Cuerpo – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Hombres como yo http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/manner-wie-ich/ Mon, 06 Jun 2011 07:00:44 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4010 A continuación: El mail ficticio de un hombre, llamémoslo Dominique Strauss-Kahn, a su mujer. Un mail plagado de hechos actuales, el cual no pretende evaluar ni juzgar, pues la jurista en mí aprendió que la presunción de inocencia en el área de derecho penal es algo de mucha valía. Mi texto es entonces una denuncia abstracta a los razonamientos y declaraciones que reducen los delitos sexuales a “affaires sexuales”. En todo caso una denuncia, cuyo contenido debería volverse parte del debate.

Anne:

Mi querida. Tú te convertiste en parte de mi pesadilla, a pesar de ser la única que en realidad nunca se lo merecía. Lo que haces por mí es de incalculable valor. Te lo agradezco y te prometo que esa joven no nos abatirá ni nos llevará a la ruina social. Es sólo una jovencita Anne, no lo olvides.

Algo que valoro mucho de ti son la franqueza y la fuerza en tu proceder, y sé que quieres que sea yo quien te diga cómo algo así pudo haber sucedido, cómo fue que esto pudo llegar tan lejos. Anne, yo quisiera ser igualmente franco, por eso te pido que leas mi declaración y que sigas siendo la leona al lado de ese hombre que tanto ha logrado, tan lejos ha viajado y que nunca olvida cuánto significas para él.

Sé que puedo haber cometido errores y lamento que todo haya ido tan lejos, que tú ahora cargues con ellos, que te toque asumirlos. Lo lamento, pero, tú sabes, esa chica en ese momento estaba en el lugar correcto a la hora correcta, aunque unas horas más tarde todo eso haya podido convertirse en un error. Los días eran difíciles, las noches en las frías mesas de conferencia muy largas, y tú, demasiado lejos, tan lejos como muy a menudo lo estás. Pero en esas noches estábamos escribiendo historia, así como en aquel tiempo en el que impedíamos crisis y el mundo se unificaba. Los hombres como yo Anne, toman lo que necesitan. Demasiadas veces la mejor taza de café era para mí, demasiadas veces recibí exactamente lo que necesitaba, cosas así como esos pequeños extras en el hotel en cuestión. No tengo que explicarte lo que significa. Es sólo sexo, Anna, y la chica seguro lo necesitaba tanto como yo. Una mujer de tu talla lo necesita tanto como yo. Ella a lo mejor no estaba segura y se quería hacer rogar. A lo mejor en ese momento no lo deseaba, pero yo no podía permitir que ese pequeño sujeto bello e insignificante me niegue lo que busco. Lo que  le hice fue un favor, y de todo eso se me atribuye ahora injustamente un escándalo.

Me podrán llamar perseverante, y hasta excéntrico tal vez. Se puede decir de mí que aprecio demasiado a las mujeres hermosas (eres y serás siempre la única). Pero no puedo permitir que una jovencita insignificante que se resistió un poco a unos cuantos minutos de diversión, acabe con mi reputación.

Me cuesta trabajo entender cómo algo tan trivial en la vida de un hombre que estaba a punto de abrirle a su esposa las puertas del Palacio del Elíseo, pueda, por las declaraciones de una joven insignificante, echar abajo todos sus planes. El camino que tan temprano decidí recorrer no ha sido el más fácil, y me acordaré de estos últimos días como los más decepcionantes de mi carrera, me acordaré del alboroto que ocasionan la envidia y la ignorancia. Pero así no sean las puertas del Palacio del Elíseo, serán otras las puertas mi querida Anne, las que juntos abriremos, te lo prometo. Mi pequeño descuido hace que todos nuestros logros sean puestos bajo una luz mortecina que no se merecen. Sólo me queda repetir cuanto lo siento.

Dominique.

Traducido por: Adriana Redondo

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Experimento de escritura colectiva rápida http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/experiment-im-kollaborativen-schnellschreiben/ Tue, 26 Apr 2011 17:05:10 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=3605 Estamos sentadas, cada una en un extremo de la conección de internet. Esta vez ni si quiera estamos en la misma ciudad e intentamos, a partir de lo aprendido y de lo vivido el año pasado, llevar adelante una conversación online, que nos permita mirar el nuevo anio de Los Superdemokraticos que empieza. Este es el resultado de nuetro Chat:

El año pasado dijimos a menudo: „Alá esta con nosotros!”. Aprendimos que las ideas no tienen límites, aunque nosotras sí nos tropecemos frecuentemente con nuestros propios límites. Les agradecemos a todos los que depositaron su confianza en nosotros, sin su apoyo la Bundeszentrale für politische Bildung (Agencia Federal para la Formación Política) no nos hubiera dado un año más su apoyo.
En el 2010 sacamos un libro a partir de los más de 200 ensayos cortos de este blog en el que escribieron autores y autoras muy diversos. Ahora ya lo sabemos: las ideas crecen con el creer, creer es como un fertilizante. Y blogear es como orar, solo que en vez de acostarse uno se sienta. Los Blogs se dirigen a una persona imaginaria, por un motivo en concreto. En ellos se quiere dejar salir algo, desahogarse con alguien. Si hay algo que desearíamos sería trabajar como en una gran cocina, mano a mano preparando algo delicioso, y compartirlo con otros. Probarlo juntos. ¡Por la hospitalidad digital!

Pertenecemos a una generación que quizás no piensa distinto, pero que definitivamente se comunica de otra manera que las generaciones anteriores, sobretodo más directa, porque en la red la amabilidad es superflua y uno encuentra a las personas que uno busca cuando habla sinceramente. Con un registro de conversación. Uno habla con „amigos anónimos“, ofrece conversaciones. Y estas son incluso grabadas.

Ese es el principio del muro en Facebook, el llamado wall. También el de los mails que quedan guardados. Uno se puede remitir a lo que se dijo. Redes sociales, chats, blogs, emails de ida y vuelta tienen algo en común y es que contienen pensamientos escritos rápidamente. Que pueden convertirnos en testigos, como ante un diario abierto. Lo que la gente publica y comenta, nos habla sobre quienes son. No obstante solo podemos leer ciertas cosas, sobretodo lo que salta a la vista, como su opinión frente a algo o sus intereses, los periódicos que lee, el gusto en la música, los grupos de amigos. ¿Qué hacemos con los puntos ciegos?

Desde mayo del 2011 en el blog queremos seguir descubriendo lo cegado, la terra ignota entre tú y yo. En los meses que vienen seguimos avanzando con ustedes para ser pioneros de la nanotecnología. Sobre el tema que cambia cada mes LSD publica textos, caricaturas de Chicks on Comics, cuadros de artistas amigos, videos, música. Nosotros estaremos al tanto de lo que mueve a nuestro grupo en Facebook.

Si tu también perteneces a esta sociedad del ipod, iphone, ipad, I/ich/yo, la cual puede ser parte de una comunidad, solo si puede ser absolutamente YO, entonces libérate y vuélvete parte de la YOU-topía. Aquí desparecen los yos detrás de sus ideas. Esto funciona asociativamente porque lo privado y lo público se mezclan permanentemente: “Yo puedo hablar sobre Libia y luego subir una canción que exprese mi pena de amor o mi felicidad porque algo bueno me acabó de pasar.” Tus partes públicas se activan allí, donde se quieran activar.

¡Se parte de nuestra experiencia grupal! La colaboración es hoy un prerrequisito para realmente poder exponer una opinión propia. Eso lo que anima, no estas solo/a. Pero acuérdate que dejas una huella en la red, pues vivimos como protestantes rigurosos, sin cortinas.

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Itinerario http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/reisefahrplan/ Wed, 08 Dec 2010 19:07:15 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=3371

Desde la cama se ve la humedad que acaricia el cristal de la ventana del cuarto en el despertar del día. La nieve quiere entrar a saludar, solo la frena el calor de la calefacción. No he dormido más de cuatro horas. Muchas ganas de levantarme no tengo, pero sin visa en el pasaporte sería todo mas complicado. Los diez pasos hasta el baño, la pasta y el cepillo de dientes, una cepillada rápida, la sensación de limpieza me llevan a ducharme, prolongando así el éxtasis y quitándome los olores del ayer, un ayer hostil. Todo esto con una buena canción para empezar el día y tomarme el primer vaso de agua. Los pensamientos se van convirtiendo en acción. Salir de la cama, los pasos, Bugge Wesseltoft con It’s snowing on my piano, la ducha, la toalla, el agua: la tranquilidad de las pequeñas cosas que apaciguan el alma. El reloj en cambio, no parece muy tranquilo y anuncia que ha pasado media hora. Has necesitado quince minutos más, para algo que deberías haber hecho en diez. No hay café. ¡Apúrate! ponte el pantalón más lindo con la camisa más linda, bufanda y abrigo. Hay que causar una buena impresión. No dejes de coger los papeles que dejaste preparados ayer y rectifica que estén todos nuevamente. Baja las escaleras corriendo, pero no te caigas, que no es momento para accidentes. Aire frío. Los pasos se van hundiendo en la nieve, ojala no olviden regar las piedrecitas que evitan que caigamos al suelo constantemente. ¿Tendré todos los papeles? La estación está a no más de cinco minutos. Caminar por Neukölln tiene su encanto. Por sus calles se pasea un  surrealismo derrotado que a mi me invita a rebelarme y es que Neukölln ostenta un barroquismo hiriente.

Andares.

Ya a las ocho de la mañana la panadería turca en la esquina de Selchower Straße, tiene unos cuantos inquilinos. Luego del acostumbrado hola con sonrisa tomo mi café y salgo rápido dirección Hermannstraße. Cien metros más allá, después de doblar a la izquierda ya estoy en el metro que llega en dos minutos. Cuando viajas en el metro ves la ciudad distinta, se ve en la mirada de su gente, en el vaivén de sus cuerpos, unos contra otros. La ves en el controlador de la BVG, el que no tiene Ticket, la muchacha que se va a la universidad, el tipo elegante y el montón de almas que ya no se amontonan frente a las puertas del purgatorio, sino frente al la puerta automática del Metro. En la Osloer Straße cambio de Metro al U-9 hasta la Amrumer Straße, dos estaciones más y ya casi llego. Un cartel anuncia la proximidad de mi destino: Ausländerbehörde nach rechts.

El edificio no invita a entrar, pero hay que hacerlo. A pesar de todo llegue trece minutos antes, así que puedo buscar la oficina con calma. Me oriento en los pequeños mapas que indican adonde debo dirigirme. Segundo piso a la derecha. Me siento en el primer salón de espera a mi izquierda y espero que en la pantalla salga mi número, por suerte tengo una cita que demoraron dos meses en darme. Saco el libro de turno, esta vez le toca  a la mil veces releídas Antología poética de Benedetti. Lo abro al azar y Benedetti me saca una sonrisa: me está pidiendo que no me salve. Como si fuera tan fácil… Se me acerca un hombre que debe tener entre 30 y 35 anos. Me pregunta si allí es para la B, le digo que si y se sienta a  mi lado. ¿Y tu de dónde eres? – me pregunta. De Cuba – respondo. ¡Oh, Cuba! Che Guevara… ensaya una sonrisa. ¡Bonito país! – agrega. Aunque yo no me pensaba nervioso, mi rostro parecía decir lo contrario, pues mi nuevo amigo continuo diciendo: No te preocupes, a los cubanos seguro les dan visa. Yo en cambio vengo del Líbano, a mi me hacen sudar más.

Un sonido me indica que un nuevo número será llamado. Es el mío. Me despido con una sonrisa y camino a la puerta 264. Benedetti me sigue diciendo que no me salve, que no me reserve del mundo un rincón feliz. Controlo mi rabia. Toco a la puerta y entro.

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No creo en despedidas http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/ich-glaube-nicht-an-abschiede/ Mon, 18 Oct 2010 01:00:30 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2981 Neue Sozialistische Kunst

(c) RH

No creo en despedidas. Ya he pensado en el siguiente blog, en poner en marcha un propio blog, ¿por qué no? Quizá acceda a otros planos, productivamenten, difusionalmente, social, económica, sexualmente. Muchos de las colegas a las que sigo (Nikola, Rery) y los colegas (Herndorf, Winkler, Melle, Glaser, Ambros Waibel) alimentan más o menos consecuentemente sus propios blogs. Como escenario para ensayos e instrumento de marketing, como cata de texto pública, que más tarde será publicada de otra manera (es decir a la manera antigua, en papel). Además pronto será el futuro.

No creo en las despedidas.

Me he sentido a gusto aquí.

La luz era clara, también era claro el nervio en el hombro descendiendo hasta la mano. El nervio enerva. Clara la belleza de las muchachas más lindas, aunque iluminara en cualquier dirección menos hacia mi. Ayer vi una película.

Antes de que pudiera quejarme, de que ella me había dejado por cuarta vez, estábamos en una iglesia arreglada, sobre el parqué de madera clara. Sin cruz, sin bancos, sin altar, nada. Entonces llegó la música y bailamos.

Todos nos abrazamos. Mario puso una canción para bailar. Todos llevábamos gafas de sol. Tengo el derecho de hacerte saltar. El presidente anorexico nos abrazó, los sindicatos nos hablaron, las mujeres no querían nada y nosotros todavía tampoco, pero las invitaciones se sucedían desde todas partes del mundo.

Gracias a nosotros algún día los partidos de fútbol serán eliminados.

Tengamos fe en que hacemos lo correcto. Creamos que somos capaces de transmitir al mundo los deseos de nuestra clase. Creamos que un nuevo inicio será hecho.

Los nombres de los sobrevivientes

videos desde las profundidades, mensajes de sobrevivencia,

el se casará dentro de poco en un túnel intacto,

si es que ha ido a hacer joggen (taparse los oídos y correr lejos),

Foto: R. Hamann

El escríbia poemas a lo largo de días y se los enviaba a su mujer embarazada (quiero leerlos),

llevaba un diario de los sucesos desde el desastre (también),

él es fan de fútbol.

Su mujer ha anunciado que va a recibirlo con la camiseta de su equipo.

El jefe de los implícitos trajo estabilidad al grupo.

Mineros, compañeros, tuvieron siempre la mejor reputación entre los trabajadores. La gente sobre la basura no le interesa a nadie.

Distintas unidades se adelantes y se rodean entre ellas.

No me gustan las despedidas. Las cámaras nos apuntan, tomo a mis seres queridos entre brazos y digo, ya nos vemos. Si no es aquí en otro sitio.

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¡Me va bien en el año 2025! http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/es-geht-mir-gut-im-jahr-2025/ http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/es-geht-mir-gut-im-jahr-2025/#comments Tue, 17 Aug 2010 12:27:14 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=915 Hace cinco meses dejé de fumar definitivamente. Libre, tampoco había fumado mucho los años anteriores. Aquí y allá un cigarrillo en el sótano o en un banco solitario a la orilla del mar. En algún momento pero, empezó a parecerme tonto. Un banco a la orilla del mar también es bonito sin puchos, pensé y ¡también un sótano permanece sin ellos inconsolable!

Mi vida desde entonces ha cambiado substancialmente. Me levanto temprano, a las seis de la mañana. Me pongo mi buso deportivo metalizado, ando en bicicleta los veinte kilómetros que me separan del balneario. Siempre soy el primero. Totalmente solo, una cuña en medio de la piscina azul profundo. Dos horas más tarde, después de diez kilómetros chapoteando, salgo como un recién nacido del útero materno, pero a diferencia de un neonato no me ducho con agua tibia, sino con agua helada. Luego hago el camino de vuelta a casa como una maratón. La bicicleta la recogeré mañana cuando haga lo mismo a la inversa.

Cuando llego a casa vuelvo a ducharme, después de comer dos kilos de musli con frutos secos. A las cuatro de la tarde doy un paseo relajado por el campo. Después dedico mucho tiempo y cariño a la preparación de una ensalada vegetariana de carne. Para comer, llegan amigos de la iglesia comunitaria. Bebemos cerveza de trigo sin alcohol con isotopos y vitaminas y charlamos bien, con intensidad. Hablamos de humanidad y la crisis permanente de los socialdemócratas. A las nueve les pido a los amigos que me dejen solo. Después de embadurnarme de pies a cabeza con una crema grasienta, me meto en la cama, donde leo todavía dos capítulos de las memorias de Günther Jauch -político alemán representante de los movimientos sociales en la extinta RDA-. A las 22:30 apago la luz.

Así finiquito mi biografía y no puedo decir que sea algo que vaya a hacerme daño. Ahora también formo parte de una red de periódicos que visita a los niños en la escuela y los previene de los peligros de fumar. He recibido una libreta de la Asociación de Anti fumadores Alemana con folios para el reproyector en los que pueden verse piernas podridas, laringes cercenadas, pulmones blancos y negros. Me irritan los comentarios que lanzan los chicos de vez en cuando „que asco“ los pulmones blancos son por lo menos tan asquerosos como los negros. Intento no escucharlos.

Lo que no puedo dejar de escuchar (a pesar de que lo haría con gusto) es la voz de los amigos de antes. Me he vuelto„aburrido“, dicen, cuando tienen que „por un cigarrillo“ -como dicen ellos- que quedarse en la puerta. Me falta la capacidad para tener la mirada „en suspenso“ de los observadores y también la facultad de „unir“ cosas que de ninguna manera se pertenecen. Entiendo a esas personas tan poco, como me entiendo a mi mismo por pedirles que entren. Cierro la puerta y me dirijo a la sala donde sobre una estera, entreno mi Powerhous.

Aveces cuando me duermo en el intento, tengo sueños salvajes –uno que se repite constantemente trata de un país que existió hace muchos años, en el que hombres y mujeres estaban sentados en bares repletos de humo con cervezas, shots de vodka y otros espirituosos, entregándose lentamente a la tarea de auto destruirse. Noches tibias de verano en las que chicas y chicos bulliciosos recorren las calles estrechas, con botellas verdes en una mano y un cigarrillo en la otra. „chelas y puchos en cada mano, sólo por eso amo este país“, grita alguien en ese mundo de sueño, hasta que lo escucho. Lo miro a la cara y – me reconozco.

Despierto entonces bañado en sudor. Mi primer pensamiento es: espero no haber hablado muy alto. En una ocasión llego a venir la vecina del piso de abajo hasta mi puerta, una maestra, que cría sola a sus dos hijos: „solo era un sueño“, dije frente a su cara roja de ira. Por su puesto que tengo derecho a soñar lo que quiera, me dice, intentando contenerse. Pero por el bien de sus hijos tiene que poner mucha atención a que a su alrededor no se incite a la guerra o „cosas por el estilo“. Me disculpo y la invito a tomarse una cerveza de trigo sin alcohol con isotopos y vitaminas. La rechaza.

Dado que llevo varios meses sin pedir a gritos cigarrillos en mis sueños, mi vecina sigue mi evolución bondadosamente. A veces nos encontramos por la mañana en el balneario. Entonces partimos la piscina con dos cuñas equidistantes. Una vez, en el viaje a casa en bicicleta, le conté mi chiste de fumadores favorito: „en medio de la guerra se encuentra un fumador en la trinchera y fuma un cigarrillo -completamente visible para el enemigo-. Otro soldado lo previene: „no hagas eso, es peligroso“. El fumador sonríe y dice: „no te preocupes, no aspiro“. No fue capaz de reírse, pero en general nos entendemos muy bien.

Traducción: Rery Maldonado

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El cuerpo de Goliat http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/goliaths-korper/ http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/goliaths-korper/#comments Mon, 16 Aug 2010 15:06:43 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=738

São Paulo © Sabine Scho

„la ciudad es la boca/ el espacio“ empieza uno de sus poemas más famosos el poeta Thomas Kling, muerto demasiado pronto. La ciudad es el cuerpo, su boca: el laboratorio del idioma.

Con manhattan mundraum -área bucal de manhattan- encontré en 1996 el hocico capaz de meterse todo en la boca. Ahí nadie se arranca los dientes de oro del área dental y va a bailar, ahí alguno se mantuvo en la amalgama -“lleno mi boca/ espacio, estacas podridas, tu“ – el gobierno del azogue con el que recién se puede extraer el oro y la plata: „texto fundido/ y re-/fundido“.

Ahí uno escarbó los residuos, medio digeridos, hacia afuera de la mal iluminada área bucal: „artículos de opinión que de/ en los labs, el surco que separ, como/ palimpsesto. Como papel comestible.“

Cuando el arte muestra lo que pocos han visto todavía -como lo formulara Robert MusilThomas Kling mostró ese „lado sucio“, „la flema del uso“ del cazador de palabras y del versero, él sabía como liar y preparar el lenguaje de los cuerpos.

Hablamos del vino, que tiene cuerpo, uno conoce la física de los cuerpos sólidos, el cuerpo de las empresas constructoras, el esqueleto de acero.

La poderosamente cansada aglomeración de cuerpos, la mafia del concreto, concrete poetry, aliento ardiente, circulaciónn pulsante, cuerpos de resonancia, el afilador de tijeras con su tono de pito inconfundible, el camión de gas con su corta melodía, la ciudad habla, ronca, chasquea, gime, uno espera en cualquier momento que se libere de sus anclajes y se mueva hacia adelante. Me asiento sobre un gigante ahogado y tiemblo. Cada vez que toma aire termino en una situación difícil. Expira y caigo por las calles empinadas. La avenida paulista, la tira de botones de su camisa extendida.

Traducción: Rery Maldonado

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Decora tu funda mortal http://superdemokraticos.com/es/editorial/schmucke-deine-sterbende-hulle/ http://superdemokraticos.com/es/editorial/schmucke-deine-sterbende-hulle/#comments Sun, 15 Aug 2010 14:57:46 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=876

Sentir, pensar: Dibujo de René Descartes (Wikicommons).

Hace poco estaba sentada en la terraza de un café y a mi lado cuatro muchachas de veintipocos charlaban sobre hombres y tatuajes. Una de ellas acababa de conocer a un tipo que tenía una símbolo en la parte derecha del pecho. „Aquí“, y posó la mano extendida sobre su pecho, „¡aquí es el mejor lugar para tener un tatuaje!“ „Si“, respondieron las otras, „ese es el mejor lugar“. Hasta ahora no había pensado mucho en tatuajes. Hace diez años deseaba tener una estrella negra, pero justo entonces conocí a un hombre que tenía exactamente ese símbolo soñado por mi en el brazo y me enamoré de él. ¿En el hombre o en el tatuaje? ¿En el cuerpo o en el espíritu que él se había inventado? ¿Era posible separa una cosa de la otra?

Vivimos en un mundo que por un lado está fijado en el cuerpo (nuestros objetivos: mejor sexo, cuerpos más bonitos, publicidad llena de desnudos, penes más gordos, culos buenos) y que por el otro lado funciona fuera del cuerpo (escenas cotidianas: solteros que desayunan mientras leen sus mails, que leen E-papers, que se ponen de acuerdo para tomar un café por sms) ¿Cuándo somos espíritu, cuándo cuerpo? ¿Es el cuerpo „el otro“ con el que tengo que discutir, por qué estoy casada con él  por matrimonio forzoso? ¿Puedo aceptarlo únicamente en la muerte y abandonarlo (Lizabel Mónika) – o también es un poema, es el arte? ¿Somos simplemente „cuerpos desechables“ (María Medrano) o pueden reciclarse nuestros rostros? Qué manera de ser soy, qué extraterrestre soy, cuando yo pienso sobre mi: ¿me siento yo? Soy prisionero en mi cuerpo con todas mis debilidades, dolores, sufrimientos y fealdades (Fernando Barrientos, Luis Felipe Fabre) o puede el espíritu ser el entrenador de mi existencia física y así puede aspirar a ser independiente de la funda mortal que lo envuelve (Leo Felipe Campos)? La pregunta del dualismo entre cuerpo y espíritu recorre muchos de los textos de nuestros Superdemokraticos, así como el deseo. Reconocer sentimientos, el anhelo, la soledad. Dos de nuestras autoras alemanes Claudia Rusch y Emma Braslavsky se concentran sobre todo en la relación de poder de los cuerpos en su contexto social, en amistades masculinas y la independencia femenina- lo que Lizabel Monika deja dicho en su comentario: „dispareja feminización cultural“: El hombre reconoce su debilitamiento, pero de otra manera, ya que él no asume una responsabilidad cultural. ¿Quién coloniza a quien?

Los tatuajes así como los roles de género construidos han abandonado su contexto (cárcel, viaje marítimo, ritual, creencia), son parte de una cultura individual. Escribe con su propia gramática sobre la piel sin protección. Hoy no tenemos que comer del árbol el conocimiento para reconocer que estamos desnudos. Admiramos la manzana a diario. Quizá sea el idioma, las palabras, empaquetadas o no en soportes digitales, el amasijo de nuestra frágil unidad por fuera y por dentro. ¡Esa es la belleza de los pensamientos! Colgamos siempre de esa pluma de nuestro consciente, somos seres con alma y un nudo de nervios, lo queramos o no. El idioma estructura nuestra sensibilidad y la vivencia espiritual, con él somos capaces de tocar nuestro contexto y nos presentamos frente a otros cuerpos, otros ciudadanos. Ciudadanía es nuestro tercer tema y empezaremos con el esta semana.

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Descartables http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/espanol-descartables/ http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/espanol-descartables/#comments Fri, 13 Aug 2010 14:25:56 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=784 Sobre la última muestra del artista argentino Diego Bianchi

En la muestra “Ejercicios espirituales” Bianchi desparrama por la sala pedazos de cuerpos, torsos, extremidades, cuerpos desarticulados y chamuscados, salpicados de cemento, cabezas, marañas de pelos por el piso, el techo y por distintos lugares de la sala, que más que sala de arte parece una sala de torturas.

En muestras anteriores Bianchi (a quien considero uno de los artistas contemporáneos argentinos más interesantes) trabajó con objetos, recolectaba material descartable o descartado, básicamente basura, para crear instalaciones.

“Junté durante varios días objetos de la calle: cajas, bolsas, plásticos, papel, muebles, sillas rotas, tubos de luz, etcétera. Revisé cajones con antiguas pertenencias, conseguí telas, tuberías, vidrios rotos, maderas, mangueras, cables, hilos. Llevé telgopor, ramas, plantas, flyers, documentos, facturas vencidas, fotos, casetes, disquetes, revistas, sábanas, remeras. Utilicé todos los almohadones de la sala, sillas de jardín, dos cuadros de Fernanda Laguna, puertas, sillas de plásticos, el teléfono, la mesa, la escalera y los bancos… Una vez que todo estaba allí empecé a girar con todo esto alrededor de la columna, comencé a mezclar las cosas, retorcí, até y enrosqué…” (Diego Bianchi, sobre la instalación “Daño” en la galería Belleza y Felicidad).

Lo que tortura y retuerce en esta muestra, no son objetos, son cuerpos o cuerpos-objetos. Esto me resultó sumamente poderoso… cómo esos objetos, torturados, llamados cuerpos, son manipulados, forzados y cómo sobre ellos el poder de otros cuerpos se impone. En este pasaje de las cosas al cuerpo y de la instalación a la escultura, los objetos ahora son esculpidos, formados y esos objetos son cuerpos… también desechables.

Porque estos cuerpos, como decía Fabre en su artículo, están bajo una dictadura de la moda y bajo una dictadura de las comunicaciones que nos hacen creer que somos libres, que elegimos… cuando todo está manipulado. Entonces, está bien seguir hablando de la “docilidad” de los cuerpos.

Y esa docilidad del material, que para Bianchi puede ser sometida, utilizada, transformada y perfeccionada, como los cuerpos, hablan de una coerción constante que vela sobre los procesos de la actividad más que sobre su resultado.

Aquel poder disciplinario y de control, del que hablaba Foucault, en estos tiempos globalizados profundiza un castigo silencioso que opera con la finalidad de producir cuerpos domesticados, utilizables y descartables.

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Pedazos de cuerpo http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/espanol-pedazos-de-cuerpo/ http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/espanol-pedazos-de-cuerpo/#comments Fri, 13 Aug 2010 08:02:21 +0000 http://superdemokraticos.com/espanol-pedazos-de-cuerpo/

No siempre entiendo a mi cuerpo. En la adolescencia le prestaba casi toda mi atención a los traumáticos cambios que estaban convirtiendo, sin preaviso ni mi consentimiento, mi cuerpo en una entidad misteriosa y que yo no alcanzaba a controlar. También se daban otros cambios, invisibles, pero yo no les hacía demasiado caso. Luego de tanto terror un día empecé a tener la esperanza de que en algún momento los cambios cesarían y que mi delgado cuerpo se haría atlético. Sigo esperando.

*

Cuando descubrí que también mi cuerpo era un espacio para la expresión comencé a tratar de alterarlo y revestirlo de sencillas prótesis para decir cosas que no me atrevía verbalmente. Y sobre todo, hacer de mi propio cuerpo un templo dedicado a venerar la juventud (el Ferdydurke es mi héroe). Pero el cuerpo es un reloj caprichoso y los espejos no mienten.

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El esternón hundido, las piernas muy delgadas, la nariz de boxeador, el mentón partido, los brazos demasiado largos, lunares y cicatrices varias. Un mínimo espacio imperfecto en el que legislo yo.

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Quería invertir la recomendación mens sana in corpore sano. Cultivar mi “mente” para perfeccionar el cuerpo. Ejercicios mentales que fortalecieran mis músculos. Con el tiempo descubrí que el cuerpo habla por su cuenta y dice lo que quiere: habla con la voz fuerte del deseo.

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Cuerpos locos en mentes perturbadas: veo La Mosca de Cronenberg como una adaptación libre y actualizada de La Metamorfosis de Kafka.

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En este mundo dualista ningún alma logra saltar sobre su cuerpo. Nadie entiende del todo su propio escenario de las pulsiones, su territorio de la enfermedad, su archivo incontrolable. Víctimas y verdugos del dolor y del placer, víctimas de somatizaciones colectivas.

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Cutters, autopornógrafos, transformistas: reos en la estrecha prisión del cuerpo.

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En la adolescencia pensaba que algún rato mi cuerpo iba a alcanzar su estado inalterable y definitivo. Ahora sé que la pubertad no acaba nunca.

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El cuerpo del otro http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/der-korper-des-anderen/ Thu, 12 Aug 2010 18:07:07 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=809

A mis trece años, luego de una debacle estilística en el fútbol, decidí que quería ser boxeador. Creía, nunca llegaré a saber si estaba en lo cierto, que contaba con un arma maciza y poderosa que el resto de mis oponentes no tendría: la inteligencia, la velocidad de pensamiento. En un campo de juego leer al equipo contrario es importante, pero la cintura, la precisión en la patada, la fuerza en el salto, la rapidez y las piernas junto a la pelota son fundamentales. Así que opté por lo tercero que más me gustaba, después de las mujeres: La pelea. Utilizaría lo mejor de la pequeña geografía de mi cuerpo, el cerebro, para derrotar al que se atreviera a enguantarse frente a mí. Por supuesto, también practicaba con mis amigos, nos molíamos a puños todas las semanas y no me iba tan mal. Mis brazos lucían largos y los huesos de mis nudillos estaban afilados. Todavía no asomaba esta curva abdominal que hoy despunta de forma grosera y me define, ni mi madre me había aclarado con una cara que hubiera hecho palidecer al mismísimo Sugar Rey Leonard, que primero me compraba una moto para que mi muerte cerebral en un accidente fuera más rápida, antes que dejarme boxear.

Así que me fui a estudiar a Caracas mientras algo se me ocurría y volvió a aparecer mi cuerpo. Le dieron una paliza a uno de mis mejores amigos por intentar defenderme y a la siguiente semana, luego de una audición espantosa, la directora del grupo de teatro de la universidad, junto a una sarta de inexpertos en materia de actuación, decidió aceptarme. Estuve cuatro años intentando aprender, en vano, que podía respirar mejor, que cada uno de mis órganos tenía un sentido y que podía dirigir –y digerir– las emociones a mi antojo, para encarnar personajes y situaciones según la conveniencia del caso. Nunca más volví a pelear.

Lo que son las cosas, mi despedida de ese grupo teatral se dio con la representación fallida de un boxeador. La obra era una adaptación de Poderosa Afrodita, la película de Woody Allen, y jamás llegué al estreno por motivos que ahora no recuerdo. Habían pasado apenas seis o siete años desde mi deseo abandonado por golpear sacos y saltar cuerdas, y hasta entonces había aprendido algunas cosas, más cerca del lenguaje y sus poderes, del cuerpo y su poder, de mi futuro y una nueva utilización del lenguaje y el cuerpo, incluyendo la voz, mis dos instrumentos favoritos, que me hacían pensar en que la mujer, aquello que me gustaba menos que el fútbol, pero más que el boxeo, debía conocer de cerca y de la mejor manera. Como si dirigir las emociones de mi cuerpo y proyectarlas, hacerlas en la humanidad de otra persona, fuera algo realmente posible.

Hoy he abandonado el teatro y aunque soy capaz de mirar una pelea de boxeo hasta el último round y acelerar mi respiración sin apostar, no me interesa en lo más mínimo acercarme a un ensogado. He intentado aproximarme al Yoga, a la meditación, volver al fútbol como un aficionado toca su instrumento a solas, he hablado delante de miles de personas, he hecho el amor con decenas de mujeres, me he lesionado en accidentes de tránsito, en accidentes con copas, en accidentes tontos, he caminado kilómetros para conocer mejor un lugar, he bailado salsa en muchos locales y me he convencido de que el cerebro es importante, pero es el cuerpo en su conjunto lo que resulta fundamental.

Sin embargo, y me perdonan la cursilería, el desarrollo del tema es libre y a veces no es posible dirigir –y digerir– los sentimientos del cuerpo: no fue si no hasta que miré a mi hija respirar, detenidamente, una y otra vez, y me detuve en su abdomen, que se hinchaba y se desinflaba tantas veces por minuto, cuando entendí la importancia de ese poder que tienen la carne, los músculos, la sangre, los huesos, y la sutileza que esconden. Describirlo me resulta humanamente imposible, pero juro que me ha hecho llorar en par de ocasiones, algo que no pasó ni con los combates más salvajes en los que me tocó participar, ni con la mejor de mis actuaciones en el teatro.

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