Emma Braslavsky – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 ¿Qué hace la defensa frente a mi ventana? http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/was-macht-die-verteidigung-vor-meinem-fenster/ Thu, 30 Jun 2011 12:16:01 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4137 Sobre el matrimonio tan falto de entusiasmo, también conocido como la Unión Europea. A pesar de ser una comunidad que en teoría requiere de un ejército colectivo, cada una de las naciones mantiene su propio ejército junto con su simbología arcaica (uniformes, rituales, bandas militares). ¿Es esto anacrónico?

Imagínese que después de años de una coexistencia habitualmente hostil en Europa y de amargas disputas con su vecino, su padre le informa con la mano en el corazón y una sonrisa patética, que su más vehemente deseo es una alianza matrimonial con la hija del vecino, con quién usted de todos modos ya venía encontrándose clandestinamente. Hasta ahora los abogados de cada una de las dos partes en conflicto, habían sostenido bajo amenaza la paz entre los dos propietarios vecinos, cada estaca, cada rama del manzano habían pasado por el juzgado, cada palabra intercambiada espontáneamente se volvía un “malentendido”. “Las madres” ponían todo su esfuerzo en mantener la distancia necesaria entre sus descendientes y los del vecino y “los padres” se encargaban de sostener un perfil ideológico unívoco.

El ministerio de defensa alemán visto desde mi ventana.

El ministerio de defensa alemán visto desde mi ventana.

Su padre explica que llegó a la conclusión de que los vecinos son en realidad muy simpáticos y que el momento de vivir una nueva era de coexistencia pacífica ha llegado, que es tiempo para una unión, que va a ser mejor que la de los vecinos del otro lado de la zanja y más estable que la de los vecinos de la calle paralela. En ese mismo instante usted saca la calculadora y se hace una idea de cuánto dinero extra habría anualmente, al no pagar dos, sino solo uno de los abogados, ya de por sí desmesuradamente costosos. Por fín la familia tendría recursos financieros adicionales libres, para algo nuevo.

Mientras los camaradas marchan al ritmo de la banda militar, los soldados con uniforme de gala se mantienen rectos en fila: Eso también cuesta dinero!

Al poco tiempo se celebra una cena arreglada conjuntamente por las dos familias vecinas Alemania y Francia, sobrecargada de fórmulas de cortesía y de rituales innecesarios que solo sirven para testimoniar el poderío, dirigidos por los anacrónicos abogados. Su sola presencia le cuesta a las familias unos honorarios impresionantes. A cada lado de la cabeza de la mesa se sientan “los padres”, cada uno con su abogado a la derecha y “la madre” a la izquierda. La hija del vecino y usted se sientan uno frente a otro, siendo los únicos con intereses de corazón. “Los padres” reiteran que el objetivo de esta unión matrimonial es reconciliarse bajo el ideal de cultivar en conjunto y progresar. Los abogados asientan exactamente las cantidad de veces que están estipuladas en sus honorarios.

Cuando usted decide encontrarse con la hija del vecino Polonia al siguiente día, se le imponen nuevamente los costosisimos rituales de los abogados, que restringen el surgimiento de una pasión real entre “los prometidos”. Y a su pregunta de para qué necesitamos dos abogados si somos una familia unida en la que uno de ellos basta para representar los intereses comunes, se  replica: „No obstante somos dos familias soveranas, que velan por intereses que si bien son comunes, también son autónomos“. En la siguiente reunión „el padre y la madre“ tampoco estan dispuestos a tomar una desición sobre la cuestión de los abogados.

Al acercarse el día de la boda, estalla un fogoso debate moderado por los abogados, que están tan bien retribuidos, sobre cómo se va a financiar su nueva casa que se construirá a los pies de las dos propiedades. “El padre y la madre” llegan al acuerdo de solicitar un crédito, que usted y su futura esposa deberán asumir. Ante su reparo de que simplemente deberían economizar en los costos de los abogados, se le dan largas señalando que todo sucede a su debido tiempo.

El día de su boda (y ya siendo propietario de una casa hipotecada) sus abogados le enseñan, poco antes de la ceremonia, un contrato matrimonial, gracias al cual se protege ante todo la soberanía de las dos familias, bajo la custodia de los dos abogados. Apropósito, con aquello del dinero usted esta metido hasta el cuello.

Finalmente usted da el Sí. Y no puede dejar de sentir que a este matrimonio le falta entusiasmo, que no debería ser, y que la separación algún día le va a salir muy muy costosa.

Purrum-pum-pum-prueba de sonido. Eso cuesta dinero!!!

PD: El presupuesto de la defensa alemana está evaluado en 28 millones de euros, economistas dicen que eso es una cifra oscura y que el servicio militar obligatorio es 20% más costoso.

Traducción: Natalia Guzmán Díaz

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Enterradme en una bolsa de “Pan Ruso” http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/begrabt-mich-in-einer-tute-%e2%80%9erussisch-brot%e2%80%9c/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/begrabt-mich-in-einer-tute-%e2%80%9erussisch-brot%e2%80%9c/#comments Wed, 20 Oct 2010 09:40:44 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2554 El texto más universal que he leído nunca, empieza así: “taaccctaaccctaaccctaaccctaaccctaaccctaaccc …“. No trata sólo de una historia familiar en un siglo, sino la de la vida orgánica en este planeta. Diciéndolo como lo diría Arno Schmidt y su lenguaje desde las entrañas: un piqueeeeño=reservado UNI-Verso:al se-cuencia varonilgenética. Si se separa morfológica y visualmente el texto en taaccc-taaccc-taaccc-taaccc-taaccc-taaccc-taaccc, arranca entonces de forma tan convencional como cualquier vida o cualquier canción conocida: con una frecuencia de golpes. Los expertos en genética le leerían así, tal vez: Tee ah, ah Zeh, Tse-Tse, Tea, Atze, Cece y así, en adelante.

En el posterior desarrollo épico del texto se aprecia que las secuencias se repiten con frecuencia, a menudo con tanta que a uno ya le suena eso (algo que hoy en día sólo se le permite a las canciones o a la lírica: ni en las instrucciones de uso se puede hacer demasiadas veces la misma recomendación al cliente, hasta que lo entendiera). Pero quien cuente la Historia del mundo desde menos de cuatro dimensiones, no puede evitar las repeticiones. Vale, sí, ya lo dijimos al comienzo de la expedición superdemokrática.

¿Qué hace de este texto algo tan universal? Cada uno de nosotros lo lleva consigo. Cada ser humano lo ha llevado consigo. Todos los que habiten este mundo lo llevarán consigo. Y compartimos mucho más que lo que nos separa. Poniéndonos en el lugar de los demás, el texto resulta un juego infantil para cualquiera de nosotros. El texto no muestra ninguna pasión y nos muestra a dónde pertenecemos y a dónde vamos; y comprendiendo el texto más allá nos enseña que el color de la piel, los ojos y el pelo de un ser humano apenas se distinguen entre sí y que las propias historias religiosas y culturales son una cosa muy inestable. Sin embargo, el texto es pedante cuando retrata las relaciones humanas, es rencoroso, no olvida nada, aunque haya pasado mucho tiempo. Es el guión y la cámara, todo en uno. Y ante cualquier escepticismo, hoy lo sabemos: el papel que cada uno de nosotros interpreta es real al menos en un 50%. Por fin un texto que nos califica y que no nos ofrece ninguna discusión posible.

Nunca ha conseguido un texto agrupar a tantos hombres bajo un mismo techo, sin discriminar ni a uno solo de ellos ni insultarlos. Un texto global, pero muy diferente, general y original a la vez. Un texto duro que nadie quiere criticar ni corregir. Un texto sobrio que persigue la sobriedad y busca la expresión clara. ¡Oh, por favor, enterradme en una bolsa de “Pan Ruso”! Con sus letras reescribiré mi próximo genoma con amplitud épica. Tal vez arranque con un subidubi o con un Érase una vez. Y si tengo suerte, con este texto veré de nuevo la luz de un mundo apropiado para el manuscrito. Ade, Superdemokráticos.

Traducción: Ralph del Valle

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Entonces, ¿quién ha estado gobernando el mundo? http://superdemokraticos.com/es/themen/globalisierung/wer-hat-denn-schon-die-ganze-welt-regiert/ Fri, 24 Sep 2010 07:04:57 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2256 Me alegro de no tener que flotar por ahora en altamar para hallar la ruta a India. Le doy las gracias a los valerosos navegantes, descubridores y aventureros que pueden ahorrarme hoy en día ese penoso trabajo. Si Google Earth no tuviera la capacidad de confirmarme todos los conocimientos que aprendimos en las clases de Geografía, la curiosidad me partiría en dos y acabaría finalmente por hacerme a la mar. Y, tal como sugiere el título de un libro de Ilja Trojanow: El mundo es grande y la salvación está a la vuelta de la esquina, esto es, el mundo está recogido en nuestras cabezas y nos ofrece interminables mundos refulgentes por los que poder viajar. La migración pierde su difuminado extranjerismo cuando se la observa a través del cristal de la globalización. De golpe todos parecemos parte de un gran extranjero o de otro planeta.

Sin embargo, para mí la tierra tiene extrañas máculas. Está segmentada y deshilachada políticamente, y esta fragmentación siempre me recuerda que el ciudadano del mundo es algo ideal, apenas real, porque cada ciudadano se estrella contra las barreras políticas nacionales-estatales antes de poder convertise en un ciudadano del mundo (o mundos). Y eso, ya desde Cristóbal Colón. ¿El mundo es grande? No para todos. ¿Salvación? Depende. ¿Quién ha gobernado el mundo entero? ¡Nadie! Y nadie lo hará, porque el mundo entero no puede caber en sólo una cabeza. Ni siquiera se puede disponer de dinero en cualquier parte, por tanto: Money doesn‘t rule the whole world, but just a part of it.

No obstante, ¿cómo podría yo convertirme en ciudadana del mundo, al más puro espíritu de Humboldt? ¿Sería suficiente pasar más de seis meses al año en aviones, perdiendo por tanto mi residencia en Alemania? Me convertiría en una molestia y se me reclamaría que estableciera un lugar fijo de residencia; por los impuestos, claro, no existen los impuestos mundiales. Sería una apátrida, estaría perdida, nadie querría tener nada que ver conmigo. Tendría terribles problemas para viajar y entrar en otros países, porque no estaría claro de dónde procedo: ¡podría ser un elemento hostil! El estatus Mujer del Mundo es más fácil de alcanzar: sólo hace falta viajar un poco y poder contar muchas historias exóticas. Internet resulta de mucha ayuda para eso. Los ciudadanos del mundo (con todo lo que conllevan los términos “mundo” y “ciudadano”), a día de hoy no pueden ser nadie fuera de las organizaciones nacionales-estatales. El término es demasiado idealista: al fin y al cabo, el mundo no es tan redondo como se nos presenta.

La globalización es también un ideal, al cual le repugnan las asimetrías políticas del planeta. Es un término tan erróneo como universal o total. Lo ideal son los medios de coacción, sin llegar a ser regímenes por sí mismos. E, increíblemente, sólo Humboldt alcanzaría el ideal de ciudadano del mundo, porque incluso en sus tiempos el planeta estaba ya globalizado en las mentes de muchas personas. Sus ideales permanecen como tales hasta hoy, sin embargo. La globalización tiene mucho que ver con la pregunta: ¿cómo entra el mundo entero en mi cabeza? Y la respuesta para ello es la capitulación ante el miedo a la pérdida de peso social o cultural. Pero el mundo no abarca toda la tierra, ni observándolo de una forma global.

Traducción: Ralph del Valle

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Mi modelo genético para la inmigración http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/mein-genetisches-muster-fur-migration/ Thu, 09 Sep 2010 15:00:54 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1763

Doppelhelix - Wikipedia, GNU Free Documentation License

Cuando a alguien (como yo), a finales de la treintena, de repente le dice un funcionario en el senado de Berlín que por sus padres tiene antepasados inmigrantes y por lo tanto debe poner una equis en la casilla correspondiente en el formulario para recibir una beca, se tambalea la autoimagen de las cosas bonitas. Hasta entonces había dado por hecho que, simplemente, era alemana (en mi infancia nunca fui tratada como niño de inmigrantes, ya que la RDA prefirió esconder bajo la alfombra la histórica nota al pie en el currículum de mis padres, que habían sido expulsados o realojados o lo que quiera que fueran de los estados del este). Pero de pronto todo se complicó. A partir de entonces, necesité una palabra para restablecer mi equilibrio cognitivo: heterogeneidad.

Jo Schneider ya ha llamado la atención en su ensayo sobre el dichoso debate que se mantiene en este momento en Alemania sobre el ascenso y caída del cociente intelectual alemán debido a las familias inmigrantes (musulmanas). Una discusión así no es solamente risible, sino que, para mí (como alemana con pasado inmigrante recién salida del horno), no toca el problema real: la extraña naturalidad política del “ser alemán” como algo homogéneo. Ahí reside también una especie de supuesta herencia genética del ser alemán, que resuena latente en el debate actual, pero que no se toca desde los medios de comunicación. Si ningún gen determina decisivamente la subsistencia de una nación, pueblo, etc, entonces tampoco determina la del alemán. Así limita un estado la individualidad de sus ciudadanos, al certificarles un pasado que constituye un derecho para cada individuo, ya que cada individuo es libre para moverse de aquí a allí, desligarse de un contexto cultural y unirse de nuevo a otro. ¿O acaso la globalización sólo vale en un plano económico?

La actividad de los medios de comunicación alemanes para aclarar el estado de la investigación genética actual muestra todavía más: cualquiera puede convertirse en ciudadano alemán. Si ser alemán significa ciertas costumbres, un hábito específico, dominar la lengua alemana y haber disfrutado de una formación (en gran parte idealizada), eso significa únicamente que uno ha sido marcado por la actuación de un modelo (o entorno, por lo que a mí respecta) cultural específico. Afirmo sin ningún reparo que muchos de los llamados “alemanes homogéneos”, esto es, los alemanes sin orígenes inmigrantes, a menudo no encajan en el modelo pertinente. La pobreza de la formación en Alemania es el resultado de décadas de fracaso político, chapuzas y de incapacidad de realización en este área y un desplazamiento progresivo de la responsabilidad de la educación a la esfera privada familiar. Pero una responsabilidad de la educación que marca a un pueblo y que lo legitima como independiente no debería desplazarse al campus marcado por lo heterogéneo e individual de cada familia alemana, sino que debería ser independiente de ellas, debería salir de la fuerza vinculante del sistema de esta comunidad cultural. Para ello se debería entender primero esta comunidad como abierta, individualizada y, sobre todo, heterogénea y cambiante, y tener claro que en cada hogar se puede ser lo que desee (individuo, con cierto pañuelo en la cabeza, con cierto peinado o con lo que sea que le otorgue equilibrio espiritual). Alemania es por ley un estado laico, no deberían entrar consideraciones religiosas en los debates políticos, a no ser que todos nos engañemos.

Mis orígenes inmigrantes , y con ello mi heterogeneidad alemana, los cuento como mi ventaja cultural. Llevo algo siempre conmigo, algo de color en el horizonte. Si en algún momento puedo permitirme descodificar mi genoma, lo haré para ver si se puede demostrar en mí un modelo genético específico para la inmigración, que quizá yo le haya pasado a mi hija. A lo mejor ella también tendrá que oír en este país que pertenece a la segunda generación de una familia inmigrante. Pero quizá entonces, con más inteligencia, ya no usemos el término. Ahora que soy oficialmente una alemana con origen inmigrante, me siento así.

Traducción: Ralph del Valle

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¡Elija su propio título para este ensayo! http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/bitte-wahlen-sie-den-titel-fur-diesen-essay-selbst/ http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/bitte-wahlen-sie-den-titel-fur-diesen-essay-selbst/#comments Thu, 26 Aug 2010 15:01:24 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1176

(R)evolution (c) by Emma Braslavsky

Siempre me ha enervado el unirme a un movimiento, partido o a un grupo cualquiera. Detesto los actos multitudinarios y las excursiones en grupo. Si alguien me pregunta por mi posición política, respondo: autodinámica. Si alguien me pregunta por mi pertenencia religiosa, digo: autoerótica. A la pregunta de cuánta influencia sería capaz de aceptar por mi país como individuo totalmente autónomo, debo conceder: ninguna que sea convulsiva en tanto en cuanto no despliegue una fuerza material à la Berggruen o à la Albrecht. La materia desarrolla atracción, dijo mi profesor de Física, y nos aclaró con un billete de 5 marcos y otro de 100 la diferente fuerza con que se precipita la atracción de las partículas en ambos. Para los románticos que leen este blog, digo pues: mi vida comprende la narración, la escritura y el amor. Para los realistas entre vosotros, admito que mi vida está determinada por mi familia, mi lucha con el sistema berlinés de educación y por la superación de los propios gastos administrativos burgueses, dado que yo misma soy sierva y autónoma y debo y quiero asumir toda la responsabilidad. Y para los que sois materialistas, confieso que desde siempre mi vida está marcada por billetes y divisas cambiantes, por reformas monetarias y expropiaciones, y por tanto está consiguientemente curtida.

Huxley pontificaba a los lectores con la cita

Los hombres sabios buscan por sí mismos las experiencias que desean tener.

Si tuviera razón con esto, ¿hubiéramos tenido algunos de nosotros la posibilidad de elegir el segregarnos de los efectos de esta miseria financiera y política? Pero a Huxley le fluctúa, como la mayoría de nosotros, el sofisma de que una elección es siempre un acto de autoafirmación. Por lo tanto, no tienes en general ninguna influencia sobre lo que puedes elegir. La elección, como derecho fundamental democrático de cualquier ciudadano emancipado, no es para mí sino la justificación para la democracia y la co-gestión. Por ejemplo, en un restaurante, uno puede elegir de lo que se oferta. Si tengo suerte, puedo cambiar las patatas por arroz en un plato. Pero no serás bien recibido si ocasionas demasiadas “molestias”. Demasiada co-gestión es molesta para la gran mayoría.

Cuando se juntan el “ciudadano” y el “individuo”, no siempre surge una relación de amor. Las lenguas anarquistas podrían incluso esperar que ambos se acribillaran mutuamente. Pero, con la mano en el corazón: ¿quién de nosotros tiene ganas de estar corriendo todo el día por ahí con el megáfono y darle la vuelta al “sistema”? ¿Quién de nosotros quiere estar votándolo todo las 24 horas del día todos los días? Un distintivo de la vida es la simetría entre el acomodo y la resistencia. Eso se puede transmitir con tranquilidad a la sociedad. Ser un individuo no significa otra cosa que poder tomar con convencimiento una posición propia en la vida, así como poder abandonar también con convencimiento dicha posición. Un individuo está desnudo. Un ciudadano nunca está desnudo. Reconoce colores, se relaciona y está relacionado con una macroestructura. Un ciudadano-individuo puede borrarse de esta macroestructura y entrar en otra. Y puede disfrutar y rechazar simultáneamente cualquier macroestructura. En el próximo ensayo continuará el análisis y las aplicaciones prácticas para la vida. Por cierto, en la “superación” de la oposición yace un tipo de sublimación. Superación con el significado de: aguantan y triunfan. Si a alguien le gusta, puede elegir su propio título para este ensayo. A quien no, debería hacerlo.

Traducción: Ralph del Valle

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El rosa no está en ti http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/rosa-steht-dir-nicht/ http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/rosa-steht-dir-nicht/#comments Thu, 12 Aug 2010 07:06:41 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=667 Las responsabilidades que se les otorgan a las mujeres frecuentemente rebasan de largo a las de los hombres. Visto desde la atalaya -como si yo fuera aquí y ahora un hombre-, no querría ser una mujer de ninguna de las maneras. Pero si una es una mujer y analiza estas altas expectativas con distancia y al mismo tiempo, resulta absolutamente imposible querer ser un hombre.

No obstante, envidio profundamente la generosidad de los hombres hacia sí mismos y hacia los demás hombres. Envidio sobre todo la amistad masculina. Dos hombres, que a lo mejor son dos fracasados en la vida, que todavía pueden estar sujetos a perversiones y que asimismo se muestran sin afeitar y con sobrepeso, pueden simplemente salir a pescar algo sin evaluar ni dar lecciones a los demás. Al contrario, encuentran una tolerancia tal hacia el otro que no ven necesario afeitarse ni enmascarar los kilos de más bajo un jersey ancho. Y cuando uno de ellos pierde el trabajo, el otro le echa una mano, comprensivo. Los hombres tienen comprensión por el otro. No necesitan esforzarse por el otro, y si deben esforzarse por algo, entonces, por las mujeres.

Claro que algo así también se da recurrentemente entre mujeres, pero no es la norma general. La mayoría de las mujeres compiten mucho más intensamente entre sí. Sólo un ejemplo de los cientos que podría poner como testimonio, uno de mi beca en la Universidad Lomonossow de Moscú: convivía en una habitación con una agradable suiza de la que me había hecho amiga en las semanas previas. Antes ella era muy amiga de una compañera mutua. Le pregunté por qué no compartían ellas la habitación. Me contestó que no soportaba sus piernas sin depilar. Tras llevar un mes en la misma habitación, me hice amiga de una estudiante de Derecho de Kazajistán. Como cada vez pasábamos más tiempo juntas, hablamos de la posibilidad de alquilar una habitación las dos, pues ella también tenía que aguantar las miradas agobiantes de su compañera de habitación. Sobre mis experiencias en un piso compartido por mujeres en Roma no tengo mejores experiencias que contar.

Aunque también se pueden decir unas cuantas cosas sobre los hombres, pero la autotolerancia es poco ginacológica y probablemente depende del porcentaje de testosterona en el cuerpo.

Traducción: Ralph del Valle

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A cabinet of my own http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/a-cabinet-of-my-own/ http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/a-cabinet-of-my-own/#comments Tue, 27 Jul 2010 07:31:31 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=533 Mi abuela me regaló su amplio armario de carcomida madera lacada en blanco, porque yo no dejaba de gimotearle que en casa no había ningún sitio para mí misma, y le pedí poder vivir con ella. Convivía con mis dos hermanas mayores en una sola habitación. Después (yo tenía 10 años) se apuntó mi hermano. En aquel momento yo no pasaba mucho tiempo en casa, porque para mí cualquier relación era demasiado estrecha. Mi abuela no me podía dar 500 libras anuales y una habitación propia, pero sí el armario gigante en el que podía refugiarme.

El armario era demasiado grande para la poca ropa que yo tenía, y se veía pronunciadamente craso en la habitación. Saqué las baldas y la barra, coloqué el par de blusas, pantalones y jerseys en la parte izquierda más profunda del armario, la ropa interior y los calcetines los lancé en el cajón derecho, que despuntaba como una escalera, y puse por encima un cojín grande sobre el que me pudiera sentar. Los laterales tenían resquicios por los que aire podía circular y por los que vigilaba a mis hermanas. En ese armario se consumaron momentos esenciales de mi pubertad. En ese armario me sentí mayor, y libre.

En ese armario pasé mi primera hora -no ya platónica- con mi primer novio, que era hijo único y tenía su propia habitación. Hasta él encontraba en este armario una sensación especial de autonomía y exclusividad que no le invadía en su habitación. No sé si me hubiera cimbreado igual de desenfrenada en su habitación bañada de luz. Aquí, en esta estrechez, en esta penumbra en la que la luz se colaba entre las ranuras de la madera y nos marcaba los cuerpos, aquí dentro se me mostró el contacto como algo lógico no sólo por consideraciones de proximidad. En este armario, así como de costumbre sólo bajo el edredón, disfruté de una intimidad sin límites.

La intimidad es un Derecho Humano. La intimidad es una forma de aislamiento y de retroalimentación. La intimidad es asocial y natural. Surgimos del útero en relaciones asociales exclusivas. La tortuga entierra sus huevos, la gallina los incuba. Sin esta protección ante la interferencia, la observación, sin la vivencia de la autonomía no podríamos madurar. A día de hoy sería peor para mí vivir en un kommunalka (apartamento comunitario) soviético que ocupar una celda en prisión. Una persona que tiene miedo a la intimidad, que no puede estar solo consigo mismo, que debe exponerse continuamente a la presión y mundos de los demás, se echa a perder bien rápido.

La primera vivencia prenatal, todavía inconsciente, que un ser humano tiene de la vida, es la intimidad. Por esta experiencia metafísica, uno busca durante toda su vida espacios de refugio en los que pueda crecer. Un armario también puede servir. Precisamente un armario, que sólo concede un poco más de espacio, quizá para otra persona (novio), o para un objeto. Es un espejo abismal. Lo que he vivido y visto allí no me atrevo a ponerlo por escrito. Eso lo dejo a la fantasía del lector con la recomendación expresa de intentarlo por sí mismo, si todavía no lo ha hecho.

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Hänsel y Gretel http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/hansel-und-gretel/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/hansel-und-gretel/#comments Wed, 14 Jul 2010 11:00:37 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=448 Las historias son vitales, son los espacios en los que me muevo, cuando se reproducen mis aprehensiones concretas en un espacio físico en todas las dimensiones posibles, en mí y a mi alrededor. Eso da como resultado un paisaje narrativo anacrónico y variable. Y como todos los espacios, necesita cada cierto tiempo una mano de pintura.

Para mí no existe la Historia, sobre todo la pasada, yo me muevo en una construcción histórica compleja, muy dinámica, que está compuesta de habitaciones de recuerdos, de salas para cuentacuentos colectivos e incluso de compartimentos utópicos, y todo ello se reforma y se vacía cada cierto tiempo.

Lizabel Mónica habla en su ensayo muy certeramente de las lenguas de la Historia, porque ella no quiere hablar de una Historia, porque ésta no puede narrarse en realidad. Por lo tanto, cuando alguien cuenta una historia, aporta a la misma su propia construcción histórica dinámica. Por eso una Historia absoluta es inabarcable e incomunicable. Yo abogo por la anulación de este Singularia tantum, porque conduce a un pensamiento totalitario.

El concepto de que la Historia sólo puede ser contada por historiadores es anticuado y medieval. Con ello las historias de muchas personas son silenciadas, con ello se mantiene una pétrea y ruinosa construcción histórica que resulta no pocas veces una carga para el desarrollo posterior de las sociedades. De esta faceta contraproducente habla mi primer ensayo. Incluso una historia como la de Hänsel y Gretel puede contarse cada vez de un modo distinto, si uno quiere poner el foco en otro aspecto. Cuando las historias son memoria, y la memoria un continuo narrativo subjetivo, dinámico y progresivo, entonces queda rebatida la cita del historiador Johannes Fried en 2006 en Spiegel sobre la tesis de una gran Historia única y abarcable, que decía: “La Historia no trabaja para los historiadores, sirve a la vida y a su necesidad de sus adaptaciones corrientes”. La Historia no tiene un tiempo concreto ni ningún singular.

Traducción:
Ralph del Valle

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La Historia es casi siempre un mal ejemplo http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/geschichte-ist-meistens-ein-schlechtes-vorbild/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/geschichte-ist-meistens-ein-schlechtes-vorbild/#comments Fri, 25 Jun 2010 13:54:01 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=329

(c) Emma Braslavsky

Yo misma he vivido dos países (dos posibilidades de construir una sociedad). Contando los países en los que mis familias, hasta la generación de mis padres, han vivido, serían cuatro; por tanto, ¿de la Historia de cuál de mis cuatro países debería escribir? Si he aprendido algo de la aparición y el hundimiento de los sistemas sociales que define a mis familias y mi propia historia de cuatro dimensiones, sería esto: la Historia pasa. Y si hay algo a lo que nuestra historia vuelve, es a las guerras, a los conflictos, a las crisis económicas, al hambre, a la pobreza, a las exterminaciones, destierros, genocidios, represión, a los bautizos obligatorios y a las persecuciones. En la Historia de cada país de este planeta. Nuestra Historia Mundial nos habla ostensiblemente, si bien por fortuna no sólo de eso, de grandes fracasos de la política y de errores colectivos.

La Historia es casi siempre un mal ejemplo para la formación social de las próximas generaciones. En mis dos primeros libros me acerqué literariamente por primera vez al material histórico (hasta entonces me interesaba casi en exclusiva por el futuro). Escribí ambos libros sobre la generación de mis padres, uno en 1969 y después en 1982. Un pasado cercano, lo suficiente como para conocer algo sobre la naturaleza de mi historia. Quizá un vanidoso acto de autopercepción. Al terminar mi segundo libro, y con él esta bilogía sobre la gravedad y la ingravidez de la memoria, volví a leer la historia tras de mí: porque dudo que uno pueda aprender mucho de las experiencias ajenas. La psicología también lo duda, la historia del mundo lo certifica. Ningún monumento contra la guerra, ningún conocimiento sobre el exterminio de masas ha podido hasta hoy evitar una guerra. ¿Nos sirve de algo el conocer tanto sobre sucesos pasados? ¿O es que la Historia nos enseña demasiado claramente, cuántas veces hemos fracasado y cómo el ser humano ha tratado de construir sociedades poniendo en evidencia que no tiene ni idea de quién es? ¿Quién es el ser humano y cómo debe vivir? La Historia no ha podido darnos una respuesta a estas preguntas. Y mientras no tengamos una respuesta, muy probablemente volveremos a fracasar una y otra vez.

(c) Emma Braslavsky

¿Cuál sería entonces el aspecto de mi país actual (Alemania, siglo XXI) según su historia? Nos protegemos con todo nuestro empeño, y con toda la razón, de no repetir lo pasado. Los miedos conforman nuestro día a día, muchos no se atreven a llegar al límite. Cualquier forma de ambición se vigila con escepticismo, y no pocas veces es castigada. Teniendo en cuenta el desarrollo de nuestra historia, es psicológicamente explicable y comprensible. Por tanto, una pregunta totalmente hipotética: ¿cuál sería el aspecto de mi país actual si se hubiera organizado en relación a la proyección del futuro? ¿Si no sólo se pudiera comparar retrospectivamente? ¿Si no siempre pudiéramos decir que hoy nos va mejor que ayer? El modelo sería otro. El talante podría ser otro. A lo mejor nos relacionaríamos de otra manera. Esto también lo prueba la psicología. ¿Por qué no lo hacemos? ¿Por qué la política no irradia eso? ¿Somos simplemente demasiado indolentes, estaremos demasiado deprimidos por la rotundidad de la Historia? ¿O nos frena tanto conocimiento de la Historia hasta hacernos débiles y cobardes? Pongo en cuestión el papel predominante de la Historia en el aprendizaje y el desarrollo de nuestra sociedad. No es que uno no pueda aprender nada de ella, es que ahora estamos aquí. La Historia certifica, como al principio o también a mitad del siglo XX, que una sociedad puede atravesar verdaderos desarrollos si uno deja de lado la propia Historia y los estados de ánimo de sus propias raíces. Y si eso nos enseña algo, es todo aquello que todavía no hemos intentado. Todo está por hacer.

Traducción:

Ralph del Valle

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La escritura rellena las carencias http://superdemokraticos.com/es/poetologie/schreiben-kompensiert-lucken/ http://superdemokraticos.com/es/poetologie/schreiben-kompensiert-lucken/#comments Sat, 12 Jun 2010 12:58:04 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=171 Mi abuela siempre decía que la gente que escribe se siente fuera de la sociedad, o que intentaban revestir algo, alguna locura, una anomalía. No están en disposición de dialogar razonablemente, por eso debían gritar escribiendo cosas absurdas, porque no podían aceptar la menor contradicción. Pasé a su lado los años más tiernos de mi infancia, mi padre había perdido la memoria dos años después de mi nacimiento, las conexiones sociales estaban cortadas. Él necesitaba tiempo para reconstruir la imagen que tenía de sí mismo, todavía se estaba reacostumbrando a mi madre y hermana y no conservaba ningún recuerdo de mi procreación. En estos años con la abuela me aferré a la poesía oral, hice rimas de la mañana a la noche y me cuidé de llevarlas al papel. A menudo repetía durante todo el día los mismos versos, para no olvidarlos.

Una mañana (tenía 13 años y vivía desde hacía unos años con mis padres y mi hermana) me desperté y ya no comprendía mi vida.  Por supuesto, le sigo echando también la culpa a las hormonas. En un país en el que uno ensaya el pensamiento dialéctico, yo intentaba la contradicción (que de repente me tomé en serio a todos los niveles y que antes simplemente había aceptado) de  equilibrarlo cognitivamente. Cogí papel y bolígrafo y escribí; en principio a escondidas, no quería alterar a mi abuela. Después, cuando ella murió seguí a escondidas, porque los textos entraban en contradicción con el comportamiento del discurso, no entendí entonces que el pensamiento dialéctico se identificaba con la aceptación. La conversación con los demás siempre era difícil, escribir rellenaba las carencias, los huecos que debía dejar.

Hasta hoy en día son las carencias, la materia oscura, las que me encadenan al portátil. Proceden de impulsos que eructo con la acidez de mi estómago, no de reflexiones o percepciones producidas por mi cerebro. Con esto, a menudo todo se vuelve anacrónico. Para mí, el presente no brota de un desarrollo temporal lineal, sino de una anatomía específica de lo visible y lo invisible. “Hoy” es sólo un concepto para definir determinadas relaciones con lo visible. Desde hace más de diez años, en mi trabajo como autora, comisaria cultural y filósofa me centro en el escapismo: esto es, en las posibilidades y necesidades de la negación de la realidad y las estrategias de supervivencia, así como en el conflicto entre las memorias privada y colectiva, y el conflicto entre el espacio de maniobra humano y el afán regulatorio del sistema sociopolítico.

¿Es posible que nosotros, en el Oeste, todavía padezcamos un pensamiento totalitario, porque nos han hecho creer que la democracia es un software que se puede instalar y organizar? ¿Es acaso en realidad la democracia un sistema abierto, con una poderosa fuerza de autorregulación que no se debe sobreregular? En una democracia, ¿no debería lo individual estar quizá más centrado en sí mismo y ser fomentado? La democracia ya no admite discusión. Para mí, eso es un error. Precisamente porque en el Oeste nos hemos acomodado, somos los más amenazados de tomar tendencias postdemocráticas…

No, no sufro cuando escribo, martirizarme no es lo mío, siempre he disfrutado de la escritura y así ha sido hasta ahora. Si acaso perdiera el placer de escribir y tuviera la impresión de sufrir por ello, lo dejaría inmediatamente. Y el placer que tengo al escribir, bien se lo merecen los lectores.

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