El porqué en el folleto oficial de la feria se anuncian los eventos alemanes con diez fotos que muestran a 14 hombres y 10 mujeres, la mayoría grupos de música alemanes (de lo mejor que hay) que se presentan al aire libre, como The Notwist y seguramente todos menores de 40 años (el promedio de edad en Alemania es de 42,1 años) casi no se entiende. ¿Alguno lee un libro? Ah, si, Franka Potente en un estilo fílmico del libro de Doris Dörries “Bin ich schön?” (“¿soy linda?”). No se ve ninguno de los autores invitados, en vez de ellos, unos hilos azules entrelazados: ¿una interpretación moderna de la flor azul?, ¿torción posmoderna de la identidad? Afortunadamente Rüdiger Safranski, el filósofo del romanticismo alemán, lee el sábado 3 de diciembre, allí podemos preguntarle…
Mientras eso es Alemania, “invitada de Honor”, según el programa un país de hombres jóvenes con mirada crítica que se frotan la barbilla, de mujeres bailando en peluquerías, pero que a veces se sacan una pistola o se tienden lascivamente a lamer la decoración de un árbol de navidad. Si, bueno, ¿por qué no?. Mejor que un atardecer en la puerta de Brandenburgo y el folclor de la jarra de cerveza.
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