Una tierna convicencia

Mi nombre es María Medrano, nací y vivo en Buenos Aires, Argentina. Soy poeta y editora de un pequeño sello editorial llamado Voy a Salir y si me hiere un Rayo, dedicado a la difusión de la poesía contemporánea latinoamericana. Con el mismo nombre funciona una distribuidora de editoriales independientes que llevamos adelante con una amiga hace muchos años. Nuestros libros llegan a más de sesenta librerías de Buenos Aires y del interior del país. ¡Las Voy a Salir… somos las delears de la poesía argentina!

También soy peluquera autodidacta, muchos poetas pasaron por mis tijeras y estoy pensando en abrir un localcito…. “María Medrano: poeta y peluquera”, no está mal. Me imagino los cortes más poéticos, más punkis, más malditos, cortes románticos, surrealistas, objetivistas… colgaría un cartel gigante de neón, en fucsia o bermellón, y sonarían boleros y cumbias de fondo, también algo más darki para los más extremos, haríamos lecturas con corte en vivo y convites… Estilo Rimbaud, estilo Beckett, estilo Moore, estilo Pizarnik… yo creo que sería un buen negocio, ¡si acá todo el mundo escribe poesía y quiere parecerse a otro!

A los 20 años entré a trabajar en Tribunales (nada menos glamoroso). Ahí conocí a una chica rusa, llamémosla E.
E. cayó detenida y yo, como escribiente del juzgado, debía tomarle declaración indagatoria. Nunca me sentí tan fuera de lugar, tan desubicada, tan sin mi lugar en el mundo.

El fin de semana siguiente a la indagatoria fui a visitarla al penal, y de ahí en más, durante tres años y seis meses la visité cada fin de semana, no falté ni uno. Ahora ella, es una gran amiga y es parte de mi vida, de mis afectos, y es de alguna manera la “culpable” de haberme hecho conocer una parte del mundo (el mismo que habitaba y desconocía) y plantó una semillita a partir de la cual nació un proyecto increíble, que hoy comparto con un grupo de mujeres fantásticas. El proyecto, que empezó en el año 2002 con un taller de poesía que coordino hasta el día de hoy, se transformó en una organización que se llama Yonofui (www.yonofui.org.ar)

Con E. aprendí muchas cosas, escribí un libro a partir de nuestro encuentro: Unidad 3 y además me pasó unos tips de peluquería impresionantes que aprendió en un taller en la cárcel.

Hoy Yonofui, es un modelo de empresa social cuya base se asienta en una búsqueda estética y de transformación social a través de la capacitación en artes y oficios y del trabajo autogestivo. Enfoca su trabajo en las mujeres privadas de libertad y en aquellas que ya la recuperaron.

Los talleres funcionan en las cárceles, y afuera, en un espacio en la ciudad, en un predio municipal que fue recuperado por los vecinos en la famosa crisis del 2001 y que bautizaron Asamblea de Palermo, en pleno auge del surgimiento asambleario. En el fondo hay un árbol de palta hermoso, ahí tenemos nuestros talleres de serigrafía, encuadernación, fotografía, poesía y diseño textil donde vienen las mujeres que están con el régimen de pre libertad, es decir que vienen desde el penal a pasar el día al taller, y después vuelven a la cárcel.

Yonofui es un espacio donde más allá de todo, lo que nos proponemos es un cambio en la manera de relacionarnos entre las personas, de relacionarnos con el trabajo y con el dinero… y revalorizar el cooperativismo, sí, aunque nos digan que ya fue, que eso es demodé, que somos unas hippies… creemos que es posible una construcción más amorosa entre las personas.

Y así, mis días son una mezcla de actividades que tienen que ver con Yonofui y con Voy a Salir…Desde ir a las cárceles dos o tres veces por semana, a las librerías, a los juzgados, a los talleres, a organizar eventos, lecturas de poesía y ferias, reuniones serias con gente seria, reuniones con artistas mucho más divertidas.

A veces agarro la bici y pedaleo y pedaleo, esquivo bondis, taxis, millones de autos que llenan el aire de negrura y pienso que voy a levantar vuelo… como E.T. y que me voy a ir bien lejos de todo esto. Pero después bajo, y me doy cuenta que estoy metida hasta la médula en cada una de las cosas que hago… y me agarro a la tierra… y estoy bien, contenta de sentir el viento en mi cara.

Otras veces la gente te pregunta sobre lo que hacés y uno se da cuenta de que te miran con una cara como diciendo “y estos todavía piensan que pueden cambiar algo…”

Creo que hoy la militancia, y como reescritura misma de ese concepto, al menos para la gente de mi generación, pasa por ahí: por la reunión con personas que comparten ciertos intereses, por una visión y acción verdaderamente pluralista, por proyectos con alto compromiso cooperativista que proponen algún cambio en las relaciones entre las personas.

Si, es verdad que el ser humano es peor que el gas lacrimógeno, pero podemos ser un poquito mejor…

2 comentarios sobre 'Una tierna convicencia'

  1. Gabriel Calderón dice:

    María, un beso un saludo, muy lindo volver a estar en contacto , aunque sea virtual
    beso

  2. Tilsa Otta dice:

    admiro tus proyectos maría, tienen mucho amor y compromiso, te elevan de un modo terrestre.
    espero que algún día me cortes el pelo… siempre tengo la fantasía de hacerme algo tipo ana curra, algo punki… ya nos volveremos a ver. un beso
    http://blog.alolatino.de/latino/paises/espana/ana-curra-una-noche-sin-ti-video/