Burlar a Pilatos

Se llama Fernando Barrientos pero casi todos le dicen Flaco. Nació en el carnaval de 1977, justo cuando la televisión a colores había llegado a Tarija, transformándola en una aldea aún más telenovelesca. Cree recordar el momento exacto, a sus cuatro años, en el que le tomaron una fotografía que está ampliada y colgada en la pared de la casa familiar y en tamaño normal en su pasaporte a la infancia. En 1986, casi al amanecer de de una jornada rara, vio pasar el cometa Halley. Cuando tenía doce años compró sus primeros discos y se aficionó a la violencia de la música. Luego de abandonar a los dieciocho años, su dogmática militancia en la insignificante escena metalera, por la que se desgañitaba la garganta, anduvo un poco dubitativo pensando dónde depositar su frenesí pandillero.

Por curiosear en un cuartucho con un letrero ininteligible del que salía humo conoció a unos cuantos sujetos excéntricos que lo adoptaron, pero luego se escapó a La Paz para estudiar sociología y se libró de ellos por un breve período. En 2000, como si fuera un aparato afectado por el efecto Y2K, sufrió una nueva crisis y se encerró a leer, desacomodó el tiempo y luego empezó a escribir algunos textos breves publicados luego en los libros Memoria de lo que vendrá, Conductas erráticas, y otras antologías, diarios y revistas. Hablar en tercera persona le sirve de terapia.

Ha revisado cada uno de sus atributos y defectos y prefiere caminar liviano, por el momento. Otra metamorfosis, más inesperada lo convirtió en editor (un oficio en el que no se gana pero se goza) de Editorial El Cuervo en 2008. Se enorgullece como un pavo real de los 3 libros de los que hasta ahora ha sido editor: Cuaderno de sombra de Julio Barriga; Diario de Maximiliano Barrientos y Vacaciones permanentes de Liliana Colanzi. Está enamorado de miss Tailandia. Este año piensa publicar 3 libros más y burlar a Pilatos.

2 comentarios sobre 'Burlar a Pilatos'

  1. “In der dritten Person Singular zu sprechen, ist für ihn eine Art Therapie.”

    Fernando, bei mir war es auch so, jetzt finde ich es therapeutisch, die erste Person Singular zu verwenden. Anfang des 20. Jahrhunderts hatten viele der “modernen” Europäer den Hang, in der ersten Person Plural zu sprechen und zu schreiben. In jedem System steckt ein Rückzugsversuch, sogar im offensiven Ich. Es gibt kein Entkommen ;-). Herzlich, Emma

    Spandeutsch (Anne):

    “Hablar en tercera persona le sirve de terapia.”

    “Fernando, en mi caso también fue así, ahora me sirve de terapia hablar en primer persona. Al principio del siglo XX muchos europeos “modernos” tenían la tendencia de hablar y escribir en primera persona plural. En todo sistema se esconde un intento de retirada, incluso en el yo ofensivo. No hay escape 😉 Afectuosamente, Emma”