RDA – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Comentarios al margen de un texo de internet http://superdemokraticos.com/es/themen/deutschland-themen/randglossen-zu-einem-text-aus-dem-internet/ http://superdemokraticos.com/es/themen/deutschland-themen/randglossen-zu-einem-text-aus-dem-internet/#comments Sat, 12 May 2012 09:01:13 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=6382 Propósito:

En la tierra donde pasé la Infancia y Juventud, sólo contaba para el Estado como Artista, aquel que fuera iniciado por otros Artistas en una Asociación de Artistas, según el Género la Rama. El Partido controlaba con todos los ojos de Argos que nadie simplemente se enredara. Los Extraviados, es decir aquellos que pretendían ser Artistas por Idea propia, eran mantenidos por afuera, pues de lo contrario estropearían la Pureza de la Unión. Pero se les asignaban lugares de trabajo por fuera del arte, en las minas o la industria del acero, y si los abandonaban se les asignaban establecimientos custodiados. Así todos se las arreglaban en esta tierra. Libertad, bueno, la Libertad era algo que ya se habia superado (burgés), es decir se desarrollaba sólo en la Sumisión. Con miras a la Necesidad, se llamaba eso. Y el Arte estaba al servicio de esa Visión. Pero esta tierra es historia.

Nosotros-somos-los-autores

El Texto sobre el que esto se refiere, se pronuncia con respecto a una Cosa que desde hace Semanas calienta los Ánimos. Se sube la Marea porque el Partido Pirata anuncia que quiere levantar los derechos de autor. Ahora todos los que se consideran autores aprietan los muslos, como antes los hombres frente al movimiento feminista en formación. Pues los hombres sintieron miedo, sería castrados, porque las mujeres reclamaban derechos que tenían desde hace mucho.

Compartir significa perder. Tuve que pensar en eso cuando recientemente Sven Regener (cantante del banda Element of Crime) se puso agresivo, y se distanció de los Músicos callejeros, quienes evidentemente no están protegidos por los Derechos de Autor, los que lo ayudan a mantener un humilde Bienestar. ¿También cómo? Los Músicos callejeros no son autores y casi no tienen derechos, porque se dedican a la tradición. Contrario a Regener quien debe ser reconocido como inventor del pop, su ritmo y su armonía, y como creador de la melancolía.

Como tal, firma con una gran Casa Discográfica un Contrato, que al final lo que tiene como Meta es que nadie usurpe las Invenciones de Regeners sin preguntar. Los jóvenes, quienes ya de modo conocido se arman un Acceso a la Música de actualidad sin pagar por ella, no deberían de ningún modo tenerla tan fácil.

Algunos de éstos jóvenes incluso tocan Guitarra.

El Texto sobre el que esto se refiere, comienza a continuación con Arrogancia:

Nosotros somos los autores!

Signos de Proclamación. También la Página de Internet se llama: www.wir-sind-die-urheber.de.

Uno no afirma ser el Autor de los Textos publicados en esta Página, sino que uno hace uso de sus Derechos de Autoría así sin más, uno afirma ser el Motor inmóvil, y a partir de allí se deriva el Derecho de cobrar también por todos los otros Movimientos, también los de los otros. Y como uno mismo no puede controlar todos los Movimientos, le entrega de nuevo este derecho a una Industria que supuestamente abriga todo lo autoriado y lo lleva al Mercado.

Quien piensa distinto al autonombrado Autor, no sería dentro de ésta Lógica un Autor, su Obra no es una Obra y sus Pensamientos se salen de cualquier Marco de Protección. Bueno, hay Leyes y allí se establece quién cuenta como Autor y quién no. Pero estas Leyes provienen de un Época en la que el Internet no se podía ni imaginar y las Copias se realizaban en su mayoría análogamente. Además provienen de una Idea romántica del Autor genio solitario, que crea todo desde sus Entrañas. Palabras como Socialización y Discurso le son desconocidas. Apropósito notaba ya Novalis que todo Arte es Traducción y allí no quisiera ni yo ir.

Que aquí no se trata del derecho moral de nombrarse Autor es claro para todos. Autor no es un concepto protegido. Se trata mucho más de un proceso jurídico de apropiación. De los Derechos de Autor nace el Poder de Disposición de una Obra, traiga Frutos o no. Pero exactamente ahí está es Quid del Asunto. Pues lo único enajenable es la Funda en la que se imprime la Propiedad o lo que sea que sirva para atarla. Entonces ya el pensamiento en sí, de lo que es la Autoría, se impone a sí mismo en un segundo plano.

Contra el robo de la propiedad intelectual

!Contra el Robo! !Que si! Todos estamos en contra de eso, ¿no? No queremos que a la Señora de edad de la Esquina le arranquen el Bolso, sin importar si dentro de este tiene un manuscrito o una pintura al óleo. Ok, la propiedad privada es sagrada, pero ¿qué conforma la propiedad intelectual? ¿pensamientos? ¿palabras? ¿grupos de palabras?

Con preocupación y falta de comprensión, nosotros los autores y artistas observamos los ataques públicos contra los derechos de autor. Los derechos de autor son un logro histórico de la libertad ciudadana contra la dependencia feudal, esta garantiza la base material para la creación intelectual individual

Aquí la cosa se pone cruda. Los derechos del autor regula hasta ahora la entrega de una libertad civil a cambio de dinero. Primero que todo, esto no garantiza en absoluto na´. Sobre todo porque el hecho de haber creado una obra aún no dice na´ de su comerciabilidad. Van Gogh no vendió ni un solo cuadro en el transcurso de su vida. Gerhard Richter califica de absurdos los precios que obtiene por sus cuadros. Hay autores que arman sus novelas con base en la tradición, y ganan así millones. Hay autores que realizan maravillas con el lenguaje para que la fuente de la tradición no se agote, y no ganan na´, pues su trabajo no dio con las medidas de un público receptivo. Darle largas a estos experimentadores a un futuro incierto, me parece cínico. Ellos también quieren vivir, ellos también tienen necesidades.

El supuesto choque de intereses en este contexto entre autores y “usuarios”, transmite una imagen desacertada de nuestra realidad laboral. En una sociedad en la que domina la división del trabajo, los artistas dejan la comercialización de sus obras en manos de las editoriales, galerías, productores o sociedades de consumo, si estos representan y defienden sus intereses lo mejor posible.

Si estos llegan a representar sus intereses. Las editoriales no son representantes de los intereses de los autores, estos toman en cuenta los intereses de los autores solo si estos corresponden a los intereses de las editoriales. En los contratos estándar aparece que los ingresos de los usos secundarios (derechos sobre películas, etc.) deberán ser divididos en igual parte entre el autor y la editorial. ¿Por qué? ¿Qué ha hecho la editorial para merecer ser partícipe?, y ¿por qué de la mitad?. Los contratos estándar en Alemania generan un conflicto entre autores y usuarios, y no con la libertad civil, la cual es sin duda conductora de este conflicto. Los derechos de autor son entonces la expresión del equilibrio de los intereses y los contratos estándar, un logro sindical.

Las nuevas realidades de la digitalización y de la Internet no son razones para justificar la usurpación profana de la propiedad intelectual, o para promover su legalización. Por el contrario: la protección a los derechos de autor debería ser fortalecida para adaptarla a la actual realidad, en la cual el acceso a los productos del trabajo intelectual son tan veloces y masivos.

El punto es adaptar la ley a la nueva realidad y no criminalizar a las personas, en su mayoría a los jóvenes, que hacen uso de las nuevas tecnologías. Sobre todo porque estos siempre por suerte encontrarán caminos para evadir la ley y la protección contra copia.

Los derechos de autor permiten que nosotros los artistas y escritores podamos vivir de nuestro trabajo, y nos protege de consorcios en internet activos globalmente, cuyo modelo de negocios admite la privación de derechos a artistas y escritores. La presencia constante y el uso de Internet en la vida diaria no puede ser justificación para un robo y tampoco es una disculpa ante la codicia o la avaricia.

Mejor dejo la codicia y la avaricia por fuera, pues no me parecen conceptos aplicables esta discusión. En mi círculo de conocidos hay muchísimos artistas que no logran vivir de su trabajo. Circunstancia desafortunada que comparten con peluqueras y otros con empleos precarios. Una solución a esto sería establecer un ingreso mínimo que asegure el sustento*. Esto le daría una vida a los inventores que hacen malabares para ganarse el sustento. Después, ya con este trasfondo, se puede empezar a discutir de nuevo el tema de los derechos de autor.

Traducción: Adriana Redondo, In-Kult

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Tras el muro, tras las rejas http://superdemokraticos.com/es/themen/deutschland-themen/hinter-der-mauer-hinter-gittern/ Sat, 17 Dec 2011 00:16:45 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=6214 Quizá fue debido a nuestra inconformidad. Para nosotros siempre fue claro que la literatura no es un asunto del papel, sino una fuerza social. A mitades de los años ochenta, nuestra inconformidad era concerniente a la realidad del socialismo de Europa oriental, el cual nos quería prescribir qué verdades políticas tenían lugar en nuestros textos, y cuáles no. Así nacieron las reuniones de los miércoles de Leipzig, en las que en recintos privados, discutíamos textos cuya publicación fue obstaculizada o prohibida por el Estado. Nacieron proyectos como el Unsichtbare Theater, el teatro invisible (el cual llevaba temas ocultos a la vida cotidiana de la urbe Leipzig), y, cuando una vez el Ministerio para la Seguridad del Estado nos detuvo, leímos poemas en voz alta (la poetisa Jayne Ann Igel y yo) en los pasillos de la policía, mientras esperábamos ser interrogados, hasta que nos quitaron los libros –y continuamos recitando todos los poemas que nos sabíamos de memoria… No es casualidad que muchos de los que asistían a dichas acciones literarias, hicieran parte de los primeros manifestantes de Leipzig en el otoño revolucionario de 1989.

A mitades de los noventa continuó en Berlín: Nuevas realidades generan nuevas alianzas. De los salones y las funciones en el restaurante Walden, propiedad de la familia, salieron nuevas redes de activistas literarias. En 2004, la Berliner Literarische Aktion, la acción literaria de Berlín, se convirtió en una “asociación registrada”, hecho que facilitó la obtención de dineros para proyectos, pero lo que al mismo tiempo significa mucha burocracia (sin recibir plata). Además de los salones regulares (nuestro (unser Literatursalon am Kollwitzplatz, un salón de literatura en la plaza Kollwitz es un punto de contacto para artistas de todo tipo), surgieron diferentes proyectos insólitos. Especial eficacia revela actualmente la Literatur hinter Gittern, la literatura tras las rejas, en la que junto con famosos escritores internacionales, visitamos diferentes prisiones para llevar a cabo lecturas y talleres con los prisioneros. Al comienzo íbamos solo esporádicamente a las cárceles grandes para hombres en Berlín, más tarde también a la legendaria penitenciaria de Moabit, o a pequeñas cárceles para mujeres y a la correccional de menores, lo que al principio encontró gran resistencia. De ahí se originó un programa que debido a la gran demanda, está en marcha todo el año. Más de un funcionario penitenciario fue reconociendo paulatinamente el sentido del proyecto y ahora se une muy dispuesto y de manera voluntaria, cuando reunimos escritores famosos internacionalmente con este especial público. Las energías que fluyen en un evento literario en una cárcel son tan excepcionales, que el interés entre los escritores de leer en las prisiones es entretanto tan grande que no podemos cumplir todos los deseos de los “candidatos”. Claro que en la cárcel no hay nada más que ganarse que el respeto de los prisioneros- y los gastos para la organización de esta clase de eventos son considerablemente más altos en que los de las lecturas “libres”. Nuestro modelo es, entre tanto, muy pedido en Gran Bretaña, Irlanda del Norte, Italia, España, Grecia y Chipre, y hace parte de los proyectos europeos de cultura a largo plazo en las prisiones.

Todas nuestras acciones giran siempre en torno a debates intelectuales directos con resultados prácticos para todos los participantes: Para esto inventamos siempre nuevas formas. La literatura como comestible, como combustible para la maldita cultura en la que vivimos… por eso me alegró mucho cuando hace poco el grupo chileno Casagrande de Santiago me invitó a escribir el prefacio sobre su proyecto Bombardeo de Poemas Sobre Berlín del verano de 2010. Entre las cien mil poesías de jóvenes poetas alemanes y chilenos, que fueron arrojados desde un helicóptero en el barrio Mitte de Berlín, había uno de Roberto Yañez, el nieto de Margot Honecker (aquí su articulo por Los Superdemokraticos). Aquella ministra de Alemania del Este de no muy buena fama, que nos hizo la vida tan difícil en aquel entonces. El hecho de que Roberto viva como poeta libre hoy en Santiago es maravilloso resultado provisional de las cosas. ¿A lo mejor hasta termina leyendo próximamente en una de nuestras actividades en Berlín?

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Pobreza y belleza http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/armut-und-anmut/ Wed, 28 Sep 2011 06:00:17 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=5127 En otoño de 1998 hice un recorrido por la RDA* en bicicleta con un amigo. Llegamos en tren desde Múnich, que era algo así como la cara opuesta de la moneda de todo el asunto RDA. Mi cumpleaños número 20 lo celebré en Rostock, y en aquel entonces, Rostock era más exótica que Nueva Delhi. Hoy en día, cuando hablo con gente joven y le cuento que uno en la antigua Berlín occidental simplemente no se daba cuenta de la Torre de Televisión situada en Berlín oriental, a pesar de que de hecho es visible literalmente desde todos los ángulo posibles: no me lo creen. Este hecho logró alterarme por mucho tiempo, pero era a la final sólo una pérdida de tiempo, pues la Guerra Fría ya es historia y lo puedo decir desde en el mismo Berlín: Y está bien que sea así.

Le he hecho un duelo de veinte años a la RDA. No la pasé mal, mi juventud al fin y al cabo, pero eso sí, marcada por la depresión sí estuvo. Es sólo cuestión de mal timing, cuando el tiempo no transcurre de forma paralela con la edad de uno. Pero más o menos como dijo el poeta Ronald M. Schernikau: ¿Qué hace el artista cuando no hay una revolución pendiente? ¡Pues arte!

¿Es posible pensar que el despotismo haya ganado adeptos por patrocinar las Bellas Artes? No es fácil determinar cómo la era de Luis XIV de Francia multiplicó el número de personas que así piensan. Parece que para ellos la razón última de una sociedad es que haya bellas tragedias y comedias. Estos indultan toda la maldad provocada por los sacerdotes, pues sin sacerdotes no habría tartufos. “Así es in nuce la RDA como la ven muchos de mis amigos (muchos de mis mejores): Un Estado de la cultura (y un Estado de panecillos buenos y baratos, un Estado del derecho al trabajo, etc…). ¡Una nación capaz de producir un poeta como Peter Hacks! El aforismo de más arriba lo encontré en una edición de “Französischen Moralisten”(Moralistas francéses), y fue escrito por Chamfort. Dicha edición me la encontré en un baratillero en Neukölln, mi barrio. Algún ciudadano de la antigua RDA había muerto, y toda su hermosa biblioteca en tela, ahora metida en cajas de bananos, se asoleaba a la intemperie. Antes de que se abotagara en la lluvia, me compré veinte libros por 10 euros (hay que hacer algo productivo con el euro mientras exista).

Entre tanto he escrito para mi periódico que la RDA fue un Estado de mierda, hecho que muchos de mis amigos tomaron lógicamente a mal (bueno, sobre todo mis no amigos), mas ninguno de estos tiene argumentos en contra. Hasta que vino mi vecina (nacida en 1982 en Berlín oriental en el medio parroquial de la oposición) y me dijo que mi viaje por la RDA quizás no fue tan importante para mí por el hecho de habérmela pedaleado, sino porque viajé por un Mecklemburgo en el que uno no se topaba con nadie (con ningún automóvil) por horas. Donde sólo existía el cielo. Teníamos a Rügen* y a las mentiras, dijo el poeta Tom Schulz.

Bueno, ahora me detengo y tengo que pensar en el diputado del Parlamento alemán del partido político Los Verdes con el que conversé hace poco. Le hablé de la renta básica y también de que todos mis contemporáneos que se han realizado como propietarios inmobiliarios ya sea en grupos de construcción, yendo a un mercado de materiales de construcción o con un tráiler de construcción para el fin de semana, por lo general no lo han hecho con su propio dinero, sino con la opulenta pensión de sus padres. Pero nosotros, dije yo, no heredaremos nada. El diputado de Los Verdes, analista de la pobreza desde la cuna dijo: La mitad de la población en Alemania ya no tiene ninguna herencia que dejar. No tiene posesiones, a parte tal vez de un automóvil (que le pertenece al banco) y una que otra chatarra electrónica.

La solución a la pobreza no puede ser el despotismo. Sin embargo quisiera sostener que la mujer policía amable y bastante endurecida con laca de pelo de la Policía popular Alemana que comprobó nuestros documentos de viaje sonrió cuando por último dijo: Les deseo una muy buena estancia en nuestra República.

*RDA: República Democrática Alemana.

Traducción: Adriana Redondo

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Nuestro extranjero http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/unser-ausland/ Wed, 06 Jul 2011 11:35:40 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4259 Libertad de circulación por Europa: Sí. Libertad de circulación de otros hacia Europa: No. En realidad, ¿cuáles son las fronteras que nos separan?

Bajo del techo del coche, respirando aire caliente. Cruje la música en la radio. Todavía me acuerdo de la fila de carros antes de pasar a Italia, de la espera por el control de admisión en la antigua RDA, del olor polvoriento del tapizado del carro que acompañaba el presentimiento de que se acercaba un punto final. Fue justo a tiempo. Unos años más joven y no alcanzo a tener estos recuerdos, para mí Europa sería una sola, cuya apertura termina exactamente allí, donde uno no quiere ir, un mundo, cuya barrera más severa para los europeos occidentales son los precios de los billetes de avión. La idea de frontera, como una imponente arruga de acero que cae del cielo para separar dos países, ya me es extraña.

El concepto de frontera parece estar suspendido. En muchas áreas, desde los campos de batalla, pasando por la ubicación de las empresas, hasta nuestras propias experiencias, ya no tienen mucho que ver con un territorio delimitado, sino que se dan en puntos erráticos, que aparecen a veces por aquí, a veces más allá, pero que no se establecen claramente en ningún territorio específico. El extranjero nos pertenece, allá compramos, aunque aparentemente solo vamos al Lidl de la esquina, allá descansamos, hacemos una reserva para el verano, cuando en Europa occidental es invierno. Allá tercerizamos la guerra. Ya no son colonias, sino que hemos absorbido el extranjero en su totalidad, subcontratamos en pro de nuestros intereses. La diferencia entre el interior y el exterior del país se define como: todo aquello que es agradable, menos del clima, es el interior y todo lo que es feo, venenoso, peligroso, desagradable es, a excepción del clima, el exterior.

Aún hay contiendas violentas sobre el trazado exacto de las fronteras, pero en esa parte del extranjero no hemos hecho reservas, queda tan lejos de nuestras casas adosadas, que las percibimos solo como un rumor de dudosa veracidad. No obstante parece que, de modo inesperado, vuelve el tema de las fronteras dentro de la misma Unión Europea. El acuerdo de Schengen cambia su cara o alguien le dibuja un bigote, le pinta el pelo, para recordarnos que entre sheriff y Schengen la diferencia no es tan grande*. Definitivamente apreciamos la libertad de circulación por Europa, pero ¡hágame el favor! si los italianos nos echan a todos los refugiados al patio delantero, nos toca subir la reja otra vez.

Es importante el concepto de frontera, y las fronteras mismas son como arrugas de hierro, en las que figuras lamentables se enredan y se pierden. Nosotros no lo lamentamos, poco nos enteramos de eso. Son como los límites del vaso coronario, que son más una válvula que un muro: se puede salir, mas no se puede volver a entrar. Pero nuestras fronteras son más pérfidas que una válvula normal, pues entre los que salen, distinguen a los pertenecientes del interior, y entre los que están en el interior, registran a los que en realidad pertenecen al exterior, ellas cambian la dirección del flujo según el caso. Claro que no es arbitrario, nuestras fronteras son legales y reglamentadas y a cada uno de nosotros nos implantan un dispositivo de detección, que nos define como “interiorados” o “exteriorados”. En las personas que tienen el dispositivo mal afinado, salta un desagradable chillido de acoplamiento, cuando una frecuencia interna y una externa se estrellan.

Nuestras fronteras nos pertenecen, como nos pertenece el exterior, y nosotros decidimos lo que en ellas se puede hacer, su forma de operar y para quiénes son válidas. Nosotros nos tomamos Tailandia o Chile por dos semanas al año, arrendamos un pedazo de Asía para usarlo como parque industrial, movilizando fábricas horribles que arrojan veneno, con el cielo encapotado, los malos sueldos y toda la cantidad de riesgos que trae consigo la industria. A veces me pareciera que la Europa occidental fuera un pequeño país de las maravillas, como lo era antaño la villa de la familia Krupp -Naturaleza, idilio, rosales, rodeados por un suave bosque, y abajo, en el valle que no alcanzamos a ver, porque una gruesa bruma de nube nos separa del resto del mundo, allá abajo debe ser todo como feo, pero eso no lo sabemos exactamente.

*En alemán Schengen / Schergen:
sólo las diferencia una letra, la primera es la localidad donde se firmó el acuerdo de libre circulación (Luxemburgo), la segunda significa sheriff, esbirro, secuaz.

Traducción:
Natalia Guzmán Díaz

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Los extraños, la libertad y la vida http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/die-fremde-die-freiheit-und-das-leben/ Wed, 01 Sep 2010 15:08:48 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1554 En las semanas pasadas compartí mucho tiempo con mi amigo americano. De las dos Américas, si uno quiere. Javier es colombiano, pero vive hace 16 años en la ciudad de Nueva York. No tiene pensado dejar nunca más los Estados Unidos. Desde abril está oficialmente nacionalizado en USA. Su viaje a Berlín es el primero con su nuevo pasaporte.

Anteayer le pregunté si se sentía más colombiano o más americano. Para mi sorpresa no dudó mucho en decir: „ciudadano americano“, „entre tanto“, acotó.

Nuestra amiga en común: Ximena, que proviene de Odessa en el Mar Negro, que igual que Javier vive en Nueva York y también tiene la ciudadanía americana, responde a la pregunta según la ocasión. A veces se presenta como Rusa, otras como americana, en ocasiones como ucraniana. De acuerdo a lo que en el momento combina con ella mejor. En cuanto pueda hablar el idioma de su marido alemán (y su nueva casa), esa se convertirá en su cuarta opción. De eso ya estoy segura y  de alguna manera, tiene razón.

Me siento muy unida a los dos. El tema migración me acompaña hace media vida – y eso que jugó un rol concreto apenas un par de años. Pero la sombra que entonces proyecto sobre mi destino es enorme hasta el día de hoy.

Desde que tenía quince años tuve planes para abandonar la RDA, desde los diecisiete eran reales. Habría viajado en el verano de 1990. Si o si. Mudarse de la RDA no significaba simplemente irse a vivir a otro país: significaba irse definitivamente, despedirse para siempre de los amigos y los parientes. Tal vez no habría vuelto a ver a ninguno de ellos. Lo sabía. Ese era el precio de mi libertad. Hasta el día de hoy no me puedo imaginar cuanto habría sufrido por esa separación.

Entonces cayó el Muro en 1989 y no tuve que irme. Tenía 18 años pude estudiar, pude viajar, pude tomar las decisiones en mi vida y pude hacerlo sin abandonar a mi familia. Pude ahorrarme todo eso y, sin embargo, ha quedado algo de los planes secretos de entonces, de la juventud en el país aislado, de los sueños de libertad, que sólo pueden realizarse en la distancia y entre extraños.

Cuando estoy de viaje me convierto en la niña recién escapada de la RDA, que es feliz y esta agradecida por poder ver el ancho mundo, como por un milagro. Sobre todo cuando estoy en América (en la del sur o la del norte) me asalta el tema. Igual que antes. En realidad es lo que me mueve a ir allí. La lejanía, la libertad y la vida. No puedo hacerlo de otra forma. De alguna manera he conservado el instinto de huida de entonces – o nunca voy a abandonarlo? Voy a ser para siempre una refugiada, aunque en realidad nunca fuera una? No lo se.

En „Viaje en la luz de la luna“ (1937) deja Antal Szerb a su protagonista sentir algo por las calles de Venecia que conozco bien: “cuando él extendía los brazos, podía tocar las paredes de las casas a derecha e izquierda. Las casas silenciosas con las grandes ventanas oscuras, detrás de las cuales, pensó él, se desarrollaba la vida italiana intensiva y llena de misterios.“ -exactamente esa sensación se apodera de mi cuando estoy en América. No importa si en ciudad de Nueva York o en Santiago de Chile. Camino por las calles, miro con fascinación la vida ahí (que naturalmente no es intensivamente italiana, sino intensivamente chilena o neoyorquina o lo que sea en el momento) y admiro. Entonces revolotean de pronto en mi cabeza imágenes y pensamientos. Atraviesan agudos en el centro logístico y con la misma velocidad que el paisaje en un tren de alta velocidad… En el momento estoy siempre confundida, pero también repleta de un consuelo profundo, como raras veces siento en casa. Al menos por un momento me siento llena de optimismo, porque sé que hay un orden al que siempre podre volver, de ser necesario y que la vida al final es simplemente vida.

América fue durante mucho tiempo mi luz en el otro puerto. Brilla todavía y me toca. Es bueno saber que uno puede irse muy lejos y que siempre estará ahí.

Traducción: Rery Maldonado

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Angie sola en la pampa http://superdemokraticos.com/es/editorial/angie-alleine-in-der-pampa/ http://superdemokraticos.com/es/editorial/angie-alleine-in-der-pampa/#comments Sun, 22 Aug 2010 15:22:31 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1140 Ese fue él título que le puse mentalmente al cuadro de Valia Carvalho que nos acompañará las próximas semanas ilustrando nuestro nuevo tema: ciudadanía. Al verlo no pude evitar pensar en la canciller alemana. Me la recordó el cabello de la figura, la forma del cuerpo maciza, el vestido con lunares -como un batón- esa casa solitaria al fondo, proyectando una sombra muy oscura. Angie, como llaman los alemanes a la jefa de gobierno, creció en la extinta República Democrática Alemana como hija de un pastor protestante. Estudió física en Leipzig y en 1978 escribió su tesis sobre „La influencia de la correlación espacial sobre la velocidad de reacción en los elementos biomoleculares en contextos densos“. Se caso dos veces, no tiene hijos. En el otoño de 1989 empezó su carrera política como voluntaria en „Resurgimiento Democrático“ (DA) -en alemán suena mucho mejor el nombre del partido- después de participar en la marcha „contra la violencia y por los derechos constitucionales, la libertad de prensa y opinión y el derecho a reunión“ en Alexanderplatz en Berlín. La demostración de ese 4 de noviembre es seguramente uno de los ejemplos mundiales más recientes de valor ciudadano. La acción comenzó como una iniciativa de actores y trabajadores de los teatros de Berlín del este, de artistas, y logró reunir a medio millón de personas. La idea principal era reivindicar al pueblo como portador de la soberanía de un país: „Wir sind das Volk“ (somos el pueblo) y ese pueblo decidía con ese performance, soberanamente ser democrático. Estoy segura que muchas de las personas que apoyaron el movimiento no querían dejar de ser socialistas. Que mucha gente no esta de acuerdo con las maneras con las que se llevó a cabo la reunificación. Claudia Rusch nos habla de eso en su ensayo de esta semana.

Al otro lado Agustín Calcagno explica las razones por las que apoya a la suma de movimientos ciudadanos que están haciendo una revolución „democrática“ en los países que se sienten afectivamente ligados al termino „bolivariano“, acuñado por el presidente Hugo Chavez. Liliana Lara no puede evitar dejarnos cierta melancolía, la de la extranjera que ve directamente los cambios en las zonas que habita. La distancia la ha llevado a construir una sala de mandos virtual desde la que se materializa en una de las dos realidades que la exijen y la entiendo directamente. Desde mi latitud vivo parecido y veo desde lejos la revolución que llevan a cabo en Bolivia. Muchas veces me pregunto si como me siento se sentían los que querían ser democráticos y seguir siendo socialistas. De alguna manera soberanamente el pueblo ha decidido apoyar la revolución y la respuesta del socialismo del siglo XXI más allá de los discursos, consiste en desmantelar las instituciones que garantizan transparencia democratica. Al parecer una de sus propuestas principales es volver a 1917 como si 1989 nunca hubiera sucedido. Cuando era pequeña y todavía en Bolivia teníamos dictadura, vivíamos en Santa Cruz y mi padre me vendaba el brazo o la pierna para pasar los controles de la policía militar y llegar a sus partidas de poker.

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Historia e historias http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/geschichte-und-geschichten/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/geschichte-und-geschichten/#comments Wed, 07 Jul 2010 14:03:01 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=431 A la vista está: para mí son más importantes las historias que la Historia, de lo contrario sería historiadora y no escritora, aunque la Historia juegue siempre un papel decisivo. Quiera uno o no. También en la escritura.

La Literatura no existiría sin el idioma y el alfabeto tradicionales, siendo ambos la prueba de cómo vivimos del y con el pasado. Tampoco la propia narración de historias es tan diferente de las relaciones históricas y de tomar conciencia de las mismas: el autor debe descubrir finalmente cuál es el núcleo de los sucesos, qué ha movido a los protagonistas, por qué se comportan como se han comportado, para, al final, poder trazar la red de relaciones con estos filamentos.

Por supuesto la circunstancia más sencilla y clara es esta: la Historia da forma a la humanidad. Mucho antes de nacer nosotros. Sólo soy la persona, y también la autora, que soy, porque la Historia de mi país ha tenido una brutal influencia en el destino de mi familia, y con ello, sobre mi propia vida. En la II Guerra Mundial mi abuela, siendo una joven, perdió todo lo que hasta entonces parecía evidente: su patria, su casa familiar, a casi todos los parientes, los amigos, los lugares de su niñez, su dialecto. Mi abuelo, que provocó un pequeño escándalo en su pueblo natal (indemne por completo a la guerra) al casarse con una joven fugitiva de fuera, murió en 1967 a los 42 años en circunstancias todavía sin aclarar en una prisión de la Stasi. Ni mi madre, que entonces apenas era una cría, ni mi abuela han podido nunca digerir esta pérdida. Mi propia niñez estaba esencialmente marcada por la vigilancia, y el deseo de libertad. El que yo pudiera ir a una escuela de buen nivel debo agradecérselo al compromiso de una valiente mujer.

Obviamente, estas cosas me han marcado. Y a través de mí, a mis historias. Ninguno de nosotros se cae simplemente del mundo, ni llega a él. La indisoluble conexión entre el presente y el pasado forma en nuestro ser un espacio en cuyo interior nos movemos durante toda una vida y de la que no podemos escaparnos. Se entiende el Hoy sólo si se observa de forma conjunta con el Ayer. Nos guste o no.

Traducción:
Ralph del Valle

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La RDA no ha desaparecido del todo en mí http://superdemokraticos.com/es/poetologie/die-ddr-in-mir-ist-nicht-einfach-verschwunden/ http://superdemokraticos.com/es/poetologie/die-ddr-in-mir-ist-nicht-einfach-verschwunden/#comments Sat, 12 Jun 2010 07:00:12 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=175 Nací en Stralsund, en la costa del Mar del Norte, en 1971 y crecí los siguientes años en la isla de Rügen, en Brandeburgo y desde 1982, en Berlín, donde todavía vivo desde entonces. Tras mis estudios en Filología Alemana y Clásica, trabajé durante algunos años como escritora y redactora televisiva, decidiendo tras 2001 abandonar el colorido circo de tomar declaraciones y ceder a mi verdadera pasión, la escritura. En 2003 se publicó mi primer libro, un conjunto de relatos, en la editorial S. Fischer de Frankfurt: “Mi libre juventud alemana”; le siguió también en la misma editorial mi segundo libro, también un amplio conjunto de historias altamente autobiográficas y ensayos con motivo del 20º aniversario de la caída del Muro, “Construcción Este: en el camino entre Zinnowitz y Zwickau”. Ambos libros hablaban de la democracia, la dictadura, la libertad, los valores: al menos, así lo vio la prensa. Yo más bien diría que eran historias cortas sobre lo que era crecer en una dictadura y la vida de después, y también de lo que queda de todo aquello y cómo se esquiva después. Porque no vivimos en una película de Hollywood: lo que la RDA le ha hecho a las personas sigue estando ahí, como antes. En mi primer libro escribí “la RDA no ha desaparecido del todo en mí sólo porque el país ya no exista”.

Sin embargo, no me considero una autora política, sino alguien situado en la primera fila de los contadores de historias. Cuando hablo de los oscuros tiempos de la dictadura, no puedo simplemente dejar de lado el trasfondo político de los acontecimientos. No sería justo. Especialmente porque muchas de mis historias proceden del ámbito de los derechos civiles, como se les llama hoy en día, en los que me crié, en los que nunca tuve la oportunidad de desarrollar una visión romántica de la relación con el socialismo real en el que vivía. Por eso mismo hoy en día soy una vehemente defensora de la democracia: sé bien lo que es no poder disfrutarla.

Exactamente esta experiencia es lo que me relaciona con Sudamérica. La dictadura, el eco del régimen en el país, la relación con la culpabilidad y la responsabilidad, el borrón y cuenta nueva que supone la vida en libertad. Y en especial tengo una relación profunda con Chile, porque allí viven muchos amigos íntimos míos.

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