero a este puñado de dudas locales y próximas. Pero sí sé que quiero volver y me da nostalgia por adelantado: me agarra la angustia de las fronteras.

El fenómeno, complejo y transversalmente concatenado con otra serie de hechos sociales, tiene antecedentes de flujos constantes y con múltiples direcciones: desde los mitimaes reasentados durante el Incario por motivaciones políticas, económicas y territoriales hasta los pioneros del fin del siglo XX que han ido tejiendo silenciosamente las redes en los lugares donde ahora masivamente residen bolivianos. A unos pocos les va muy bien, otros muchos son traficados y sometidos a tratos esclavizadores, son víctimas de discriminación y maltrato. Hay también quienes ni siquiera pueden llegar donde tienen planeado y son detenidos y expulsados. La odisea de los que se han ido porque no quieren vender limones o ser limosneros y terminan convertidos en fantasmas anónimos en lugares extraños (el otro día alguien, nacido en el campo, me contó que cuando se fue se sentía en otro planeta: no sólo todo le resultaba adverso y extraño sino que lo trataban como a un extraterrestre).

El éxodo no parece que vaya a detenerse pese a que el reforzamiento del control en fronteras, el endurecimiento de las políticas migratorias del Norte, que con ejemplos claros como la situación en Iowa o la Directiva de Retorno, criminalizan la condición del migrante irregular (especialmente latinoamericanos y africanos). Está situación de vulnerabilidad y segregación (sumada a los efectos de la recesión undial) ya ha roto el sueño a quienes retornan sintiéndose fracasados pero también a los que se quedan pendientes esperándolos (las remesas son uno de los principales ingresos económicos del país). Extranjeros indeseados: el discurso universalista de la tolerancia llevado a s máxima contradicción por el utilitarismo capitalista. La movilidad humana es un derecho tan imprescindible como el agua y pretender detenerla es como querer parar un río con diques de arena.

Pero estamos acostumbrados a la adversidad y vamos a seguir yendo (y viniendo). Últimamente hasta nos sentimos optimistas. Incluso hemos empezado a revisar esos mitos que a veces nos estorbaban respirar: no somos tan tristes ni tan mediterráneos, ni tan centrados en nosotros mismos. Además siempre podremos reproducir en cualquier lugar un pedazo de la comunidad imaginaria (con música, imágenes, comida o una conversación) como proyectando un holograma familiar. Nos vamos callados, como queriendo invadir el mundo, con un ají en el bolsillo. Vámonos. Silencio, exilio, astucia.

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