Aktivismus – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Fin de año, explosiones http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/jahresende-explosionen/ Sat, 31 Dec 2011 09:52:13 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=6297 El tiempo entre los dos años, como se dice en alemán, o sea, los días entre navidad y noche vieja, son días tranquilos. La capital está vacía. Únicamente grupos de turistas en el Checkpoint Charlie en la Friedrichstraße se atreven a salir a la calle con este frío y húmedo clima. La mayoría de las personas están reposándose de la comilona de las fiestas y del estrés de fin de año, viendo un par de blockbusters en la tele, ordenando los regalos en los estantes, hablando por teléfono, callando, durmiendo. Hasta que en el último día del año llegan los fuegos artificiales. Llegan por delante, por detrás, por arriba, el 31 de diciembre, cuando está oscuro, es difícil no toparse con ellos. Una vez les grité a unos chicos que estaban prendiendo algo: “Eh chicos, tengo tinnitus, espérense a que yo pase para prender los petardos”. Y estos: “Por supuesto, mi señora.”

Dicho tiempo de recogimiento constantemente avivado mediante explosiones, podría ser imagen del activismo literario, una actitud que nosotros, los Superdemokraticos, nos hemos puestos una y otra vez como meta, a la que dedicamos el tema del mes de diciembre, pero también una antología que se puede adquirir por cinco euros en la editorial Milena Berlín, la cual se formó después de que sus editores ocuparan un stand en la Feria del Libro de Fráncfort en 2010. Es que ser activista literario significa también intervenir físicamente, no solo monetariamente. Para las escritoras y los escritores, para los lugares en los que la literatura se lleva a cabo. Significa petardear los espacios de libertad, atraer la atención, decidirse por algo, por alguien, significa tener una opinión, ponerse en frente, dando cara, voz, micrófono. Significa valorar a un público que vota con los pies. Quién sabe quién venga hoy, si alguien viene…

Cuando me mudé a Berlín en 1999, con poemas debajo del brazo, iba de lectura en lectura para poder conocer a los otros poetas. Se suponía que tenían que estar aquí. ¿Dónde estaban?, al principio encontré en los periódicos anuncios de eventos, después encontré conocidos, cómplices, confidentes, locos. Era miembro de diversos círculos líricos privados, los cuales tenían en común que el vino fluía y el aire era una humarada flotante, que los egos chocaban unos con otros, pero también que publicaciones conjuntas salieron al mercado. Yo organicé con algunos otros un escenario de lecturas (visch&ferse) que cada año se disolvía para volverse a fundar, y un salón multilingüe, el Hinterzimmer-Salon. Unas veces yo era la invitada, otras yo las que invitaba. Unas veces nos peleábamos, otras nos reconciliábamos, a veces uno se podía leer sólo en Facebook. Eso era cuando algo había se había dañado. Las explosiones pueden ser peligrosas.

Pero por suerte la representación de textos, o por así decir la PR de textos, es tan emocional, es como una im- y explosión. Algo nuevo surge cuando lo viejo perece. En la última edición de la revista literaria Am Erker se les preguntó a 13 autores y autoras si la amistad entre escritores era posible. La pregunta, de por sí, muestra lo minado que es el suelo que pisan los literatos. El año llega a su fin. Nosotros seguimos. Pues creemos que después del estallido queda la reverberación. Cuando trabajamos juntos y creemos en esto.

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Diáspora negra http://superdemokraticos.com/es/laender/usa/schwarze-diaspora/ http://superdemokraticos.com/es/laender/usa/schwarze-diaspora/#comments Wed, 27 Jul 2011 06:48:18 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4308 Estoy sentada en un café. El sol brilla, y en lo primero en lo que clavo la mirada es en las enormes palmeras y en sus palmas al vaivén del viento, y después en Angela Davis que se acerca con una manta de yoga en la espalda,
me sonríe y me pregunta cómo estoy. Nos habíamos conocido hace poco en un
evento. En los tres cortos meses que llevo viviendo en California he tenido encuentros de los me habrían mantenido en pie por años en Alemania. A veces hubiera deseado haber crecido aquí y no haber tenido que crear en esa Alemania rodeada de la incesante hermética identidad blanca, mi identidad de mujer negra. Ser negro es una autodefinición política cuyo adjetivo tiende a escribirse en mayúscula*. No me habría tocado ocuparme, desde mi muy temprana niñez, de cosas como de que lo primero que alguien ve en mí es la representación de un grupo y muchísimo después a la persona. Ocuparme también de que la persona afro-alemana como yo no esté presente en el discurso medial, y si se le menciona, sea sólo en sus clichés. De que se nos llame cosas que no son dignas de que se les llame seres humanos.

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Aquí no tengo que estar definiéndome constantemente, ni tengo que dar explicaciones. Y exactamente porque la identidad de negra es algo tan presente que mi identidad de negra deja de ser decisiva. De repente ya nadie hace preguntas cuando digo que soy alemana (¿Pero de dónde eres en verdad? ¿Cuál es tu origen? ¿Pero tus padres?…) En mis 30 años de vida no puedo recordar ni siquiera una situación en la que en Alemania esta frase haya sido aceptada sin ser cuestionada. Ser negro y ser alemán son hechos que se descartan mutuamente.

Algunas veces me hace hasta falta. Pero luego recuerdo otra vez lo que es ser un extraño en la propia tierra. Recuerdo que los sobrentendidos a los que ya me acostumbré completamente en mi nueva patria, son allá inexistentes. También recuerdo que en Alemania no me encuentro casualmente con mis héroes y con personas que me sirven de inspiración como Alice Walker, Chuck D y Danny Glover, sino que en cambio tengo que invertir mucho tiempo, energía y planificación para tener presente para mí misma (y para los demás) lo diversos y admirables que somos la personas of color. Y mientras que nosotros nos resistimos a que en Hamburgo y en el resto de Alemania se sigan nombrando calles y barrios en honor a colonialistas, yo vivo aquí entre edificios, autopistas y plazas con nombres de miembros de la resistencia y políticos negros. Aquí me puedo unir a los más diversos grupos y organizaciones negros, sin tener que ser yo quien los funde. Aquí puedo simplemente participar.

Puedo entrar a Marcus Books, la librería afroamericana independiente más antigua de los Estados Unidos, y sumergirme entre las obras completas de la literatura de la diáspora africana. La diáspora africana tiene hasta su propio museo. Todo esto me alegra muchísimo. En mí ahora muchas cosas se han tranquilizado. Claro que sé que también aquí, detrás de todo esto de lo que puedo disfrutar ahora, se encuentran luchas y víctimas dolorosas. Luchas que aún no han terminado. En ese aspecto mi estancia aquí es como si me hubiera sentado en una máquina del tiempo, como si hubiera visto un preview de lo posible. Todo esto- y al mismo tiempo algo muy propio- podemos tener nosotros también en Alemania si nos seguimos organizando como People of Color y no nos conformamos con el status quo.

Al finalizar su estadía en mi universidad, un catedrático afroamericano invitado estaba tan escandalizado por lo que escuchó de sus colegas y lo que vivió en Hamburgo que éste intentó convencer a todos los estudiantes negros de mi facultad de irse a los Estados Unidos. Mi opinión era que largarse no era la solución, sino que había que quedarse y cambiar algo, que uno no podía abandonarlo todo ni a todos. Ante esto decía: “La cuestión es qué tanto puede aguantar uno mismo.”

En aquella época esto era, para mi joven corazón de activista, algo difícil de
aceptar. Para mí era como un acto de alta traición a aquello a lo que le dedicaba mi vida. Pero mi profesor tenía razón, uno debe cuidar de uno mismo, reunir fuerzas una que otra vez. De esta manera trato entonces, ya sea desde la distancia, de compartir un par de cosas del futuro con aquellos que en Alemania mantienen esa posición:

youtube http://www.youtube.com/watch?v=94W1JjvWOSk

*En alemán se puede convertir sustantivos en adjetivos escribiéndolos en mayúscula como nombres propios.

Traducido por: Adriana Redondo

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Atrapasueños http://superdemokraticos.com/es/themen/globalisierung/traumfanger/ http://superdemokraticos.com/es/themen/globalisierung/traumfanger/#comments Thu, 16 Sep 2010 06:20:51 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1656

* La globalización llegó para mi de la mano del hipertexto, a través de la débil señal de un módem conmutado que hacía ruiditos nocturnos, interplanetarios. Yo estaba estudiando, y en ese entonces no me imaginaba que no sólo nunca iba a trabajar como periodista, sino que el tiempo, los microprocesadores y la globalización me harían sentir que estudiar periodismo fue como estudiar para operadora de telégrafos.

* En el dos mil uno, entre los tiliches peruanos y ecuatorianos en un mercado de artesanía en Sudáfrica, vi que colgaba un pequeño atrapasueños de plumitas naranja. Ese círculo sagrado repetido en cantidades industriales, moldeado en plástico y acrílico, llevado hasta sus más ridículas expresiones, era el que iba a invadir de forma viral las habitaciones de cientos de miles de adolescentes alrededor del mundo, tratando de detener en vano la pesadilla colectiva del nuevo milenio.

* En ese mismo año estaba siendo no-periodista, ya trabajando con gente de todas partes del mundo, tratando de entender las cosas que pasaban en San Francisco, en Seattle, en Porto Alegre, en Buenos Aires, en Bangalore… todo al mismo tiempo. Las cosas se empezaban a sentir diferentes. En los años siguientes aprenderíamos que tenemos más en común entre nosotros que con los vecinos del departamento de al lado, esa señora que insiste en hacer sus pagos en las oficinas centrales de la compañía de electricidad, y que hace la señal de la cruz cuando en las noticias mencionan al partido socialista.

* Todos mis amigos eran activistas. Juntos, estábamos en contra de muchas cosas. Años después nos daríamos cuenta de que estábamos de acuerdo en muy pocas. En aquel entonces hablábamos de la globalización y sus efectos devastadores, de la violencia económica, del crujir de las estructuras. Escuchábamos venir de lejos el rumor de una manada rabiosa e incontenible, una máquina que comía pobres y escupía sus restos, empacados y etiquetados para el mercado de exportación. Todas esas cosas iban a pasar, y más.

* La globalización encuentra su territorio transaccional en los aeropuertos. De tanto visitarlos, me han empezado a consolar sus convenciones gráficas universales de vaya para allá, siéntese aquí, de aquí no pase. Los aeropuertos y sus comidas blandas e inofensivas, su literatura uniforme, sus anuncios multilingues en el sistema de sonido. Este hombre de negocios que es igual a todos los hombres de negocios, esa niña que va de vacaciones a descubrir su verdadero destino entre los pobres de la tierra, esos viajeros que parecen siempre estar dormidos, esta señora tan silenciosa y sus hijos, acompañados por un oficial de la UNHCR.

* A veces mientras estoy cortando un pedazo de papel me doy cuenta de que no es del todo descabellado conjeturar que esas tijeras fueron hechas en china por el primo del chino que hizo estas otras tijeras. Este libro que me gusta a mi, que te gusta a vos en Alemania, también le gusta a algún tipo en Singapur que lo va leyendo en uno de esos trenes donde no roban carteras. Y me gustaría dar por cierto que anoche, cuando me desperté para abrir la ventana porque hacía mucho calor, había al mismo tiempo una mujer en Senegal o en Croacia viendo hacia el mismo punto en el cielo y pensando en mi.

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sin la familia se puede vivir http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/ohne-familie-kann-man-leben/ Mon, 30 Aug 2010 07:00:20 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1269

Activismo, poesía, familia, música…

En mi vida hay dos grandes senderos que no se bifurcan: uno es el activismo social y cultural, el otro es la poesía.

A partir de estos tópicos, construyo mi mundo. Soy parte un colectivo artístico y social que me permite en parte, abarcar ambas cosas, pero al mismo tiempo y en algunos momentos chocan en mí: lo público y lo privado.

A través del colectivo Yonofui practico una militancia en el campo de lo social. Trabajamos en cárceles de mujeres, articulamos con otras organizaciones sociales y organismos del estado para generar algún tipo de cambio en las políticas. Por ejemplo, en relación al Arresto Domiciliario, a la Asignación Universal por Hijo, al acceso al trabajo, a la salud, etc.

Se trata de crear nuevos sentidos políticos y culturales.

En las cárceles coordino dos talleres de poesía y uno de literatura epistolar y generamos muchos proyectos de arte, muestras www.luzenlapiel.com.ar, publicaciones de libros, discos y fanzines. En un mes estaremos realizando el tercer festival de poesía en un penal, al que asistirán alrededor de 20 poetas invitados, músicos y gran cantidad de gente que irán a pasar una jornada de poesía a la Unidad 31 de Ezeiza.

Por otro lado, el espacio donde trabajamos es un espacio “recuperado” una asamblea barrial creada en plena crisis del 2001, y actualmente en conflicto con el gobierno de la ciudad que dentro de su plan está el desmantelamiento de los espacios culturales comunitarios. Aquí también y como parte de ese colectivo que formamos el Espacio Cultural Bonpland participo activamente de acciones para proteger esos espacios.

A veces, y con todas estas actividades, el acto silencioso de la escritura se complica, y uno anda surfeando las clausuras, las necesidades urgentes con las que nos encontramos, con los viajes eternos hacia los penales, para encontrar / generar esos momentos tan placenteros que nos da la escritura.

Quizá también por eso, mi poesía está minada de estos conflictos, de estas realidades que son parte de mi vida cotidiana. Pensar qué es más importante en mi vida, si la militancia o la poesía, me resulta muy difícil, no podría elegir. Para mi van juntos, y no porque crea que para todos deba ser así, no creo que el artista esté obligado a comprometerse con causas sociales ni nada de eso. Esto es lo que me pasa a mí y tiene que ver con mi historia personal, con mis elecciones.

También disfruto mucho de generar proyectos en torno a la poesía, al arte, así fue como surgió Voy a Salir y si me Hiere un Rayo , una pequeña editorial de poesía y una distribuidora que nació con la intención de generar una mayor visibilidad y circulación de las producciones editoriales independientes. En estos días estamos por sacar una colección de plaquetas de poesía junto con unos amigos que tienen una imprenta de tipos móviles, muy antigua y hermosa, nos embarcarnos en este proyecto hecho a puro pulmón y esto me llena de alegría, me llena de una energía feliz poder, pese a las inclemencias de estos tiempos generar estos proyectos y estos espacios de reflexión artística.

Y, si, sin familia se puede vivir, pero sin música definitivamente NO!

Y sin amor tampoco.

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El complot silencioso http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/espanol-el-complot-silencioso/ http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/espanol-el-complot-silencioso/#comments Fri, 27 Aug 2010 15:47:39 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1313

Practico un activismo solitario: me reúno con otros para hacer libros. Movidos por la inocente perversión de considerar al libro un objeto casi mágico, yo y algunos otros nos juntamos casi por azar y empezamos a devolverle a la industria cultural un poco de las envenenadas supersticiones que nos había inoculado desde niños. Gente con distintas posiciones estéticas, con diferentes gustos y lecturas, todos sincronizados en una militancia literaria inclaudicable. Un mini ejército dispuesto a jugársela entera sin esperar demasiado. Todo por un objeto de papel.

Es que esa cosa aparentemente insignificante que es un libro tiene para mí (y para esa tropa medio alucinada) mucho sentido. Soy de los que creen que toda experiencia puede ser previamente aprehendida a través de un libro: desde armar una bomba hasta los insondables misterios del amor, pasando por la pesca o hallar lugares en mí que no sabía que existían. Me he servido de los libros para todo tipo de menesteres, incluso hasta para quebrar la ley (claro que también he robado libros, qué pregunta). Es inmensurable la influencia que puede tener una lectura en la vida de alguien: yo conocí el lado rebelde de la política a través de los fanzines underground que leía en mi adolescencia en los 90s (¡en el siglo pasado!). Para mí esa época de intercambios y descubrimientos es el pre internet, la web unplugged. Desde entonces empecé a sospechar de lo que se asume por normal o natural, desde entonces siento que todo tiene otro sentido. Cuando la experiencia cobra sentido todo parece coherente.

En un país en el que aún existe un altísimo nivel de analfabetismo (habrá que esperar cómo avanza el proceso de alfabetización actual), un campo intelectual que no tiene una sólida tradición y libros con precios inaccesibles para la mayoría de la población, a mi me inspiraron las labores de tres personas: Franco (un anarquista viajero incansable que pirateaba obras clásicas y de vanguardia en una ciudad sin librerías), Marcelo (un sujeto que a los golpes había aprendido que además de “lo bello” tenía que vérselas con algo tan prosaico como el mercado) y Alison (una doctora en antropología con un exquisito gusto freak que publicaba su propia obra, de las más importantes de mi país, y la de otros condenados a la marginalidad por su puño y letra). Mirando de cerca cómo estos tres surfeaban entre la adversidad, me lancé a recorrer mi propio camino en el mundo editorial. Un mundo en el que los autores se lamentan de la poca atención y privilegios que reciben de parte del editor y de la escasez de buenos lectores y de críticos lúcidos, un mundo en el que los editores se quejan de los descuidos ortográficos de los diseñadores y de la implacable lógica de economía de escala de los imprenteros, un mundo en el que los imprenteros reclaman por las argucias despiadadas de los proveedores de papel, etc. En vez de continuar con el círculo de quejas nosotros hemos preferido asumir nuestra contingencia con esperanza y gratitud.

Desde mayo de 2008 me he juntado con otros para dotar de un poco de generosidad a nuestros narcisismos y producir libros (un libro de poesía, tres libros de cuentos y una antología hispanoamericana) y mantener un blog para intentar racionalizar el proceso. Queremos crear un catálogo impecable y representativo: todos adoramos el fetiche de “lo nuevo”. A veces es muy difícil y sentimos que todo está perdido. Pero luego recordamos que estamos viviendo nuestro destino. Si sería fácil no tendría chiste.

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http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/pointpointpoint/ Thu, 19 Aug 2010 18:27:18 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=936 El tema actual del blog es la pregunta: ¿cuál de los siguientes aspectos define la propia vida: “Trabajo, Familia, Activismo, Co-gestión, Música, Literatura, Formación…”? No sería muy difícil tomar las propuestas, relacionarlas conmigo y llenar el texto con hechos de mi propia biografía. Podría escribir que contemplo mi deber político como ayudar un poquito, lo justo como para no alisar la capa de silencio que está cubriendo en los últimos años la nueva dictadura alemana, sino levantarla ligeramente de vez en cuando. Podría remitir a mis textos y apariciones públicas, que muestran mi esfuerzo de hallar palabras claras para definir el rígido régimen comunista al que estábamos expuestos, y nunca hacerlo como si aquello que ocurrió en Europa del Este desde 1945 fuera sólo un desafortunado y finalmente inofensivo intento de mejorar el mundo, el cual simplemente debería pasarse por alto.

Podría escribir que lo más importante de mi vida son mi familia y mis amigos, porque nada más tiene sólo ese significado, el querer a otras personas y ser querida por ellos (en todas las facetas que un corazón humano puede entregarse).

Podría contar la historia de la beca de estudios que le financio a una joven vietnamita, o por qué era importante para mí eliminar una cortapisa, aunque no tenga la menor idea de cómo voy a pagar el año que viene mi alquiler.

Podría aclarar que considero la formación como un privilegio precioso que uno debe valorar y no despreciar desconsideradamente, porque, como siempre decía mi abuela, es la única posesión del hombre que nadie puede quitarte.

Podría hablar sobre la fortaleza de la literatura, y sobre cuánta esperanza cabe en una historia.

Todas estas respuestas me superarían, y serían con toda probabilidad justo lo que se esperaría de una autora parcialmente establecida como tal. Sin embargo, la verdad es que estas cosas son con toda certeza parte de mi vida, lo que mejor define mi vida del abanico “Trabajo, Familia, Activismo, Co-gestión, Música, Literatura, Formación…” son precisamente los puntos suspensivos al final de la frase.

Desde que vivo de la escritura, evito contarle a desconocidos cuál es mi profesión. Soy absolutamente vanidosa en lo que se refiere a mis creaciones y me puede escocer mucho que alguien no valore mis libros, pero no lo hago por esto. Es más bien por la sonrisa soñadora y romántica que suelen mostrar los demás cuando oyen que soy escritora. Algunos apoyan incluso la barbilla en su mano y suspiran admirados. Estoy cansada de aclararles lo plúmbeo que realmente resulta escribir. Que es solitario, agotador y obsesivo. Que la mayor parte del tiempo uno no está inspirado ni con ganas de ponerse ante el teclado, sino rodeado de dudas: sobre la disciplina, sobre la estructura, sobre el sentido. Pero sobre todo, sobre el valor. El valor de no catalogar las ideas propias como estupideces y ni paralelizar hacia nosotros mismos. El valor de encontrar la confianza en lo que uno hace, de evitar cada día la automutilación, de no entregarse sin resistencia a la procrastinación; todo esto tiene poco que ver con la diversión o el placer. Es un trabajo duro. Quizá el verdadero trabajo de un escritor.

Esta lucha contra las dudas, las debilidades y los miedos, es lo que verdaderamente define mi vida. A menudo es inaguantable. Esperar otra cosa sería falso.

Pero eso no puede contarlo nadie…

Traducción:

Ralph del Valle

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