Violencia – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 El querido trapo http://superdemokraticos.com/es/themen/gewalt/das-liebe-putztuch/ Wed, 31 Aug 2011 06:48:39 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4648

Aquí presentamos: Al querido trapo

(c) Ulla Loge

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Desechos leche de máquinas http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/maschinenmilchmull/ http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/maschinenmilchmull/#comments Mon, 29 Aug 2011 07:00:40 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4965 Siguiendo a Heiner Müller

Cuando ellos caminen por su cuarto con un cuchillo de carnicero en la mano, ustedes sabrán la verdad.

Amparado en acero fino, concreto de vidrio, Hartz IV*. Detrás mi repugnancia. Ella es un privilegio. Yo soy un privilegiado porque tengo tiempo para escribir este ensayo. Nosotros ya tuvimos nuestra revolución en 1989, así haya sido solo una contrarrevolución; ahora hagan ustedes la suya. En la soledad de un aeropuerto espiro. Mi reino por un asesino es H&M. Carcajadas en barrigas de muertos. La dignidad asfixia las esperanzas de cada generación en sangre, cobardía y estupidez. El cuerpo humillado de las mujeres. Todo sin la dignidad del cuchillo, de la llave de golpe de acero, del puño. En pocas palabras: pobreza sin dignidad. Una Alexanderplatz sobre-edificada, para que un 1989 no se repita. Rostros con cicatrices de la batalla del consumismo. Un carro de guerra centellea por una valla publicitaria, yo voy por las calles, tiendas de descuentos…donde los poderosos nunca ponen un pie. La repugnancia de cada día por la lucha por un puesto, por los votos, por las cuentas bancarias. La repugnancia de cada día grabada en las fachas de los hombres de acción. La repulsa pulsa por las mentiras en las que se cree. Las mentiras que vienen de los mentirosos, de nadie más. Las mentiras en las que se cree. Pues tu o mi repugnancia no son nada. Danos, pero no hoy, nuestro asesinato de cada día. Danos hoy, ya mismo, como un interruptor, nuestro asesinato de cada día. ¿Cómo se deletrea “comodidad”?. La repugnancia pegada a la palabrería del  Power-Point-Alemán en la radio, que fija 8 a 12 horas de jornada de trabajo,  pegada a la alegría por decreto en las fiestas de fans del mundial en Alemania (también llamadas Public Viewing, que en USA significa el velorio público de un muerto). La repugnancia pegada a la televisión, al Internet, que esta compuesto solo por arañas y moscas, nada más. La repulsa pulsa por todo lo que esta por venir.

Unido a mi unificado Yo, me voy a casa a matar el tiempo. Los zombis disecados en los pornos no mueven ni una mano. En sus vaginas se pudren los penes. Las redes sociales son la coartada de una generación que es tan cobarde que no se atreve a llevar a la calle, eso a lo que se le llama protesta. Los poetas subieron sus rostros al perfil del usuario, a su cuenta de usuario.

Los volúmenes de poesía se perdieron. Flema de palabras secretadas en mi insonorizada ampolla de historietas. Respirando calmada detrás de unas puertas de ala de gaviota, sangrando entre el montón, mi poesía no se ha vendido. Yo soy el banco de datos. Mis Yos poéticos son saliva y escupitajo, cuchillo y herida, diente y garganta, cuello y soga. Yo atiborro mi computador con mis datos. Yo soy mi prisionero.

A la llamada por más libertad, se lanza el grito por la caída del gobierno. En el balcón de un edificio gubernamental un hombre con un vestido mal ajustado, habla tanto hasta que la primera piedra lo golpea y le toca retirarse, a él también, detrás de la puerta de cristal antibalas. Se arman grupos, sus voceros se levantan. Cuando el tren se acerca al barrio de gobierno, se queda quieto frente a un acordonamiento policial. Algunos policías, si están atravesados en el camino, son arrastrados a la orilla de la calle. Marcha lenta de la cámara de un móvil por una calle de una vía hasta un parqueadero irrevocable, reubicado por peatones armados. La calle le pertenece a los peatones, durante el tiempo de trabajo y en contra de las normas de tráfico. La sublevación siempre comienza con un paseo. Mi poesía, si todavía se vendiera, se vendería en tiempos de sublevación. Tras la caída de las metáforas viene, después de un tiempo prudencial, la sublevación.

Yo no soy H&M. Yo no compro ahí. Yo ya no me inscribo, ni escribo… en una poesía que ya ni a mi me interesa. A mi alrededor, y sin preguntarme, se levantan viejas fachadas. De gente a la que mi poesía nunca le interesó, para gente, a la que nunca le va a importar nada. Una sociedad envejecida nunca se ha enfrentado con la muerte. La añoranza por la monarquía se levanta en forma de castillo urbano.

Vestido de sangre salgo a la calle. Desentierro el reloj de mi pecho, que era mi corazón. Lanzo mi ropa al fuego. Le prendo fuego a mi cárcel.

Traducido por: Natalia Guzmán Díaz

*Nota de traducción: Hartz IV es un nombre que se da a las recomendaciones surgidas de una comisión para las reformas del mercado laboral alemán en 2002. La IV reforma empezó el 1 de enero de 2005. Popularmente se usa este nombre para hablar de las personas que reciben seguro de desempleo del social por un largo periodo de tiempo.
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Transformación http://superdemokraticos.com/es/themen/gewalt/verwandlung/ Thu, 25 Aug 2011 09:10:43 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4618

 

Julia Cameron recomienda: Transforma los malos propósitos en buenos: “Tienes que ser perfecto”…“No, ¡para nada!”

(c) Ulla Loge

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Poemas para la guerrilla http://superdemokraticos.com/es/themen/gewalt/gedichte-fur-die-guerilla/ Wed, 24 Aug 2011 15:07:39 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4956

Primero alegría, después incertidumbre, y por último miedo. Cuando recibí el e-mail del Instituto Goethe en el que me invitan al Festival de Poesía en Medellín, casi me muero de la felicidad. Después me llegó la incertidumbre: Colombia. Luego el miedo: Colombia. Por su pasado Colombia sobresale con una sombra enorme, negra carbón de lo sombría. Mi abuelita también tiene miedo. Le digo: “Abuelita, ahora allá ya no es tan peligroso.” Yo mismo no me creo ni la mitad de lo que digo, y si es por lo que dice su cara, mi abuelita me cree como tres cuartos.

Y después me encuentro en la niebla de mi jet lag en pleno lobby del Gran Hotel de Medellín. Todos mis miedos se han disipado y el director adjunto del festival me abraza de manera generosa y franca. Al siguiente día, después de dejar una gran parte del jet lag en la cama del hotel, puedo ver claramente lo que el poeta Hans Magnus Enzensberger quería decir cuando en un artículo para la revista “Du” (en español: Tú) escribió: El milagro de Medellín.

El Festival Internacional de Poesía de Medellín es probablemente el más singular de todos los festivales de poesía y al mismo tiempo, sobre todo por su historia, un pequeño milagro. Cuando el poeta Fernando Rendón creó el festival en 1991, la espiral de la violencia en Colombia había girado a tal punto en el que se pensaba que no podía seguir estrechándose más. La creación del festival fue un acto de desesperación y liberación. Las posibilidades eran rendirse o poner resistencia. Fernando puso resistencia, no, mejor dicho puso la poesía como resistencia. Cuando muchos no salían de casa al ocaso, éste organizaba lecturas siempre gratuitas, a menudo al aire libre y en todas partes de la ciudad y sus alrededores. Hasta en los lugares en los que había ocurrido antes un bombardeo. Leían públicamente y a la buena de Dios. A la final nunca les pasó nada, lo que los llenó de muchísima esperanza.  La violencia es entretanto casi sólo un mito.

Entre los casi 90 escritores de 50 países diferentes impera un atmósfera muy especial. Somos más como familia o amigos que colegas. El público en Medellín es además como un regalo del que no me siento merecedor. Los ojos ardientes de agradecimiento en contraste con mi sensación de no haber dado en realidad mucho por lo que alguien pudiera estar agradecido. Sólo un par de poemas apenas traducibles y un preámbulo en español.

En Medellín todo parece haber vuelto a la calma. Ya casi nunca me siento en peligro. De vez en cuando salgo por las noches en compañía de algunos colombianos y nos sentamos a tomar cerveza en alguna fuente. Estos me explicaron que los carteles se habían repartido los barrios entre ellos y mientras todo permaneciera de esta forma, reinaría la calma. Pero esta paz no le salió gratis. A Colombia la paz le ha costado y sigue costándole mucho. Y este hecho se hace sentir con frecuencia.  El número de muertos a bala este año a manos del Ejército varía dependiendo a quien le pregunte. Pero lo que más me aterroriza es la  extraña conexión entre ejército y religión que a veces uno encuentra en Colombia.

Cierta vez un viento arrastró un ruido estrepitoso y vibrante hasta la puerta de mi balcón algo así como música de marcha. Arrastrado hasta la calle, me encuentro dos manzanas más adelante con un enorme desfile. Allí hay soldados y figuras de santos, y una banda militar considerablemente grande interpreta “Sound of Silence.” Casi todos los presentes agitan banderas con la imagen de Jesús. Alguien me dice que están celebrando algo así como el día del sagrado corazón y me horrorizo.

En la autopista a Bogotá hay un aviso en donde aparecen un camión sobre el cual levita la virgen María, y un helicóptero de combate armado hasta los dientes. “Lo protegemos”. Me horrorizo aun más.

En el bar del hotel circula una historia entre los poetas: Hace ocho años partió un bus lleno de poetas a una lectura a las afueras de Medellín. Poco después de haber salido de la ciudad el bus fue detenido. A este se subieron guerrilleros con metralletas. Los poetas temblaban de miedo. Al darse cuenta de esto, los guerrilleros
empezaron a hablar: “No tengan miedo que no les vamos a hacer nada. Fue sólo que oímos del festival y queríamos también poder escuchar algunos poemas.” Los poetas recitaron entonces, los guerrilleros escucharon atentamente, les dieron las gracias y dejaron al bus seguir su camino. Sin importar si esta historia es cierta o no, uno tiene la sensación de que podría serlo, ya que en Medellín la belleza de la poesía está por encima de los conflictos y hasta tiene la capacidad de dirimirlos por corto tiempo. La historia podría ser cierta, y ya esto es increíblemente mucho.

Traducido por: Adriana Redondo

 

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La muerte por delante http://superdemokraticos.com/es/laender/mexiko/den-tod-noch-vor-sich/ Mon, 22 Aug 2011 11:29:35 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4932 No es que le gustara la guerra, es que siempre había querido matar. “La maestra”, le decían todos en el pueblo. Nadie se preocupaba de su nombre, ya lo habían olvidado y no tenían ningún interés en volverle a preguntar. Había llegado muy joven, de un pueblo tan pinche como lejano del resto del mundo. Había querido enseñarles a hervir el agua, a lavarse regularmente las manos, a protegerse para no llenarse de hijos, pero se dio por vencida. Desde que llegó ya se había dado por vencida, a sus 21 años ya era vieja, anciana, cansada. Por eso detrás de sus lentes de fondo de botella contemplaba apenas lo que tenía enfrente, enseñaba el abecedario, repetía con apatía las tablas de multiplicar, ni se inmutaba cuando los chamacos se daban de golpes adentro del salón. Ya estaba acostumbrada, cada nueva generación de huercos era peor que la anterior, pasaban de decir “pito” a decir “verga” con una facilidad increíble, de golpearse en el rostro a darse de pedradas en los huevos con singular alegría. Por eso no se sorprendió cuando, al desatarse la guerra, y al continuar, cada vez más jóvenes los que la iban armando.

Odiaba la guerra y las 50 mil muertes sin sentido, pero al igual no veía que hubiera muchas razones para aferrarse a la vida, y mucho menos en ese pueblo donde la tierra se cerraba y no entraba ninguna raiz, donde la gente vivía de caminar hasta la carretera, y mendigar naranjas, galletas a medio ruñir, sándwiches que los viajeros ya no querían. Hasta que a los pobladores del pueblo comenzaron a reclutarlos, cada vez más jóvenes. Y entonces ya hubo comida, ya hasta podían darse el lujo de olvidarse del agua lamosa y comprar agua embotellada. Siempre había querido matar, pero ya estaba demasiado vieja. A sus 35 años ya era una anciana, ya estaba agria, pasada. Así se lo dijeron, aventándola a un rincón del establo: “¡Esta qué!, esta es una pinche vieja, ya no jala”.

Fue en la calle principal, la única que tenía el pueblo, donde las agarraron. Iban al Centro de Salud, que de centro de salud sólo tenía el título garabateado encima de la puerta. La maestra, que también tenía que hacerla de médico, repartía ahí aspirinas y ampicilinas a como Dios le diera a entender. Eran tres muchachas las que la fueron a sacar de su jacal en la madrugada, hermanas las tres, y ninguna mayor de quince años. Le habían practicado a la de enmedio un aborto casero que había terminado en una hemorragia que no cesaba. Ya la muchacha no podía caminar, y estaba literalmente tirada frente a la puerta de la maestra. Con una sábana hicieron una especie de hamaca para llevarla al Centro de salud, y en esas estaban cuando los de las Hummer las vieron. Un rayito de esperanza brilló en el corazón de la maestra: quizá los hombres se apiadaran de ellas y las llevaran al hospital más cercano. Pero no, las mujeres no sólo se habían atrevido a romper el toque de queda, sino que estaban tratando de deshacerse de un cadáver (como el león cree que todos son de su condición, así lo interpretaron los hombres, pues a esas alturas del camino la chica ya había muerto).

“¡Y esta qué!, ¡esta es una pinche vieja!”, gritó uno de ellos cuando aventaron a la maestra a la camioneta. Las dos hermanas ya se habían subido, a punta de pistola. Las fueron a dejar a un establo, y ahí las tuvieron siete días, preguntándoles para quién trabajaban. A la maestra ni siquiera la violaron, para qué, si estaba vieja, seca. No había comida para ninguna, si acaso a veces, un tazón de agua puerca. Cuando a las hermanas les ofrecieron trabajar para ellos, todo cambió, ellas eran ahora las que las vigilaban a la maestra, las que comían frente a ella sin darle nada, las que aprendían a usar las armas y le apuntaban para amedrentarla.

Ella siempre había querido matar, pero no la invitaron a trabajar para el patrón, ya estaba vieja, tenía 35 años. Sabrá Dios a saber por qué, alguien se compadeció de ella y la soltaron en el monte. Sabrá Dios a saber por qué, no se murió ahí tirada, caminó kilómetros, llegó al pueblo, supo que sus clases de tablas de multiplicar y de abecedario no le interesaban a nadie. Los niños se enseñaban unos a otros a cargar y descargar las armas, a afinar la puntería.
Ella siempre quiso matar, pero nadie nunca le enseñó nada. A su edad ya estaba vieja, para matar era necesario tener 9, 14, tener la muerte por delante.

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Confrontación http://superdemokraticos.com/es/themen/gewalt/konfrontation/ Fri, 19 Aug 2011 06:39:12 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4621

“¡Ay, Dios….!”Cuando uno trata de escaparse de la realidad, ésta lo espera a uno al otro día por la mañana.

(c) Clara Lagos

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Los hombres no lloran http://superdemokraticos.com/es/laender/bolivien/manner-weinen-nicht/ Wed, 17 Aug 2011 08:00:44 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4852 http://flickriver.com/photos/tags/mujeres+creando+bolivia/interesting/

Violencia psicológica, violencia sexual, violencia física, violencia domestica, violencia social, violencia intrafamiliar, violencia de género. Feminicidio. Odio esa palabra. La leí por primera vez en 2003 y desde entonces, de mes en cuando, una semana si y otra también: sueño. Recuerdo que la vi escrita en un anuncio de búsqueda y captura que me llegó por mail, sobre un nombre y una foto. He olvidado voluntariamente ese nombre, aunque conozco al tipo, lo vi varias veces en mi vida.

Lo conocimos el primer semestre en la Facultad de Filosofía y Letras. Nosotras veníamos de colegios de curas y estábamos perdidas. Perdidas en los pasillos de la universidad pública, arrinconadas en los dos cuartitos del piso diez de la carrera de Literatura, conociendo la bohemia. La verdadera clase media boliviana, con sus creencias y sus traumas, su modus operandi y esa fatídica educación sentimental, la mayoría eramos chicas. En el paraninfo gritaban las Mujeres Creando, no eramos muchas las que nos parábamos a escuchar.

La historia de los derechos civiles de las mujeres en mi país es extraña. Por un lado podemos tomar decisiones trascendentales, como divorciarnos, estudiar o trabajar desde los años 30, podemos votar desde 1952, mucho antes que Suiza. Por el otro, fue necesario que se recuperara la democracia y que se creara la Plataforma de la Mujer en los años 90, para que el gobierno reformara el código penal. Hasta 1995, la violencia intrafamiliar no era reconocida como delito, salvo en el caso de que la victima sufriera lesiones que justificaran tres o mas días de hospital. El aborto sigue siendo ilegal y su practica, sigue siendo una de las razones de muerte más frecuente entre mujeres jovenes. Sin mencionar que abortar es pecado mortal y su repudio social es: EL acto hipócrita de constricción en una sociedad, que es parte de un sub continente que ha producido, entre otros, este neologismo: Feminicidio. En 2009 México  se convirtió en el primer país del mundo en ser sentenciado por un tribunal internacional, por este delito de lesa humanidad.

La impunidad con la que el machismo mexicano está premiando el genocidio de Ciudad Juarez, los más de 10060 asesinatos, es la expresión más burda de la misoginia ilustrada. Esa que si es maquiavélica, viene reforzada por una verborrea destructiva y si es bruta, por el sadismo que no encuentra las palabras necesarias. También en Alemania. Según todos los estudios, no hay diferencias de clase social o de educación entre los agresores. Cualquiera podría hacerlo y lo que es más sorprendente aún, es que eso es así en todos los países occidentales. En el número de muertas, lo determinante es el control social, que se persigan los delitos, sistemas judiciales más transparentes, que las mujeres sean mas conscientes de sus derechos y responsables en la educación de sus hij@s, que se crea menos en los curas, pero sobre todo que exista una infraestructura que proteja a las víctimas. No tanto el hecho de que los hombres hayan aprendido a controlar mejor sus instintos. El pronto, como lo llaman los españoles. Según la campaña oficial para prevenir la violencia de género de la ciudad de Berlín, una de cada cuatro mujeres ha sufrido alguna vez malos tratos en el hogar, tal vez una razón más para el alto consumo de antidepresivos. En España en 2010 murieron 76 mujeres, en Bolivia 210.

La ultima vez que hablé con la escritora Daniela Camacho trabajaba en su primera novela, enseñaba en un instituto y vivía en un piso compartido, con su hija y otra amiga. Había logrado independizarse, pensaba que podía volver a enamorarse y yo la quiero recordar así. Con las uñas pintadas de rojo, tomando un tecito, sonriendo: Por fin segura de sí misma.

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Reglas de combate http://superdemokraticos.com/es/themen/gewalt/kampfregeln/ Mon, 15 Aug 2011 11:11:31 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4606

– ¡Pelea! !Pelea! !Pelea!
– ¡Yo no sabía que había reglas!

(c) Anna Basbacker

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Antimanual para drugstars http://superdemokraticos.com/es/laender/mexiko/anti-gebrauchsanleitung-fur-drugstars/ Fri, 12 Aug 2011 08:28:33 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4837 Leo en el Blog del narco que para demostrar su poder los Zetas asesinaron a Facundo Cabral. No mamen. Qué les pasa a los criminales de este país. Pablo Escobar secuestró al presidente de Colombia. Quién chingaos se acordaba del cantantete ese. Nuestros capos son producto del boom latinoamericano. Cositos, ternuritas, mis vidos. Qué apocalípticos resultaron nuestros drugstars. ¿Qué sigue?

La nación se cae a pedazos. Pero nadie desea conocer mi opinión sobre la convulsa existencia del país. Los periodistas me consultan sobre mi vida personal. ¿Cuál es tu narco favorito? ¿Algún día escribirás una narconovela? En las dos últimas semanas me realizaron dos preguntas cruciales. La primera. ¿Cómo te defines, escritor del norte o escritor de la violencia? De bote pronto respondí: Ninguna simpatía por el diablo. Y la segunda. ¿Cuánto tiempo crees que podrás seguir tu carrera literaria sin tocar el tema del narcotráfico? No creo que para convertirme en hombre tenga que contribuir al aumento de la basura editorial.

Últimamente bebo solo. En casa. No voy a bares. Soy un imán de balaceras. Hace unas semanas inauguraron un centro comercial a una cuadra de mi hogar. Ya lo inauguraron. Una tarde en que fui a hacer el súper, me encontré con un operativo policíaco. Algún querubín de cualquiera de los cárteles que se disputan el territorio dejó como recuerdito un par de cabezas recién cortadas. Nunca pensé afirmar lo siguiente, pero el mundo de Tony Soprano es más seguro. En una ciudad tan pequeña como esta es sólo cuestión de tiempo para que una tragedia te alcance.

Hace un año asesinaron a “El Tanga”, un morro del barrio de diecisiete años que le pegaba al polvo maldito. Torreón, que pertenece a Coahuila, se encuentra unida a Gómez Palacio, del Estado de Durango. Ambas ciudades son una réplica de Springfield y Shelbyville. Existe una competencia desmedida entre las dos. Pero la animadversión más imponente la viven a nivel de los cárteles. Torreón es territorio de los Z y Gómez Palacio del Chapo Guzmán. “El Tanga” fue a Gómez Palacio a comprar merca y le dispararon. En su espalda depositaron un mensaje. “Esto le va a ocurrir a todos los putos que venga de Torreón”. La moda entre los capos es aniquilarse el mercado.

Durante una temporada el Chapo Guzmán vivió en Torreón. En el sector conocido como Casa del Cerro. Una vieja construcción que data de principios del siglo XX y que sirve como museo. A sus espaldas, en la extensión conocida como Cerro de las Noas, Joaquín Guzmán Loera se refugió un lapso, para después viajar a Durango y luego a Francia. En ese tiempo se pensaba que la guerra por el territorio terminaría y expulsarían a los Z de la ciudad. Pero toda especulación ha sido inútil. Apenas hace una semana atentaron contra el jefe de la policía municipal. Dos días después lanzaron granadas contra el Departamento de Seguridad Pública Municipal.

El asesinato de Facundo Cabral no es un episodio importante dentro de la telenovela latinoamericana. El gastado truco de moler al viejo a palos. Qué fácil resulta írsele encima a un pendejo de esos. La gente la caga. Deberíamos ser permisivos con sujetos que hayan dejado de experimentar erecciones. Se me ocurre que si los cárteles quieren demostrar su jerarquía no aniquilen más humanos. Estamos devaluados. Para marcar la diferencia podrían mejorar la calidad de la droga. Que consumiéramos sólo merca pura. Eso sería cien mil veces más aterrador que dispararle al viejito puñetero ese. Esta guerra es una farsa. Tenemos que justificar tanta muerte, carajo. Señores del narco, por favor échenos la mano.

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Mi diario es un cementerio http://superdemokraticos.com/es/themen/gewalt/mein-tagebuch-ist-ein-friedhof/ Tue, 09 Aug 2011 19:56:08 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4628

La razón de ser de una tumba es evitar que olvidemos a quienes solían  vivir con nosotros. La razón de ser de mi diario  es evitar que yo olvide los días que he vivido. Cada acontecimiento desaparece inmediatamente después de haberse vivido y no regresa jamás –como un muerto…por eso, para mí llevar un diario significa levantarle una tumba  a cada día transcurrido.

(c) Lilli Loge

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