cultura – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Uno noche con el 0,001% de los votos http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/ein-abend-mit-0001-der-stimmen/ Fri, 02 Dec 2011 18:06:31 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=5824 A veces en las noches en las que una lectura ha sucedido, en el límite de la vergüenza ha tenido lugar, y después de que todos se hayan ido a la noche y todo haya sido arreglado, me siento en el bar a echarle una cerveza a la noche, se sienta también un amigo conmigo y en algún momento hace la pregunta: “¿por qué haces esto? ¿te pagan por ello?”

Las lecturas tienen lugar una vez al mes en un teatro, al que le alcanza para una bar. El bar se encuentra en un salón remodelado con cariño, que fue la oficina y centro de ventas de un negocio de aparatos de oficina, trasladado a una zona de la ciudad más barata. El teatro esta en un espacio aledaño. Desde hace cuatro semanas el teatro ya cuenta con una puerta de emergencia, “protección contra incendios”, dice el cuerpo de bomberos. “Aquí la cultura se tiene que poner de acuerdo con los bomberos”, dicen los administradores del bar. Las lecturas regulares se encuentran dentro de un programa con conciertos, teatro de improvisación y una campaña de los miembros del partido VERDE, atraen por ello a un público versátil. A veces, la sala esta llena hasta la última silla. Es vergonzoso cuando, y a saber , vergonzoso para todos, cuando además del anfitrión y el técnico, los dos autores invitados y sus cuatro amigos, acuden otros dos invitados que pagan la entrada, y a las otras ocho personas les toca regalarles una noche maravillosa. Con estas 10 personas, ha acudido entonces el 0,001% de la población de Colonia. Entonces son 0,001% de los colonienses, quienes se interesan por la literatura de la escena joven de la ciudad y por sus invitados supraregionales, con quienes la escena se quiere conectar. “si, en realidad ¿por qué haces esto?”
El que yo organice la serie literaria en este teatro, tiene una historia previa. Ya desde 2005 nos hicimos, en ese momento éramos un grupo de autores, responsables por una serie literaria. Al principio era en los salones de una fundación de literatura. En ese momento también nos hacíamos la pregunta: “¿dónde hay espacio en esta ciudad para la escena literaria?” En Colonia, una ciudad que se promociona hoy como ciudad de eventos, que aún cuenta como ciudad cultural y musical, la literatura figura al margen. No ayuda una casa de literatura, que esta hecha sobretodo para traer literatura, mejor dicho, nuevas publicaciones a la ciudad, tampoco ayuda un festival de literatura, que sustenta su éxito, no en los escritores, sino en los actores y las estrellitas que asisten. En algún lugar entre la paleta del comedy y slam poetry, todavía quedan algunos colores para la literatura textual – seguramente en una pequeña librería que pone un par de sillas entre los estantes cuando vuelve a haber alguna lectura. ¿La escena literaria de la ciudad? Una muchedumbre cansada que hay que unir. Y si no lo hacemos nosotros, pensábamos en ese momento, ¿quién lo hará entonces? Naturalmente cumplía también un fin en sí mismo, sobretodo si hay varios cuerpos de las entidades literarias: el anfitrión, el curioso, el escritor, el editor. Pero justo así funciona también la escena. Si el anfitrión falta, como uno de estos cuerpos, todo se sale de equilibrio. Hablando espacialmente: si no hay tarima, no hay escritores jóvenes y no hay ya más literatura actual publicada por ninguna pequeña editorial. Eso anduvo un par de años con todo los altibajos, en distintos lugares y una cantidad de escritores/escritoras interesantes. Un año hice pausa, no tenía más ganas de este activismo. Luego vino la propuesta del teatro.


La siguiente lectura está lista. La prensa está informada, las invitaciones serán colgadas y enviadas, volantes y afiches están impresos. Todavía hay que repartir algunos. En teoría todo debe salir bien. Si no hubiera el temor por ese 99,999%.

Traducción: Natalia Guzmán Díaz

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Poeta de perfil http://superdemokraticos.com/es/laender/bolivien/espanol-poeta-de-perfil/ http://superdemokraticos.com/es/laender/bolivien/espanol-poeta-de-perfil/#comments Sat, 09 Oct 2010 01:57:32 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2639

Permítanme este último ejercicio de impudor. Hoy quiero hablar de Julio Barriga, el primer artista de verdad que conocí. En 1995 descubrí su nombre en el suplemento literario de un diario local ya extinto. Aparecía de editor del suplemento Eventual (yo aún no sabía que en ese título venía ilustrada la naturaleza de un pasajero entusiasmo, eventual, que en alguna extraña excepción lo movía a actuar) y su contenido era exquisito, irónico y casi revolucionario para una ciudad conservadora e hipócrita. Sólo duró 4 números (un mes) y movido por la curiosidad pregunté por él en un boliche pequeñísimo e infame (regentado por un trotskista aficionado al teatro) en el que se reunían especímenes de una fauna diversa y en peligro de extinción, a los que yo empezaba a tratar como viejos conocidos, siguiendo eso que decía Monterroso de que “los enanos tienen una especie de sexto sentido que les permite reconocerse a primera vista”. Me dijeron que el tal Barriga también asistía al Café-teatro trotskista, pero nunca lo había cruzado. Un día me lo mostraron. Era muy parecido a Edgar Allan Poe (“Edgar Allan me mira desde el espejo”) y cuando me le acerqué se incomodó de que lo tratara de usted. Lo empecé a frecuentar y, como para deshacerse de mí, me prestaba libros que me maravillaban o me dejaban confundido. Barriga ya había publicado sus dos primeros libros: El fuego está cortado (que se abre con una variación del “Make a mask” de Dylan Thomas: “hazme una máscara/ pues estoy solo y quiero sentirme más solo todavía”) y el brevísimo Aforismos desaforados.

Hijo de maestros rurales, los libros habían formado parte de su entorno desde niño y luego de armar y desmantelar dos familias se encajó en la máscara del oficio que había pospuesto con muchos trabajos (en Tarija, La Paz, Salta y Mendoza). Por entonces ya tenía lista una tercera obra, Versos perversos (en realidad tan extenso como tres libros) y era casi aterradoramente fresco (igual que la sombra de un rincón muy oscuro). Una especie de diario de su desasosiego (“soy solo yo que me mando/cartas urgentes a mí mismo”). No le interesaba publicarlo, y tuvimos que esperar diez años para que otros se enteraran de lo que nosotros ya sabíamos. Expresado en distintas variantes su estilo tendiente a narrar, entre barroco y oral-callejero, alienado por la cita errónea o descontextualizada, apelando sin ninguna distinción a la cultura “alta”  y a los mass media. En esos poemas hablaba de su permanente angustia, de sus amigos, de su bicicleta, de ciudades que lo han marcado a fuego, de su barrio, de la soledad, de la constante presencia del alcohol. Gracias a esos poemas fue creciendo su fama casi secreta (junto a Humberto Quino y Juan Cristóbal Mac Lean los tres poetas-bolivianos-vivos que más me gustan). Pero además tenía este credo ético inclaudicable de “vivir como un poeta” (un afán de vivir lo terrenal intensamente y con desapego, con la violenta pasividad de Bartleby) que puede leerse cual soporte performativo de la obra escrita. Un tipo que se interesa principalmente por lo que acaba de pasar de moda (ahora, por ejemplo, los diskettes), de ser capaz de manifestar un escepticismo pesimista extremo (“estoy condenado a prolongar una existencia insulsa/ hasta el final de sus instantes repetidos”) y reírse desfachatadamente de todo, especialmente de sí mismo (“¿qué haría si fuera Dios?: renunciaría”). Un tipo que pedalea escapando del horror y que de lo más profundo de sus tinieblas personales obtiene chispazos de claridad (“soy el centauro de la soledad/ y soy los anteojos de la carretera, Ramón”).

Por esa ilusión de compartir un pasado que brinda la amistad en 2008 edité su libro Cuaderno de sombra, donde cambiaba de registro, tomando la voz de un amigo poeta que acababa de morir, Roberto Echazú. Lo que Bloom llamaría apofrades. En ese  libro de luto riguroso, Barriga conversaba consigo mismo pero también con Roberto, con quien compartía el oficio, el alcohol y la afición por iluminar el lado oscuro de las cosas próximas. No sólo aprendí algunos rudimentos claves de la edición sino que también me puse en contacto con cierta manera de estar en el mundo: asumir tu propio destino. Barriga, como un monje licencioso, le ha dicho adiós ya a muchas cosas y ¡hola! a la muerte. Hace una semana lo vi y está igual, sigue viviendo según su propio código y a estas alturas no va a cambiar, por suerte.

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No voy a la Feria de Frankfurt  http://superdemokraticos.com/es/themen/buchmesse/ich-werde-nicht-zur-frankfurter-buchmesse-gehen/ Wed, 06 Oct 2010 12:00:08 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2527

Bloggers invitados de Alemania y Argentina reportan para Los Superdemokraticos sobre la Feria del Libro de Francfort. La lírica, traductora, curadora y bloggera Cecilia Pavón vive en Buenos Aires, pero actualmente reside en Suiza con una beca como traductora. En caso de que usted se encuentre hoy en Viena, podrá escuchar a las 7 de la tarde su ponencia Poesie ist kein Projekt zuhören.

Pongo mundo de la cultura entre comillas porque no sé si mi trayectoria tiene exactamente que ver con el mundo de la „cultura“. La Feria de Frankfurt es claramente el mundo de la cultura. Yo tuve un “espacio de arte” que antes que nada era una regalería. Mostrábamos cuadros pero vendíamos regalos que eran chucherías importadas de China (muy baratos) y publicábamos libros de poesía en fotocopia hechos a mucha velocidad. Escritos durante la mañana y publicados a la tarde, algunos. 

Tampoco sé si esa poesía que publicábamos tenía que ver con el mundo de la cultura. Era algo muy pulsional, no sé hasta qué punto lo pulsional tiene que ver con el mundo de la cultura. (Tengo una cuenta de twitter que se llama “poscultura”.) En Viena, donde me invitaron a la Akademie der Bildenden Künste para dar una charla sobre mi trabajo como escritora y otras cosas que he hecho relacionadas con el “mundo de la cultura”, hablaré también de Tu Rito, un nuevo lugar en el que participo en Buenos Aires. Queda en una galería avenida abajo en la Avenida Santa Fe y el alquiler es muy barato. Lo pagamos entre varias personas con el dinero que nos sobra cada mes.
 
Allí hacemos lecturas de poesía en las que los poetas a veces no son realmente poetas o en las  que los poemas se transforman en cuadros, y hay que leerlos colgados sobre la pared o en las que al final de la lectura incendiamos los poemas en una fogata que hacemos en el patio para que se cumplan los deseos que están expresados en los poemas. A veces me pregunto cuál es la distancia real entre la Feria de Frankfurt (y lo que representa, el mercado editorial contemporáneo) y muchas de las cosas que he hecho en mi vida. En realidad la pregunta es más bien un deseo:me gustaría hacer una literatura que estuviera lejos de la feria de Frankfurt y del mercado editorial y su burocracia. El otro día en un taller conocí al editor de Suhrkamp para América Latina y le pregunté, ¿se imagina qué hubiera pasado si Kafka hubiera tenido un lector que le criticara sus libros cada vez que empezaba a escribir uno?

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Cuando todo es posible, ya nada lo es http://superdemokraticos.com/es/themen/globalisierung/wenn-alles-moglich-ist-dann-ist-es-gleichsam-nichts-mehr/ Thu, 16 Sep 2010 20:26:54 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1940 La globalización no existe, lo que existe es una masificación de la dominación de las culturas fuertes sobre las débiles. No lo digo yo, lo dicen muchos teóricos y estudiosos más serios que lo que yo puedo llegar a ser, justamente uno que leía el otro día. Pero parece revestirle algunos gramos de razón. MASIFICACIÓN DE LA DOMINACIÓN DE LAS CULTURAS FUERTES SOBRE LAS DÉBILES. Toma para vos y tu tía Gregoria! Después de una frase así uno como que se rinde y se convierte a la teoría. Me interesa lo que dice esta frase rimbombante y me hace recordar a una anécdota.

Hace unos meses discutía con un teatro de Londres –al cual le tengo gran admiración– sobre un pedido de escritura que me habían hecho. Yo tenía que escribir una obra sobre la realidad de mi país, otorgándole por supuesto mi punto de vista y mi voz literaria, por decirlo de alguna manera. Decidí entonces escribir una obra que utilizara el tema de la dictadura, o mejor dicho, las resonancias de la dictadura en la vida de las personas. Pero le di muchas vueltas, ya que quería hacerlo desde una mirada personal. Decidí hablar sobre una familia con una hija desaparecida en la época de la dictadura, esa familia se habría construido desde entonces, en torno a la ausencia de su hija. Un día- esto sucede ya en la obra- descubren que su hija fue secuestrada durante la época de la dictadura, pero no por los militares, sino por los extraterrestres. La dictadura existió, hubo desaparecidos, solo que su hija no fue una de ellos. Cómo reaccionaría esta familia al descubrir de la noche a la mañana que todas las ideas sobre las cuales han construido valores y pilares morales, han sido erróneamente construidos? Los extraterrestres vuelven entonces a invadir el planeta y la obra sigue y sería muy largo de contar. El asunto radica que en el diálogo con el teatro londinense, ellos me valoraron muy positivamente la obra pero me sugirieron que repensara el asunto de los extraterrestres, pues parece ser un recurso ajeno a la dinámica y tema de la obra, que atentaba contra el verdadero valor que, para ellos, era hablar sobre la dictadura.

Aquí se suscita un diálogo que trataré de reproducir fielmente, con las disculpas de la memoria, ya que primero no recuerdo exactamente las palabras y segundo que fue a través de un intercambio de varios mails. Al principio contesté que si yo sacara los extraterrestres, la obra se tornaría una obra más sobre la dictadura uruguaya y a mi ya no me interesaría escribirla ya que sería abundar en la cantidad de obras sobre la dictadura que ya existen. Ellos me contestaron que les parecía curiosa e interesante mi respuesta ya que les parecía extraño que habiendo tantas obras uruguayas sobre la dictadura, ellos nunca hubiesen leído ninguna. A lo que contesto que sería interesante para mí saber si quiera cuántas obras uruguayas habían leído, y les adjuntaba en el mail, una lista de 15 obras uruguayas sobre la dictadura. La respuesta era evidente, no habían leído ninguna obra uruguaya por lo que los extraterrestres se quedaron y mi obra acaba de estrenarse hace un mes, claro no en Londres sino en Montevideo,

Moraleja, la globalización no es global, no ha llegado a la dramaturgia uruguaya como no ha llegado a cientos de lugares, ya que puedo leer y conseguir rápidamente obras alemanas, francesas, americanas, incluso brasileras y argentinas… pero como hago para acceder fácilmente y de manera rápida a la dramaturgias marroquíes, o costa rícenses, iraníes, finlandesas, o por poner un ejemplo más excepcional, asiáticas.

Es que no es simplemente un asunto de culturas fuertes y débiles – ya que nadie puede negar la fortaleza de las culturas anteriormente mencionadas- sino que uno tiene que continuamente ponerla en comparación con sus vecinos y a ellos sumarle las barreras naturales que pone una cultura en función de la otra, y no me refiero sólo al lenguaje.

Tenemos esta sensación de que la globalización y la Internet van de la mano, haciendo llegar todo a todos lados, pero realmente sabemos que aunque el mundo este cada vez más conectado, esto no alcanza para globalizar la riqueza, ni el poder, si quiera la información. Ahora hay que saber llegar a ellos, hay que saber buscar, uno se pierde en el mundo de datos como uno se pierde en el mundo. Es increíble pensar que la dramaturgia uruguaya, al menos gran parte de ella se encuentra disponible en la web en la siguiente página www.dramaturgiauruguaya.gub.uy pero esto no la hace global, no la pone al alcance del mundo, ni siquiera la hace acceder a circuitos en donde seguramente están ávidos de su lectura. El desafío sigue pendiente, porque en un mundo globalizado, los límites siguen siendo tan fuertes como cuando no lo era. De cierta manera, pesimista sin duda, pero con la esperanza optimista de que este no es el fin, sino una simple etapa, yo siento a la globalización como esa frase de Baudrillard “cuando todo es posible, ya nada lo es”.

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El país de los debiluchos http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/das-land-der-weicheier/ Wed, 15 Sep 2010 13:11:26 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1952 Escribo desde un país que me protege en todo el mundo de malas experiencias, a mi, niño burgués de centro izquierda, (todavía) cercado por la suavidad del algodón. Nunca he sido discriminado, al menos no deliberadamente y mucho menos por mi raza, cultura o mi nacionalidad. Alto, delgado, blanco y bien vestido en realidad me va bien en todo el mundo – esa es al menos mi experiencia hasta el momento. Todavía no he fracasado frente al portero de ningún club, todavía no se me ha negado ninguna membresía e incluso la Homeland Security de los Estados Unidos me saluda aburrida. La cúspide de la discriminación en mi vida fueron algunos pinchazos anti- alemanes de un estudiante de intercambio noruego. En todo el sentido de la palabra: ¡Un chiste!

Lo que saludo y aprecio de este país, me parece en las preguntas sobre la sensibilización contra la discriminación como un maleficio: A los alemanes alemanes (es decir a los niños blancos hijos de padres alemanes y nietos de abuelos alemanes) nos parece imposible no estar en el lado soleado de la vida- a menos que voluntaria y conscientemente nos decidamos por la pobreza y la ilegalidad, pero en ese caso no tiene que ver con discriminación, sino con estupidez y adicción a la experiencia.

¿Decir que a través de la no discriminación evidente, soy doblemente discriminado es un sofismo? La frase “también yo quiero sentirme discriminado alguna vez”, con la que empezaba la primera versión de esta colaboración, lo sé, va demasiado lejos. Sin embargo me parece que encierra el punto decisivo frente al debate que se desarrolla en este momento en Alemania sobre la integración de los inmigrantes musulmanes: ¿Cómo puede comprender el promedio de los “alemanes de origen”, como son llamados ahora por algunos, abarcar, entender qué significa ser discriminado por su procedencia, cultura o color de piel? ¿Cómo puede alguien que pertene a una idiosincrasia y a una raza que parecen protegerlo en todo el mundo, contemplar la situación de aquellos que no encuentran entrada a esa cultura o lo que es peor, que les es negada la entrada?

Sin la experiencia de una discriminación cotidiana, solo puedo imaginarme cuan impertinente puede parecerles a los afectados que ahora en este país, aquellos que discriminan al colectivo de inmigrantes musulmanes de golpe empiecen ellos mismos a hablar de “discriminación” cuando son fuertemente criticados – no solamente desde las filas de esos inmigrantes- La experiencia de una verdadera discriminación por religión, cultura o color de piel, compartida por todos los habitantes del país, asfixiaría la sublimación de la cultura, la ruptura de tabús, ese “bueno uno debería poder decir…” en sus germenes.

Hasta que lleguemos a eso (algo que no puede suceder, sería una paradoja) uno tendrá que volver a decir que los “alemanes de origen” burgueses son unos debiluchos ignorantes, a los que les haría bien que alguién en algún momento los discrimine- mientras esa gente (nosotros) se arregla con su su soberbia- y los convierta en una minoría que se integra difícilmente.

traducción Rery Maldonado

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Reflexiones sobre la violencia http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/zur-kritik-der-gewalt/ Tue, 14 Sep 2010 07:19:44 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1812 La salida del sol es un gran acontecimiento en la cotidianidad berlinesa. Su luz anuncia la llegada de la gracia, del gozo y de la alegría a la fría ciudad. En días soleados se camina con otra cadencia y el regocijo general hace que la tolerancia se asuma como fidedigna. La ciudad parece alborozarse en una magnitud sin parangón. El amor surgiría entonces de cualquier acto de fe, esparciéndose por doquier.

Sabine salio ese día a caminar por su ciudad. El brillo de su dorado cabello bajo el sol cautivaría a todos los amantes de Sjöfn, representante nórdica del amor. Pero era martes y Tyr, dios de la guerra, miraba a través de sus ojos.

Daniel rebosa juventud. Es un año menor que Sabine y su piel relucía bajo el sol cual mármol negro. Él se siente de aquí, aunque llamaría a Sjöfn, Vishnu y a Tyr, Shiva.

Ambos han nacido en Berlín, pero la ciudad no les pertenece al uno y a la otra del mismo modo. Ese día no van con sus bicicletas, prefieren utilizar el transporte público. La estación de Metro de Schlesienalle es como otra cualquiera, un poco sucia, con álgida luz y peculiar olor. Una cámara de seguridad nos muestra a estos jóvenes llenos de vida. Él está parado a medio metro de los rieles, cuando ella entra en la estación y se le acerca. Se sitúa a su lado, le dice algo. Gesticula y parece gritar. Es temprano en la mañana, quizás él se asombró, yo lo hubiera hecho. Le intenta dar la espalda desentendiéndose de la situación. Ella quiere pelear. Se  abalanza sobre él y lo empuja a los rieles. El tren viene en dos minutos. Un par de personas que estaban cerca y habían presenciado el hecho, rompen el estupor de la mañana e intentan sacarlo de los rieles. Daniel contará mas tarde que sus ejercicios como defensa del equipo de fútbol local lo ayudaron a reaccionar rápido. Hay sudor en casi todas las caras. Todo ha sido muy rápido. Se acabo la frescura  y el ambiente se cargó de pavor. Poco importa si salió o lo sacaron: está vivo. Más que daño físico, es un choque lo que le acomete. Todos están impactados. Con el zoom de las cámaras de seguridad se puede ver el rostro de Sabine, no muestra emoción alguna. Tyr siente por ella. Corre al otro lado del anden y se monta en el metro que va en la otra dirección. Se aleja… Ninguno de los presentes ha podido reaccionar aún. Luego alguien llamará a la policía, la detendrán y será interrogada. No hay arrepentimiento en ella, hay odio… ¿Por qué?

Son las siete de la mañana y Thilo Sarrazin escribe su libro: “Alemania se deshace”. Su hermano Nicolás Chauvin, inmortalizado en “La Cocarde tricolore”, le dicta el texto. Lo que escribe no lleva en sí la llama de la vida, sino las cenizas de la derrota. A ellos un Heine moderno les diría:

Los tejedores de Berlín.

Caminan por la ciudad con el ceño fruncido.

Se sientan frente a una cerveza  y aprietan los dientes;

Alemania, nosotros no vamos a tejer tu mortaja,

Tejiendo así nuestra propia maldición.

¡No tejemos, no tejemos!

Bendita nuestra religión, la religión de la intolerancia.

En soledades y linchamientos,

En ti creemos y te imponemos,

Nos engañamos, nos destrozamos.

¡No tejemos, no tejemos!

Bendito el gobierno, el gobierno de los ricos,

Que no puede curar nuestra miseria,

Que nos quita hasta la ultima esperanza

Y nos deja morir como perros.

¡No tejemos, no tejemos!

Bendita la falsa patria,

Donde la humillación y la vergüenza corren de la mano,

Donde cada flor con el despuntar se troncha,

Donde los podridos gusanos en festines se regocijan.

¡No tejemos, no tejemos!

No hay lágrimas en sus miradas sedientas.

Alemania, tus  tejedores no tejen,

Ni de noche ni de día.

¡Nueva Alemania tus tejedores no tejen mas!

Me voy a organizar

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Ciudadano de hoy: ¿extranjero de mañana? http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/heute-burger-morgen-fremder/ Thu, 09 Sep 2010 07:48:29 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1785

Tapa de Sherry Yorke "Multicultural Literature" Foto: Linworth Books

Mi país es Cuba, pero me encuentro hoy de visita en los Estados Unidos, para ser más precisos, en Miami. Una ciudad asombrosa, llena de latinos –personas emigradas de Latinoamérica-, y con un clima parecido al de La Habana. El término latino sólo parece tener sentido acá, o en el resto de Estados Unidos y Canadá. Latino es una etiqueta que encuentro políticamente muy activa que da cuenta de diferencias y de cercanías culturales; a saber, las diferencias con el norteamericano o “gringo” y las semejanzas frente a este entre las distintas culturas latinoamericanas.

No es que todos los latinos tengan el mismo comportamiento en América del Norte, puesto que no es así. Los grupos de cubanos, puertorriqueños, mexicanos –estos pueden encontrarse en mayor número en Texas-, colombianos, dominicanos, entre otros muchos, se adaptan de manera diferente al american dream. En Miami, por ejemplo, los cubanos parecen obtener un económico american dream como tendencia. Sé de puertorriqueños en algún punto de esta ciudad que permanecen en un barrio identificado como pobre y negro. Lo primero es palpable allí, lo segundo tiene que ver con la manera en que se acomodan ciertas identidades culturales en el imaginario norteño donde predomina ese “white people” que hace referencia a una superioridad étnica y político/económica al mismo tiempo. Cuando se dice white people se piensa en anglosajones o en descendientes de estos. Significativamente, todo lo que caiga fuera no es “blanco”, lo que recuerda el hecho de que la idea de raza nació en tiempos de la colonización de América.

En una reunión informal de estudiantes y trabajadores de la biblioteca de la Universidad de Miami encontré a jóvenes emigrados de Puerto Rico, México, Colombia, Haití, Cuba… Todos llevaban años de vivir en Estados Unidos, y mi impresión es que hablaban de su país de origen como si hablaran de un pasado lejano, o de un sitio del que había que salir porque Estados Unidos es un mejor lugar. Me preguntaron si no quería quedarme a vivir acá en vez de regresarme a Cuba. Cuando respondí que no, me preguntaron por qué. ¿Por qué querría alguien regresar a un país donde la situación económica y sociopolítica es inestable y hasta pesadillezca –en el sentido de que parece recorrer un círculo vicioso sin salida aparente?. Mi respuesta no es una razón, sino una intuición. Quiero regresar porque si me parece importante la identidad latina como una manera de expandir las fronteras de ideologías nocivas y hasta cierto punto caducas de la identidad nacional. Me parece también importante el trabajo con la sociedad civil de los países que  dejan atrás cuando emigran. Más que una emigración para el caso de Cuba, y de cualquier país latinoamericano tan acostumbrado a despedidas y familias separadas por océanos, creo importante un estar aquí mientras se está allá y viceversa. No mirar hacia el norte o hacia Europa como modelo, sino como ejemplo de lo que no somos ni seremos nunca. Propongo pues el viaje como aprendizaje, no la emigración y el adquirir una nueva identidad nacional o una doble identidad nacional, sino el llegar desde una identidad nacional caduca o en vías de transformación -¿cuándo no ha pasado eso en América?- hacia una forma de identidad que cruce el conocimiento empírico –o sea, la experiencia de un conocimiento que no puede ser adquirido de otra forma…– en torno a las prácticas culturales de otros con las propias.

Propongo una manera de practicar la extranjería como acción cívica. Mi patria, mi ciudad, se encuentran sobre todo en las intersecciones. Y creo que no soy la única…

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El complot silencioso http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/espanol-el-complot-silencioso/ http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/espanol-el-complot-silencioso/#comments Fri, 27 Aug 2010 15:47:39 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1313

Practico un activismo solitario: me reúno con otros para hacer libros. Movidos por la inocente perversión de considerar al libro un objeto casi mágico, yo y algunos otros nos juntamos casi por azar y empezamos a devolverle a la industria cultural un poco de las envenenadas supersticiones que nos había inoculado desde niños. Gente con distintas posiciones estéticas, con diferentes gustos y lecturas, todos sincronizados en una militancia literaria inclaudicable. Un mini ejército dispuesto a jugársela entera sin esperar demasiado. Todo por un objeto de papel.

Es que esa cosa aparentemente insignificante que es un libro tiene para mí (y para esa tropa medio alucinada) mucho sentido. Soy de los que creen que toda experiencia puede ser previamente aprehendida a través de un libro: desde armar una bomba hasta los insondables misterios del amor, pasando por la pesca o hallar lugares en mí que no sabía que existían. Me he servido de los libros para todo tipo de menesteres, incluso hasta para quebrar la ley (claro que también he robado libros, qué pregunta). Es inmensurable la influencia que puede tener una lectura en la vida de alguien: yo conocí el lado rebelde de la política a través de los fanzines underground que leía en mi adolescencia en los 90s (¡en el siglo pasado!). Para mí esa época de intercambios y descubrimientos es el pre internet, la web unplugged. Desde entonces empecé a sospechar de lo que se asume por normal o natural, desde entonces siento que todo tiene otro sentido. Cuando la experiencia cobra sentido todo parece coherente.

En un país en el que aún existe un altísimo nivel de analfabetismo (habrá que esperar cómo avanza el proceso de alfabetización actual), un campo intelectual que no tiene una sólida tradición y libros con precios inaccesibles para la mayoría de la población, a mi me inspiraron las labores de tres personas: Franco (un anarquista viajero incansable que pirateaba obras clásicas y de vanguardia en una ciudad sin librerías), Marcelo (un sujeto que a los golpes había aprendido que además de “lo bello” tenía que vérselas con algo tan prosaico como el mercado) y Alison (una doctora en antropología con un exquisito gusto freak que publicaba su propia obra, de las más importantes de mi país, y la de otros condenados a la marginalidad por su puño y letra). Mirando de cerca cómo estos tres surfeaban entre la adversidad, me lancé a recorrer mi propio camino en el mundo editorial. Un mundo en el que los autores se lamentan de la poca atención y privilegios que reciben de parte del editor y de la escasez de buenos lectores y de críticos lúcidos, un mundo en el que los editores se quejan de los descuidos ortográficos de los diseñadores y de la implacable lógica de economía de escala de los imprenteros, un mundo en el que los imprenteros reclaman por las argucias despiadadas de los proveedores de papel, etc. En vez de continuar con el círculo de quejas nosotros hemos preferido asumir nuestra contingencia con esperanza y gratitud.

Desde mayo de 2008 me he juntado con otros para dotar de un poco de generosidad a nuestros narcisismos y producir libros (un libro de poesía, tres libros de cuentos y una antología hispanoamericana) y mantener un blog para intentar racionalizar el proceso. Queremos crear un catálogo impecable y representativo: todos adoramos el fetiche de “lo nuevo”. A veces es muy difícil y sentimos que todo está perdido. Pero luego recordamos que estamos viviendo nuestro destino. Si sería fácil no tendría chiste.

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Pienso, luego existo http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/ich-denke-also-bin-ich/ Wed, 28 Jul 2010 07:17:50 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=529
El Mejunje, Santa Clara

El Mejunje, Santa Clara. Image by slosada via Flickr

¿Qué te gustaría ser, un hombre o una mujer? Así dice la pregunta. Parece fácil, pero por supuesto no lo es. Nada es fácil de responder en torno al tema de género. Los argumentos que hacen parecer fácil dicho tópico son precisamente aquellos que contribuyen a una arbitrariedad tal que los acerca a la discriminación, por un lado, y a la codificación de un rol estándar  -basado en el prejuicio cultural y/o el esencialismo biologicista-, por el otro.

La pregunta en sí misma implica una serie de metainterrogantes que parece necesario responder al unísono. Por ejemplo, subyacente está el “te” inicial: señala nada más y nada menos que el supuesto de una identidad predefinida, lo que da ganas de acercarse al espejo y preguntar: Tú, ¿quién eres? La segunda palabra que llama mi atención es el verbo “ser”. Mi incomodidad aquí deriva de la propuesta implícita de una mudanza permanente, o en su lugar, de una permanencia de por vida. ¿Y tengo que decidirlo hoy?, o podría decidir tan sólo por ahora, este minuto en el que escribo, este minuto en el que soy frente a la página. Prefiero tomar por certera la segunda opción. ¿Quién puede saber de qué tendré ganas cuando me levante de este escritorio? (Vuelvo a acercar mi imagen al espejo.) ¿Acaso tú?

Cuba en disputa: la isla sin género

En Cuba, como en otros países de Latinoamérica, para muchos todo este rollo del género es una teorización abstracta acerca de las diferencias entre sexos, puesto que, claro está, género no es otra cosa que sexo, y por tanto, estamos hablando del consabido binomio hombre/mujer. Fuera de esto, no hay más que perversión, enfermedad o ciertas víctimas de (inciertas) malas influencias. En tal discurso persiste la discriminación a la mujer, y la rigidez del rol que experimenta el hombre y que ha sido develada recientemente gracias a los estudios de la masculinidad. Soy mujer, bisexual –que es peor que ser lesbiana para los ortodoxos de lo heteronormativo-, y debo aceptar que no se trata de víctimas y victimarios. Al menos no a modo general, y plantearlo de esa forma no nos lleva muy lejos. Los hombres, esos “privilegiados”, sufren bastante en la estrechez de su rol. Entonces no, no quiero ser hombre, ni ahora frente a esta página ni mañana, creo. Por suerte no tengo que decidirlo hoy mismo, ya que puedo cambiarme de sexo cuando guste. Esta posibilidad sólo la tengo en Cuba desde 2008, antes de eso, debo decir, estaba terminantemente prohibido.

Tras años de demandas silenciosas, recién se aprueban las operaciones de cambio de sexo pero sigue sin reconocerse la multiplicidad de género. Es decir, en mi país sólo tengo dos opciones, ser hombre o mujer. Se supone que estas son las dos maneras “naturales” del ser humano. El género es una construcción cultural, pero el sexo ¿acaso no lo es? Judith Butler se encargó de explicar que sí, que también es construcción, y que el género se expresa mediante diversas posturas asumidas en sociedad. La posibilidad de un sexo híbrido y de un cambio de sexo en la mesa de operaciones hoy en día es aún más elocuente. De manera que la frase célebre puede tener finalmente otra lectura en el siglo XXI. No soy (en cuanto al sexo, al género, pero tampoco en cuanto a identidad latinoamericana, cubana o la que se quiera) un ente natural: pienso –camino de la mesa de operaciones y comiéndome un sándwich-, luego –al salir del hospital para ir a encontrarme con mis amigos- existo.

Mi país sólo permite dos sexos y dos géneros, pero en mi mente, y en esta página, mis opciones son más de tres. Hoy quisiera ser… a ver… déjame pensar…

Judith Butler para principiantes

Miss travesti 2010, Santa Clara, Cuba

Tema de Gente de Zona -grupo de reguetón que está de moda en Cuba- sobre la preferencia sexual (recomiendo los comentarios al video)

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